Raleigh Becket: "Rescátame"
POV Tú.
Llegue temprano al hospital esa mañana, me dispuse a atender a los enfermos como todos los días.
Eran casi las doce del mediodía cuando una perturbadora noticia apareció en el televisor:
- Esta madrugada, Gipsy Danger fue destruido después de haber peleado con un kaiju categoría 3 – decía la reportera.
Me acerque al televisor para subirle el volumen, al momento de hacerlo note que varias otras enfermeras se acercaron también.
- Antes de ser destruida, la máquina logró interceptar al kaiju y matarlo, sin embargo, la baja fue más grande de lo que alguna vez esperaron ya que hasta ahora, ninguno de sus pilotos, Yancy y Raleigh Becket, se ha reportado en la base.
En ese momento pasaron en pantalla a ambos hermanos. Ambos son (o eran) rubios, de ojos azules, rostros cuadrados pero sin una mancha de arrugas en ellos, debieron estar en sus veinte, facciones circulares pero de nariz respingada, ambos. Podría decirse que ambos son (o eran) atractivos... quizás uno un poco más que el otro.
- Ningún medio ha hablado con el mariscal o algún encargado del Shatterdome, pero a estas alturas, los hermanos Becket se presumen muertos. Manténgase en sintonía para más noticias...
Y con eso la reportera se despidió.
Al acabar la noticia las enfermeras que estaban a mí alrededor se dispersaron, y como recordé que había dejado a un niño con asma solo con un respirador me dispuse a hacer lo mismo y regresar con el pequeño.
Que horrible lo que pasó. Ser piloto Jeager no es el empleo más seguro del mundo por obvias razones y aun así hay personas que se enlistan para eso. Les agradezco claro, alguien debe defendernos contra esos monstruos pero... ¡Dios!, no sé qué haría si mi hijo algún día llegara diciéndome que quiere ser piloto.
- ¡Mamá!, ¡mamá! – justo hablando de él, llego corriendo al hospital y gritaba por todas partes buscándome.
- ¡Matt, deja de gritar estás en un...! – intente calmarlo cuando finalmente llego conmigo.
- ¡El abuelo me mando a que buscara ayuda!, ¡necesitamos ayuda! – dijo alarmado mi hijo.
- ¿Qué paso? ¿tú abuelo está bien? – pregunte empezando a preocuparme.
- ¡Tienes que venir! ¡tienes que venir conmigo ahora mamá! – fue lo único que me dijo y me lo siguió repitiendo hasta que me levante de donde estaba y fui con mi amiga Lola.
- ¡Lola! – llame su atención en cuanto apareció en mi campo de visión – necesito ayuda.
- ¿Qué paso? – me pregunto ella ahora preocupada también.
- No lo sé, Matty solo me dijo que mi padre lo envió aquí a buscarme creo que algo le paso, necesito que me cubras.
- Sí, claro.
- Hay un niño en la habitación cinco tiene asma – le dije como último recado y corrí de vuelta con mi hijo.
Antes de salir del hospital me lleve algunas cosas: un botiquín básico de doctor, unas mantas, morfina y vendas.
Corrimos más allá de la cuadra, más allá del vecindario, incluso más allá del pequeño pueblo hasta llegar a la costa congelada.
- ¡Es aquí! – grito mi hijo apresurándome, pero para ser honesta yo ya no podía más.
Él se adelantó a correr más allá de una montaña de nieve y yo lo seguí, pero cuando llegue al otro lado, tuve que parpadear varias veces para estar segura de sí veía bien.
¿Eso es...? ¡¿Un jeager?!
Corrí hacia la gigantesca máquina y mientras más me acercaba más podía distinguir a mi padre sentado en la nieve frente a... oh no.
- ¿Qué pasó? – pregunte arrodillándome a su lado.
- No "pasó", "pasa" – corrigió mi padre, George, apuntando al hombre inconsciente frente a nosotros.
Dios ten piedad esto está muy mal. Su armadura blanca estaba rasgada y chorreaba sangre de un costado, las cicatrices en su brazo indicaban que recibió un potente choque eléctrico.
No podía debatir en cual era peor ya que, la hemorragia en su costado no se detenía, pero el "posible" choque eléctrico que recibió en el brazo llegaba al pecho, pudo haber detenido su corazón.
