Capítulo 3 | Easton
Easton
Después de descubrir quién era la dueña del departamento de a lado y de todas esas botellas de insecticidas, estoy seguro que la vida está jugando conmigo.
Hazel, la chica del trabajo, la chica con la que compito.
Me rio de tan solo recordar la escena y como me roció de insecticida, puedo ver que ella es más que un desastre, un desastre en un buen sentido.
Antes de que me pase pensando más en ella, recibo una llamada de mi hermana que respondo de inmediato.
─¿Qué pasa? ─digo y la escucho soltar un bufido.
─¿Por qué estás ignorando mis llamadas? ─Pregunta en un tono de voz serio, pongo una sonrisa burlona en mi boca, aunque no puede verme.
─Somos hermanos, los hermanos se ignoran todo el tiempo ─la molesto y ella bufa de nuevo.
─Eres muy molesto.
─Puedo colgar la llamada si así lo prefieres.
─Ugh, no te atrevas ─me dice y un pequeño silencio se forma entre la llamada─. ¿Cómo está?
Pregunta y me toma tiempo responderle.
─Creo que está bien.
─¿Estás seguro?
No, no lo estoy. Me gustaría decirle, me gustaría decirle la verdad, decirle a mi hermana que creo que nuestra mamá está muriendo, pero eso es algo que los dos ya sabemos y no queremos decirlo en voz alta.
─Espero que sí.
Respondo y de nuevo, hay un silencio entre los dos.
─Dios, no sé qué decir, East ─puedo escuchar la tristeza en su voz.
─Deberías ir al hospital conmigo la siguiente vez, a ella le gustará verte. ─le digo, cosa que es cierto, mamá siempre pregunta por ella cuando voy a visitarla todos los días después del trabajo, siempre miento diciéndole que Mia no puede ir porque está muy ocupada con el trabajo y su familia que apenas tiene tiempo.
─No sé si pueda hacerlo, East, no puedo pararme allí sin llorar frente a ella, no quiero que vea como me rompo ─explica con dolor en su voz─. Sé que eso la romperá también y ella necesita ser fuerte.
La voz de mi hermana se rompe y la escucho sollozar, tomo una profunda respiración que dejo caer segundos después.
─Lo sé, Mia ─digo con una punzada de dolor en mi corazón─. Sé como te sientes.
Cada día que voy al hospital, pongo una gran sonrisa en mi cara y le llevo a mamá sus flores favoritas para verla feliz, sé que mostrarle nuestra tristeza solo le complicará las cosas, ella ya de por si está luchando por sobrevivir al canzar y hablar con ella sobre lo mucho que la extrañamos en casa o sobre cosas malas empeoran las cosas, así que solo le hablo de las cosas buenas y trato de darle ánimos lo más que puedo, intento hacer lo mejor que puedo para motivarla.
─Ella te extraña ─le repito de nuevo a mi hermana, quien solloza.
─Quiero verla de nuevo, pero no estoy segura, ya sabes, no es fácil para mi encontrar el momento adecuado para ir al hospital y no llorar delante de ella, no quiero ponerla triste.
─No lo harás, Mía. ─Le aseguro─. Tal vez no hablamos con ella sobre esto, pero ella sabe lo mucho que la hemos necesitado estos meses y por supuesto, lo mucho que estamos tristes por ella, deberías de visitarla.
─¿Irías conmigo? ─Pregunta─. No creo que pueda hacerlo sola y no quiero que Josh vaya conmigo.
Estoy Seguro de que Josh es un buen hombre, es su esposo y cuando voy a su casa, parece un buen tipo, puedo ver que realmente la ama, pero Mia siempre se muestra como una mujer fuerte e independiente desde que éramos niños.
─No tienes que preguntármelo, iría contigo cuando quieras.
─Lo sé, literalmente te la vives en el hospital después del trabajo ─los dos soltamos una pequeña risita─. Así que, ¿estás seguro que está bien?
─Por supuesto, hoy me pregunto cuando la convertiré en abuela así que está más que bien.
Mis se ríe.
