Capítulo 01: Recuerdos inevitables

CINCO AÑOS DESPUÉS

Cuando era más joven, recuerdo haber tenido todo mi futuro planeado en tres pasos: me gradúo, entro a la universidad de medicina en Canadá y luego me voy de crucero con Alex. Era nuestro sueño.

Obviamente nada de eso sucedió.

Me enamoré, tuve un accidente, el amor de mi vida se casó con alguien más y yo tuve que seguir con mi vida con el corazón hecho pedazos.

Mi vida cambió por completo después de ese accidente, después de pensar que no fui suficiente para alguien que lo era todo para mí, después de sentir que era tan reemplazable a pesar de que distintas veces él me haya hecho sentir que nunca lo sería. 

Decidí mudarme a Barcelona con Alex, al inicio mi padre no estuvo de acuerdo en dejarme vivir sola en otro país tan rápido, pero lo hice igual.

Con mucho miedo, pero lo hice, todo con el fin de crear nuevos recuerdos, porque seguir en Alemania, solo me ataba a un dolor constante que me perseguía a donde quiera que vaya.

Nunca dejé de pensar en él, Marcus Beckham, el chico que se robó cada una de mis primeras veces. Pero aún así, después de mucho tiempo, mucha terapia, me animé a abrirme emocionalmente y conocer a alguien más.

A mi vida llegó Andrés, mi actual novio, nos conocimos durante los primeros semestres de carrera, nos hicimos muy amigos, empezamos a salir seguido, luego me di cuenta que estudiar medicina en realidad no era lo que quería o lo que me gustaba, así que dejé la carrera y decidí probar cosas nuevas, encontrar mi verdadera vocación.

Porque a medida que fui creciendo, me di cuenta que solo quería estudiar medicina para seguir los pasos de mi padre, porque lo admiraba desde muy pequeña y en todo quería ser como él. También caí en cuenta que quería estudiar en Canadá solo para estar más cerca del lugar donde creció mi madre y así conocer más sobre ella.

Ahora tenía 23 años y todo era muy diferente, estaba recién graduada de la carrera de publicidad y había empezado a trabajar en una agencia. 

No fue mi sueño desde muy pequeña, pero es lo que me gusta ahora. Y me di cuenta que soy bastante buena en todo lo que hago. Essence era la agencia digital más grande en Barcelona, que trabaja con las marcas más importantes del país, así que siempre había algo que hacer. 

Cuando llegué a las oficinas, le escribí los buenos días a mi padre y organicé todo lo que tenía pendiente para hoy. Esta vez, había un proyecto que me emocionaba muchísimo, Lodwest había abierto una sede hace poco aquí en España y se había asociado con Essence para llevar la cuenta principal en redes sociales.

Así que ahora, tenía antes que nadie una lista de las novedades para la creación de contenido. Pero hubo una que más llamó mi atención "Two broken hearts."

El próximo éxito del escritor del best seller "Deja Vu", Marcus Beckham.

Aproveché el momento para googlear a mi ex, ya no aparecía nada sobre el suceso de Ada o el último juicio de cuando tenía 17 años, ya nadie hablaba sobre eso, había pasado mucho tiempo.

Ahora su nombre estaba en alto porque iban a adaptar cinematográficamente su libro.

Yo no estaba enterada, hasta ahora.

Dejé de prestar atención a mi trabajo cuando recibí una videollamada de parte de Alex.

No la veía desde que inició diciembre, se había ido a Italia a pasar las fiestas con Daniel y su familia. Ahora estaba el departamento para mí sola.

Yo por mi parte, decidí quedarme un rato más y no viajar a Stuttgart sino hasta unos días antes de la víspera de navidad.

—Hola, ¿cómo va todo? No puedo hablar mucho porque estoy en el trabajo, pero que sepas que... —me interrumpió, enseñándome a la cámara un anillo en su dedo. Pegué un grito ahogado lleno de sorpresa— ¡No me lo puedo creer! —susurré para evitar llamar la atención en la oficina.

—Pues créelo, ¡tu mejor amigas se casa! —canturreó, sin poder ocultar su emoción.

—¡Felicidades!

—Estoy muy feliz, Em.

—Lo sé, desde el año pasado estabas tirándole indirectas a Daniel para que te pidiera casamiento. No me imagino tu reacción al ver que ya se decidió.

