Se supone que el amor verdadero solo llega una vez en la vida, a veces tarda mucho y otras veces ni siquiera aparece.

Yo a mis 20 años ya lo había encontrado, pero tan pronto como llegó se fue.

Do KyungSoo era el ser humano más hermoso sobre la tierra, era perfecto en todos sentidos, era la creación más divina de Dios y no me cansaba de agradecerle nunca por su bella existencia.

Pero al igual que todo lo bueno, nada dura para siempre.

Es por eso que estaba allí en la mitad de la noche, en el mismo puente de los cerezos al que veníamos todas las tardes a ver el atardecer, el mismo puente donde nos besamos por primera vez y el mismo puente en el que me dijo que debía marcharse.

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Un día él se me acercó mientras botaba la basura, estaba asustado y me preguntó mostrándome una fotografía, si había visto a su perro. Me quedé paralizado, como un completo idiota, porque no podía creer que existiera alguien tan hermoso.

Oye ¿Estás bien?   Me acuerdo que preguntó sacándome de mi transe.

Demonios.. me hubiera gustado dar una mejor primera impresión.

Me ofrecí a ayudarlo en su búsqueda y rápidamente aceptó, ya tenía una excusa para seguir admirando su hermoso rostro más tiempo. Intenté entablar una conversación pero estaba demasiado afligido por no encontrar a su pequeño amigo, así que usé todo de mi para encontrar al can.

Luego de una media hora recorriendo el vecindario, lo encontré y Dios... Fue cuando vi su sonrisa por primera vez, quedó tatuada en mi mente y corazón. Quise gritar de la emoción cuando puso sus brazos al rededor de mi cuello y luego de abrazarme besó mis mejillas en agradecimiento.

Comenzamos a salir a caminar con la excusa de pasear a nuestras mascotas, resultó que vivía a solo 3 casas de distancia de la mía, nunca en los 10 años que llevaba viviendo ahí supe de su existencia.

El me dijo que me había visto muchas veces, por eso fue con confianza hacia mí, creo que se molestó cuando le dije que jamás lo había notado por el vecindario.

Al pasar de los días, las salidas se hicieron más largas y poco a poco los perros dejaron de aparecer, solo éramos nosotros dos y no podía pedir nada más.

Me asombré cuando me di cuenta que era cuatro años mayor que yo, también me asombré cuando encontré su Instagram y vi sus fotos.. el maldito era un exhibicionista y yo me deleite con todas esas imágenes claro que si, había una que me gustó más que las otras.. era de él recostado sobre su cama boca abajo con su remera negra levemente levantada y con las sábanas cubriéndole su trasero, en ese pedazo de piel se podía ver un hermoso tatuaje de unas flores de cerezo.

Do KyungSoo era arte pura y a mi me tomo solo 38 días darme cuenta de que estaba enamorado.

Recuerdo el día en el que me consoló por haber reprobado un examen, me abrazó y besó mi mejilla, sus labios se sentían perfectos sobre mi piel.

– Todo va a estar bien JongIn-ah, solo es un número, tu eres mucho más que eso.

– Pues para mí familia no, a ellos les importa mucho el maldito número que supuestamente definirá mi futuro, no soy importante para ellos ni para nadie.

– Para mi sí, para mí eres muy importante Nini.

No sé como hice para contenerme, quería tomar su rostro y besar esos hermosos labios pero no lo hice, seguía pensando que para él solo era un amigo.

Aquí es la parte en la que todo cambia, había dejado de aparecer en mi puerta por las tardes, iba a buscarlo a su casa pero nadie abría, así pasé una semana sin saber nada de él y mi corazón dolía, dolía mucho.

Un día volviendo del supermercado con mi madre lo vi de pie junto a la puerta de mi casa, dudaba en si debía golpear, me entristeció verlo rendirse y alejarse, así que, dejé a mi mamá con las bolsas y corrí detrás de él.

Se asustó cuando toqué su hombro, pero creo que el susto más grande me lo llevé yo cuando vi su bello rostro todo golpeado. Lo tomé suavemente del brazo y lo llevé hasta el puente de los cerezos.

Y ahí fue cuando lo dijo, estaba enamorado de mi y estaba seguro de que yo también de él, quería comenzar una relación formalmente pero antes quiso contarle a sus padres... Su rostro al narrarme como su padre lo golpeaba sin piedad mientras su madre lloraba porque tenía un hijo homosexual.. no puedo describirlo.

–Me dejaron encerrado en mi habitación y aproveché que hoy salieron para escaparme... Tengo mucho miedo JongIn.

Lo tomé entre mis brazos y nos hundímos en un cálido abrazo.

–Hyung no tengas miedo, ya voy a encontrar la forma para que seas libre.

Se separó de mi abrazo y me miró con sus grandes ojos cristalizados por las lágrimas que amenazaban con salir, un débil gracias salió de sus labios y no dudé en tomarlos entre los míos

Haberlo besado en ese momento fue lo mejor que pude hacer, sus labios tan suaves sabían a durazno  como siempre imaginé, fue la gloria misma, la mejor sensación que había sentido hasta el momento.

Ese mismo día mi madre nos acompañó a hacer la denuncia y tres días después el padre de KyungSoo desapareció sin dejar rastro, su madre no estaba casi nunca en casa y cada vez que lo veía le rogaba que desapareciera de su vida y así lo hizo hyung, con un poco de mi ayuda logró alquilar un pequeño departamento compartido en el centro.

Nuestros días volvieron a ser lo que eran antes, aunque mucho mejores claro, ahora tenía el permiso de besarlo y tocarlo todas las veces que quisiera.

Recuerdo la primera vez que hicimos el amor.

