Shiota llegó al apartamento el cual era el hogar de su peliverde novia, digo, amiga. Cierto que este fanfic es Karmagisa, no Nagikae.

Antes de siquiera tocar la puerta, esta se abrió.

- Sabía que eras tú, adelante, pasa.

Hizo caso cerrando la puerta detrás de él.

Luego se fue a sentar en un sofá de la sala, junto a Kayano.

- ¿Pasó algo, Nagisa? Te ves algo decaído, y eso que hoy al terminar la escuela lucías tan feliz.

El de ojos azules suspiró.

- Pues... -dudó un poco, pero que rayos, es su mejor amiga, qué más da- Hoy a la hora de almuerzo me llamó Karma.

- ¿Sí? ¿Qué dijo? -la chica se cruzó de piernas y se acomodó más en el sillón, prestando completa atención.

- Él me invitó a salir.

- ¡Oh Dios mío! ¡Dime que le dijiste que sí! -soltó de repente muy emocionada.

- ¡Claro que sí, por eso estaba tan feliz! -Nagisa sonrío un poco.

El único chico presente soltó una pequeña risa.

- Entonces... ¿por qué ahora te ves así de triste?

Nagisa dejó caer su peso y espalda en el sofá, quedando así con su vista en el techo.

- Porque él dijo que me llamaría, o algo, no lo sé. -Kayano hizo un sonido de afirmación para que continuara- Resulta que nunca lo hizo, me sentí realmente estúpido por haber estado esperando con ansias un mensaje de él.

- Ay, Nagisa... así es cuando te enamoras.

Shiota calló un rato, luego una expresión de espanto se pudo ver en él.

- ¿Y si Karma en realidad estaba bromeando? ¿si todo fue una broma y yo me la creí por culpa de estos tontos sentimientos? -tomó una almohada y suspiró muy fuertemente contra ella- ni siquiera sé que siento, si Karma me gusta, me atrae, lo amo, no sé. -a penas la peliverde pudo entender aquello, puesto que Nagisa seguía con la almohada en su rostro.

- Uh, entonces -Kayano se acomodó nuevamente quedando con las piernas cruzadas sobre el sofá- veamos, primero que todo, hay que aclarar por completo lo que sientes.

Nagisa asintió dejando ver solo sus ojos por encima de la almohada que ahora abrazaba.

- Dime como ves a Karma y qué es él para ti.

Shiota apoyó su mentón sobre el objeto que tenía y pensó un poco.

- Opino que Karma... es una persona muy lista...

- Bien... tú solo sigue.

Esto era algo como terapia, Nagisa al pensar eso le fue inevitable no reír aunque fuera para sus adentros.

- Él... además es muy apuesto. -se sonrojó un poco e inevitablemente desvió la vista- Karma es atento conmigo, amable, sé que tiene una personalidad única.

- ¿A qué te refieres con eso? -cuestionó Kayano anotando algo en una libreta.

Ahora que el peliceleste la volvió a mirar tuvo algo de confusión ¿de dónde sacó esa libreta con el lápiz? y ¿cuándo se puso esos anteojos? Bueno, no importa.

- Eh, quiero decir que ya comprendo un poco como es su forma de ser.

- Ya veo, ¿y él para ti es...? -preguntó Kaede mirandolo por sobre los lentes.

- Es un amigo, pero... creo... que me gustaría que fuera algo más que eso.

- ¿Crees?

- ¡No! Me corrijo, quiero que lleguemos a ser algo más que amigos.

- Muy bien. -la de ojos ámbar sonrió por lo sincero que estaba siendo su amigo.

- ¿Y hay algo que te guste del físico de Karma? Puesto que dijiste que es guapo ¿no? -alzó una ceja viéndolo con picardía.

- Ah... Me gusta su cabello, sus ojos, su nariz, su voz, ¡su voz! Vaya que me gusta su voz, pero hay algo que me gustó aún más de él... eso fue su mirada, en una video llamada que tuve con él una vez, noté algo en su mirada. -sí, entre toda la vergüenza de esa vídeo llamada en el baño, vio algo- No sé realmente que vi, o que sentí, pero de alguna forma me atrajo mucho, me gustó...

Volteó el rostro para así ver a una Kayano aguantando las ganas de gritar, con la pequeña libreta siendo apresada fuertemente por sus manos y prácticamente cubriendo su boca con ella.

De pronto Kayano alzó las manos lanzando lejos la pobre libreta y el lápiz.

- ¡Nagisa estás tan enamorado! Es obvio, ahora lo sé, lo puedes confirmar, ¡amas a Karma!