─Bueno, no es una mala idea si lo piensas. ─Dice con esa voz enfadosa que tiene.
─Por favor, no empieces.
─¡Oh vamos, East! ¡Me gustaría convertirme en tía!
─¡Ugh! ¡Cállate! ─digo rodando los ojos─. Hablando de ello, ¿cómo está mi sobrina favorita?
─Está por fin durmiendo, sería bueno que vinieras a cenar con nosotros este fin de semana, le encantará verte.
─Veré qué puedo hacer.
Le digo y continuamos hablando en el teléfono sobre otras cosas, me pregunta sobre mi nuevo departamento y le termino contando sobre Hazel y nuestro loco encuentro.
─Oh Dios, necesito ir a visitarte pronto y conocer a tu nueva vecina.
─Eso no pasará.
─Pasará ─no discuto con ella más porque sé que lo dice en serio─. Tengo que irme, East. Ha sido agradable hablar contigo, te vemos el fin de semana ¿sí?
─Bien, te quiero.
─También te quiero.
***
Llego al trabajo dos horas antes está mañana porque de alguna manera no consigo dormir pensando en todo lo que está pasando en mi vida. Observo las largas mesas que tengo frente a mí, están todas limpias y las observo por un tiempo hasta que escucho ruidos a mis espaldas, cuando me volteo, veo a Hazel caminar en mi dirección.
─Buenos días ─dice con esa dulce voz que tiene y me da una linda sonrisa.
─Buenos días ─repito con voz algo ronca y me aclaro la garganta─. ¿Qué estás haciendo aquí?
Pregunto y enarca una ceja en mi dirección.
─¿No parece que he venido a trabajar? ─Pregunta y niego.
─Quiero decir que es muy temprano para estar aquí.
Explico y ella oprime una mueca.
─Lo sé ─dice caminando en mi dirección, mantengo mis ojos fijos en ella observando cada uno de sus movimientos─. ¿Qué haces aquí tan temprano?
Procede a checar la hora en su celular.
─Jesucristo, ni siquiera son las siete de la mañana ─asumo que es una persona madrugadora al igual que yo.
─Lo sé ─digo y ella voltea a verme con el entrecejo fruncido.
─Así que... ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano? ─Me pregunta de nuevo y pongo una mueca en los labios.
─No pude dormir ─le dijo saber.
─Tampoco yo ─dice mientras camina para contemplar el lugar, la forma en que lo hace me hace pensar que ya ha estado aquí antes pues observa todo con familiaridad, lo cual es interesante. Me pregunto si suele mirar todo de esa forma.
─Así que ─pronuncio para llamar su atención─. ¿Has trabajado en otros restaurantes antes?
Hazel posa su mirada en mí, miro directo a sus ojos marrones, pero cuando la veo morderse el labio inferior, no puedo evitar ver su boca. Ella niega.
─No realmente, al menos no aquí. Quiero decir, en la ciudad ─aclara─. Estudié en Francia y también viví allí por un tiempo después de graduarme.
─Genial ─digo sin saber qué otra cosa decir, no me considero una persona platicadora, al menos no con todos, la mayor parte del tiempo prefiero ser callado, he aprendido que a veces es mejor mantenerse en silencio y ser más observador que porque no es fácil confiar en las personas, todos pueden traicionarte, confiar en las personas a la primera no es una de las cosas que se me den bien.
─Si ─continúa hablando─. Fue una experiencia agradable en algún punto de mi vida.
Arqueo las cejas con curiosidad.
─¿Trabajaste en restaurantes en Paris?
Por lo general, la mayoría de las personas que conocía que estudiaban gastronomía, estudiaban en Paris y conseguían trabajos en aquella ciudad.
─Sí ─dice con una sonrisa en sus carnosos labios─. Trabajé en el Duplantier ─menciona y no se lo digo, pero sé exactamente que restaurant es, ha sido el restaruant favorito de mi padre en Paris, y de algún modo, mi padre es amigo de Sam Duplantier, un chef muy popular y famoso en Francia─. ¿Qué hay de ti? ¿Cuánto tiempo llevas trabajando aquí?