Estaba nervioso porque era mi primera vez así que tomé su consejo y me dejé llevar. Recorrí su maravilloso cuerpo con mis manos, descubrí que tenía más tatuajes y los besé a todos, eran doce en total, pero mi favorito era el de las flores de cerezas que tenía en su cadera. Fue glorioso el tenerlo debajo de mi, maravilloso fue oírlo gemir mi nombre y prodigioso el momento en el que ambos llegamos al orgasmo.

Te amo fue todo lo que logré decir antes de caer dormido a su lado.

Pero no todo era color de rosa, al igual que todas las parejas teníamos nuestras peleas y la mayoría eran por mi culpa, pero a diferencia de como suelen decir en los libros o mostrar en las películas, ninguna de ellas terminaba en sexo. Todo lo contrario, volvíamos cada uno por su lado jurando no hablarnos nunca más, aunque claro, no durábamos más de dos horas. Había momentos en los que llegaba a casa y tenía mensajes de él pidiendo disculpas o yo disculpándome primero, una vez quise llamarlo pero la línea estaba ocupada.. el estaba intentado llamarme a mi también.

Recuerdo el día en el que lo acompañé a su casa, extrañaba a su madre pero no quería ir solo, no creí que fuera buena idea ir pero él insistió. Cuando llegamos estaba vacía y sin ningún cartel de "se vende" o algo así. Lo llevé a mi casa y lloró como un niño, no dejé que se fuera así que durmió allí por primera vez. Mi madre no dejó que durmieramos en la misma habitación pero importandome poco me escabullí en la noche para dormir a su lado.. Me gané unos golpes en la cabeza de parte de mi mamá y su bolso, pero valió la pena.

Cuando cumplimos 3 meses de habernos conocido tomamos la muy alocada decisión de hacernos un tatuaje, fue el primero y único que me hice, dos pequeñas cerezas en mi hombro derecho. KyungSoo ya tenía uno ahí así que se lo tatuó en su pectoral izquierdo, en el corazón.

Siete días después quedamos de vernos en el puente de los cerezos y allí fue cuando me dijo que se iba. Había recibido una llamada de su madre diciéndole que se encontraba en otra ciudad y que le pidió que volara lo más pronto posible, que era una emergencia y que le había depositado el dinero para el boleto. Al principio me opuse, no me pareció para nada una buena idea, pero él se veía tan entusiasmado y no quería que discutiéramos, menos cuando él quería irse ese mismo día y ese era nuestro último momento hasta que regrese. Así que lo acompañe a buscar algunas cosas y luego de sacar el boleto y esperar una hora, debía dejarlo solo pues ya tenía que abordar el avión.

– ¿Cuándo volverás?

–No lo sé, no creo que sea mucho tiempo, quizá una semana.

–Sabes que voy a  extrañarte cada maldito segundo.

–Lo sé jagi, yo también lo haré– dijo mientras tomaba mis manos y las besaba.

–No dejes que te lastimen, por favor cuídate mucho y regresa sano– me solté de su agarre para tomar su rostro entre mis manos y unir nuestras frentes –Te escribiré todo el tiempo, por favor respóndeme.

–Lo haré bebé, te amo.

Me abrazó por la cintura y unió nuestros labios en un apasionado y largo último beso.

Y esa fue la última vez que lo vi.

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Habían pasado 388 días desde que no sabía absolutamente nada de él, nunca respondió mis mensajes ni llamadas, sus redes sociales se encontraban inactivas y... Tengo que seguir con mi vida, aunque no es nada fácil.

Todas las noches luego de la universidad y algunas mañanas vengo a este maldito y majestuoso puente a esperarlo, sabiendo que no va a llegar, ya habían pasado más de un año y mis esperanzas son pocas. Tomé del bolsillo derecho de mi chaqueta una hoja de papel arrugada con una carta que escribí para KyungSoo y comencé a leer en voz alta.

En esta hermosa luz de luna a estas altas horas de la noche me he dado cuenta de que te he extrañado mucho. Todas las promesas que no pude cumplir están flotando como las estrellas, el viento que sopló en esta larga noche lo sentí como si fuera tu respiración. Cayendo sobre mi por el viento ¿Son las flores de cerezo tan solitarias que se parecen a ti, más profundas que una herida grabada en un cofre contigo?. Quiero deshacerme de todos los malos recuerdos, los dias que pasamos juntos fueron tan claros y brillantes. En la oscura luz de la luna es tan triste, si tuviera que intercambiarlo todo solo para verte otra vez  lo haría, te sostendría entre mis brazos y te diría que en esos cien días que pasamos juntos, este sueño fue el mejor que el de cualquier otro día, fue tan hermoso que lo amé.

Terminé de leer entre lágrimas y volví a poner la hoja en mi bolsillo.

–Eso fue hermoso ¿Tu lo escribiste?– dijo una voz conocida detrás mío.

Me di vuelta lentamente y era él.. era KyungSoo.

Luego de un año desaparecido al fin había vuelto, tenía muchas preguntas.. demasiadas. Pero corrí a sus brazos y el mundo se detuvo, lo abracé con fuerza al igual que él, sentí sus lágrimas empapando mi camiseta y lloré.

–P-perdoname j-jagi– dijo entre sollozos –perdoname por favor.

–Shhh– fue lo que logré articular antes de besarlo con todas las ganas que había acumulado en estos 388 días separados.

Si, me debía muchas explicaciones, pero en ese momento no importó.

Lo tenía conmigo de nuevo bajo la lluvia de flores de cerezo.

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Llevo mucho tiempo queriendo escribir un fic con esta canción, es mi canción favorita de la vida jajaja sjdbdjdjdu y tomé esta oportunidad.

FELIZ CUMPLEAÑOS UnicornGened 🌸❤

Gracias por tus hermosas historias, espero que esta te guste, porque es para tí.

✨KaiSoo lives✨