12
En un instante, SeokJin baja de su caballo e intenta acercarse a mí, por instinto me pongo frente a Namjoon y suelto un gruñido desde lo más hondo de mi ser. Mi lobo está listo para salir, sus garras se entierran dentro de mí suplicando para que lo libere y de esa forma pueda proteger a lo que más queremos. Soy consiente de como algunas personas sueltan sonidos llenos de asombros, incluso los guardias que acompañan a a SeokJin se ven sorprendidos por mis acciones, tanto que se rehúsan a detenerme o hacerme frente.
—Ni se te ocurra —digo con la ira saliendo por cada poro de mi piel.
—Que no se te olvide que soy tu esposo —SeokJin intenta intimidarme con su aroma, pero no lo consigue.
—Y tú no olvides que soy el príncipe Min Yoongi, próximo rey de Elekti. —Elevo mi barbilla y en un acto de insolencia muestro mis colmillos—. ¡Y ni este matrimonio me va a detener para defender a los míos!
SeokJin suelta un gruñido, el cual es desafiado por el mío, mis garras comienzan a salir para empezar el ataque. Namjoon toma mi mano en un intento de calmarme, pero solo consigue que mi lobo se vuelva más agresivo, pues podemos oler el miedo del dulce cachorro que está a nuestro lado. Uno de los guardia intenta acercarse a mi pequeño, pero solo basta que olfateé cerca de mí para que se de cuenta de su error. El alfa levanta las manos y se quita el casco para mostrarme su rostro.
—Su majestad, deje que lleve al cachorro con su familia.
—Tú no vas a tocarlo. —Muestro mis colmillos una vez más—. No confío en ti.
—Príncipe, piense en lo que es mejor para el niño. —Lo señala—. Si tiene un enfrentamiento... él puede salir herido. Solo deme la orden y lo llevaré con sus padres.
Miro a Namjoon de reojo y me doy cuenta que está llorando, su miedo está mezclado con el aroma de su desesperación, intento calmarme de la mejor manera hasta que consigo pensar de una mejor forma. Me inclino hasta estar a la altura de Namjoon y dejo un pequeño beso en su frente, seguido de una disculpa. Sus manos intentan sujetarse a mis hombros, pero no permito que lo haga, tomo sus manos y lo entrego al guardia que me habló. Mi ira vuelve a hacerse presente e incluso siento como mis ojos cambian de color y se muestran los ojos de mi lobo.
—Lleva al cachorro con sus padres, si algo le ocurre a él o su familia...
—Los cuidaré. —Toma en brazos a Namjoon y me hace una reverencia—. Estoy a sus ordenes, príncipe Min.
Escucho los gritos y suplicas de mi pequeño, pidiendo que lo dejen quedarse conmigo, suplicando por estar a mi lado, pero tan solo lo sube al caballo y se lo lleva lejos. Debo tensar con fuerza mi mandíbula para no ponerme a llorar, regreso mi atención a SeokJin y me dejo ver como el omega orgulloso y fuerte que entreno mi padre. Suelto un gruñido desde lo más hondo de mí, subo mis manos y me pongo en posición de ataque, dejando ver completamente mis garras que están a un solo movimiento de pasar a su estado lobuno. SeokJin intento hacer mas fuerte su aroma, pero solo obliga a que mi lobo luche contra los supresores que ingeri y tome el control de la situación, ambos conseguimos que nuestro aroma se vuelva tan picante y espeso que veo como varios de los guardias llevan su mano a su nariz para evitar respirar ese olor, algunos incluso comienzan toser como si estuvieran sofocados.
—Basta —dice Jin con su voz de mando.
—No, ahora te mostraré lo que hago para defender a mi gente. —Doy un paso al frente—. Te mostrare la diferencia de ser criado por un engreído a ser criado por un líder.