- ¿Ah reaccionado? – le pregunte a mi padre para luego apoyar mi oído a su pecho y poder oír su corazón.
- Salió arrastrándose de la máquina, balbuceo algo... un nombre y luego se desmayó – dijo mi padre.
- Su ritmo cardíaco es lento – dije y le comprobé el pulso – el pulso disminuye, debemos llevarlo ahora al hospital.
Adrenalina, ¿Por qué no traje adrenalina?
- ¿Y cómo lo harás? – pregunto mi padre a mi lado.
- ¿Lo "haré"? lo "haremos" – corregí.
Tome una de las mantas, la más grande que había y entre mi padre y yo pusimos al piloto en ella y lo arrastramos hasta el hospital. Le dije a Matty que se nos adelantara y avisara a Josh que veníamos con un herido, por lo que cuando llegamos al hospital ya nos estaban esperando.
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***
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POV Raleigh Becket.
Todo dolía.
Empecé a entrar en consciencia otra vez y lo primero que note fue un intenso dolor en mi brazo izquierdo y mi costado derecho.
Abrí mis ojos de golpe y los cerré igual ya que la luz casi me dejo ciego, luego de parpadear varias veces y que me acostumbrara más al brillo mire mí alrededor. Sin duda era una habitación de hospital pero, ¿Cómo llegue aquí?
Justo entonces entro en la habitación una chica, una doctora creo, se sorprendió al verme.
- Estás despierto – me dijo con una sonrisa cálida. De esas que le das a un niño cuando corre hacia ti con su juguete en la mano y te pide que juegues con él – no sabíamos cuando despertarías.
- ¿Cuánto...? – iba a preguntar cuanto tiempo llevo dormido pero me quede corto, tenía la garganta totalmente seca.
- Llevas aquí tres días – dijo y vertió agua de una jarra al lado de la camilla en un vaso para después dármelo. Lo bebí en cinco segundos o menos – creo que te serviré otro – dijo tomando el vaso y llenándolo otra vez.
- ¿Cómo llegue aquí? – pregunte y ella volvió a extenderme el vaso.
- Mi padre y mi hijo te encontraron. Mi padre dijo que tu Jeager se desplomo en la orilla de la costa y tú saliste arrastrándote de él. Tenías cicatrices abiertas en el brazo izquierdo, recibiste un choque eléctrico en él y tu costado tenía una herida profunda, quizás en la caída algo lo perforo. Entre mi padre y yo te trajimos aquí – mientras ella hablaba los recuerdos de ese momento pasaban borrosos por mi mente, hasta que me pregunto algo que me devolvió por completo a la realidad – tú eres Raleigh Becket, ¿no es así?
- Pensé por un momento en la respuesta a esa pregunta – lo fui.
- Tú hermano... – no terminó la frase, pero ya sabía lo que iba a preguntarme.
El recuerdo de su muerte paso por mi mente como una estrella fugaz. Ni siquiera pudo decirme lo que sea que iba a decir. El kaiju solo tomo su arnés y lo saco del jeager. Lo peor de todo, es que seguíamos entrelazados, pude sentir su miedo, su impotencia, su dolor y luego... nada. Solo silencio. Pasas tanto tiempo en la cabeza de alguien que al final, te cuesta adaptarte al silencio.
Recordé, que en realidad no pude hacer nada, solo me quede ahí mirando, creo que eso es lo que más me duele en este momento. Es la única herida abierta que jamás podrá sanar.
Los ojos empezaron a arderme, como si pequeñas agujas se clavaran en ellos y de los huecos salieran pequeñas gotas de agua que rodaban por mis mejillas. Estaba llorando, lo que no pude hacer en su momento lo estaba haciendo ahora.
Solo podía pensar: ¿Qué haré ahora?, perdí aquello que me impulsaba a no rendirme, perdí a mi mejor amigo, perdí a mi hermano mayor, perdí... a la única familia que me quedaba, ya no tengo nada ahora.
- Si te hace sentir mejor... - entonces escuche su voz – sigues aquí, con vida y en una sola pieza. Eso es un milagro considerando a lo que sobreviviste.
