Capítulo 14 | Hazel
Hazel
El resto de los días transcurren un poco lentos, después de mi jornada en el restaurant, me voy a casa para preparar uno que otro platillo. El sábado, me despierto con la tripa encogida por culpa de los nervios, normalmente no soy la clase de chica que se pone nerviosa ante ciertas situaciones, pero cuando se trata de mi padre, la situación se vuelve diferente.
Quiero impresionarlo y para ello, tengo que perfeccionar mi platillo.
Llego más temprano de lo habitual al restaurant y por suerte, aún no han llegado los demás, aunque no hay prisa en que lleguen ya que hoy solo prepararemos la comida que ofreceremos más tarde.
Enciendo todas las luces de la cocina y aprovechando que no hay nadie, me permito salir de la cocina para observar el restaurant, bastante ha cambiado desde que era una niña, el color de las paredes son de un tono beige, la decoración es simple y las mesas están cubiertas por un mantel de color blanco que es adornado con decoraciones doradas.
Avanzo entre las mesas, es enorme y ni hablar del vestíbulo en la entrada para registrarse.
─¿Reviviendo viejos recuerdos? ─Pregunta la voz de mi padre a mis espaldas y me sobresalto.
Me doy la vuelta de inmediato para verlo cerca de la puerta que da a la cocina.
No sé por qué ha hecho ese comentario, pero me produce una extraña sensación en mi corazón.
─Tal vez.
Decido responderle y él asiente antes de apartarse de donde está y caminar en mi dirección.
─Es bueno verte, Hazel.
Es la primera vez que los dos nos vemos desde que llegué a la ciudad, papá lleva un traje de vestir de color negro, una corbata a juego y unos impecables zapatos negros, la última vez que lo vi, recuerdo que llevaba su chaquetilla de chef justo como yo traigo ahora.
Trago con fuerza porque no me siento con la seguridad de responderle que también es bueno verlo, porque en el fondo no estoy cien por ciento segura de ello.
¿se es justo no extrañar a alguien que debería haber estado presente en tu vida, pero nunca lo estuvo?
No tengo manera de responder a mi pregunta por lo que solo me obligo a dibujar una pequeña sonrisa y asentir con la cabeza.
─¿Has llegado antes?
Me pregunta con intenciones de entablar una conversación.
─Sí ─respondo en segundos─. Quería estar lista para cuando sea hora de cocinar.
─Seguro que sí ─asiente con la cabeza y se acerca un poco más a mí─. De verdad me alegro que hayamos coincidido ahora, hija, ¿sabes? Tengo algunos colegas que me gustaría presentarte.
Aunque la oferta de mi padre es tentadora y es tonto de mi parte rechazar la oportunidad de que me presente con algunos chefs de prestigio, es algo que me veo rechazando en segundos.
No quiero que me acepten solo por ser hija de uno de los chefs más conocidos en la gastronomía, sino porque me he ganado un lugar entre ellos demostrando que soy buena.
De alguna forma, papá me hace ver las cosas como si fueran fácil de conseguirlas, como si él solo necesitara anunciar que soy su hija y mi vida se solucionaría.
Tomo una profunda respiración.
—No estoy segura de que me interese conocerlos.
Por mucho que no quiero ser grosera, lo soy con mi comentario, veo que aprieta los labios con fuerza.
—Sería bueno para ti.
Mis ojos se posaron con firmeza en los suyos.
—Papá...
¿Por qué de pronto me importaba medir mis palabras? Pienso en que no debería de importarme, en que él en ocasiones anteriores me ha lastimado, pero creo que ese es parte del problema, yo no soy él y aunque me haya lastimado con anterioridad, una parte de mi siente culpa por lastimarlo mientras que otra quiere hacerlo, decirla las verdades en la cara.
Tal vez es por el hecho de que sé de primera mano el peso que tienen las verdades y lo mucho que duelen cuando alguien te las dice.
Suspiro.
—Necesito el trabajo, pero no necesito de tu ayuda para hacerme un nombre.
