|5| Novia

Ya era de mañana. El desagradable sonido de una llamada entrante lo despertó. No por nada había desenchufado su reloj despertador, ¿pero por qué alguien lo llamaba tan temprano?

- ¿Hola? -contestó con voz adormilada sin siquiera ver quién interrumpía su sueño, así mucho menos vió la hora.

- Sabía que seguirías durmiendo. -se escuchó un bufido por parte la persona al otro lado de la llamada.

Era la inconfundible voz de Isogai.

- ¿Yuuma? ¿Qué....hora es? -preguntó siendo interrumpido por un bostezo.

- Las once de la mañana.

Se quejó levemente.

Quería dormir más.

- ¿Para qué me llamas?

Comenzó a frotar levemente uno de sus ojos.

- Para recordarte la hora en la que nos reuniríamos de nuevo hoy, Nagisa.

- Ah, sí....¿para qué? -frunció levemente su ceño el peliceleste, al estar medio dormido aún no lo lograba comprender del todo lo que decía el pelinegro.

Hasta pudo sentir la facepalm que se dió su amigo.

- Ayer acordamos salir nuevamente el día de hoy. -rodó los ojos aún sabiendo que el peliazul no podía verlo.

- ¿En serio?

- Sí.

- Bien. -dejó escapar un quejido ya que se estaba estirando para levantarse- ¿Hora y lugar?

Luego de recibir la respuesta a esa pregunta se puso de pie y fue a darse una ducha.

Aquel día simplemente irían al centro comercial y se reunirían en una singular estatua frente a este.

Ya cuando el peliazul estaba vestido, que por cierto se tomó su tiempo en darse un baño y en elegir que ropa ponerse después, se dió cuenta de que eran las doce con cincuenta.

- Maldición, es tarde.

Salió de inmediato, tomando su celular, dinero y las llaves de su casa, comenzando una carrera por las calles para llegar, no a tiempo ya que no era posible, pero al menos no tan tarde.

- ¿Dónde está Nagisa? -preguntaba Kayano algo aburrida.

Ciertamente ella fue la primera en llegar, con 8 minutos de anticipación.

- No lo sé -respondió el pelinegro.

- Creí que en la mañana lo habías llamado para despertarlo. -ésta vez fue Hiroto quién habló.

- Así fue pero no sé porque llega tarde, media hora tarde...

La hora en que quedaron era a las una en punto. Vaya que puntual que es Nagisa.

A lo lejos venía corriendo Shiota y cuando llegó junto a sus amigos se disculpó luego de que respirara un poco, se sentía agotado por haber corrido tanto y más por haber dormido poco.

Isogai suspiró resignado ante la disculpa del peliceleste y entre risas empezaron a caminar para entrar al lugar.

- Mírate, tienes ojeras. -le dijo su amiga peliverde a Shiota.

Tomó su rostro entre sus manos para contornear la parte baja de sus ojos con sus pulgares.

- ¿Qué estuviste haciendo anoche? -preguntó con un tono y mirada pícara alejándose de él y posicionando sus manos en su cintura.

- ¿Yo? Nada, sólo no pude dormir bien.

- A mi se me hace que ya encontró novia. -bromeó Maehara mientras reía.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top