SeokJin me mira aturdido, como si no entendiera porqué no obedecí a su orden, pero creo que también tiene que ver mucho mis palabras. Lo dije una vez, no fui entrenado para ser una damisela en peligro, fui criado para ser un guerrero y un rey, estoy destinado a cuidar de los míos, de todos a los que amo. No pienso perder un enfrentamiento y mucho menos con él, el orgullo de mi niño y mio están en juego.
—Vamos al castillo, hablaremos ahí.
—¡No! ¡Tengamos un enfrentamiento! ¡Muéstrame de qué estás hecho! —Desgarro un poco mi camisa, los presentes sueltan un grito de sorpresa, pero no aparto mi mirada de él—. Da la cara por tus malditas acciones.
—Piénsalo, hay niños como Namjoon, ¿quieres que nos enfrentemos delante de ellos?
No es necesario que mire a mi alrededor, es cuestión de olfatear el aire y agudizar aún más mi oído. Tiene razón, puede ser peligroso para ellos, pero tampoco me voy a quedar quieto, no voy a dejar que esto pase por alto. Lentamente voy incorporandome de una forma correcta, hago que mi aroma disminuye y eso lo hace bajar la guardia. Solo doy un paso, pero eso es suficiente para alcanzar su brazo, lo tomo con fuerza y en un movimiento rápido lo dobló hasta que escucho como el suelta un quejido y sus rodillas ceden hasta hacer que se arrodille. Solo lo dejo así un par de segundos, lo suelto y voy hasta su caballo para tomarlo. Varios guardias se acercaron a él para ayudarlo, pero solo los apartó con violencia y se giró a verme con la misma.
—Esto aún no acaba. —Tomo con fuerza las riendas del animal—. El enfrentamiento aún está en pie, lo tendremos tarde o temprano.
No dejo que responda, solo hago que el caballo empiece a galopar con gran velocidad en un intento de alcanzar al guardia que se llevo a mi dulce cachorro.
—¡No puedo creer que hayas hecho todo eso! —SeokJin cierra la puerta con violencia una vez que entra a la habitación— ¡Te dije que no podías salir solo! ¡Incluso me has humillado frente al pueblo!
—Tu humillación es irrelevante para mí, ¿y qué crees? ¡Sali con Namjoon y no morí! —Me giro a verlo con gran molestia, siento como mis colmillos empiezan a salir de nuevo y mi lobo aulla para que salte en contra de aquel alfa—. Te dije que no debías hablarle así ¡es un niño! Tampoco tenías derecho de amenazarlo, estaba haciendo exactamente lo que yo le pedí, si vas a castigar a alguien será a mí. —Lo señalo—. Aunque no te lo dejaré fácil. Te lo advierto, si le tocas un solo cabello o si le haces algo al niño te juro que...
—¡¿Qué mierda harás?!
—¡No me retes, Kim SeokJin! ¡No sabes lo que soy capaz de hacer por la gente que quiero! —Me acerco a él y lo tomo de su ropa—. Soy capaz no solo de matar, si no de morir por ellos. Si haces algo en contra de Namjoon, soy capaz de hacer que todo el reino de Elekti venga en tu contra, y la guerra que tanto se quiso evitar tendrá lugar en este lugar ¡y tu cabeza será mi trofeo!
—Se de lo que eres capaz. —Suelta un gruñido el cual respondo de la misma manera—. ¡No solo pusiste tu vida en riesgo por un jodido sirviente! ¡Tuviste la osadía de provocarme frente a mi pueblo y de humillarme! ¡¿Sabes lo que te pudo pasar?! —Me toma de los hombros—. ¡Yo responderé eso! ¡No tienes ni una maldita idea de lo que te pudo pasar por estar con ese sirviente!
—¡No te expreses así de Namjoon! —Comienzo hacer mi aroma más espeso en un intento de intimidación—. Te lo dije SeokJin, debes tratarlo con respeto.
—Es un sirviente —dice con los dientes apretados.
