C18. Un papá y una mamá.
Una pequeña sonrisa se forma en los labios de Danna. Deja escapar un largo suspiro y ancla sus ojos en la fotografía de Joel y Ellery que descansa sobre la mesilla del teléfono. Su corazón da un vuelco dentro de su pecho y la sensación de que está soñando se apodera de su cuerpo una vez más igual que en las últimas seis horas.
Ni siquiera termina de ser totalmente consciente de lo que está pasando a su alrededor. Recuperó a su familia. Danna no está sola. Nunca más va a estar sola en el mundo. Nunca más la maldad de sus padres la podrá alcanzar porque sabe que con Joel y Ellery está completamente segura. Danna está a salvo y la felicidad que siente es inmensa.
Aparta la mirada cuando Joel toma asiento a su lado y lo mira por largos minutos en total silencio.
—¿Qué pasa…?—cuestiona él en voz baja. Danna se muerde los labios y niega lentamente.—¿Qué sucede, Dan…?
—Nada en realidad.—responde en un hilo de voz mientras busca la mano de Joel. Danna entrelaza sus dedos y niega lentamente.—Es que todo esto es como un sueño ¿sabes?
—¿Vas a volver a llorar…?—pregunta acariciando su mano con suma delicadeza.
—No.—murmura sin más. Deja escapar un prolongado suspiro y se ríe en voz baja.—No más llanto para nosotros ¿sabes? Creo que ya tuvimos demasiado de eso; Joel Pimentel…
—Me parece justo.—acepta el rizado.
Danna se ríe en voz baja y niega lentamente.
—¿Sabes? Cuando era una niña hubo un tiempo en el que en serio me obsesionaba la idea de imaginarme a mí misma cuando fuese mayor y tuviera un bebé—confiesa y luego se queda en silencio un breve segundo.—Obviamente y creo que igual que todas las niñas soñaba con tener un príncipe azul, vivir en un castillo, tener una princesa…tener un final feliz igual que el de todas las películas de princesas que solía ver en el televisor.—suspira.—Era perfecto de ese modo…y después cuando crecí conocí un verdadero príncipe…—una pequeña sonrisa se dibuja en los labios de Joel.—Después ese príncipe se convirtió en lo mejor que me pasó en la vida y unos meses después los dos se dieron cuenta que iban a ser padres…y acá viene la mejor parte…
—La mejor parte…—repite.
—Sí, la parte donde la princesa está a punto de llegar… ¿y sabes qué es lo más irónico?—cuestiona.
—No pero me doy una idea.—murmura.
—Que justo cuando ellos ingenuamente creían que ese era su final feliz solo fue el principio de una historia de horror que parecía interminable de alguna manera, lágrimas y sufrimiento fue todo lo que consiguieron…—responde en voz baja.—¿Te das cuenta de eso…?
—Apesta de todas las jodidas formas posibles.—admite. Danna deja salir una risita irónica.
—Sí, bueno. Apesta totalmente.—hace una pausa y se encoge de hombros.—Supongo que confiaron demasiado en el villano del cuento ¿no?
—Estaba totalmente consciente que tu padre no me soportaba pero nunca me atreví a pensar que él podría hacer algo así de ruin.
—Era bajo hasta para él mismo…—responde dejando escapar un largo suspiro.
—Pero ahora estás acá…
—Después de creer ingenuamente que mi hija estaba muerta y perderme siete años de su vida.—murmura.—No tienes ni idea de la manera en la que me siento cada vez que lo pienso, Joel. Nunca le voy a perdonar a mi padre lo que nos hizo. Jugó con nuestros sentimientos, nos apartó y mientras nosotros sufríamos él simplemente estaba ahí sabiendo como realmente habían sido las cosas sin tener remordimiento alguno… ¿Es que no lo entiendo…qué clase de persona hace eso y vive así de feliz…?
—¿Sabes qué es lo que pienso…?—susurra el rizado.
—¿Qué cosa?
