Capítulo 48 | Easton

Easton

Mamá está dormida para cuando llego al hospital y aguardo en una silla mientras leo una revista y espero a que se despierte, me parece que transcurre mucho tiempo para cuando mamá despierta y una sonrisa se forma en su boca al verme.

─Easton, estás aquí ─dice cuando me acerco a saludarla.

─Hola, quise venir a verte temprano.

─¿Llevas mucho tiempo aquí?

─Quince minutos aproximadamente ─respondo al checar la hora en mi reloj, mamá asiente.

─¿Aun no encuentras un nuevo trabajo?

Me pregunta y aprieto los labios formando una fina línea al negar.

─Todavía no, aunque sigo buscando.

Respondo. He estado buscando un par de restaurantes, pero no le digo que ninguno termina de convencerme y que es probable que ninguno lo haga, me tomará bastante tiempo poder adaptarme y aunque me gustaría poder abrir mi propio restaurante como lo había estado planeando con los ahorros que tenía, lo veía bastante lejos luego de pagarle a Daniel todo lo que le debía.

─East ─murmura con una mueca en los labios─. No debiste de renunciar en el Laurier, era tu trabajo seguro.

Ahora soy yo quien pone una mueca.

─Mamá... ─sentencio como si eso fuera a evitarme tener esta conversación.

─Easton, tenías un buen trabajo. Sabes que es difícil encontrar uno mejor hoy en día.

─Lo sé mamá, pero no pienso volver.

─East, sé lo mucho que deseas abrir tu propio restaurant y ahora que no tienes un trabajo eso complica las cosas para ti, ¿no? Quizás podrías pedirle a....

─Encontraré un trabajo nuevo mamá, el Laurier no es el único que hay.

Ya hemos tenido esta conversación antes, pero ella no lo entiende del todo y yo no he venido aquí para discutir así que tan pronto como puedo cambio de tema y ella accede, aunque no está convencida de querer hacerlo.

Dos horas más tarde, me despido de ella y decido ir a casa, sin embargo, en la entrada del hospital me encuentro a mi padre.

─Easton ─dice al verme y aprieto los dientes con fuerza cuando lo veo.

─¿Qué estás haciendo aquí?

Sé que viene a ver a mamá porque, ¿por qué otro motivo vendría al hospital? Pero quiero que él me lo diga, o más bien, me diga sus intenciones.

─Yo he venido a ver a tu madre ─da un paso hacia mí, tiene una postura relajada y se lleva una mano dentro de los bolsillos de su pantalón─. ¿Ya te vas?

─Sí ─respondo a secas─. Y mamá está bien, está descansando.

Le dejo saber con la esperanza de que eso sea suficiente para él y decida irse porque no creo que sea bueno que venga a visitarla.

─Me alegro ─se limita a responderme, pero no suena muy convencido de ello, de mis palabras.

─Bien, tengo que irme ─le comento y paso de largo, sin embargo, papá vuelve a hablarme.

─East ─me llama por el apodo que él me dio de niño. Me detengo y volteo a verlo.

─¿Sí?

Inquiero y él se acerca de nuevo a mí para hablar.

─¿Aun no encuentras trabajo?

─No estoy buscando ─respondo de inmediato. Él suspira pesadamente.

─Vamos East, no seas tan duro ─siento que no hay ninguna pizca de mentira en su voz y eso me hace sentir incómodo─. Sabes que puedes regresar al Barlowe cuando quieras.

Aunque sabía que eso era lo que iba a decir, me siento incómodo y fuera de lugar.

Suspiro.

─No quiero volver ─mi voz suena seria y segura de mis palabras─. Te dije que jamás lo haría.

Parece que papá intenta olvidar el pasado y pretender que nada entre los dos había pasado, pero yo no puedo olvidar todo el desacuerdo que existió entre los dos.

Dudo mucho que trabajar con él de nuevo resulte bien.

─Easton...

Papá está por insistir en el tema, pero le corto la conversación lo más rápido que puedo.

─Lo siento, tengo que irme.

***

Después de pensarlo por un tiempo, le escribo a Johan para reunirme con él alrededor de las ocho, cuando ya ha terminado su turno en el Laurier. Los dos nos juntamos en un bar donde ordenamos unos bocadillos y bebemos un poco, todo parece ir tranquilo, pero yo no lo estoy.

─A ver, es claro que algo te está sucediendo ─dice antes de llevarse el dedo de queso que está comiéndose─. ¿Por qué no me lo dices?

Me conoce bien, mejor de lo que puedo imaginarme porque solo le ha bastado unos minutos para que se dé cuenta de que algo no está bien conmigo, lo que me hace sentir inseguro.

─Si hay algo que quiero decirte ─le dejo saber y él asiente.

─Suéltalo.

