C17. Siempre.
—Por cierto…esto es para ti.—anuncia Danna sosteniendo un folder negro.
—¿Qué es eso?—pregunto en voz baja.
Danna deja escapar un largo suspiro.—Es el expediente de Leonardo Braun; lo extraje de Masterpiece...
—No…—comienza él.
—Sí.—Danna suspira.—Mira creo que como ya sabes yo no puedo volver a la empresa por obvias razones pero tú si puedes hacerlo.—hace una pausa.—Y quiero que cuando lo hagas; vayas bien armado…
—Danna…
—Son fotocopias, obviamente. Pero aquí está toda la información que necesitas para que la demanda por la que se Leonardo Braun proceda. Está la fecha en la que él fue contratado. Ahí están todas sus funciones y obviamente el día en el que fue despedido.—hace una pausa.—También está la cantidad de dinero que le dieron por su despido que su realmente demasiado poco para lo que en verdad debió haber recibido..
—¿Te das cuenta de lo que estás haciendo, Danna Silvetti?—pregunta Joel sin despegar sus ojos de la carreta por la que transitan.
—¿Hundiendo a mi padre?—pregunta.—Sí.
—Y no te importa…—comenta.
—Pasa que no puedo sentir amor por una persona que solamente se interesa por el dinero.—hace una pausa.—No puedo compadecerme de él. Ni puedo pensar en cualquier cosa que le de beneficio, satisfacción o algo que se le parezca…solo quiero que esto termine, Joel. Quiero que no volvamos a saber de él nunca más y quiero ser capaz de ir a casa, sentarme en el sofá y ver una buena película con nuestra hija…pero no como una extraña; como su mamá…
—Y vas a poder hacerlo, Danna.—responde él.—Pero estás consciente que tienes que ser paciente con Ellie ¿verdad?
—Totalmente consciente.
Una pequeña sonrisa se forma en los labios de Joel.—Pero vas a hacerlo increíble, tal vez es…el llamado de la sangre o algo así pero desde el momento en el que apareciste delante de ella te quiso…
—Dios, siento que estoy soñando, Joel.—murmura cerrando sus ojos un momento.—No tienes ni idea de la cantidad de veces que soñé con este momento…no tienes ni idea de la cantidad de veces que desee que fuese real pero siempre terminaba con el corazón hecho pedazos porque al final de cuentas yo sabía que no eran más que eso. Deseos y ya…
—Pero ahora está pasando, Danna.—le recuerda Joel.—Ahora está pasando y tú estás a punto de ir a ver a tu hija..
—Y se siente tan hermoso como suena…
(…)
—¡Dan!—exclama Ellery antes de echarse a correr en dirección a ella. Danna se ríe en voz baja atrapándola entre sus brazos y deja un beso sobre su mejilla.
—¡Hola, mi amor!—responde ella.—¿Cómo estás, eh?—añade tomando sus manos y mirándola a los ojos.
—Bien.—murmura.—¿Por qué no habías venido a verme…? Te eché de menos…—Danna deja escapar una risita de diversión.
—También te eché de menos.—susurra la castaña volviéndola a envolver en un largo abrazo.
—¿Vas a venir a comer con nosotros?—cuestiona.
—Sí.—asiente la castaña.
—Esperen un poquito…—pide la niña.—¿Ustedes ya son novios? ¿Por eso están juntos…?
Joel se ríe.—No, mi amor…
—¿Pero van a serlo, verdad que sí?
—Ellie…—advierte el rizado.—No comencemos con lo mismo otra vez…
—Está bien.
—¿Te ayudo con tu mochila?—cuestiona él. Ellery se ríe.
—No, papi. Yo puedo.—repone.—¿A dónde vamos a ir a comer?
—A casa.—responde Joel.—Pasaremos a comprar algo rico y después iremos a casa porque tenemos que hablar contigo, mi amor…
—¿De algo feo?—cuestiona tomando la mano de Joel.
—No, cariño.—inspira con fuerza.—No creo que sea algo malo en absoluto; es algo más bien…importante…
—Okay.