—Que no es bueno guardar rencor, Danna…escúchame; puedo entender a la perfección que es lo que sientes, créeme cuando te digo que lo siento también pero la verdad es que yo pienso que no vale la pena realmente, Dan. Porque ahora tienes a Ellery. Ahora sabes que ella está viva.—hace una pausa.—Ahora ella sabe que eres su madre y salió mucho mejor de lo que ambos esperábamos ¿Verdad?—Danna asiente en voz baja.
—No puedo creer lo inteligente que es esa niña.—inquiere en un hilo de voz.—Dios, es que nunca se me pasó por la cabeza pensar que ella podría saberlo sin embargo…—niega.—Sin embargo, lo sabía…
—No te sorprendas de la inteligencia que posee nuestra hija…—murmura Joel volviendo a acariciar su mano con delicadeza.
—Suena tan raro y tan hermoso decir nuestra hija…—inquiere mordiéndose los labios.—Es realmente increíble…
Danna se acurruca contra el cuerpo de Joel y él pasa su brazo por su espalda dejando un beso sobre su cabeza. Danna cierra sus ojos un momento permitiéndose disfrutar de la compañía del rizado. De la calidez de su cuerpo. Del aroma de su colonia que se cuela por sus fosas nasales. La piel de Danna se estremece pero no se aparta de su lado ni un solo segundo.
—Pero es lo más lindo que escuché alguna vez.—hace una pausa dejando otro beso sobre la cabeza de la castaña.—Creo que deberíamos ir a dormir…han sido demasiadas cosas para un solo día ¿no crees?
—Totalmente.—acepta ella.—Mañana…
—Mañana será un largo día, Dan.—comienza él.—Christopher hoy agendó una nueva reunión para encontrarme con el gerente de Masterpiece…
—¿En serio?—murmura.
—Sí.—asiente él.—Así que mañana iré a la empresa de tu padre…y veré que puedo hacer…
—¿La información que te di te va a servir, verdad Joel?
—Claro que sí.—responde de inmediato.—Demasiado en verdad. Eh…aprovechando el momento… ¿Crees que podrías hacerte cargo mañana de Ellie? Me refiero a ir a buscarla al colegio…
—Claro que sí.—decide de inmediato.—¿Te das cuenta de eso? Será la primera vez que haré esto en papel de madre…
—Eres su madre.—responde sin más.—Siempre has sido su madre, mi amor…
—Mi amor…—repite.—No tienes ni idea de la cantidad de veces que soñé contigo llamándome mi amor…
—Pues eso es lo que eres también.—El corazón de Danna da un vuelco dentro de su pecho.—Además de ser la madre de Ellery también eres mi amor…
—Nunca me voy a cansar de darle gracias a Dios por haberte puesto en mi camino, Joel Pimentel…
—Supongo que querrás decir que no te cansarás de darle las gracias a Dios por haberme puesto en ese aeropuerto…—bromea haciéndola reír.
—Bien, sí.—asiente.—El punto es que desde ese momento supe que te amaba y ni siquiera era consciente de ello ¿sabes?
—Pues es un alivio saberlo porque no te vas a volver a deshacer tan fácil de nosotros, Danna Silvetti. ¿Me entiendes?—Danna sonríe.
—¿Es una amenaza…?
—Oh, no. Es una promesa…—decide guiñándole un ojo.
—Perfecto porque de todos modos no voy a irme a ningún lado…
El sonido del despertador hace eco en la habitación. Joel abre los ojos de golpe y cuando se gira en la cama se percata de dos cosas. La primera; es la primera vez en los últimos casi siete años de su vida en la que abre los ojos y Ellery no está. Y la segunda, tampoco hay rastro de Danna.
Lo soñaste, Pimentel. Se dice a sí mismo y niega lentamente frotándose ambos ojos con ambas manos. Se pone de pie y camina a la ducha. Veinte minutos después completamente despierto y vestido se encuentra caminando por el pasillo que conduce a la sala y el comedor. Sus pasos son lentos mientras se permite disfrutar de las voces mezcladas de Danna y Ellery en la distancia.
