C14. La hija de dos monstros.
—Dios, en serio hacía tanto tiempo que no iba al cine…—anuncia la voz de Danna mientras camina con pasos lentos a la par de Ellery y Joel. Los ojos del joven la miran un segundo y ella aparta la mirada.
—¿Te gustó venir al cine con nosotros, Dan?—cuestiona la niña.
—Claro que me encantó venir al cine con ustedes, mi amor.—responde.—Es sin duda alguna lo más divertido que he hecho en los últimos tiempos…
—A nosotros también nos gustó venir al cine contigo ¿verdad, papi…?—Joel alza la mirada y las contempla un momento notando y siendo consciente una vez más del gran parecido que las dos comparten.
—Claro.—asiente él.
—¿Tú tienes hijos, Dan?—el corazón de la castaña da un vuelco dentro de su pecho ante las palabras de la pequeña.
Ancla sus ojos en ella y asiente lentamente.
—Una niña…
—¿En serio?—cuestiona de nuevo.—¿Y por qué no la llevas a mi casa para que juegue conmigo? Mira yo le puedo prestar todos mis juguetes porque mi papá siempre dice que tenemos que ser compartidos; además nosotras podemos ser amigas ¿verdad?—Danna asiente lentamente.
—Es que ella no vive conmigo…
—¿Entonces en dónde vive…?—pregunta sin dejar de mirarla. La inocencia de Ellery la mata por dentro. Quiere decirle que ella es su hija. Quiere decirle que es lo más bonito que le pasó en la vida pero sabe que todavía no es el momento. Sabe que no tiene nada para ofrecerle, al menos nada que sea tan puro y tan hermoso como lo que Joel le ofrece a cada segundo de su vida.
—Ella vive con su papá.—los ojos de Joel la miran un segundo pero se mantiene en silencio.
—¿Y él es malo…?
—No.—niega.—No, él no es malo en absoluto. Él es el mejor papá del mundo ¿sabes? Ha hecho cosas increíbles por nuestra hija y la ha cuidado y educado muy bien; él no es malo, Ellie…es solo que a veces la vida de los adultos es muy complicada ¿sabes…?
—Seguro ella te quiere mucho.—responde.—Mira yo no tengo una mamá porque ella se fue al cielo cuando yo nací pero si la tuviera también la quisiera mucho…mis abuelitas son las mejores y han sido como mis mamás…y mi tía Piera es mi tía Piera y mi tío Chris es como mi otro papá; un papá que si me deja hacer todo lo que yo quiero porque Joey no me deja…—Danna se ríe.
—Ellery…—advierte Joel.
—Y también tengo otros abuelos, los papás de mi tío Chris porque el papá de mi papito también se fue al cielo…él ahora es el que cuida a mi mamá ¿verdad, papá?
Danna lo mira un momento.—Verdad, amor…
—Pues me alegra mucho saber que tienes una gran familia que te cuida y te quiere mucho…—hace una pausa.—Y Ellie…tú papá te ama demasiado ¿sabes? Y el hecho de que no te deje hacer todo lo que tú quieras realmente no significa que no te ame; más bien solo te está protegiendo…
—Ya lo sé, por eso es el mejor…—anuncia haciéndola sonreír.
—¿Por qué no dejamos de hablar de la familia inmensa de Ellery y vamos por unos helados…?—cuestiona Joel con la intención de cambiar el tema.—Creí haber escuchado por teléfono que alguien decía que quería un helado de chocolate…
—¿Quieres uno, Dan…?—cuestiona la niña.
—Claro que quiero uno…
—Y Dan…
—¿Sí…?—murmura ella.
—Si tu hija no te quiere porque su papá no la deja quererte; yo si te quiero y te voy a querer siempre porque eres amiga de mi papito y lo quieres…—hace una pausa.—Así que yo también te quiero…
Los ojos de Joel apenas y pueden apartarse de la figura de su pequeña hija que se ríe y juega en compañía de un par de niñas más que ha conocido en la heladería. La manera y la chispa que posee Ellery para congeniar con las personas es idéntica a la de Danna. Ambas son idénticas en más de un sentido y adora eso. Siempre lo ha adorado.
Durante todo el tiempo que estuvo convencido que Danna estaba muerta siempre lo adoró. Y ahora viéndolas ahí sentadas junto a él compartiendo tiempo juntas como sí siempre hubiesen sido madre e hija solo hace que su corazón duela porque aunque Danna esté viva y esté junto a Ellery ellos no son una familia feliz. Y nunca van a serlo.
El anillo de compromiso en el dedo anular de la castaña se lo recuerda cada vez que la mira.
—Hiciste un trabajo realmente increíble con nuestra hija…—anuncia la voz de Danna trayéndolo de regreso a la realidad. Joel aparta la mirada y la contempla un momento.
—Nuestra hija…—repite en voz baja antes de lanzar un pequeño suspiro.—Por un segundo pensé que se lo dirías…—Danna lo mira.—Que eres su madre, quiero decir…
—No es el momento…—murmura.
—¿Y cuándo va a ser el momento, Danna?—cuestiona sin más.—¿No te das cuenta que así sea hoy, mañana, en una semana o en diez años ella va a sufrir igual?—añade sin dejar de mirarla.—¿No te das cuenta que ninguno de los dos podemos evitar que se le rompa el corazón…?