El camino a casa es silencioso. Ellery de vez en cuando hace algún comentario y Danna también se ríe aunque en el fondo Joel sabe que está condenadamente nerviosa. Lo sabe porque él también lo está. Con cada segundo que pasa los latidos del corazón de Joel aumentan.
La comida también habría sido condenadamente silenciosa de no ser por los ladridos de Skyler. Joel inspira con fuerza y cuando sus ojos encuentran los de Danna sabe que el momento ha llegado. Se aclara la garganta y deja salir un pequeño suspiro.
—Ellery…—comienza la voz de Joel en voz baja.
—¿Sí, pa?
—Mi amor…—los ojos de la niña se posan en los de su padre.—Sé que lo que te vamos a contar ahora mismo es…demasiado complicado de procesar pero…es que no podemos no decírtelo simplemente…—hace una pausa.—Escucha…yo sé que tú siempre has deseado tener una mamá; ni siquiera tienes que decírmelo para que yo lo sepa ¿sabes? Basta con ver la manera en la que ves a las madres de tus compañeritas cuando van a buscarlas al colegio y no tienes ni idea de la manera en la que me duele eso.
—Porque mi mamá…se murió cuando yo nací.—adivina sin dejar de mirarlo a los ojos.
—Sí, por eso.—responde haciendo una pequeña pausa.—¿Tú sabes que te amo como a nada en el mundo, verdad?—ella asiente.—Y no tienes ni idea de lo que desearía no tener que hacer esto pero no hacerlo es algo demasiado egoísta…—los ojos miel de Ellery van hasta Danna que permanece en total silencio admirando la escena.—Ellie…sé que esto va a dolerte pero…tu mamá…
—Mi mamá es Danna…—suelta. Un gemido escapa de los labios de la chica y Joel pestañea un par de veces.
—¿Qué?
—Mi mamá es Danna, papá.—repite mientras lleva su atención hasta la castaña.—Tú eres mi mamá…
—¿Cómo es que tú…?—pregunta en pausas.
—El otro día cuando la tía Piera me cuidó yo…encontré una foto tuya en el cajón de mi papito…lo supe desde que te vi, Dan...—Joel jadea.—Además te llamas Danna igual que como mi mamá…además dijiste que...
—Ellie…—susurra.
—¿Y por qué no dijiste nada…?—pregunta él.
Ellery deja escapar un largo suspiro.—Porque quería que yo te gustara; quería que tú me quisieras, mamá. Quería que tú vieras que me gustabas y que yo te quería para que tú también me quisieras a mí…y a Joey también…porque él te quiere mucho…
Las lágrimas escurren de los ojos de Danna y un sollozo escapa de su garganta.—Por Dios, Ellery…te he amado desde el momento en el que supe que vendrías al mundo, mi amor. Te amé siempre incluso cuando creí que…cuando creí que te había perdido…—hace una pausa.—Me gustaste desde el momento en el que te vi.
—¿De verdad, mamá…?—susurra.
—Sí, mi amor. Siempre. En cada segundo desde que naciste.
—¿Y en dónde estabas…?—cuestiona en medio de un sollozo.
—Ellie…esa es una historia más larga, mi amor.—interviene Joel secando sus propias lágrimas.—Una que te contaremos más adelante ¿de acuerdo? Ahora lo importante es que tienes una mamá…
—¡Igual que mis amigas del colegio, papito! ¡Tengo una mamá!
El corazón de Joel da un gran vuelco dentro de su pecho.—Igual que tus amigas del colegio, claro.
—¿Y ya vamos a ser una familia de verdad, verdad que sí?—pregunta.—Porque tú eres mi papá y tú eres mi mamá…porque ahora tú serás el novio de mi mamá, Joey…—Danna solloza con fuerza. Los brazos de Joel las envuelve en un largo abrazo.—No llores, mamá. Joey y yo estamos aquí y no nos vamos a ir nunca… ¿verdad que no, papá?
—No. Nunca.
—¿Ves? Porque mi papito y yo te queremos mucho…y te vamos a querer siempre…
—Buenas noches, amor.—murmura Joel dejando un beso sobre la frente de Ellery.
—Buenas noches, mi amor.—agrega Danna imitando su acción. Una amplia sonrisa se forma en los labios de la pequeña castaña recostada en la cama.
