"Cheese"

Adrien no podía creer lo que le estaba pasando ¡¿Cómo fue que terminó en esa situación?! Ah sí, todo por culpa de Plagg, su extraño amor al queso y unos panecillos.

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Era algo común en su clase que de vez en cuando Marinette trajera algunos bocadillos de la panadería para compartir con sus compañeros. Adrien agradecía enormemente el gesto generoso de su dulce compañera, ya que debido a su dieta de modelo rara vez podía darse el lujo de conseguir esos postres que tanto adoraba.

Seguramente su padre lo regañaría si se enterase, pero aun así disfrutaba de su delicioso placer culposo.

Macarons, galletas, pasteles, croassaints y mucho más, gracias a Marinette, Adrien podía saborear los productos de la panadería de los Dupain-Cheng.

Plagg se burlaba de que si tanto le gustaban los postres de la familia de Marinette que mejor se casara con ella, a lo que el rubio siempre negaba afirmando el amor que sentía por su Lady y que Marinette era solo una amiga.

Ese día Adrien no había podido presentarse a las primeras horas de clase debido a una sesión de fotos, por lo que solo estuvo en las últimas materias antes de que acabara el día.

Cuando sonó el timbre y todos se disponían a guardar sus cosas para salir, Nino le comentó a Marinette lo deliciosos que le habían parecido los bocadillos que había llevado ese día, siendo esa conversación escuchada por Adrien y Alya.

La morena al saber de cuanto le gustaba la comida de la panadería al rubio, pico el costado de su amiga antes de hablar.

– Oye chica, si no me equivoco sobraron de los panecillos que trajiste hoy ¿Por que no le ofreces unos a Adrien? El pobre no estuvo cuando los repartiste antes. – dijo con una sonrisa traviesa asegurándose de ser oída por el modelo.

La azabache se sobresaltó de inmediato sonrojándose al instante.

– E-eh yo traje panadería de los postres ¡Es decir! Postres de la panadería. Porque yo vivo en una y traigo algo de allí para compartir, pero eso ya lo sabes, todos lo saben, y yo quería saber si probar gustas ¡Si gustas probar! – balbuceó Marinette a Adrien, finalizando con una mueca intento de sonrisa.

El rubio sonrió ligeramente, no entendía mucho de lo que su amiga decía, pero le causaban gracia y ternura sus balbuceos con él, le parecían adorables.

– Claro Marinette – respondió el chico – Me encantaría probar lo que hicieron en tu casa. ¿Que es lo que trajiste hoy? – preguntó observando discretamente la caja sobre el escritorio de su compañera, se moría por comer algo de allí.

– Paso de Quenecillos, quiero decir, ¡Quesillos de Pan!. Digo ¡Queso de Panecillos! – medio gritó trabada la chica asustándolo un poco – Son Panecillos de Queso... – terminó por decir en un murmullo bajando la mirada apenada.

El chico rió por lo bajo antes de poner una mano en el hombro de la azabache.

– De seguro están deliciosos. – le dijo regalándole una sonrisa digna de revista – ¿Te parece si los probamos? – terminó de decir en tono conciliador, intentando ocultar la ansiedad que sentía por llevarse algo rico a la boca. Quizá también podría llevarse algunos Panecillos para Plagg, seguro que ese pequeño gato le reclamaría si no lo hacía.

– S-Si-i – apenas atinó a decir Marinette aún ida por el reciente contacto y palabras de su amor platónico.

Ambos morenos miraban la escena divertidos de ese par de bobos que tenían por amigos.

La franco china se disponía a abrir la caja que aún permanecía sobre su pupitre, sentía que si la levantaba tiraría todo por culpa de su torpeza, mejor dejaba que el chico tomara libremente sobre la mesa.

Al levantar el cartón que la cubría, ahogó un grito de sorpresa ganándose que los cuatro pares de ojos se centraran en ella alarmados.

– Marinette, chica ¿Que pasa? – cuestionó Alya acercándose mejor a ver lo que había puesto así a su amiga.

– ¿Y esa cara? ¿Qué pasa chicas? Casi me matan del susto. – dijo Nino acercándose también a ellas. – ¡¿Pero que es esa cosa?! – exclamó el moreno al ver lo que había dentro de la caja.

Un pequeño gatito negro de grandes ojos verdes y cuerpo pequeño en comparación con su cabeza. El pequeño  tenía entre sus patitas un pedazo de uno de los panecillos y los miraba sorprendido.

Era un pequeño gatito que Adrien identificó de inmediato al acercarse. ¡Ese gato le iba provocar un infarto! ¡¿Ahora como se supone que explicará eso?!

