C7. Favor de padre a hija.
-¡Buenos días, papi!-saluda Ellery en el momento en el que su padre abre los ojos. Joel gime en voz baja y se gira sobre el colchón cubriéndose más con el edredón de la cama. La niña se ríe y rodea la cama antes de volver a sentarse junto a él.-¡Buenos días, papi!-saluda de nuevo.
Joel abre un ojo para mirarla y ella le sonríe.-¿Qué haces despierta tan temprano, eh?
-Mi tío Israel me llevó a comprar el desayuno...-anuncia en medio de una risita.
-Vaya.-susurra y cuando siente los brazos de la niña rodeando su cuello se ríe. Joel la abraza también y deja un beso sobre su cabeza haciéndola reír.-¿Qué no es algo temprano incluso para el desayuno...?-pregunta.-¿A qué hora saliste de la cama? Ni siquiera lo sentí...
-Es porque mi tío me dijo que me levantase muy temprano.-hace una pausa.-Así que le hice caso, fuimos a comprar el desayuno y después fuimos a llevar a pasear a Skyler...
-Eso suena divertido.-responde él.
-Fuimos a la panadería de Hanks...-anuncia con renovado entusiasmo.-Y Hanks me regaló una dona con chocolate y chispas de colores de todos los colores. ..
-Sí...-alarga el rizado.-Demasiada azúcar para ti...
-Pero es rico.-decide encogiéndose de hombros.-Vamos, papi...levántate, vamos a desayunar porque tengo hambre...además; mis abuelitas están preparando comida rica...
-¿Estás emocionada con la idea de venir a visitar a las abuelas, verdad?-pregunta a pesar de que él ya conoce la respuesta. Los ojos de Ellery la miran un segundo y asiente lentamente.
-Sí.-asiente.-Porque son las únicas abuelitas que tengo.-hace una pausa.-¿Mi mamita tenía papis...?
El corazón de Joel se estremece dentro de su pecho, deshace su posición liberando a la niña de su abrazo y se incorpora lentamente anclando sus ojos en ella un largo momento sin saber muy bien que decir. Hablarle a Ellery sobre los padres de Danna siendo sincero y sin herir sus sentimientos es probablemente la cosa más complicada que tendrá que hacer en su vida. Sin embargo; también es consciente de que no puede pasarse la vida en silencio. Ella tiene derecho a saberlo...solo que hacerlo definitivamente para él no es una opción viable en ese momento.
-Mi amor...-murmura lentamente sin apartar la mirada de ella.
-Papi...
-Sí.-asiente débilmente.-Ella tenía papás...
-¿Y por qué no los conozco...?-pregunta alzando una ceja.-¿Por qué solo conozco a mis abuelitas...?
-Las cosas son algo complicadas, amor.-suspira.-Pero creo que tú todavía eres demasiado pequeña como para comprenderlo justo ahora.-hace una pausa en la que se queda en silencio mientras su cerebro afligido trata de encontrar una respuesta coherente y justo cuando está por comenzar a hablar la voz de la pequeña lo interrumpe.
-¿Es por qué ellos no me querían...? ¿No me quieren...?-pregunta en voz baja.
-¿Qué?-cuestiona Joel.-No, mi amor.-niega.-No se trata de eso.-miente.-Es más bien qué...-suspira.-La relación que mamá y yo teníamos con ellos no era demasiado buena ¿sabes?
-¿Entonces eran malos?-quiere saber.
-No-niega.-Es decir; ellos eran personas...personas de trato complicado pero eso no significa realmente que hayan sido malos o que no te hayan querido...es solo que siempre han estado lejos...probablemente se fueron a vivir al extranjero después de que tu mami se fuera al cielo...
-¿Y nunca los voy a conocer...?-Joel jadea.
-Sí.-hace una pausa.-Supongo que sí, amor.-Joel se queda en silencio un par de segundos y cuando se da cuenta que la mirada de Ellery está comenzando a tornarse algo triste; su corazón se encoje dentro de su pecho.-Tu abuela solía visitarte cuando eras un bebé ¿sabes? Y siempre decía que eras realmente preciosa y que te parecías mucho a tu mamá...-le cuenta y una pequeña sonrisa se forma en los labios de la pequeña.
-¿Y me parezco a mami...?-cuestiona de nueva cuenta.
-Para ser sincero; sí.-asiente.-Eres igual de hermosa que ella...
