París
Claxon.
–¡Ugh, Kojiro!– gritó Miya –Kaoru lleva tocando esa cosas cinco minutos–.
–Ya voy– respondió el peliverde desde su habitación. Dio una última mirada a su maleta.
Ese día empezaban su intercambio a Francia. Serían todo un mes conviviendo con Kaoru y compartiendo cuarto con él. Eso era lo que más le emocionaba, siempre lo hacía feliz el verlo dormir. Se veía tan sereno y tranquilo.
Bajó corriendo y se despidió de su familia. Subió al auto del pelirrosa.
–Estamos quince minutos tarde– lo regañó su mejor amigo.
–Sí llegaremos, tranquilo– se apoyó contra el asiento.
–¿Todo bien?– empezó a manejar.
–Me desvelé con la banda anoche– respondió –Estamos en un bloqueo creativo–.
Su compañero soltó una risita –Así es la vida de un artista–.
–Supongo– murmuró –¿Tú qué tal?–.
–Estoy emocionado– confesó –Estoy ansioso por pasar todo este mes contigo– se sonrojó ligeramente.
–Estoy igual– sonrió –Prométeme que no discutiremos–.
–¿Por qué lo haríamos?–.
–Cuando las personas empiezan a vivir juntos tienden a tener varios problemas–.
–Kojiro, somos un par estudiantes,no una pareja casada. A menos que nos emborrachemos lo suficiente y encontremos una linda iglesia–.
Las mejillas del peliverde tomaron un tono rojizo.
–De acuerdo, pero si nos casamos, tú usarás el vestido– bromeó.
–Oh, pero si a ti se te vería divino– contestó. Se mordió el labio –¿Y qué hay de la luna de miel?–.
–Podemos patinar por la torre eiffel–.
–¿Entonces no habrá acción en la cama?–.
–¿¡QUÉ!?– gritó.
Soltó una carcajada –Deberías ver tu cara ahora, Kojiro. Te ves tan adorable cuando entras en pánico–.
–Es que tú sólo dices cosas raras– se volteó intentando ocultar su sonrojo.
Siguieron bromeando el resto del camino. Decir que no les emocionaba esta experiencia sería mentira. Les agradaba pensar en las posibilidades románticas que podían suceder por accidente. Aunque ninguno de los dos estaba consciente de que el otro también esperaba una oportunidad así.
Al llegar al aeropuerto, se reunieron con sus compañeros. Se encontraron con Oka y Hiromi. No era de sorprenderse, pues iban en su mismo curso.
Sin embargo, no fueron los únicos músicos que se toparon.
–Pero si es la banda de principiantes– soltó Ainosuke –¿Planean también contaminar París con sus tontas canciones cursis?– se burló.
–Oye, tú lo contaminarás con tu sola presencia. Viéndolo de ese modo, lo que hacemos no es tan malo– contestó Oka con una sonrisa egocéntrica.
–Tsk, como sea– giró los ojos –Veo que tú también irás, bello Kaoru– lo miró coqueto.
–Y ya empiezo a arrepentirme– forzó una sonrisa.
–Bueno, al menos no me perderé de ver esta belleza de rostro– se pegó Kiriko a Kojiro.
Este sonrió nervioso y se separó lo más disimuladamente posible.
–Ainosuke, ya compré las almohadas para cuello– llegó Tadashi.
–¿Y él qué hace aquí?– frunció el peliverde el ceño –Ya ni siquiera está en la preparatoria–.
–Te sorprendería el poder que tener dinero da– rio Ainosuke.
–¿Ah sí? ¿Entonces te llevarás a toda la banda?–.
–Nah, no pude meter a Takashi, pero no importa– se encogió de hombros –Le dejé una tarea antes de irme– sonrió –Como sea ¿Quieres que vayamos sentados juntos, Kaoru?– acarició su cabello.
–Iré con Kojiro– se enganchó al brazo de su mejor amigo.
–Tú te lo pierdes– gruñó.
"Pasajeros al vuelo 45 con destino a París, Francia, el abordaje está empezando justo ahora"
Los adolescentes tomaron sus maletas y se dirigieron a su respectiva puerta.
Los Cherry Blossoms estaban conscientes de que Love Hug se había molestado desde que se dio cuenta que ahora ellos tenían a Langa. A quien Ainosuke le suplicó formar parte de su banda. Aunque también habían logrado notar que este enojó afectaba de manera a Kiriko. Pues ella sabía que fue la segunda opción.
El vuelo duró catorce horas. Esto podría parecer mucho para la mayoría de las personas. Sin embargo, los mejores amigos lo tenían más que cubierto. Habían descargado tres series y dos películas. Además de una inmensa playlist de spotify.
Oka y Hiromi tenían descargadas aplicaciones que imitaban sus respectivos instrumentos, por lo que se pasaron la mayor parte del viaje componiendo.
Love Hug, al tener a Ainosuke como líder, viajaba en primera clase, por lo que tampoco podían quejarse de las largas horas de vuelo.
Cuando aterrizaron, Kaoru yacía dormido sobre el hombro del peliverde. Este gruñó al pensar que debía despertarlo. Le hubiera gustado congelar ahí el tiempo. Sin embargo, era algo imposible.
Lo sacudió con dulzura hasta que este abrió los ojos.
–¿Ya llegamos?– preguntó.
–Mhm– asintió el mayor.
–Menos mal, me estaba doliendo el cuello– sonrió.
Fueron hacia el hotel. El primer día lo usaron para pasear y conocer el lugar. El pelirrosa era el más encantado con la ciudad. Podía sentir esa atmósfera romántica por todo el lugar. Era encantador.
El hotel también era lindo. No el más elegante, pero tampoco lucía barato.
Era ahora que la verdadera aventura comenzaba. Pues Kaoru se había propuesto no irse de la ciudad sin decirle sus sentimientos a Kojiro.
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