—Yo solo intento ser amable contigo, Hazel.
—Y yo intento ser clara. Te dije que trabajaría para ti solo por el dinero, pero no hace falta que andes por allí intentando ayudarme, quiero que me reconozcan por mi talento.
—Y para eso necesitas ser perseverante —tal vez no tiene una mala intención al decirme esas palabras, pero la forma en que salen disparadas me hace sentir una pizca de rencor hacia él en mi interior.
Soy consciente de que papá no la tuvo fácil, el éxito que ha conseguido durante tantos años se debe a todo el esfuerzo que ha puesto en lo que hace, en su pasión por la comida y más, y yo he de cierto modo tratado de seguir sus pasos, aunque él no suela verlo, que mencione que no soy perseverante me molesta.
—Hago lo mejor que puedo.
—No siempre es suficiente, Hazel. Si quieres hacerte de un nombre, a veces tener ayuda de alguien más no significa que no eres buena en lo qué haces, a veces es bueno tener a alguien que nos impulse, ¿crees que a mi no me hubiese gustado que mi padre me ayudara? ¿O tener las mismas oportunidades que tú?
Aprieto los labios con fuerza. Su comentario me hace cruzarme de brazos como si intentara protegerme de él, aunque más bien, busco proteger mi corazón.
Papá aprovecha mi silencio para hablar de nuevo.
—Te he dado más de lo que yo he podido desear a tu edad, Hazel, sabes bien que mis padres no querían que me convirtiera en chef, tu abuelo quería que fuera abogado —me explica, es una historia que ya hemos hablado antes por lo que aprieto los labios—. Yo te di la oportunidad de elegir, incluso te he ofrecido mi apoyo aun cuando....
Hace una pausa porque se ha dado cuenta de que está por decir algo que sólo complicará la situación entre los dos, así es Marshall Laurier.
Aunque no lo dice, creo adivinar lo que estaba por decir. No soy suficientemente buena, no cuando mi estilo le resulta diferente, no me gusta seguir ciertas reglas en la cocina y él, de algún modo, me recuerda un poco a Easton, siempre siguiendo la receta al pie de la letra con intenciones de que sea perfecta.
—Quizás me falte mucho por aprender, pero me esfuerzo en lo que hago —le respondo después de un largo tiempo.
Estoy dispuesta a marcharme porque lo único que conseguimos al entablar una conversación es tener una discusión y ambos salir disgustados.
—Hazel, espera.
Insiste antes de que me marche, el tono autoritario en su voz me hace detenerme. De nuevo, se acerca a mi para poder hablar.
—Es un día importante —me explica y aprieto los dientes—. Espero que por lo menos podamos tener una buena relación hoy. Extraño a la vieja Hazel.
Un nudo se hace en mi garganta, la vieja Hazel era una niña pequeña que idolatraba a su padre pensando que era el mejor de todos y la quería, no el hombre que la abandonó después de que su madre falleciera solo porque debía de seguir adelante con su vida.
—Esa Hazel se fue junto con mamá, deberías saberlo.
—Hazel... —dice mi nombre en un tono de voz cansado. No espero que lo entienda, nunca parece entenderlo porque es egoísta, solo piensa en él.
Los padres no siempre ven el daño que nos pueden causar cuando deciden marcharse de nuestras vidas a una temprana edad, aun cuando no es el padre más cercano o con el que tengamos una relación perfecta, verlo apartarse de nuestras vidas duele y genera un pequeño vacío, incluso nos llena de inseguridades de las que ni siquiera tenemos idea hasta que empezamos a socializar con las personas y experimentamos esa sensación de no querer que nos abandonen.
A veces me suelo preguntar si mi vida habría sido distinta si papá se hubiese quedado conmigo después de que mamá muriera porque estoy segura de que, si la situación hubiese sido diferente, si él hubiese muerto y mi madre estuviera aquí, la situación fuera distinta, ella se habría asegurado de intentar llenar ese vacío, de llenarme de amor y cuidar más de mí. Quizás su muerte habría dolido, pero habría aprendido a sobrellevarla y no guardarle rencor a ella como lo hago con mi padre.