– Eemm... ¿Miau? – "maulló" inseguro el felino.

La primera en recuperarse de la sorpresa inicial fue Marinette.

– Aww es un gatito bebé. – dijo enternecida tomándolo entre sus manos. – Es tan lindo.–

– ¿Como es que ese gato llegó a tus cosas sin que lo notáramos antes? – preguntó Alya acercándose para ver mejor al pequeño intruso que volvía a comer en manos de su amiga.

– Buena pregunta chica. No se me ocurre como pudo haber llegado allí. – respondió Nino extrañado. – ¿Tú que dices viejo? – preguntó a su amigo – ¿Adrien? – lo llamó al verlo pálido y mirando fijamente al felino con una expresión que no supo identificar.

– ¿Eh? Jaja cierto Nino, que extraño ¿Verdad? ¿Como habrá hecho para llegar allí sin que lo notemos? Jaja – respondió nervioso y acelerado, rascando su nuca fuertemente.

Ambos morenos lo miraron extrañados.

– Adrien.... – Alya lo miraba fijamente – ¿Tú sabes algo? – cuestionó sospechando.

– ¿Q-Que? ¿Yo? ¿Yo que podría saber? – El rubio intentaba inútilmente que los nervios no lo traicionaran.

– No lo sé, tú dinos Agreste. – insistió Alya.

– Viejo... – ahora Nino también sospechaba que escondía algo ¡Desgraciado Plagg! El muy traidor no ayudaba en nada mirándolo desde las manos de Marinette que seguía encantada con él.

– Jeje pues... la verdad... — ahora tenía que pensar rápido – es que.... este gato es... emm mi... ¿Mascota? – contestó más como una pregunta que afirmación, esperando que él pequeño kwami le siguiera la corriente y sus amigos le creyeran.

  – ¿Tu mascota? – preguntaron los morenos al mismo tiempo sorprendidos.

  – Un momento... – inquirió Alya desconfiada – ¿Desde cuando te dieron permiso en tu casa de tener un animal? Además ¿Por qué lo trajiste a la escuela? – terminó entrecerrando los ojos.

El pobre rubio estaba al borde de un ataque de nervios ¿Por qué le pasaban ese tipo de cosas si era una buena persona? Tal vez ser Chat Noir tenía efectos secundarios de mala suerte.

Para su fortuna Nino acudió en su rescate.

– Dude no me digas que tienes una mascota a espaldas de tu viejo. – dijo sorprendido – Fue por eso que no querías decirnos ¿Verdad? Ahora Adrien "Ángel-obediente" Agreste está desarrollando una parte rebelde. – terminó de decir divertido el DJ.

– Jaja Si, es eso. Ya sabes, no acostumbro hacer este tipo de cosas y no sabía que iban a pensar de mí. Jaja – Nadie sabía lo agradecido que estaba el modelo de que su amigo le diera una excusa perfecta sin saberlo.

  – Ya veo... –  comentó Alya aún algo desconfiada.

–  Es muy tierno – dijo Marinette encantada con el minino – Dinos Adrien ¿Cuál es el nombre de este pequeñín? – preguntó sin quitar la vista del gatito que tenía en manos, sorprendiendo a todos los presentes por decir esa frase completa sin tartamudear ni atropellarse.

Adrien no sabía que era lo que más le afectaba en ese momento, si el hecho de que Plagg fuese tan imprudente como para meterse entre las cosas de su compañera sin cuidado, el temor de que por accidente hablara y le revelara a todos su identidad, o que Marinette de repente actuara tan extraño.

No supo porqué, pero cierto nudo se instaló en su estomago al ver lo cariñosa que estaba su compañera con su "mascota", tanto que hasta parecía haberse olvidado que él seguía ahí parado, ni siquiera lo miró al hablarle. Para colmo el muy traidor de su kwami se dejaba mimar por ella, ronroneando feliz contra la mejilla de la chica, aumentando la fuerte acidez que se había asentado en su estómago. Por algún extraño motivo, el rubio quiso tomarlo de la cola para alejarlo y  poder ocupar el lugar de ese pequeño amante del queso junto a la chica.

– ¡Oye Agreste! –  el grito de la futura periodista lo obligo a reaccionar.

  – ¿Qué ocurre Alya? –  preguntó intentando ocultar el inexplicable enojo que sentía.

  – Te preguntaron el nombre de tu gato – respondió ella, secretamente divertida al ver los celos del modelo por la atención de su amiga.

– Ah claro, lo siento. Se llama... eehh... Cheese. Si, su nombre es Cheese. –  contestó Adrien.