Se refiere al restaurant.
─Cuatro años para ser específicos.
─Yo... ─hace una pausa como si de diera cuenta de que está a punto de decir algo que no debería de saber y al final niega para si misma─. Solía venir aquí seguido cuando era niña.
─Es un restaurant muy famoso.
─Lo sé ─dice con un tono de voz serio.
─Buenos días chicos. ─Escucho la voz de Sheila y luego aparece en la cocina, nos da una amigable sonrisa a ambos.
─Veo que temenos dos pajaros madrugadores aqui, ¿eh? ─dice en mi dirección e intento hacer mi esfuerzo por no rodar los ojos, ella y Johan siempre se ríen de mi por llegar más temprano de lo normal al trabajo─. Alguien de verdad quiere hacerte competencia aquí.
─Bueno, ya estamos compitiendo, ¿no es así? ─Dice Hazel en mi dirección y luego en la de Sheila. Por supuesto que lo estamos y yo me había olvidado de ello.
Compitiendo.
¿Por qué mi vida se ha vuelto una competencia? Me pregunto a mí mismo.
─Saldré a fumar ─le digo a Sheila quien ya ha empezado a platicar con Hazel, salgo del restaurant y camino hacia el estacionamiento donde usualmente fumo cuando tengo ganas, no soy muy afecto a los cigarrillos, pero a veces me funcionan como distracción.
Una hora después todos estamos en la cocina cortando vegetales, pelando algunas papas y cocinando. Como ayer, dejo que Hazel haga algunos platillos mientras que yo hago otros, Sheila y Johan trabajan con ella de nuevo mientras que yo trabajo con otros cocineros.
Al principio, estoy determinado en concentrarme en mis platillos, pero no puedo concentrarme con Hazel hablando demasiado acerca de sus platillos con Johan y Sheila.
─Lo siento, pero no puedo evitar escucharte ─interrumpo su conversación y miro a Hazel a los ojos, quien me mira con confusión y sorpresa─. ¿Qué demonios tienes en la cabeza, mujer?
─¿Perdón? ─Me pregunta frunciendo el ceño.
¿Está jugando conmigo? ¿Va a pretender que no intenta destruir las recetas? Me pregunto a mí mismo. Volteo a ver a mis amigos quienes tienen la misma expresión que ella en su rostro y dejo escapar un bufido.
─¡No puedes cambiar las recetas! ─Casi termino gritándole.
─¿Qué? ─Pregunta de nuevo con el ceño fruncido. Doy un paso hacia ella y le quito las recetas que están en sus manos para luego señalarlas.
─Esto ─le enseño la nota en mi mano─. No puede ser cambiada. Tenemos reglas en la cocina y una de ellas es no alterar las recetas.
─Oye, no estoy alterando las recetas, estoy...
─¡Por supuesto que sí, carajo! ─ruedo los ojos y de nuevo, le enseño la nota en mi mano─. Escucha, puedo asegurarte de que nadie cambia las recetas y tu no serás la excepción.
─Hombre, ¿qué está mal contigo= me pregunta con una voz aguda─. No estoy cambiando las recetas, solo estoy agregando un par de especies extras, pensé que podría hacer los platillos más sabrosos y ─hace una pequeña pausa para mirar a Sheila y Johan quienes escuchan nuestra conversación─. Ellos pueden decirte que las recetas saben mucho mejor, ¿no chicos?
Sheila y Johan comparten una mirada entre ellos antes de mirar en mi dirección y asentir.
─Tiene razón, East. ─Responde Johan y niego.
─No es aceptable, lo saben ─les digo. Estoy seguro que Hazel piensa que es una gran chef y que puede mejorar los platillos al agregar nuevas especies y otros ingredientes, pero siempre hemos tenido una regla aquí y esa es no cambiar ninguna receta por ningún motivo, siempre ha sido así, por supuesto, nuestros clientes son muy exigentes con la manera en que preparamos la comida, si cambiamos la receta en lo más mínimo, suelen notarlo.