- ¿A qué costo? – fue lo único que respondí.
- Uno que solo tú puedes soportar – cualquiera diría que esta mujer no sabía de lo que hablaba, pero en sus ojos vi seguridad.
- Quiero estar solo – dije con la voz entrecortada, no tanto por la sed (que aún tenía) si no más por las lágrimas y los recuerdos que jamás se irían.
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***
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POV Tú.
Esa noche me tocó guardia a mí. Faltaban minutos para las doce y ya todos se habían ido, incluso Lola.
Mi padre se quedaría con Matty hasta la madrugada cuando yo llegara, cosa que ya era costumbre cada dos miércoles.
Sin embargo, aún había "algo" o más bien "alguien" que me preocupaba. Fui un segundo a su habitación, solo quería checar que estuviese bien.
Al asomarme... no quiero sonar cruel pero parecía un muerto viviente. Lleno de vendas gastadas que tendría que cambiar mañana, labios resecos, cabello enmarañado y ojos hinchados por tanto llorar.
Era imposible que no se haya dado cuenta de mi presencia, literalmente estoy parada en todo el medio de la puerta observándolo. Reconozco esa mirada, solo veía algún punto muerto en la pared sin ninguna expresión. Esa es exactamente la mirada que yo tenía cuando Dany murió.
Toque el marco de la puerta tres veces esperando llamar su atención, lo cual conseguí, muy lentamente el giro su mirada de la pared hacía mí.
- Hola. Quise venir a ver como estabas – dije acercándome, él regreso su vista al frente – ¿cómo sigues del brazo?, ¿aun te duele algo?
- No es el brazo lo que me molesta – respondió en un hilo de voz.
- Entonces dime, ¿Qué te molesta? – dije tomando una silla para sentarme más cerca.
- Nada que puedas curar – me respondió.
- No lo sé, ponme a prueba – dije y le di una rápida pero tierna sonrisa.
Él no respondió, solo siguió con la mirada perdida en la pared.
- ¿Sabes? – dije apoyando mis brazos de la barandilla de la camilla – yo tenía unos... quince o dieciséis años cuando la guerra kaiju comenzó. Tenía novio, su nombre era Dany... y metimos la pata, yo me embarace. Cuando mi padre lo supo intento asesinarlo, aún recuerdo a Dany corriendo por toda la casa con mi padre detrás de él – me reí un poco al recordarlo pero el soldado seguía serio. Comprensible – en fin. No podíamos casarnos porque éramos menores de edad, pero él nunca mostró... el deseo de querer irse... él en serio quería conocer a su hijo – al escuchar esto, el soldado giró la mirada un poco hacia mí.
- <Fueron... increíbles los avances en solo tres meses. La humanidad descubrió que los kaiju no se detendrían y empezó el programa jeager. Se hicieron pruebas, se descubrió el "puente neuronal" o lo que sea y empezó el reclutamiento. Pocos fueron los primeros candidatos, yo estaba aterrada, tenía cinco meses de embarazo, pero Dany me dijo que no lo haría, que no me abandonaría. Empezamos a ganar y yo creí, por un segundo, que todo iba a estar bien... cuando Sitka fue atacada por primera vez. Los padres de Dany murieron en el ataque y él como muchos otros hijos juro destruir a los kaiju y vengar a sus padres, rompió su promesa y se unió al programa Jeager. Se hizo piloto y fue enviado a su primera misión cuando nuestro hijo nació... el Shatterdome, tardo tres semanas, en hallar su cuerpo y el de su compañero. Tiempo después, cuando empecé la universidad, husmeaba entre sus cosas cuando encontré una nota: "no te abandonare", eso me rompió el corazón>
- ¿Qué intentas decirme con eso? – me pregunto en un hilo de voz.
- No intento decirte nada. Te estoy diciendo que sé lo que se siente perder a alguien como tu hermano o tu pareja. Saber que ya no volverás a escuchar su voz, saber que ya no tendrás que soportar las cosas que odiabas de él, saber que ya no lo volverás a ver – vi como ese frágil muro de falsa tranquilidad se iba rompiendo con cada mención, dando paso nuevamente al dolor y el sufrimiento – Sientes dolor, un dolor no físico e indescriptible. Sientes ira, intentas buscar... culpables o alguien a quien arrancarle la cabeza. Te sientes perdido y te preguntas: ¿qué haré ahora sin esa persona? Y de pronto sientes: nada. Solo remordimiento.