– Dude ¿Nombraste a tu mascota "Queso" en ingles? En serio necesitas mejorar tu gusto para los nombres, desde ya siento lástima por tus futuros hijos. – bromeó Nino.

  – Vamos, no es un nombre tan malo. Además le puse así porque le gusta mucho el queso. – se defendió el Agreste. ¡Tuvo que inventar un nuevo nombre para su Kwami en segundos! ¡Fue lo que mejor se le ocurrió!

  – Pues tiene sentido – dijo Alya acercándose al pequeño que seguía siendo consentido por la azabache. – Tiene un fuerte olor a queso. –  terminó de decir.

  – Yo pienso que Cheese es un nombre adorable – dijo Marinette – ¿Verdad que si, mi lindo Cheese? – le dijo al felino con voz juguetona, aumentando el inusual malestar del rubio ¡Él también tenía un bello nombre! ¡Mucho mejor que ese! – Aaww ¡Eres el gatito más lindo en todo el mundo!   –  terminó de decir enternecida la franco china para darle un beso en la cabeza al minino.

El felino miró a su portador con una sonrisa burlona como si dijera: "¡Toma esa! ¡En tu cara!".

Oh si tan solo supiera quien era esa chica... los humanos eran tan tontos y divertidos.

Eso le provocó una fuerte punzada al rubio, no supo decir si en su pecho, su ego o qué más. ¡Chat Noir era el gato más lindo del mundo! ¡Él era mucho mejor que esa bola de pelos que apestaba a Camembert!

Con una falsa sonrisa que ocultaba un fuerte instinto asesino, se acercó a su compañera y, sin mucha delicadeza, le quitó al gato para volver a meterlo en la caja y cerrarla con fuerza.

  – Me alegro de que les agradara mi mascota, chicos – dijo con una voz tan amable que escondía sus deseos de gritar – Pero ya es hora de volver a casa, no quiero que mi padre note mi ausencia y despues empiece a llenarme de preguntas. Jaja – se obligo a sonreír, aunque  no estaba para nada contento – Nos vemos, hasta la próxima, que tengan un lindo día. Por favor no le cuenten a nadie del pequeño Cheese. ¡Adios! – se despidió apresuradamente, llevandose junto con sus cosas la caja de panecillos en la que había metido a su "mascota".

Los tres presentes parpadearon confundidos una vez que el rubio salió de la habitación golpeando la puerta.

  – ¿Qué acaba de pasar? – preguntó Nino, era la primera vez que veía a su amigo actuar así.

– No lo sé. –  le respondió Marinette aun más extrañada– De repente se puso... así y se fue.– terminó de decir.

La única que después de reaccionar pareció entender lo que ocurría fue Alya, que tuvo que reprimir la fuerte carcajada que buscaba nacer de su garganta, extrañando a sus amigos.

– ¿Alya? – llamó Marinette – ¿Que es tan gracioso? ¿Entendiste lo que le pasa a Adrien? – cuestionó curiosa.

– Oh chica... – empezó la morena con una gran sonrisa divertida – creo que es cierto lo que dicen de que las mascotas se parecen a sus dueños – mencionó extrañando más a ambos compañeros que la seguían mirando sin entender – Al parecer nuestro modelo tiene su lado felino, es todo un gato territorial al que no le gusta compartir lo suyo. – explicó sin dejar de sonreír.

Nino también sonrió al entender a lo que se refería ¿Quien lo diría? Adrien Agreste había sentido celos de su propia mascota por causa de su amiga azabache.

– Jaja ¡Oh dude! – exclamó divertido – Esa no me la esperaba de él.

Marinette aún sin entender miró a ambos morenos que parecían largarse a reír en cualquier momento, sabía que su mejor amiga no le daría los detalles de lo que pasaba ni dejaría que Nino lo hiciera. Por lo que se resignó a tener que entender ella por su cuenta todo más tarde, tal vez Tikki le diera alguna idea.

¿Que le había pasado a Adrien?
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Esa misma pregunta se realizaba el aludido una vez calmado y en su habitación.

¿Que le había pasado? ¿Por qué actuó así? Él no era del tipo de persona que se dejaban llevar por sus impulsos (al menos no como Adrien, Chat Noir era una historia diferente), y ese día había actuado sin pensar en lo que hacía, siendo muy grosero con sus amigos ahora que lo recordaba.

Debía pedirles disculpas después, sobretodo a Marinette que era con quien peor se comportó. Esperaba que su prince- que su amiga lo perdonara, ya había estado enojada con él una vez por un malentendido y no era algo que quisiera repetir.

La risa de Plagg lo sacó de sus pensamientos.