Frena sus pasos cerrando sus ojos un breve momento mientras Ellery se ríe. La idea de tener a Danna en la casa es totalmente fascinante. Verla compartiendo tiempo con su hija es completamente alucinante y cuando las mira a las dos juntas riéndose como si siempre hubiesen estado juntas una amplia sonrisa se forma en sus labios. Porque esas dos castañas que permanecen sentadas en el comedor son suyas. Ambas.
—¡Buenos días, papi!—saluda Ellery en cuanto los ojos de la niña lo miran.
—¡Buenos días, mi amor!—responde él.—Te eché de menos hoy, eh…
—¿De verdad?—pregunta risueña.
—Sí. Es la primera vez que no estás ahí…—anuncia inclinándose sobre Danna para dejar un pequeño beso sobre su mejilla.
—Es porque mi mamá me dijo que teníamos que dejarte dormir así que nos levantamos muy temprano y entonces preparamos el desayuno así que queremos que te guste mucho…
—Y seguramente me fascinará.—decide él.—Muchas gracias…—agrega dejando un beso sobre la cabeza de Ellery. La niña se ríe y luego lo mira.—¿Qué pasa?
—¿Son novios…?—quiere saber.
—Oh, vamos, niña.—replica de inmediato.—Es demasiado temprano como para comenzar con esa cantaleta ¿no?—Danna se echa a reír.
—Vamos, que tienes colegio…
—¿Me van a llevar los dos?—pregunta.—Así mis amigas pueden conocerte, mami. Porque quiero que todas vean que tengo una mamá y que mi mamá es la más bonita de todas…
—¿Te gustaría…?—murmura el rizado.
—Claro que me gustaría, papi.—decide de inmediato.
—Perfecto, entonces…—hace una pausa.—Después tu mamá irá a buscarte al colegio y vendrán acá… ¿de acuerdo?
—¡Pero hoy tengo clases de ballet, papá!—protesta la niña.
—Oh, es verdad.—responde.—Lo olvidé por un segundo…
—Pero yo puedo llevarte, mi amor.—anuncia Danna. Ellery la mira un momento y asiente.
—¡Sí, mami! Porque cuando mi papá me lleva todas las mamás de mis amigas del ballet lo miran mucho…—confiesa. Joel aparta la mirada un segundo y Danna se ríe.—Pero es porque mi papá es muy bonito…pero si me llevas tú entonces ellas van a saber que él es tu novio y ya no lo van a ver…
Joel suelta una carcajada y niega lentamente.—Eres muy inteligente, mi amor.—decide Danna.—Y no te preocupes; yo te llevaré a tus clases de ballet…
—También puedes conocer a mi tía Piera, mamá. Ella es la esposa de mi tío Chris y también baila ballet igual que yo pero ella es una bailarina profesional…—Danna la mira un segundo.—Y ustedes pueden ser amigas así como son mejores amigos mi tío Chris y mi papá…
—Me encantaría, amor.
—Bien…tengo que irme, señoritas.—anuncia Joel poniéndose de pie.—Necesito pasar a la oficina a buscar un par de cosas y después tengo una reunión importante…
—¡Que te vaya bien, papi!—inquiere la niña poniéndose de pie para envolverlo en un largo abrazo. Ellery deja un largo beso sobre su mejilla y envuelve sus brazos alrededor de su cuello.
—Gracias, mi amor.—responde en voz baja.
Los ojos de la niña se posan en los de Danna y una amplia sonrisa se forma en sus labios. Los pasos de la castaña se encaminan hasta Joel y cuando llega a él une sus labios en un breve beso que lo toma por sorpresa un breve momento.
—¡Que te vaya bien, mi amor!—anuncia y eso es suficiente para que el corazón de Joel Pimentel de un gran vuelco dentro de su pecho ante las palabras y la pequeña muestra de afecto de la mujer.—Te amo…
—También te amo.—decide sin más. La risita de Ellery llena el aire y ambos la miran.—Mi amor…
—¿Saben que es lo que más me gusta?—cuestiona.
—¿Qué…?—cuestiona Danna.
—Que ahora tengo un papá y una mamá…
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