A veces las mamás son más superhéroes que los papás.
Decido ignorarlo e irme a la cocina porque no quiero hablar más con él, al llegar a la cocina, aún no han llegado los demás, me recargo en la pared y cierro los ojos con fuerza intentando controlar los nuevos sentimientos que de pronto me invaden.
No transcurre mucho tiempo para que los demás comiencen a llegar y pronto nos vemos envueltos en el trabajo. Me concentro en lo mío y en intentar perfeccionar mis platillos, para cuando termino, estoy más que exhausta, pero con una sonrisa en la boca por el resultado.
Johan, Sheila y yo nos abrazamos cuando vemos nuestros platillos terminados. La decoración del platillo le ha quedado a Johan excelente que lo abrazo una segunda vez por el resultado.
Después de terminar con la jornada, voy a casa, papá me llama, pero decido ignorar su llamada y tampoco respondo al mensaje que me envía al decime que espera que me presente.
***
Como es temprano y aún falta aproximadamente una hora y media para el evento, descanso un rato antes de meterme a la ducha.
Como de costumbre, pongo un poco de música por la casa antes de meterme a bañar, me es imposible no ponerme a bailar un poco, me quito la ropa en el baño y enciendo la llave para que el agua se vaya poniendo tibia un poco, pero me percato de que no tengo jabón en el baño y me envuelvo la toalla en mi cuerpo para ir a tomar uno del cuarto de lavado donde suelo ponerlos.
Cuando me meto a la regadera, todo parece normal, incluso cierro mis ojos cuando me coloco el champú y tarareo la canción que se está escuchando en los altavoces de la bocina inalámbrica que tengo.
Sin embargo, cuando abro los ojos, me parece ver una cucaracha dentro de la ducha y suelto un grito lleno de terror.
Ni siquiera me preocupo en quitarme bien el champú de la cabeza, tomo de inmediato la toalla que hay a un lado y me envuelvo en ella mientras grito.
¡Dios! ¡¿Cómo puede estar pasándome esto?!
Cómo soy tan dramática y entro en un gran pánico, termino llegando a la puerta de la casa y entre mi pánico, me asusto con una pequeña pelusa que veo en el suelo cerca de la puerta, rápido tomo las botellas de insecticida, pero están vacías y recuerdo que tengo algunas afuera frente a la puerta así que la abro y salgo a prisa para tomar una.
Para mi mala suerte, la mayoría de ellas están vacías y eso me hace pensar en que debo ser más organizada y tirar las botellas vacías para no confundirme.
Cuando creo tener una botella medio llena, me apresuro a volver a entrar, sin embargo, la puerta de mi departamento se ha cerrado con llave.
¡Que me trague la tierra!
Pienso.
—Ay no, ay no, ay no. —Entró en pánico porque lo peor de quedarse afuera de tu departamento no es que tenga llave, sino que estoy en solo una toalla y mi cabello sigue con un poco de champú por culpa de la ducha.
Forcejeo la puerta una y otra vez hasta que comienzo a irritarme por la situación.
—¿Hazel? —La voz de Easton me hace girarme en dirección a él, quien está junto a las escaleras. Su mirada me escanea de arriba abajo y me sonrojo en segundos.
Esto es peor de lo que esperaba, pienso.
Voy a morir de vergüenza ahora mismo.
¿Es un mal momento para pensar que el mundo está en mi contra? Porque en lo único que puedo pensar es en que yo no debería de estar aquí afuera, sujetándome con fuerza la toalla porque no pude terminar mi ducha y que Easton está frente a mí y está es la situación más extraña de mi vida.
****
Holaaaa, ¿cómo están? Esta semana ha sido algo ocupada para mi con el regreso a clases y además de que me tocó trabajar hoy, así que entre mis ratos libres me puse a escribir!
¿Qué Les pareció el capitulo? ¿Qué creen que pasará después?
El siguiente capítulo también lo narrará Hazel! Espero que los disfruten ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top