—Fue hermoso, me llevó a comer, al regresar al departamento nuestra habitación estaba llena de pétalos de rosa, me dijo cuánto me amaba y que no veía su vida sin mí, tuvimos sexo, como una luna de miel adelantada y pues también me dedicó una canción. Fue tan romántico.

—Gracias por los detalles, tampoco quería saber tanto.

Ella se echó a reír.

—Quiero que seas mi dama de honor y que me ayudes a planificar la boda.

—¿Ya tienes una idea de dónde quieres casarte?

—En la playa, específicamente en la casa de verano que tienen mis padres en Valencia.

—Amo ese lugar.

—Sí, es muy hermoso y más lo estará con mi increíble decoración... ¡No me puedo creer que me caso! —chilló de emoción.

Sonreí a la pantalla.

—Me encanta verte así de feliz, de verdad, pero tengo mucho trabajo, ¿te llamo a lo que salga de la agencia?

Ella me puso mala cara.

—Pues si no me queda de otra. Anda, que el trabajo sea más importante que la mejor amiga hasta en épocas navideñas.

—Pues es lo que me da de comer, ¿tú me das de comer?

—Ya hablamos de este tema, tengo suficiente dinero en solo mi bolsillo derecho para mantenerte toda la vida, Emery Adeline, pero eres muy difícil de alimentar, ¡no te gusta nada!

Reí porque era muy cierto. Soy muy quisquillosa con la comida.

—Sabes cuánto amo el café —me defendí.

—Y tú sabes perfectamente que eso no es comida, creo que hemos estado teniendo esta conversación contigo desde que estabas en el útero de tu madre.

—Ay, pero qué exagerada.

—Sí, seré todo lo que quieras, pero bueno, te dejaré en paz. Que no se te olvide mi existencia por andar con ese novio tuyo, te quiero.

—También te quiero y deja de meterte con Andrés, es buena persona.

—Lo sé, pero es chistoso molestarte con eso. 

Rodé los ojos sin poder ocultar mi sonrisa, siempre que podía me hacía un drama porque paso más tiempo con Andrés que con ella.

—Vale, cuídate y saluda a Daniel y su familia de mi parte.

—Lo haré. Adiós.

La videollamada finalizó, sonreí aún sosteniendo la última conversación en mis pensamientos.

Mi mejor amiga se casa.

No me puedo creer lo rápido que pasó el tiempo y lo feliz que me hace que la relación entre mis dos mejores amigos haya durado desde que estábamos en el instituto.

Bueno, es que también Daniel tiene demasiada paciencia.

Continué con mi trabajo, quería dejar todo el mes de enero programado para disfrutar sin inconvenientes mis vacaciones de invierno.

La navidad pasada la pasé en Barcelona con Andrés porque finalmente conocí a su familia, ahora, esta vez, ambos decidimos ir con la mía.

Siempre que iba a visitar a papá o a tía Morgan, iba sola, así que sería la primera vez que Andrés pisa Alemania.

—Emery, necesito que te encargues de los análisis y las nuevas campañas de la marca que lleva Sabrina, está en reposo todavía y necesitamos cubrir el primer mes con las próximas publicaciones —me ordenó mi jefa, Amaia.

—Claro, yo me encargo, no te preocupes.

—Excelente, ¿cómo vas con el planner? —me preguntó acercándose a mi computador para evaluar mi trabajo.

—Me falta poco para terminar con la última semana, estoy terminando evaluar las tendencias para enviar el planner a aprobación.

—Bien, lo necesito listo para el final del día de mañana.

—Oh, con respecto a eso, debo estar viajando este fin de semana. Puedo seguir enviando a distancia, pero si quiero estar para Nochebuena con mi familia, no puedo quedarme hasta la víspera de navidad como el año pasado.

—Vale, no hay problema, con tal y dejes todo listo antes de irte, por mí va genial.

—Gracias.

Ella me regaló una sonrisa antes de salir de mi oficina.

Continué con mi trabajo hasta la hora de almuerzo, siempre solía almorzar con Andrés en Duboo's, mi restaurante favorito de Barcelona. Así que lo esperé tranquilamente mientras revisaba mi Instagram.

—Hola, bonita, disculpa la tardanza, me había surgido un inconveniente con Andrea —me saludó al llegar dejando un beso en mi cabeza.

—Oh, ¿todo bien con tu hermana?

—Sí, nada de qué preocuparse. ¿Cómo te fue en la mañana con el trabajo que tenías que entregar?