Sheila intenta decir algo, pero Hazel se apresura a hablar antes que ella.
─¿Y quién te crees que eres? ¿Señor sigo cada regla al pie de la letra? ─Inquiere enarcando las cejas en mi dirección─. Puedo asegurarte que mejorar una receta en lo más mínimo, no importa, a veces puede ser lo mejor.
─Tú lo has dicho, a veces, no ahora ─digo y le doy una sonrisa cuando su boca se abre y se cierra.
Hazel suelta una risa seca.
─Tienes que estar bromeando.
─No, tú tienes que estar bromeando ─le digo cruzándome de brazos─. He trabajado en está cocina por años y siempre me han dicho que no puedo cambiar las recetas en lo más mínimo y ahora estás tú aquí por ¿cuán tiempo? ¿menos de dos días e intentas cambiar todo? No es justo.
De nuevo se ríe.
─Bien, lo entiendo ─dice con un leve asentimiento, la miro curiosa y comienza a explicarse─. Estás seguro de que eres el chef estelar aquí, ¿no? Por eso piensas que todos aquí tienen que obedecerte y no romper ni una sola regla, ni siquiera yo que no soy una de tus ayudantes, porque...
Está vez soy yo quien ríe.
─Porque en está cocina tenemos reglas. Siempre las hemos tenido y nadie las rompe ─vuelvo a decirle con firmeza, tal vez no lo entienda, pero he trabajado aquí todos los días del año intentando no romper las reglas, tratando de recrear todos esos platillos con las especies especificas de las recetas como me han dicho y no es porque quiera porque Dios sabe que, si estuviera en mis manos, yo habría cambiado el menú completo si me lo permitieran, pero el lugar no es mío y todos aquí seguimos las reglas. Ella no será la excepción.
─De nuevo, no soy una de tus ayudantes y no necesito seguir tus órdenes.
─Claro que no y tampoco tienes por qué crear nuevos platillos.
Nathan, uno de los meseros entra a la cocina y dice que algunas mesas están esperando sus platillos desde hace quince minutos, le sostengo la mirada a Hazel por unos largos segundos. Sus ojos me observan con intensidad, espero a que aparte la mirada, pero pronto me doy cuenta que no lo hará, puedo ver que es obstinada.
Termino rompiendo yo nuestro juego de miradas y vuelvo a lo mío, intento concentrarme lo mejor que puedo, pero me es difícil porque me cuesta concentrar y escuchar a Hazel decir como arruinará cada platillo.
Para el final del día, ayudo a limpiar todo como siempre e inspecciono que todo esté en su lugar para mañana. Para mí, es importante tener todo en su lugar en la cocina, tener todo en orden no solo me ayuda a trabajar mejor sino me ayuda a estar en calma conmigo mismo.
Antes de llegar a mi carro, noto que tengo una llamada de un número desconocido, no suelo contestar números que no están registrados en mis contactos, pero desde que mamá entró al hospital, siempre respondo esos números con el miedo de que sea alguien del hospital con malas noticias.
Respondo de inmediato.
─¿Hola?
Digo en un tono serio.
─Hola Easton, ¿me recuerdas?
Mi cuerpo se congela cuando reconozco la voz y todo lo que puedo pensar es que debí de ignorar la llamada.
─Daniel ─digo. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablé con Daniel, siento a mi cuerpo congelarse e intento mantener la calma en mí─., ¿Qué quieres? ¿Cómo conseguiste mi número?
Lo escucho reírse.
─Aw, ¿debería ponerme triste? ─Me pregunta en un tono burlesco─. Esperaba un mejor saludo que ese, si hoy honesto.
─Vete a la mierda.
─¡Esa boca de mierda, hombre! ─Grita y después suelta una carcajada.
─¿Qué es lo que quieres? ─Insisto y hay un breve silencio entre los dos.
─Sabes que es lo que quiero de ti, East.
─Easton. ─Lo corrijo. Odio que me llame por mi apodo─. Y sabes que ya te pagué todo.
Le digo.
