- Dos: Reunión -

Suspiró por décima ocasión en lo que va del día, se apoya en la pared alzando la cabeza, mira el techo en espera de alguna respuesta que no va a llegar, se cruza de brazos volviendo a suspirar algo fatigado. Apaga su comunicador dejándolo sobre la mesa volviendo a recargarse en la pared, tira su cabeza atrás pasando una mano por su cabello.

— He perdido la cuenta de todos tus suspiros —. Una voz femenina le sorprende.

Se vuelve a parar correctamente y sonríe tratando de aparentar que todo está en orden, ve a Nya acercarse por el pasillo con una caja de herramientas. Le mira fijamente esperando que diga algo, sin embargo de su boca no sale nada, solo se rasca la nuca algo apenado, Nya se dirige al vehículo en el que ha estado trabajando, toma el soplete.

— ¿No has logrado comunicarte con ellos? —. Pregunta una vez frente a él.

Entonces suspira por enésima vez. No quiere decirlo, pero se ha cansado, está casando de todo y todos, se da la vuelta para caminar hacia los monitores fingiendo buscar algo. Nya continúa con lo suyo, no quiere agobiarlo.

— Ya no sé que otra excusa inventar con el maestro Wu, hace meses que no sé de ellos, las mentiras no van a durar para siempre —. Dice desganado.

— No creo que el maestro Wu crea lo que dices.

Lloyd cerró sus ojos con pesadez.

— Yo tampoco lo creo, la muerte de Zane nos afectó mucho. Solo sé de Jay por ese tonto programa que conduce, pero del resto no sabría ni siquiera por dónde empezar a buscar.

— Tengo una idea de dónde podrías encontrar a mi hermano —. Dice confiada.

El joven sonrió, era momento de volver a reunir al equipo, así que tendría que ir a buscarlos. Se despide de Nya saliendo en una de las motocicletas, le ha enviado información de dónde fue que los vieron o supieron de su paradero.

Condujo alrededor de cuarenta minutos en una carretera desértica, desolada. Encuentra ridículo la gran cantidad de gente aglutinada en la ciudad dejando el resto del territorio solo, durante todo el trayecto no se topó con ningún otro vehículo, nada más él y una que otra ave. Cuando llegó a la ciudad, atrajó de las miradas de varios ciudadanos ya sea por su motocicleta o ser el elegido. Trato de pasar desapercibido sin mucho éxito en ello.

Condujo unas cuadras más con tranquilidad, ha comenzado a agarrarle placer el solo conducir sin ningún rumbo fijo en mente, le ayudaba a despejarse y cambiar de aires, así que dió un par de vueltas y luego finalmente estacionó su motocicleta parando para ir por algo de agua y algún dulce en una tienda de conveniencia, conducir le ha hecho relajarse, pero una vez poniendo los pies sobre la tierra vuelve a sentirse agobiado, esto de reunirlos le llevaría más de una semana, no iba a ser fácil convencerlos, ha pasado tanto en tan poco tiempo que hasta el mismo tema que no exista más "el equipo".

Tenía pistas, pero no podía estar seguro del paradero de cada uno; debía detenerse a pensar con claridad en algún plan, por lo que caminó hasta un parque tomando asiento para beber agua, se puso a repasar las pistas de cada uno, siendo Jay el más sencillo de localizar, el estudio donde ahora hace de presentador ni siquiera está retirado del parque al que se ha sentado a descansar, volvió a suspirar al pensar en cómo sería volver a poner a Jay y Cole frente a frente, quizás debía rendirse en querer reunirlos.

— Agotador, ¿No es así?

A su derecha una joven había tomado asiento junto a él, también tenía una botella de agua en mano, le miró algo desconfiado, a decir verdad, no suele hablar mucho fuera de su círculo social. La joven le sonrió con amabilidad volteando hacia él.

Lloyd pudo observarla con más detalle, noto que bajo su sudadera asoma un vendaje que va desde su hombro perdiéndose en el interior de la prenda, aparte de tener una gasa sobre su frente, noto sus manos, una de ellas, igualmente cubierta por vendas.

— Suelo tener accidentes por ser despistada —. Se excusó soltando una corta risa.

— Lo siento, no quería incomodarte —. Se apresuró a decir al darse cuenta que la había visto demás.

— Ah, no, no, sin problema creo que mis heridas llaman la atención. Está última vez me atropello un camión —. Comenzó a hablar tratando de relajar el ambiente — Recién me han dado el alta.

— Espero tengas mejor suerte.

Lloyd esperaba dar por finalizada la conversación ahí, es incómodo hablar con un desconocido más allá del "¿Estás bien?", "Sujetate", "Los salvaremos", ¿Qué más se supone que debía decirle? No quiere seguir platicando; se pone en pie con intención de ir a buscar a Jay.

— ¿Cómo te llamas?

El joven voltea, la chica sigue sentada viéndolo. Ha notado ahora las gasas sobre sus orejas, se pregunta ahora que clase de accidente debió tener. Tiene más heridas de las que puede explicarse.

— Lloyd —. Responde.

— Un gusto, espero que nos podamos volver a ver, pareces ser una persona muy agradable —. Dice la joven.

Lloyd asiente devolviéndole la sonrisa para ahora sí marcharse. No tiene intenciones de volver a verla, y tampoco cree que vuelvan a coincidir, al menos no de su parte. Sin embargo, por el lado de ella, sus intenciones son todo lo contrario, espera cruzarse con él pronto.

Y por supuesto que esto volvió a suceder, siendo este mera casualidad; días más tarde terminarían por coincidir en el mismo restaurante de fideos, claro, Lloyd ni se daría cuenta de ello.

Lo observó desde el momento en que llegó, y a los pocos minutos llegaron dos más que no reconoció del todo, pero al recordar de lo que solían decir las enfermeras en el hospital dedujo que debía ser de los otros ninjas. Agachó su cabeza para evitar que la fuera a ver, estuvo atenta a ellos, no parecían ese equipo unido del que le habían contado, no hablaban entre ellos y si lo hacían, podía notar recelo en sus voces, algunos quince minutos más tarde, apareció un tercero.

Siguió comiendo estando atenta a cada uno de sus movimientos, hasta que aparecieron tres sujetos con clara pinta de pandilleros yendo directos con el cajero. No hizo nada, permaneció en su lugar, se suponía que había héroes, ellos se encargarían, y así fue. Armandose de todo un número.

Hasta que terminaron saliendo por la puerta trasera con tal de perseguir a los causantes del disturbio. Se apresuró en terminar su platillo, tenía que saber lo más que pudiera de ellos si quería en un futuro ser cercana a Lloyd. De manera discreta, fue hasta la puerta trasera, quedándose solo a ver.

— ¿Torneo de los elementos? —. Habló para si misma. — ¿Existe más gente con poderes?

Escucho a los chicos reír, entonces corrió a su lugar original, viéndolos marchar. Sin duda, encontraría la forma de ir, si había más gente con poderes tenía que saberlo, tenía que estar ahí, tiene que saber quién es el portador del elemento más fuerte, después de todo, el querer acercarse a Lloyd tenía su propósito y si existe alguien con aún más poder que él, debe ser a él a quien ahora se le acercaría.


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