Se habían juntado en el sótano de Kojiro para practicar. Langa se había adaptado muy rápido a la rutina y a sus nuevos amigos. Se llevaron bien casi al instante.

Ya le habían explicado el por que de la agrupación. Cosa que conmovió mucho al peliceleste y se ofreció a ayudarlo a escribir la canción de amor perfecta.

—Oye, Kojiro— se asomó Reki —¿Has visto mi cargador?— entró.

El peliceleste se sobresaltó al instante y se le quedó viendo.

—¿R-reki?— tartamudeó.

—¿Hasegawa?— sonrió —Qué sorpresa verte aquí ¿Formas parte de la banda?— se acercó a él.

—Soy nuevo— se sonrojó —¿Y tú qué haces aquí?—.

—Pues es mi casa— rio.

—¿¡Qué!? ¿Vives aquí? ¿Aquí comes y duermes?— se hiperventiló.

—Emm ¿Eso no hace uno usualmente en su casa?— arqueó una ceja.

Soltó una risa nerviosa —Cierto—.

Hiromi y Oka ladearon la cabeza.

Kojiro lo miró coqueto.

–Oye, Reki, mi cargador lo llevó Miya– abrazó a Langa por los hombros.

Bufó y giró los ojos –De acuerdo, los dejó practicar. Adiós, Langa–.

–Adiós– dijo lo más rápido que pudo.

El pelirrojo salió del lugar.

–Entonces te gusta mi hermano– soltó –Le voy a decir–.

–¡Si lo haces, yo le diré a Kaoru que te masturbas en los baños de la escuela pensando en él!– gritó.

–¿Qué?– lo miraron Oka y Hiromi.

–Pero no lo grites– se sonrojó –¿Qué tal si pensamos en la nueva canción? Debe ser mejor que la anterior–.

–¿Qué te parece algo personal?– preguntó Langa –Ya que la pasada no captó que era para él–.

–¡No puedo hacer eso!– respondió con rapidez –No quiero declararme directamente, eso podría salir mal– jugó con sus dedos.

–¿Entonces cómo quieres que se de cuenta?– frunció el ceño.

–¡Lo mismo aplica para ti con Reki!– hizo una pausa –Espera, entonces ¿La canción que nos tocaste era para él?–.

–Sí– se sonrojó –Tu hermano llegó para cambiar mi vida entera. Yo era nuevo en la escuela y todos me juzgaban. Las chicas no dejaban de verme y susurrar. Y los chicos se veían indiferentes a mi llegada–.

–Amigo, lo de las chicas era por que les gustaste– soltó Hiromi.

–Y los hombres solo estaban decepcionados de que la nueva persona no fuera una mujer– agregó Oka.

–Oh, eso explica muchas cosas‐ se sorprendió –Pero el punto es que pasé varias horas libres solo. En mi quinto día de clases, Reki se había lastimado el brazo y no podía jugar con sus amigos. No le quedó de otra que sentarse y curiosamente eligió mi mesa– sonrió –Fue el primero en hablarme y mostrarme una sonrisa genuina– murmuró –En Canadá, mi vida era simple. Mi mamá y yo nada más. Sin amigos ni nadie con quien platicar. Y cuando me mudé a Japón parecía que todo sería igual. Pero llegó a él a cambiar la estación de mi corazón y escuché por primera vez una sinfonía– acarició su piano –Me encantaría tener tu valor y mostrarle mi canción– murmuró –Por eso escribe con tu corazón. No busques lo comercial–.

Tragó saliva.

–Quiero darle otro intento a esto– abrazó su guitarra.

–Eres terco ¿Sabías?– rio –De acuerdo ¿Cuál fue su proceso anterior para escribir?– miró a los demás

–Pues todos contamos como nos hemos sentido con nuestros antiguos intereses amorosos– respondió Hiromi.

–Entonces fue una mezcla de todos. Que tierno– acomodó su teclado –¿Quieres continuar con esa técnica o ser cien por ciento tú?–.

–¿De qué hablas?– arqueó Oka una ceja.

–Pues es una canción para que Kojiro se declare. Si todos mezclan sus experiencias, es normal que Kaoru no lo entienda del todo. Está recibiendo señales mixtas–.

–¿Cómo?– ladearon la cabeza.

Soltó un pesado suspiro. No podía creer que los de un grado mayor fueran más despistados que él.

–Ok, les daré este ejemplo. Digamos que Kojiro le dice princesa a Kaoru–.

–¿Cómo sabes que lo hago?– lo interrumpió.

–No tenía ni idea– respondió confundido –Ese no es el punto– sacudió la cabeza –Tú le dices así, pero Hiromi le dice a su interés corazón. En la canción puedes contar toda tu historia con Kaoru, pero esa palabra puede confundirlo. Entonces no se dará cuenta que es para él. Ya que, a como veo, no planeas decírselo–.

–Ugh, todos ustedes son patéticos– sonó una voz más joven y apareció un chico de cabello negro y ojos verdes detrás de la batería.

–¿Cuánto tiempo llevas aquí, Miya?– gruñó el peliverde.

–Oye, es mi casa también– respondió a la defensiva –Por cierto, qué mal gusto tienes– miró a Langa.

–No vayas a decir nada– ordenó su hermano mayor.

–Como si me importara– devolvió la mirada a su nintendo switch –Si quieres hacer que se de cuenta, ten huevos y decláratele como alguien normal. Si no, eres capaz de arruinar todo– se fue del cuarto.

–¿Él no le dirá nada a Reki?– miró Langa con miedo al peliverde.

–No, tranquilo– suspiró –Entonces ¿Debo hacer una canción directa?–.

–Es lo más lógico. A menos que quieras seguir complicándote la vida– acarició el teclado –Tengo una idea para una melodía, pero necesita letra–.

–¿Es una balada?– preguntó Oka –Porque ese no es realmente nuestro estilo–.

–A mí sí me gustan– respondió Hiromi con un puchero.

–¿Enserio?– lo miró –Lo siento, entonces tal vez algún día podamos hacer una– se rascó la nuca.

–Solo que hay un detalle– interrumpió Langa –Necesitaremos una trompeta–.

–¿Una trompeta?– arqueó una ceja –Oye ¿Estás seguro?–.

–En Canadá tomé clases de composición y estuve en orquestas, así que sé del tema. Estoy más que seguro que necesitamos una para que la melodía sea perfecta. Luego solo ocuparemos la letra– sonrió –Intenta recordar momentos con Kaoru que te hayan hecho feliz–.

–De acuerdo– murmuró –De hecho, creo que sé dónde podemos conseguir una trompeta– soltó una risita burlona.