─No, no lo has hecho ─me asegura y suelto un bufido, estoy seguro de que debe tener una odiosa sonrisa en su maldita boca al saber que tiene el control de la conversación─. Aun me sigues debiendo Easton.
Dice con voz seria.
─Hicimos un trato ─doy un vistazo a mi alrededor, sé que estoy solo pero solo intento asesorarme en caso de que alguien del trabajo este cerca y escuche mi platica.
─Sé que lo hicimos, pero ese trato es... ─hace una larga pausa─. ¿Cómo puedo decirlo? Ese trato ya no tiene valor.
─Es una mierda ─suelto molesto─. Si haces un trato, lo mantienes bastardo.
─Ah, ah, ah ─dice y puedo imaginarlo negando─. Tú no eres quien hace las reglas, Easton. Sé que siempre quieres, pero no puedes.
─¿Qué quieres Daniel? Insisto de nuevo con un bufido.
─Sabes que es lo que quiero.
Responde y niego.
─¿Cuánto?
─¿Cuánto puedes pedirle a tu papito rico?
Dios, tiene que estar bromeando conmigo.
─Sabes que no me hable con él desde hace tiempo, no puedo pedirle dinero ─digo bajando mi voz.
─Aw pobre Easton ─dice haciendo una voz chillona─. ¿Así que ya no eres el niño de papi? ¿Qué eres ahora? ¿Un hombre?
Se burla de sus propias preguntas.
─Cállate.
─No, tú cállate. Sabes que necesito la moneda y me importa una mierda si sigues hablando con tu papá o no, necesito el dinero.
─No es tu dinero y lo sabes.
─¡Por supuesto que lo es! ¡Tú eres el estúpido idiota que sigue creyendo eso! ─Me grita al teléfono y aprieto mis labios con fuerza. Quiero insultarlo y colgar el teléfono, no confío en nadie, ni siquiera en mi propia sombra y después de meterme con personas como Daniel, pero justo ahora, puedo decir que de alguna manera me confié pensando en que no sabría de él de vuelta. Fui un estúpido.
─Escucha ─digo en un tono serio─. Encontraré una manera de darte una parte del dinero.
─¿Cuánto? Sé que trabajas en uno de esos restaurantes ricos de la ciudad. Estoy seguro de que debes ganar buen dinero.
Por supuesto, sabe de mi trabajo y todo lo que hago, probablemente debe estar vigilando a mi familia y a mí desde las sombras.
Suspiro.
─No lo sé.
─Esa no es la respuesta que quiero.
─Bien, yo... ─no puedo prometerle cuando voy a tener el dinero que quiero, sé que hacer eso solo me hace cavar mi propia tumba, no te metes con personas como Daniel, no siempre te tienes que mantener lejos de ellos incluso si las cosas no son fáciles haces lo mejor que puedes para alejarte de ellos. Eso es lo que he intentado hacer por mucho tiempo, pero Daniel es tan persistente que cuando quiere algo o a alguien, hace todo lo que está en su poder para tenerlo─. Necesito tiempo.
Consigo decir.
─Que triste que no tenga tiempo.
Por el tono serio de su voz, sé que está diciendo la verdad.
─¿Estás en problemas?
─Ese no es tu problema.
Responde de inmediato.
─Es mi problema si voy a darte dinero ─intento convencerlo y de algún modo funciona.
─Me están pidiendo cinco mil para la próxima semana.
─¡Maldición! ─Exclamo─. ¿Me estás tomando el pelo?
Debe de estar en serios problemas si está debiendo esa cantidad de dinero.
─No los tengo.
─¿Crees que te llamaría si supiera que no los tienes? ─Me pregunta con una voz profunda─. No soy estúpido Easton, sé que ganas bien y además, sé que puedes conseguirlo, solo tienes que pedírselo a tu papi.
Me siento molesto conmigo mismo por el hecho de que sepa que la relación con mi padre no está en buenos términos y así siga insistiendo en que le pida dinero, lo dice porque sabe que solía pedirle dinero a papá todo el tiempo cuando él necesitaba. Pero las cosas son diferentes ahora.
