|20| Suegra

— ¡No le dije sobre Nakamura!

Recordó Nagisa.

Era el propósito de la llamada, pero en cambio pasó algo totalmente diferente.

Suspiró resignado, no se atrevía a llamarlo de nuevo, así que más tarde le diría por mensajes.

Salió del baño con la toalla alrededor de su cintura y con gotas de agua provenientes de su húmedo cabello recorriendo su torso libremente.

Cuando llegó a su habitación se puso ropa interior y una playera, terminó de secar su cabello y se sentó en medio de su cama en posición indio.

— ¿Y mi celular? -se preguntó mirando alrededor.

Lo había dejado en el baño, así que tuvo que ir por él y volver a acomodarse de la misma forma que antes en su litera. Aunque no quedó igual de cómodo que antes. Detestaba cuando ocurría eso, te acomodas, luego recuerdas algo y todo el esfuerzo para quedar en la perfecta comodidad se va por el caño. Pero bueno, sigamos.

Nagisa decidido a hablarle a Akabane, besbloqueó el aparato entre sus manos y fue hasta el chat por el cual hablaban.

Y escribió.

     ¿Qué fue eso de hace rato?

Antes de enviar el mensaje terminó borrándolo, creyó que ser directo no sería bueno.

     Karma, ¿cómo estás?

Meditó un poco y también lo eliminó. No podía iniciar otra conversación así, sería estúpido, como si estuviera evadiendo lo que ocurrió.

     Karma...sobre lo de antes...

Creyó que ese sería el mejor mensaje, iba a enviarlo, pero el pelirrojo justo apareció en línea, por lo cual Nagisa entró en pánico y terminó borrando el mensaje.

En ese mismo momento de pánico recibió una nueva vídeo llamada, la cual contestó, no porque quisiera, lo hizo porque sus torpes dedos apretaron cualquier cosa en la pantalla.

Asustado apretó el celular contra su pecho, vio perfectamente el nombre del remitente de la llamada.

Fue Karma.

—     ¿Quién eres y por qué mi hijo habla tanto contigo?

Escuchó.

¿Qué? Esa no era la voz de Karma. Claramente.

Alejó el dispositivo y se permitió ver quién era, también de la misma forma, la otra persona lo veía a él.

—     Vaya.

Era la...madre de Karma, al parecer.

Se vio sorprendida al observar a Nagisa.

—     Soy Nagisa Shiota, señora...¿Un gusto?

Dijo algo nervioso y confundido.

Esto era raro. La situación era rara.

—     Mh...Eres muy linda, no me molestaría que fueses la novia de Karma.

La mujer de cabellos rojos como los de su hijo sonrió.

—     ¿Novia?

Un sonrojo hubiera aparecido en las mejillas de Shiota, de no ser porque confundió su sexo, se enojó un poco por ello, pero se mantuvo neutral en todo momento.

Probablemente haya creído que era una chica por como lucía ahora, después de todo traía el cabello suelto y algo húmedo aún.

—     Solo somos amigos...además, soy hombre. -dijo firme el peliceleste.

La madre de Akabane se quedó pensando por un momento.

—     Oh, ya veo...Aún así no me molestaría ser tu suegra, querido. -sonrió nuevamente.

—     Madre ¿qué haces con mi teléfono? -se escuchó una voz de fondo, era Karma, más Nagisa no pudo verlo por la cámara.

—     Ya me voy. Adiós Nagisa-kun, espero poder conocerte. -se despidió rápidamente la señora Akabane.

—     ¡¿Hablabas con Nag...?! -y la llamada se cortó.

Nagisa dejó el celular a un lado y dejó caer su peso hacia atrás, quedando recostado en la cama. Puso su antebrazo sobre su rostro, cubriendo con este sus ojos.

— ¿Acaso todos los Akabane tienen la costumbre de decir cosas vergonzosas?

▫▫▫

Los mensajes que escribió Nagisa no están en negrita porque no los envió.

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