—Es mi niño —digo con ira, mientras mis garras empiezan a enterrarse en su ropa—. Él es lo único puro que hay en este maldito lugar, la única sensación de nobleza y gentileza que podré tener aquí.
Veo como su mandíbula se tensa con fuerza, su aroma se vuelve más pesado, como si intentara amenazarme o al menos hacerme ceder, pero no sucederá, nunca, primero soy capaz de abrirme la garganta con la espada que tengo escondida, antes que dejarme someter por él. Mi tía no se mató entrenandome para ver como me dejo dominar por un alfa que no es digno de ser llamado príncipe. Después de varios segundos, SeokJin deja su molestia de lado, su aroma empieza a disminuir e incluso la presión que ejercía sobre mis hombros desaparece.
—Creí que verias eso en mi.
—¿Cómo verte así si estás maltratando a un niño? —Pregunto con la mandíbula tensa—. No puedo verte como un apoyo o como alguien de confianza en mi estadía aquí si estás haciendo lo que más odio en el mundo. —Sujeto con más fuerza su ropa y dejo escapar un gruñido—. Abusas de todos por tu posición, utilizas tu apellido y tu poder para intimidar, no eres más que un imbécil y me desprecio por haber creído que eras diferente.
Poco a poco la ira que desprendía su aroma se va, pero deja paso a otra cosa, mi nariz parece percibir una pizca de tristeza en su aroma y por un momento me siento mal por él, sin embargo, continuo firme con mi postura. Podría verse arrepentido, pero eso no significa que sea verdad. Posiblemente no sea el mejor entrenado en ese sentido, mas puede que sea un buen mentiroso y sea capaz de controlar su aroma para manipular a las personas. No pienso ceder, no pienso ser uno más que caiga en sus mentiras.
—Estoy intentando todo lo que está en mis manos para que esto funcione, Yoongi, sé que no querías estar atado a mí, pero en verdad estoy intentando que esto no sea un sufrimiento para ti —dice más calmado—, no soy el monstruo que crees que soy, en verdad que no.
—¿Y por qué actúas como tal? No quieres que te vea así, pero es exactamente como te comportas. SeokJin, yo en ti no veo a alguien a quién pueda llamar amigo.
Él tan solo se encoge un poco en su lugar y baja la mirada, lentamente lo voy soltando y dejo mis manos puestas en su pecho, veo como lentamente sube sus manos y las pone sobre las mías. Sus manos se sienten tan calidas contra mi piel, que por un momento olvido que estábamos discutiendo; sin embargo, mi instinto me vuelve a poner en alerta. Esto puede ser una trampa, debo tener cuidado con lo que hace, si pasa algo será muy tarde para correr por mi espada.
—Mejorare —murmura— tienes razón, he estado actuando como un idiota, pero lo único que tengo como defensa es que... así me criaron y según mi padre es así como debo ser.
—Eso es una crianza deplorable, no puedes comportarte así con las personas que trabajan para ti. —Tenso mas la mandíbula—. Estos sirvientes, estos vendedores, cocineros y demás, son personas y también sienten, merecen un trato digno. —Aparato una de mis manos de la suya y lo obligó a mirarme—. No deben ser tratados como seres inferiores pues por ellos este castillo esta limpio, sin ellos se vendrían abajo y la comida que está en tu plato no se hará sola, SeokJin.
—Me gusta más que me digas Jin —murmura—, solo tú me has dicho así.
—No he estamos hablando de eso. —Golpeo con algo de fuerza su brazo—. No cambies el tema.
—Lo siento, tienes razón. —Suelta un suspiro—. Debo tratarlos mejor y sobre Namjoon, le debo dar una disculpa, él no tiene la culpa de que hayas ido al pueblo ¿cierto?
—Mi pequeño me intento detener, en verdad. —Lo suelto completamente y doy dos pasos hacía atras—. Entiendo que no querías que saliera del castillo para que no me pasará nada en el pueblo, pero mirame, estoy bien.