─No puedo hacerlo.
─Vamos hombre, sé que puedes.
─No. Lo digo en serio.
─También yo lo digo en serio ─dice sin mucha paciencia.
Intento pensar en otra opción mejor pero antes de que pueda tener una idea, vuelve a hablar.
─Escucha, conozco a tu madre y tu hermana... ─hay un silencio tenso entre los dos─. Dios, tienes una hermana hermosa, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve con...
─Ni te atrevas Bastardo de mierda ─lo hago callar antes de que termine su comentario─. No te metas con mi familia.
─Entonces dame lo que quiero y necesito así podemos mantener aun nuestro trato ─dice con una voz arrogante─. Te llamaré de vuelta el miércoles. Y Easton, no cambies tu número de nuevo si no quieres que vaya a visitar a tu familia o a tu trabajo para pedirles información de ti.
Antes de que pueda decir algo, antes de que pueda insultarlo y decirle que deseo que se vaya mucho al infierno, Daniel cuelga la llamada. Quiero tirar mi celular al suelo con la esperanza de que se estrelle. Debí suponer que encontraría mi número de teléfono.
***
Cuando llego a casa, no tengo hambre para preparar cena y decido no ir a visitar a madre hoy solo para ser cuidadoso, Daniel podría haberme seguido por un rato y no es seguro salir de mi departamento. Como siempre visito a mamá, le llamo y le digo que me ocupé demasiado con el trabajo que no tuve tiempo de llegar al hospital como siempre, ella lo entiende y después de hablar con ella por alrededor de media hora, llamo a Mia para asegurarme de que está bien.
He estado ahorrando dinero por años desde que tengo un trabajo estable, tengo el dinero suficiente para pagarle la deuda a Daniel, pero no quiero que él sepa que puedo ayudarlo. Años atrás, intenté ayudarlo, pero algunas personas dejan en claro que no quieren hacer ayudadas, no, prefieren continuar viviendo en problemas.
Cuando éramos adolescentes, solíamos ser buenos amigos, incluso lo consideraba mi mejor amigo, solía ser un buen chico, pero decidió meterse en malos pasos e involucrarse con las personas incorrectas, de alguna forma, seguí sus pasos pensando que nada malo iba a pasarme, pero era muy tarde, incluso cuando me salí de ello, mi vida nunca volvió a ser la misma a pesar de que cambié y me mantuve distante de todas esas personas.
Perdí la confianza de mi padre, mi madre, mi hermana y le di a todos las razones suficientes para que no volvieran a confiar en mi de nuevo por ser amigo de Daniel y cuando me di cuenta de que era muy tarde, ya estaba embarrado en todas esas cosas que fue difícil de creer para mi familia.
Hago un esfuerzo por pensar en qué puedo hacer, sé que no tengo opción más que ayudarlo, si no lo hago, buscará a Mia.
Maldición Easton, ¿En qué estabas pensando? Me digo a mí mismo.
Incluso cuando mi familia sabe de Daniel, nunca lo han visto en persona, nunca los dejé que lo conozcan y por supuesto, nunca dejaré que sepan quién es. Es mejor mantenerlo apartado de todos, solo saben que conocí a un tipo cuando era joven que me mantuvo aparte de todas las personas que quería y me convirtió en alguien que nunca debí ser. Han escuchado su nombre, pero eso es todo, no necesitan saber nada más de él, ni como es físicamente y Daniel no necesita acercarse a mi familia.
Me sirvo un vaso de licor, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que tome, pero ahora lo necesito, necesito pensar, sobre todo, pensar en un nuevo trato que pueda hacer con Daniel si quiero que está vez salga de mi vida permanentemente.
Sé que la única manera de mantenerlo alejado me guste o no es dándole el dinero.
****
Hola, feliz domingo! ¿Qué les pareció el capítulo? Espero que lo hayan disfrutado, como ven, Easton al parecer tiene ciertos altercados en su vida!
¿Les gustan que los capítulos esten narrados desde la perspectiva de ambos personajes?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top