─Está bien ─me limito a decir, pero me tomo mi tiempo antes de revelarle lo siguiente─. Les he estado mintiendo a todos en el restaurant, yo... en realidad Hart no es mi apellido en sí, es el apellido de soltera de mi madre ─un nudo se me hace en el estomago mientras se lo cuento, Johan me escucha atento y curioso─. En realidad, mi apellido es Barlowe. Easton Barlowe.

Aguardo unos largos segundos callado dejándolo procesar lo que acabo de confesarle, la mirada de Johan se mantiene por un minuto eterno sobre mí y después habla.

─Vaya, creí que nunca lo dirías.

Tan pronto como lo escucho decir eso, mi ceño se frunce.

─¿Qué dices?

Le pregunto y Johan ríe.

─Ya lo sabía East, ¿crees que es sencillo ocultar una noticia como esa?

Enarca las cejas y me tenso.

─¿Cómo lo sabes?

Suspira.

─Me enteré hace tiempo, además de que tu padre alguna vez habló conmigo. no me sorprende saber por qué preferías mantenerlo oculto, no te enojes, pero tu padre no es muy agradable, ya veo de dónde sacaste tu carácter.

─¿Qué fue lo que te dijo? ─Pregunto curioso.

─Sobre ti, claro ─se encoje de hombros─. Tu padre parece empeñado en que regreses al Barlowe ¿no? Además de que parece querer comprar a tus amigos por tal de... conseguir lo que quiere.

Sus labios se apretaron con fuerza y los míos también.

─Definitivamente suena como mi padre y yo... ─suspiro con pesadez─. Lo siento, siento mucho mentirte y ponerte en cualquier situación incómoda con él, mi padre puede ser complicado.

─Como todos los padres. ─Me dice muy seguro de sus palabras y después lis dos sonreímos por ello─. Que sepas que tu padre no ha podido comprarme, eres mi mejor amigo, Easton y no voy a traicionarte nunca.

─Gracias, Johan. ─Digo con una sonrisa en la boca─. Significa mucho para mí.

─Lo sé. Por cierto, el restaurant no es el mismo sin ti ─comienza a decir y su semblante se vuelve serio─. No piensas volver, ¿verdad?

Niego.

─No puedo.

─¿Me dirás por qué?

Sé que Johan jamás diría una palabra si le cuento la verdad, pero no puedo hacerlo porque siento que estaría traicionando a Hazel al mismo tiempo. Así como yo lo he hecho, ella tendrá que decir la verdad pronto.

─No puedo hacerlo, lo siento.

─No, está bien ─dice con una media mueca en la boca─. Respeto que no puedas hacerlo.

─Gracias.

Me limito a decirle y seguimos conversando por un largo tiempo hasta que los dos decidimos que es tiempo de irnos a nuestras casas.

Me toma algo de tiempo llegar a casa y cuando lo hago me quedo unos minutos más en el auto, me quedo pensando en papá y en que no debería de sorprenderme que intente comprar a mis amistades a veces, solía hacer eso cuando quería conseguir algo de mi parte y yo no quería dárselo, por eso yo evitaba trabajar con él gran parte del tiempo.

Al salir del auto, subo las escaleras con calma pensando en que Hazel probablemente ya debe haber llegado, un suspiro nuevo se me escapa y rápido me deshago de cualquier pensamiento al verla allí junto a la puerta de su departamento con una cara de horror.

Termino de subir los escalones que me quedan a prisa y me acerco a ella con preocupación.

Algo no está bien. Es lo primero que me pasa por la cabeza.

─Hazel...

Murmuro al acercarme a ella, pero Hazel no me escucha, parece perdida en sus pensamientos.

─Hazel... ─insisto─. ¿Qué sucede?

Cuando estoy lo suficientemente cerca de ella, nota mi presencia y voltea a verme antes de volver a ver hacia la puerta de su departamento.

Al reparar mi vista en su departamento, no puedo creer lo que estoy viendo. Me apresuro a entrar ya que está la puerta abierta y me doy cuenta de que está destrozado, la mayoría de sus cosas rotas y tiradas por doquier, reviso las habitaciones y por suerte están intactas, pero eso no quita que alguien ha entrado a robar.

Para cuando vuelvo a salir del departamento y veo a Hazel, hay lágrimas en sus ojos.

─¿Qué ha sucedido? ¿Sabes quién fue? ─Le pregunto y ella abre y cierra la boca antes de responder.

─Fue Daniel...

Responde con voz temblorosa y luego señala hacia la nota que Daniel le ha dejado pegada en la puerta, al acercarme a ella, confirmo que el causante de esto definitivamente es Daniel.



*****

Holaaa, ¿cómo están? Me he llevado casi todo el día escribiendo este capítulo y tan pronto como lo he acabado quise venir a actualizar! 

Dejenme saber qué creen que pasará después!

Espero que lo hayn disfrutado, muchas gracias por leer<3

Si quieren enterarse de spoilers y más cosas sobre esta y mis otras historias, pueden seguirme en instagram, me encuentran como: andreabonnelll <3

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