—Bien, ¿y tú? ¿Día agitado? —pregunté.

—No mucho, pero papá me ha pedido que le ayude con el restaurante esta mañana. ¿Ya pediste?

—No, te estaba esperando.

—Vale —tomó el menú entre sus manos ojeando cada platillo—, ¿Qué te provoca comer?

—Creo que esta vez iré a por la paella, aunque no me resisto a la tortilla de patatas.

—¿Al fin te cansaste de pedir fideuá?

—Jamás.

—Pues yo sí pediré eso.

Hicimos nuestro pedido y mientras esperábamos a qué llegase la comida, decidí contarle sobre Alex.

—Amor, adivina quién se casa.

Él me miró pensativo.

—¿Tu primo?

—No, ¿Cómo crees? Apenas tiene 20.

—No lo sé —soltó una suave risa.

—Alexandra.

Andrés abrió los ojos con total sorpresa.

—No me lo puedo creer, finalmente Daniel se decidió.

Asentí con la cabeza.

—Pobrecito, Alexandra ya no hallaba como meterle presión —ambos reímos—. Pues me alegro muchísimo por ellos, se les nota que se aman, eso es bueno. ¿Piensan hacer la boda en Italia?

—No, más bien en Valencia, Alex quiere la ceremonia en la casa de verano de sus papás.

—Uh, lindo.

—Solo fuiste una vez.

—Y daría lo que fuera por estar allá una segunda. Adoro el mar.

—Algo que jamás tendremos en común.

Él me regaló una sonrisa burlona.

—Nunca entenderé porqué, ni que hubiese algo nadando debajo de ti que pudiese comerte. Conociéndote, solo pasarás la orilla.

No supe qué responder a eso. Andrés sabía sobre la existencia de Marcus, pero no toda mi historia con él, me limité a decirle muchas cosas.

Y gracias a eso, en mi mente tuve aquel recuerdo de cuando tenía 16 años y estaba pasando mi primera navidad con él en Australia. 


—Marcus... —hablé nuevamente, ahora más confundida.

Y así fue como solo con un bóxer negro se lanzó al lago.

Le miré sorprendida y él soltó una carcajada.

—¡¿Estás loco?! El agua debe estar helada, sal de ahí.

—No seas aguafiestas y ven a nadar un rato conmigo.

—Ni borracha —me negué.

—¿Por qué no?

—¿Y si hay algún animal nadando debajo de nosotros? No, gracias.

—No hay animales aquí, Cherry.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque he venido muchas veces a nadar y no ha salido el primero.

—Siempre hay una primera vez.

—Deja el miedo, prometo que nada te pasará.

—Igual no traje conmigo un traje de baño.

—Para algo te pones ropa interior todos los días. Anda, ven.


Cherry...

Recordar ese momento me hizo revivir tantas emociones al mismo tiempo, porque si que había pasado hace muchos años, pero vamos, fue mi primer amor y esa persona aunque no quieras, te marca por el resto de tu vida.

Mucho más si todo acaba de la forma en que sucedió conmigo.


—Si muero de hipotermia será tu culpa, Beckham.

—Ah, ¿Ahora nos llamamos por nuestros apellidos, Müller?

—No me digas Müller, soy Cherry.

Eso le hizo sonreír.

Me cargó por la cintura cuando ya estuve dentro y yo me aferré a él mientras más nos alejábamos de la orilla.

—¿Entonces te gusta que te diga Cherry?

Lo miré sin saber que decir.

—No.

—¿No?

—Es decir... si.

—¿Si te gusta?

—Es la costumbre, Marcus.

—Vale —dijo, sonriendo—. ¿No sabes nadar?

—Si sé, pero en una piscina, no para estar flotando en un lugar como este.

Él soltó una carcajada.

—Me encanta lo miedosa que eres.


No he podido escuchar la palabra "Cherry" en boca de alguien más sin recordarlo a él.

Y eso me hizo sentir mal, porque delante de mi tenía un chico encantador, alguien que me ha tratado de maravilla y lo quiero muchísimo.

Pero hay días que en mi mente sigue divagando ese hombre 10 años mayor que fue el responsable de muchas de mis primeras veces.

—Emery —él me sacó de mis pensamientos.

—¿Eh?

—Te quedaste en otro mundo, ¿todo bien? ¿En qué piensas?

—Ah, disculpa, es que me quedé pensando en algo del trabajo, ya sabes, no me gusta descansar ni siquiera en horas libres —bromeé.