—¿Verdad que no te vas a ir, mamá…?—cuestiona ella tomando la mano de Danna.
—Nunca en la vida me iré otra vez, mi amor. Puedes dormir tranquila.—responde.—Vamos, descansa que mañana tienes que ir al colegio…
—Cuando les cuente a mis amigas que tengo una mamá y que es la más bonita del mundo les va a dar envidia…—los ojos de la castaña se humedecen de inmediato.—Tengo una mamá de verdad…
—Buenas noches, piojo.—anuncia Joel antes de encaminarse a la puerta de la habitación. Tras dejar un beso en la frente de la niña; Danna lo sigue en silencio. La luz de la habitación se apaga quedando en penumbras apenas por una lámpara de mariposa que descansa conectada en la luz. Joel cierra la puerta y Danna deja escapar un largo suspiro apoyando su espalda en la pared.
—Esto es un sueño…—susurra.
—Bueno pues para ser un sueño parece demasiado real.—murmura él. Danna abre sus ojos y lo contempla un momento.—¿Te apetece algo de tomar…?
—Claro.—Caminan por el pasillo hasta la sala y cuando Joel camina hasta el pequeño mini bar en una esquina del departamento los ojos de Danna lo siguen.—¿Te das cuenta de lo inteligente que es Ellery…?—cuestiona caminando en dirección a él.—Dios, apenas y me puedo terminar de creer que en serio ella siempre lo supo…
—Ellie es demasiado inteligente para su propia seguridad.—responde él deslizando sobre la pequeña barra un vaso de cristal. Los ojos de Joel la miran fijamente por largos segundos.—¿Y ahora que sigue…?
—Primero que nada, conseguir un trabajo estable.—responde.—Después buscaré un departamento pequeño en el que pueda vivir bien porque realmente no pienso volver a depender de mi padre…nunca más…
—¿Por qué no vienes a vivir con nosotros?—la pregunta de Joel la toma por sorpresa.—Danna; sé que ahora necesitas estabilidad emocional y en todos los sentidos, quiero decir…así que…no lo sé, creo que sería una buena idea ¿no?
—Joel…—comienza.
—¿Es que no te das cuenta que no te quiero volver a perder?—cuestiona finalmente.—¿No te das cuenta que no estoy dispuesto a volver a separarme de ti nunca más? Te perdí siete años, Danna. Te perdí todo este tiempo y perderte ahora no es una opción porque si pensabas que te iba a dejar ir tan fácilmente estás totalmente equivocada.—hace una pausa.—Escúchame, yo sé que pasaste siete años odiándome por pensar que me llevé a nuestra hija; sé que probablemente el amor que sentías por mí ya no está, que se convirtió en un sentimiento negativo pero yo tengo amor para los dos. Tengo suficiente amor para los dos. He guardado todo el amor que he sentido por ti todo este tiempo. Está ahí. Es para ti. Para nadie más que para ti.—los ojos de Danna se llenan de lágrimas y un jadeo escapa de su garganta.
—Te amo…—susurra y Joel jadea.
En dos zancadas se acerca a ella y acuna su rostro entre sus manos. La piel de Danna se estremece de inmediato pero se mantiene completamente quieta admirando lo lindos que parecen los ojos de Joel enmarcados por esas largas y espesas pestañas negras que ella tanto ha amado. Joel se relame los labios y el corazón de Danna estalla dentro de su pecho.
—También te amo.—murmura él.—Nunca dejé de amarte ni un solo segundo, Danna Silvetti…
Y entonces pasa. Los labios de Joel Pimentel se están moviendo encima de los suyos con total sincronía que se siente morir de emoción. En el beso más deseado y más lindo que Danna pudo haber compartido alguna vez.
—¿Entonces…?—susurra lentamente cuando se apartan por falta de aire. Danna lo mira un momento.—¿Te quedas con nosotros…?
—Me quedo con ustedes en esta y en todas las vidas que vengan después de esta, Joel Pimentel…porque a ustedes los elegiría siempre... —anuncia en voz baja.
—¿Siempre…?—cuestiona.
—Siempre.
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