OO1
pov's jo haeri
Papá siempre ha dicho que la felicidad no se basa en cuanto dinero tienes en los bolsillos, más bien, es sobre aprovechar los buenos momentos que la vida te da. Sabiendo esto, llegué a pensar que todo estaría bien si confiaba en algo tan absurdo como el amor, ¡No se vive de amor! El amor no paga las cuotas diarias, el amor no me traerá comida a la mesa, y el amor no hará que me sienta mejor. Crecí en una zona no tan agraciada de Seúl, con mis amigos, quienes con su ingenio pudieron asistir a Escuelas de alto nivel, pero gracias al gran pesimismo e influencia de mi progenitor decline de toda oferta por un futuro mejor. Pues, no creía ser capaz de estar allí.
Arreglar autos es lo que me enseñaron, me divierte por momentos, pero en otros... viendo a diferentes chicas... quisiera ser un poco más como ellas. Tener su porte, su ropa, sus lujos. Cosas que acepte no tener, porque nunca ne anime a mi misma a luchas por obtenerlas.
Teniendo el cabello atado en una coleta, sudando y con grasa en mis manos y partes del rostro por rascarme sin percatarme, deseé tener algo de emoción en mi vida. Después de todo, acabo de cumplir los veinte años, todos mis amigos hacen algo, pero yo sigo en esta cochera arreglando vehículos para ganarme la vida. Una vida que comienza a cansarme.
—¡Haeri! —JiMin se acerca con una gran sonrisa en sus labios, cruzando la calle, pasa por el césped delantero hasta posicionarse a mi lado— Tengo buenas noticias.
—¿Ah, sí?—limpie mis manos, recargandome en el auto.
Lleno de emoción asentía— Conseguí una audición con una Disquera.
—¡Espera! —salté incrédula— ¡¿Hablas en serio?! —asintió— ¡JiMin, eso es increíble!
Tener la oportunidad de una audición es lo mejor que les puede pasar a ellos, con su sueño de introducirse en la música. Desde jóvenes pasan horas en sus habitaciones practicando con sus viejos instrumentos comprados en tiendas de segunda mano, verlos poder crecer artísticamente me llena de orgullo.
—¿Ya lo saben los demás?
—Estaba a punto, es difícil contactarlos últimamente.
—¿Qué hacen?
—Hoseok comenzó la Universidad, en letras. Y TaeHyung a trabajar como asistente del padre de Baeky.
—Oh...
Pensar en TaeHyung en este último tiempo ha sido confuso, fuimos amigos durante años, tal vez haber comenzando una relación siendo adolescentes intentando descubrirnos fue incorrecto. Porque, como supuse, cuando él conoció a otra chica dejó de lado esta rara relación que teníamos. Nunca me habló de ella, jamás la mencionó, y cuando al fin la conocí, entendí que no podría haber comparación. Al final, eso que tuvimos quedó en nada, mientras que mis sentimientos fueron ilusionados por este tonto corazón que no entiende las reglas del juego.
No puedes enamorarte de alguien que nunca te vio como algo más. Aunque quisiera haber sido su primera opción.
Más tarde, el rubio se fue para buscar al pelinegro en su casa. Al terminar el trabajo, y cerrar la cochera, camine hacia la sala, observando a papá sentado en el sofá con una lata de gaseosa en sus manos y un tazón de palomitas sobre la mesa del centro. Mira con atención la televisión. Un nudo se me forma en la garganta.
—Papá —lo llame, él gira— he pensando en algo últimamente.
—¿Hhm?
—Quiero ir a la Universidad.
Mi padre sacó una fuerte carcajada, negando— ¿Con que dinero, Haeri?
—Puedo conseguir una beca.
—Tendrías que esperar un año más, cariño. Y estudiar mucho, para entonces ya empezarías siendo más grande que tus compañeros.
—Esta bien, lo haré de todas formas. Sé que puedo.
—Entonces hazlo.—levanto sus hombros.
Lo haré.
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