Ámbar POV

Estaba con Luna y fuimos a espiar a la salida de la escuela la salidita de Simón y, como le dice Luna despectivamente, la milanesa.

Me molestaba un montón que rieran, sacaran fotos, se abrazaran.

-¡Aish! ¡Luna, mirá como se le pega! Es una...

-Si, si, una "arroz", lo has dicho veinte veces.

-¿Perdón? ¿De que lado estás?

-Me duele que me preguntes, Ámbar. ¡Obviamente soy #TeamSimbar! Espero que esta escena coincida con mi fanfic, de no ser así me decepcionaré.

-...Dejá de hablar chino, Luna... ¡LE ESTÁ DANDO LA MANO! ¡NOOO! ¡ES MÍO, MÍO, TODO MÍO, DE NADIE MÁS!

-Vaya que te gusta.

-... ¿Se me nota mucho?-Dije preocupada, Luna rió negando.-Boe. veamos... ella señaló a un lugar... Y... Parece que se está yendo.

-¡OH DIOS MÍO, VA A SUCEDER!

-¿Que cosa?

-¡NO PREGUNTES, VE CON ÉL!

-¿Y que hago?

-¡LO MISMO QUE EN MI FANFIC!

-¿Que sería?

-¡TU SOLO VE, YA LO SABRÁS!

Luna me empujó. Empecé a caminar hacia donde Simón.

-¡Simón! Que sorpresa.-Lo saludé con un beso en la mejilla.

-Lo mismo digo, Ámbar, ¿Que haces tú por aquí?

-Ah... Es que... el día estaba muy lindo y salí a pasear.

-¿Con el uniforme de la escuela?¿No te cambiaste?

-Es que no fui a mi casa.

-Espérate... ¿Aún no has comido?

-Uf, eso no importa

-¡Claro que sí, Ámbar, son como las cinco y media y no has comido! Más vale que hayas desayunado mucho.

Negué apenada, no comí nada en todo el día en realidad .

-¡Ámbar!

-¡Ese no es el punto! ¡El punto es que...!

Logré ver a Milagros acercándose por la izquierda, y como impulso lo besé. Dios mío, ¿como puede ser que además de ser tan lindo bese tan bien? Me hacía sentir algo en el estómago, no querér separarme más de sus labios... dios, se sentía único.

Al rato nos separamos. Simón me miró como bobo y yo a él igual.

-¡ME DIJISTE QUE ESTABAS SOLTERO!-Apareció Milagros

-Mili... E-Es que yo, y Ámbar, y...

-¡SIMBAR LA PUERTA MADRE!-Gritó Luna.

-Ah no. Sos una calentona, rubia.-Empezó a decir. Dijo unos cuantos insultos más que no recuerdo. Me estaba mareando bastante. Sentí como que mi vista se encandilaba de luz, cerré los ojos e inevitablemente cedí ante la gravedad. Ya imagino que Simón cuando despierte me va a regañar con que no comí y demás...