– Jaja ¿Pensando en como disculparte con tu novia, Romeow? – se burló el kwami, haciéndolo sonrojar por haber dado justo en el clavo.

– ¡Cállate Plagg! ¡Todo esto es tu culpa! – reclamó el modelo – No debiste salir de mi mochila, ni meterte entre las cosas de Marinette ¡Mucho menos comer esos bocadillos sin su permiso! – terminó de decir molesto, en ocaciones ese gato agotaba su paciencia.

– Oh pero que sensible estás hoy – siguió molestando el felino – ¿No será porqué tu "linda princesa" decidió ignorarte al ver que soy mejor que tú? ¿O es por qué con solo conocerla unos minutos obtuve un beso que nos has conseguido en todo este tiempo que pasas con ella? ¿Es que "tu Lady" ya no es tan especial como antes y te quite a tu nuevo amor? – siguió diciendo divertido de las reacciones de su portador. Si tan solo supiera... jaja mientras tanto se divertiría un rato haciéndolo sufrir un poco.

– ¡Cállate Plagg! – exclamó el modelo sonrojado – ¡Marinette es solo una amiga! ¡Yo amo a Ladybug! – por algún motivo una parte de él sintió que mentía al recordar el beso que ella le dio al gato. – Yo... y-yo... – siguió diciendo trabado – Yo... ¡Tengo tarea de la escuela que hacer! ¡Así que no me molestes! – dijo apurado recogiendo unos cuadernos e ir hacia la salida de su habitación.

– ¿Eh? ¿No harás tus tareas de humano aquí? Siempre las haces en tu cuarto. – preguntó "inocente" Plagg.

– ¡Por hoy usaré la Biblioteca de la casa! ¡Adiós! – cortó rápido el rubio cerrando fuerte la puerta de su cuarto.

Una vez solo, el pequeño gato estalló en carcajadas. Si tan solo supiera quien era esa chica...
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Por otra parte, Adrien no era el único que tenía problemas con su Kwami.

– Tikki no entiendo porqué estás tan  molesta conmigo ¿Pasó algo? – preguntó preguntó otra vez Marinette a la pequeña catarina, no le había dirigido la palabra desde que regresaron de la escuela, algo muy extraño en la dulce y comprensiva kwami.

– ¡Hmph! – desvió la mirada ofendida la deidad de la creación – Nada, no es nada. Solo son cosas de "Rata-insectos" – dijo enfatizando la última palabra.

¡Era inaudito! Cuando conoció a su portadora, le apodó "Rata-insecto" ¡A ella! ¡La kwami de la buena suerte y por lo tanto la favorita de los humanos!

Pero al conocer a Plagg ¿Que hizo? Decir que era adorable y el gatito más lindo del mundo ¡Dijo eso de Plagg! ¡Quien ni siquiera era su kwami! A la encarnación de la destrucción y la desgracia le dijo cosas hermosas cuando a ella la insultó en su primer encuentro.

Pero Tikki no podía guardarle rencor a su portadora, la apreciaba demasiado para hacer eso.

¡Pero su orgullo de Kwami estaba herido! Necesitaría algo de tiempo, y tal vez algunas de sus galletas favoritas, para poder olvidar ese día.

¡Arg! ¡De seguro Plagg la molestaría con ello la próxima vez que se vieran!

Al parecer Tikki necesitaría más tiempo del esperado para volver a la normalidad...

Marinette, por su parte, estaba cada vez más confundida ¿Que le pasaba a todos ese día? Cada vez entendía menos lo que ocurría a su alrededor.

La chica suspiró cansada, esperaba que al menos al día siguiente todo volviera a la normalidad.

Pero al parecer la suerte tampoco estaría de su lado esa mañana, ya que al acercarse tímidamente a Adrien y preguntarle si Cheese había venido con él, el modelo hizo una mueca que no supo identificar, y al explicar entra balbuceos que había traído más panecillos de queso para el gatito, pudo jurar que sintió un grito ahogado desde el bolso rosa en que siempre llevaba a su amiga.

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N/A:
Taran! Espero que les haya gustado mi primer (y seguro miserablemente fallido) intento de comedia!!!

Aprovecho este apartado para saludar a CriXar por su cumpleaños!! Espero que la pases muy bien y que tengas un lindo día!!!

También quiero saludar a mi querida akuma Juu, quien cumplió quince hace unos días (el 29 de noviembre si no me equivoco), pero que no le dijo a nadie y por eso no la salude mejor antes. Felices quince Juu!!!

PD: Muchísimas gracias a Alex-Sol por ayudarme a corregir esto y darme nuevas y mejores ideas!!!

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