-Me hubiera gustado conocerla.-murmura y es entonces cuando Joel siente que sus ojos comienzan a llenarse de lágrimas que no deja salir.
-Estoy totalmente seguro que a ella también le hubiese gustado conocerte a ti.-le informa acariciando lentamente su mejilla.-Pero desde el cielo debe estar mirándote y sintiéndose completamente orgullosa de lo linda, inteligente y noble que eres...
-Y a ti también te cuida, papito.-susurra sin dejar de mirarlo a los ojos.
-Estoy seguro que sí.-asiente él.-Pero vamos... ¿Qué no querías que fuésemos a desayunar ya?-pregunta cambiando de tema.
Los ojos de Ellery lo miran fijamente y una amplia sonrisa se formula en sus labios mientras se pone de pie lentamente.-Sí. Y mi tío Israel y yo compramos tu pan favorito...
-Suena delicioso.-decide.-Vamos...voy a ducharme rápido y después iré al comedor para desayunar todos juntos ¿te parece bien...?-Ellery asiente de inmediato.
-¡Te veremos en el comedor, papi!-anuncia antes de dejar un beso sobre su mejilla y salir de la habitación. Joel deja salir un prolongado suspiro mientras la ve salir y niega lentamente.
-Perdóname, Ellie...-le susurra al silencio de su habitación.-Pero es mejor así...
Los ojos de Danna se abren lentamente y da un respingo cuando se encuentra de frente con los ojos avellanados de su padre que la observa fijamente. Se incorpora de golpe y deja salir un pequeño suspiro cuando lo encuentra sentado a su lado pareciendo tan jodidamente imponente que la hace estremecer.
-Buenos días.-saluda por lo bajo.
-¿Qué haces aquí?-cuestiona él sin más.
-Vaya, también estoy realmente feliz de verte ¿sabes?-ironiza.-No tenías que haber hecho todo este recibimiento tan caluroso, papá...
-Te hice una pregunta.-responde.
Danna jadea frotándose los laterales de la cabeza con ambas manos, cierra sus ojos un momento y niega un poco mientras se pone de pie digiriéndose al cuarto de baño con la mera intención de lavarse el rostro con agua helada para terminar de despertar finalmente.
Ver a su padre sentado a su lado no es precisamente la mejor manera de hacerlo, sin duda alguna. Sobre todo si el hombre parece estar de un humor de los mil demonios.
-¿Tengo prohibida la entrada a Estados Unidos y no me di cuenta?-pregunta ella cuando vuelve a la habitación. Se queda de pie en el umbral de la puerta del baño y cruzando sus brazos por encima de sus pechos ancla sus ojos marrones en él mientras espera por una respuesta.
-No estoy para bromas.-ruge.
-Y yo no estoy para soportar tu mal genio.-decide ella.-Vamos, papá...pasé casi siete años lejos...pensé que al menos me habías extrañado un poco pero por lo que veo puedo darme cuenta que no fue así...
-Oh, vamos...-Danna niega lentamente.
-Bueno... ¿Ésta también es mi casa, no?-pregunta alzando una ceja.-Al menos eso fue lo que le dijiste a Richard cuando fuiste a visitarnos a Múnich...
-Estaba siendo cortés...
-Cortesía no es precisamente tu nombre.-responde sarcásticamente.-Pero no te preocupes, solo pasé la noche aquí porque realmente no tenía un lugar a donde ir, buscaré mi propio lugar y...
-¡Eso no es necesario!-Santiago Silvetti repone de inmediato.-No tienes que irte de aquí, esta es tu casa; Danna...
-¡Como digas!-replica.-De todos modos quiero encontrar mi propio lugar...no quiero vivir contigo y con mamá...
-¿Me puedes explicar donde carajos está Richard?-Danna aparta la mirada de inmediato y deja salir un largo suspiro.
-Múnich, supongo. Si es que no está volando directo hacia acá...-responde encogiéndose de hombros.-Papá...sé que no debería de pedirte esto pero...ayer me pasó algo; extraño...
-Danna....
-Cuando estaba esperando por un taxi para venir hacia acá...una niña se acercó a mí.-comienza y él se pone de pie de inmediato.-Y...sé que no te gusta hablar de esto y tampoco es que a mí me guste pero...realmente no pude pasar por algo la idea de que si mi hija viviera...tuviese más o menos la misma edad de esa pequeña...
-No entiendo a qué quieres llegar.-responde indiferente.