Y aquí es cuando debo parar o terminare llorando yo también.
Alce la mirada hacía él y lo vi. Me vi a mi misma hace siete años cuando mi Dany murió. Vi sus lágrimas caer como si fuesen mías y solo quise secarlas como mi padre lo hizo conmigo hacía siete años. Entonces, quizás por lástima o por instinto, pase mi mano por su cabello rubio acariciándolo, dándole consuelo. Mientras el inclinaba su cabeza hacia mí, yo aproveche y puse mi otra mano en su mejilla.
- Fue mi padre quien me dijo: que la muerte siempre da antes de quitar y por eso su precio, solo nosotros podemos soportarlo.
Me quede con él toda la noche, hasta que ambos nos quedamos dormidos.
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***
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POV Narrador.
Cinco años después, George estaba sentado en la pequeña mesa del comedor ayudando a Matt con su tarea. Lo único bueno es que a pesar de la situación mundial, las escuelas y demás centros públicos como: hospitales, mercados, plazas o iglesias no habían dejado de funcionar, cosa que (T/N) agradecía, prácticamente eran sostenidos por su sueldo en el hospital y el de su "novio" en el muro.
Se sentía un poco rara al llamar al muchacho moribundo y roto que conoció hace cinco años así, pero debía admitir, que los últimos meses se habían vuelto cercanos, "íntimos" es la descripción exacta de lo cercanos que se habían vuelto.
La casa tenía dos pisos, desde antes de la guerra kaiju había sido así. La planta baja era de George, mientras que el piso de arriba era de (T/N) y Matthew.
Dicho eso, debía confesar que su mayor pecado lo había cometido hace como siete meses atrás...
Raleigh, desde que su hermano murió ha tenido problemas para dormir, insomnio y pesadillas. Lograba dormirse ya entrada la madrugada y cuando finalmente lo hacía, las pesadillas lo atacaban. Revivía ese momento, ese exacto momento cuando su hermano murió, y ella no quiso seguir viéndolo así.
Una noche ella había bajado para buscar agua, cuando escucho gemidos de horror provenientes del sofá donde el yacía dormido. No hizo falta ni que lo tocara, ya que en ese momento el despertó de golpe del crudo recuerdo, y ella, le propuso que durmiera en su cuarto, así para que cuando las pesadillas lo atormentaran buscara consuelo en una amiga.
Por supuesto era solo un desinteresado acto de amabilidad, no planeaba que sucediera nada esa noche... pero sí que sucedió.
Pataleaba, sudaba y su respiración era acelerada, como si estuviese escapando de su propio sueño, ella no podía seguir así toda la noche, por lo que decidió, intentar algo nuevo y drástico. Se sentó en la cama y despertó suavemente al rubio, solo para que se le hiciera más fácil reposar su cabeza en sus piernas.
Era un viejo truco que le había enseñado su difunta madre. Cuando (T/N) era niña y le daban miedo las tormentas eléctricas, corría a la habitación de sus padres y su madre la acunaba entre sus brazos para luego acariciar su cabello hasta que se quedara dormida.
El rubio enseguida se tensó ante la idea de la chica, a lo que ella empezó a acariciar su cabello corto, igual que lo había hecho hacía cinco años en el hospital, pero a diferencia de esa vez, no lo hacía con lastima o tristeza, lo hacía con cariño y... Amor.
Se quedaron un rato en silencio, hasta que ella le sonrió de la manera más tierna, como si le dijera: "aquí estoy". Fue entonces cuando el rubio estiro su mano para tomar la cara de (T/N) y acercarla a la suya, hasta fundirse en el más dulce pero apasionante acto de afecto.
Después de eso... bueno... ya se imaginaran lo que paso después de eso.
Raleigh empezó a mudarse del sofá a una habitación en el segundo piso y de dicha habitación a la habitación de su "enfermera", con la cual ha compartido la cama de noche y a veces de día, cuando George y Matty salen con el detector de metales a buscar algo de valor a la playa, comparten también la ducha.