Me sentí un poco mal al ocultarle este tipo de cosas, pero vamos, pasó hace años, no me apetece traer esa conversación devuelta y hacerlo sentir mal.

El camarero llegó a nuestra mesa con la comida.

—Muchas gracias.

Cuando quedamos a solas nuevamente, decidí hablar.

—Por cierto, tía Morgan nos invitó a cenar al llegar a Alemania para navidad.

—Sí, sobre eso... creo que no podré irme contigo.

—¿Cómo? ¿Por qué no?

—Me ha surgido un percance con el restaurante y necesito dejar todo listo para no agobiar a Andrea.

—¿Todo en orden?

—Sí, no te preocupes, pero llegaré para Nochebuena. Lo prometo.

—Está bien.

Luego de almorzar, regresé a la oficina acompañada de mi novio. Entré al edificio enviándole a tía Morgan por mensaje que Andrés no llegaría conmigo este fin de semana, sino la otra de arriba para Nochebuena.

—Emery, tienes una pauta con Vanilla & Sage mañana para la grabación de contenido, necesito también que vayas con Jordan a coordinar todo para la sesión de fotos —me avisó Amaia.

—Perfecto, estaré allí a primera hora. 

—Sí, pero inicia sin ella, estará en una reunión conmigo a las 9, ponle prioridad a los videos publicitarios, ya luego Jordan irá a ayudarte con las fotos.

—Vale.

Cuando me vi sola nuevamente, aproveché que ya finalizaba mi hora para ordenar todos los archivos de mi computador que utilicé para trabajar el día de hoy.

Tomé los informes de las novedades editoriales de Lodwest armando una pequeña carpeta antes de irme, este mes solo tenía asignados dos clientes, la tienda de ropa Vanilla & Sage, y por supuesto, Lodwest editorial.

La buena noticia es que ya no me quedaba casi nada de trabajo con V&S.

Terminé de recoger mis cosas para regresar a mi departamento, esta noche Andrés no me podía acompañar porque ayuda a su papá con el restaurante hasta tarde. Sin embargo, hacíamos todo lo posible por vernos casi todos los días, ya sea entre descansos de mi trabajo, por la mañana antes de cada uno tomar su camino o a la noche para compartir un rato.

Ahora el departamento lo tenía para mí sola porque Alex está en Italia con Daniel por navidad y año nuevo. Así que disfrutaba de mi propia compañía con un vino mientras aprovechaba de revisar mis redes sociales.

TikTok estallaba con videos de rumores de separación entre la actriz hollywoodense Jennifer Warmbridge y el escritor británico Marcus Beckham.

—Pobres niños —pensé en voz alta.

A día de hoy Marcus contaba con dos hijos, Russell, el mayor de parte de Ada Humphrey y el menor, Noah, producto de su última relación con Jennifer Warmbridge.

Apagué mi móvil dispuesta a ir a la cama cuando recibí el mensaje diario de parte de Andrés, mañana sería un día bastante agitado para mí, así que ya me preocuparía luego de terminar de hacer las maletas.


Trabajaré en el restaurante hasta tarde, me hubiese gustado verte un rato esta noche, pero pasaré por ti mañana temprano para dejarte en la agencia.

Descansa, bonita.


Andrés era un chico increíble con el cual formé una gran amistad antes que nada, con el tiempo terminamos teniendo sentimientos hacia el otro y ahora llevamos dos años juntos.

Sí, estoy enamorada.

O al menos eso creí hasta que regresé a un lugar en Alemania que no pisaba desde hace mucho tiempo.

Justo donde todo mi caos inició cuando tenía tan solo 16 años.

SORPRESAAAAA :)))

¿A que no me esperaban tan pronto?

Qué emoción compartir con ustedes por fin el primer capítulo, ya pudimos conocer nuevos personajes, pero todavía faltan muchos.

¿Hasta ahora qué opinamos de Andrés?

¿Si vieron que Alex y Daniel se nos casan? :00000 Honestamente estoy muy enamorada de esta historia, no se imaginan lo que está por venir, pero al menos ya tenemos un contexto más detallado de lo que ocurrió después de que Marcus y Em se alejaron.

Pero bueno, decidí actualizar hoy pq ya se acerca navidad y los primeros capítulos hablan de esa temporada, so. Espero les haya gustado mucho.

Prometo que nos veremos muy pronto :)))

Besos,

Paola Velásquez

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