-Quiero que me ayudes a encontrar...su tumba. Es un favor de padre a hija.-inquiere en voz baja.-Escucha...Joel se la llevó antes de que yo pudiese verla, fue un hijo de puta egoísta y por muy duro que fuese yo también tenía derecho a verla...a conocerla al menos pero él me quitó eso...y la verdad es que me gustaría saber dónde está...su cuerpo. Me gustaría para al menos poder tener la oportunidad de ir a visitarla de vez en cuando...
-Danna...-comienza el hombre dejando escapar un pequeño suspiro.-Tú sabes que remover cosas del pasado por lo general siempre termina mal...probablemente sí, probablemente tengas razón pero si me lo preguntas: deberías dejar el pasado en el pasado y seguir adelante...ahora vas a casarte con Richard...
-¿Y eso qué...?-pregunta.-Papá...si te soy sincera la idea de venir a vivir de nueva cuenta a Miami suena bastante prometedora...podría trabajar incluso contigo en la revista...
-Danna...
-Por favor...-suplica.-Ayúdame a encontrar la tumba de mi hija...-murmura lentamente.-Es todo lo que quiero...
-¿No crees que solo te harás más daño...?-murmura lentamente.-Danna...
-Soy lo suficientemente grande como para saber que sí y que no hago con mi vida. Y no voy a hacerme daño de ninguna manera porque la vida fue demasiado cruel conmigo arrebatándomela y te prometo que ya nada puede hacerme daño.-hace una pausa.-Solo quiero tener un lugar a donde ir a llorar cuando sienta que ya no puedo más con todo esto...
-¿No crees que traer de regreso el pasado a tu vida empañará de alguna manera la relación que tienes con Richard?
-¿Y que sí la afecta?-cuestiona alzando una ceja.-Richard sabe que no importa cuando tiempo pase...mi hija siempre estará presente en mis pensamientos de la misma manera en la que lo ha estado siempre...
-De acuerdo, Danna.-decide finalmente.-Te ayudaré a encontrar la tumba de tu hija, supongo que al final de cuentas tienes razón cuando dices que Joel Pimentel fue un hijo de puta que te quitó el derecho de conocerla al menos...
-Gracias...
-¿Cuánto tiempo pretendes quedarte en Miami?-pregunta un momento después.
-Pues no lo sé realmente.-acepta.-supongo que será una buena temporada... ¿Por qué lo preguntas?
-Simple curiosidad.-responde haciendo un ademán.
-¿Vas a emplearme...?-pregunta sin dejar de mirarlo. Los ojos de Santiago Silvetti se quedan fijos en los de su única hija y deja salir un largo suspiro.-¿Papá...?-prueba de nueva cuenta.
-No lo sé. Realmente no tiene mucho sentido que lo haga si al final de cuentas te irás...prefiero que te dediques a tus propias cosas...
-Puedo emplear buenas ideas dentro de la revista.-ofrece.-Sabes que me gusta crear cosas y soy buena con eso...
-No lo sé...-repite.
-Vamos, dame una oportunidad. ¿Qué de malo puede pasar...?-decide cruzando sus brazos por encima de sus pechos. Santiago deja escapar un suspiro pequeño.
-De acuerdo, tú ganas...-ella asiente.-Tengo que admitir que en algún momento pensé en pedirte que te hicieras cargo de la empresa; sé que eres capaz pero no quiero interferir en tus planes en Múnich...Richard tiene un buen trabajo allá así que...-Danna lo interrumpe.
-Creo que podría probar ¿no?-pregunta sin dejar de mirarlo.-Me gustan los retos...
-La empresa tiene algunos problemas...pequeñeces pero no dejan de ser problemas que si no los resolvemos ahora mismo con el tiempo terminarán siendo un dolor de cabeza.-Danna asiente lentamente.
-Los resolveré entonces.-promete.-Solo confía en mí...
-No sé si sea buena idea.-Danna gime.
-Vamos, hombre...confía en mí. No tengo demasiada experiencia pero creo que si me enseñas podría hacerlo... ¿no crees?-los ojos de Santiago la miran un momento y una amplia sonrisa cargada de victoria aparece en sus labios.
-Pareces demasiado cambiada...no eres en absoluto a la Danna que se mudó a Múnich hace siete años...estabas destrozada y ahora eres...-suspira.-¡Esta es mi hija y estoy orgulloso de ti...!
-Me agrada escuchar eso y no te preocupes, papá...no te voy a decepcionar en absoluto...
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