(T/N) estaba en la cocina haciendo nuevamente sopa de tómate como desayuno, debía prepararse, su turno en el hospital empezaría pronto, Matty debía ir a la escuela y Raleigh a su turno en el muro.
Hablando del rubio, este, aprovechando la oportunidad de que la hermosa mujer estaba sola, se le acercó por detrás abrazándola por la cintura y depositando un beso en su cuello desnudo.
- Hola – le dijo (T/N) girando a verlo.
- Hola – dijo el depositando un beso en los labios de ella – ¿lo de siempre?
- No es que hallan muchas opciones – respondió ella.
- Sí lo sé – dijo y le dio un beso en la mejilla – saldremos adelante – dijo en el oído de ella y ella se dio la vuelta para encararlo y rodear su cuello con sus brazos.
- Siempre pienso que... no tienes por qué hacer esto. Apenas nos conociste hace cinco años – dijo ella aun colgada a su cuello.
- ¿Qué apenas los conozco? – pregunto él divertido – ustedes son como mi familia ahora, me abrieron las puertas de su hogar cuando yo no tenía nada – y en ese momento, una sonrisa traviesa cruzo los labios de Raleigh – y cuando yo estuve triste y solo tú abriste otra cosa para mí.
Al escuchar tales perversas palabras (T/N) golpeo con fuerza el pecho del rubio apartándolo de ella. Él se rió y se acercó de nuevo a ella para robarle un beso, seguido de otro y otro, hasta que ya no pudieron separarse.
No hasta que...
El carraspeo de una tercera persona los hizo separarse de golpe, ambos giraron y vieron a George parado en la entrada a la cocina, solo para que luego este pasara literalmente entre ellos.
- Al menos podrían esperar a que Matty y yo nos vallamos – comento y siguió de largo. Cuando George finalmente salió de la cocina, ambos estallaron en carcajadas silenciosas.
- Será mejor que me valla ya – dijo Raleigh cuando su risa se calmó.
- Pero no has comido nada – dijo ella.
- Está bien, me darán raciones allá, tomen la sopa ustedes – dijo él con una mirada comprensiva.
- ¿En serio? – ella tuvo que preguntar.
- Sí. Sobreviviré – dijo él y le dio una última sonrisa.
***
Una hora después, Raleigh se encontraba en la construcción del "Muro de la vida", la "efectiva" alternativa que habían encontrado al programa jeager luego de años de que estos los protegieran.
Los kaiju se hacían más fuertes y los jeagers perdían batallas, por eso ahora los grandes líderes están descontinuando el programa y todos los Shatterdoms están cerrando sus puertas.
Hay rumores, de que solo queda uno en China.
El rubio se acercó al tumulto de gente que se arremolinaba frente al capataz.
- Hay buenas y malas noticias – inicio diciendo este – ¿Cuáles quieren escuchar primero?
- ¡Las malas! ¿no? – dijo un hombre al lado de Raleigh.
- Ayer murieron tres hombres en lo alto del muro – dijo el capataz, a lo que todos mostraron su desilusión y su desaprobación – la buena noticia es – dijo el hombre y saco tres papeletas rojas – que tengo tres vacantes en la cima del muro. ¡¿Quién quiere trabajar?! ¡¿Quién quiere comer?! – y con eso dio por finalizado el anuncio.
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Raleigh se encontraba en la cima de la construcción reparando una viga, al terminar con el trabajo se paró con cuidado y miro el alrededor, la última vez que había estado tan alto fue en su Jeager, su "hermosa" Gipsy Danger, pero se había prometido a si mismo jamás volver a entrar en una interfaz, simplemente no podría.
Bajo de lo alto y llego al lugar. Guardo su mochila en donde pertenecía y se acercó al nuevo tumulto de gente que se arremolinaba frente a un televisor.
Era un reportaje sobre un kaiju que atravesó el muro en Sidney como si fuera cristal, pero por suerte, Striker Eureka estuvo allí para salvar el día y derrotar al kaiju.
Por supuesto luego de eso fueron entrevistados. El más joven menciono que irían a una base en Japón, pero el rubio no tuvo más tiempo de escucharlo, ya que un helicóptero aterrizo justo en frente de la construcción...
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...Continuara...
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