—No sabían que eras mi esposo, así que por eso no hicieron nada, además de que no se dieron cuenta de que eres un omega. —Frunce el ceño y se acerca más a mi—. Me debes una explicación, tu aroma a arándanos no lo pude percibir al principio, ¿de donde sacaste los supresores?
Me tenso en mi lugar al escuchar esas palabras, bien, eso no lo pensé bien. Los supresores son casi ilegales en este lugar, salvo para los empleados de la realeza, supuestamente para que no tenga pretexto para no dejar el trabajo. Debo de pensar en como librarme de esta, mamá se decepcionaria si no salgo de una situación como esta, ella ya hubiera tenido una respuesta en cuestión de segundos.
—Yoongi.
—Es secreto —digo con firmeza—, si te lo digo capaz que meto en problemas a...
—¿De donde los saco Namjoon?
—Se los robe a su mamá. —Me cruzo de brazos—. Él mencionó que a veces su madre los usaba así que yo entre a su habitación y los tome. —Me encojo de hombros—. Ni Namjoon sabe que lo hice.
SeokJin me mira con atención, parece que esta evaluando mis movimientos para ver si estoy mintiendo, pero sigo firme, incluso elevó un poco más mi barbilla para no verme nervioso, aunque creo me veo más arrogante. Prefiero que me vea de esa forma a que pueda ver en mí un rastro de duda.
—No vuelvas a usar eso —dice serio—, odio no oler tu aroma.
—Eso no debería importarte. —Lo miro mal—. Mi aroma debe ser lo de menos.
—Bueno, he de confesar que tu aroma me resulta muy agradable. —Aparta la mirada un poco— Desde el instante que entre al salón tu aroma fue lo primero que pude percibir.
—¿Qué?
El regresa su vista a mi y tan solo me sonríe, y por primera vez no se que pensar. Sin decir más se da la vuelta y sale de la habitación, dejándome totalmente intrigado. Una idea cruza por mi mente al recordar sus palabras y eso hace que mi lobo se remueva inquieto.
—No te preocupes. —Acarició la mejilla de Namjoon—. Sin castigos para ti, ni hoy ni nunca.
—Su esposo debe estar furioso.
—Yo sabré como manejarlo. —Sonrió—. Así que deja de preocuparte y come otra fresa.
Después de que SeokJin se fue me puse a buscar a Namjoon, lo encontré asustado en los establos. Dijo que tenía miedo de ir conmigo porque creía que me metería en más problemas junto con él, lo hice salir de su escondite e intente calmarlo, ambos nos encargamos de lavar las fresas y ahora estamos sentados en el jardín comiendo.
—¿En verdad no quiere al príncipe Kim? —pregunta de la nada.
—¿Y por qué debería hacerlo? Namjoon, debes entender que querer es una palabra fuerte dependiendo como la uses —digo con seriedad—, SeokJin no es tan idiota como pienso, pero no lo conozco y si lo que preguntas es si lo quiero como mi pareja pues no. —Hago una mueca—. Porque para llegar a esa clase de cariño se necesita de un gran acto, se necesita más que pequeñas palabras. El amor es algo que sobre pasa nuestra vida, algo que va más allá de los dioses incluso.
—¿Pero al menos le agrada algo de él?
—Bueno, pero si no me pusiste atención. Hoy estas muy pregunton. —Me río al ver como me sonríe mostrandome sus bonitos hoyuelos—. En fin, lo que me agrada de SeokJin es que es muy comprensible en algunas ocasiones, me entiende aunque es muy estúpido y termina haciéndome enfadar.
—¿Le gusta físicamente?
—¿Qué demonios? Basta con las preguntas sin sentido. —Pellizco su mejilla—. Si tanto quieres preguntar mejor vamos a mi habitación para estudiar, quiero ver como vas con tu forma de escribir.
—¡Hyung!
—¡A estudiar!
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