—Es una niña…—susurra.
—Una niña que ha vivido sin su madre durante siete años porque siempre ha creído que ella murió en su nacimiento…—hace una pausa.—Ellery ya ha sufrido por no tener una madre, mi madre, mi abuela y la madre de Christopher han sido las figuras femeninas que ha tenido en su vida durante siete años; todas son excelentes madres pero ninguna es la suya; ninguna está las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana junto a ella…—niega.—No quiero que vengas a vivir con nosotros si eso es lo que crees que estoy pensando, solamente quiero que Ellery tenga una jodida vida normal…quiero que ella sepa que eres su madre y que su sufrimiento por no tener una termine de una vez por todas…
—Joel…—comienza.
—Mira…sé que no es fácil. Para ninguno de los dos esto está siendo fácil, créeme…entre más te miro más me pareces una especie de sueño o algo parecido pero ella tiene derecho a saber que la mamá que creyó muerta en realidad no lo está…—suspira.
—Antes de decírselo quiero estar segura de algo…—murmura.—Quiero estar segura de que las cosas son realmente como yo pienso que son…
—¿Y cómo se supone que son?
—Realmente me vas a decir que nunca has pensando que el culpable de toda esta mierda en la que hemos vivido los dos es Santiago Silvetti…—suelta.—No te lo creo, Joel. Yo sé que tú también lo has pensado y para ser honesta cada segundo que paso al lado de nuestra hija más me convenzo que es así…y no voy a descansar hasta que ese hombre me diga que fue lo que realmente pasó…
—¿Para hacerte más daño?—cuestiona.
—La verdad a veces duele, Joel.—responde anclando sus ojos en los del pelinegro.—Pero las cosas que te duelen te hacen más fuerte sin duda alguna. Incluso cuando no te crees capaz de seguir adelante…
—Pues entonces dime en que quieres que te ayude; y lo voy a hacer sin pensármelo dos veces…—inquiere. Danna le ofrece una pequeña sonrisa y coloca su mano encima de la del joven encima de la mesa.
—¿De verdad…?—Joel asiente.
—Sí. Tu padre no solo te destruyó a ti, Danna.—guarda silencio un segundo.—Me destruyó a mí. Y se metió directamente con lo que más amo en el mudo que es Ellery y nunca en la puta vida se lo voy a perdonar…no por mí; por ella y por ti…
—Hace un par de días le pedí que averiguara dónde está la tumba de la bebé…—el corazón de Joel da un vuelco.—Él dijo que sí pero…
—Eden Memorial Park…—anuncia él.
—¿Qué?
—Ahí hay una tumba con tu nombre…—suelta. Danna jadea en voz baja y pestañea un par de veces.
—¿Qué?—repite.
—Cuando Ellery nació y tu padre me corrió del hospital apenas me la dieron no sabía qué hacer, pasé unos días en el departamento con Christopher y la bebé pero no podía solo seguir sin saber qué era lo que había pasado contigo así que unos días después Chris se dio a la tarea de averiguar y…—niega un poco.—Un día apareció con la dirección de Eden Memorial Park…tu madre se la dio…
—Mi...madre...
—¿Y sabes qué es lo más divertido de todo, Danna…? Tu madre vio a visitarnos a Ellery y a mí al departamento en el que nosotros vivíamos; me pidió que no la sacara de la vida de su nieta y cuando accedí simplemente desapareció…después se fue a vivir a Holanda con tu padre y no volvimos a saber nada de ellos…
Joel niega lentamente cuando se percata que los ojos de la castaña están bañados en lágrimas. Ella niega lentamente y solo por un segundo él se siente realmente arrepentido de haberle contado todo.
—Mis padres son unos monstros…soy la hija de dos monstros…—susurra entre lágrimas. Él vuelve a llevar sus ojos hasta Ellery y sus nuevas amigas antes de llevarla otra vez a Danna.—Todo este tiempo me vieron sufrir por la muerte de mi hija y ellos fueron quienes me separaron de ella. Ellos siempre supieron que estaba viva y no les importó una mierda…
—Tus padres nunca estuvieron de acuerdo que fueses a vivir conmigo…—le recuerda.—Siempre intentaron separarlo y al final de cuentas lo consiguieron…
—¿Te das cuenta de todo lo que está pasando, Joel? ¡Mis padres son seres crueles, ruines y sin sentimientos! Hicieron todo esto solo porque…—Danna detiene sus palabras y Joel suspira.
—Porque no querían que su única hija; la heredera de su gran fortuna estuviese con alguien que no tenía ni en que caerse muerto…—murmura él.—Puedes decirlo sin sentir vergüenza; yo lo he sabido todo el tiempo y que en ese tiempo no tuviese dinero realmente no es algo que me avergüence; trabajé mucho para conseguir lo que tengo ahora y si bien siempre recibí apoyo del padre de Christopher no tengo problema con reconocerlo…ese hombre desde que llegué a Los Ángeles se convirtió como en un ángel que me guío en todo momento y el agradecimiento que tengo hacia él no se compara con nada…—hace una pausa.—Pero ya no tengo veinte años, Danna. Tengo un trabajo estable y gano lo suficiente para mantenerme a mí mismo, para ayudar a mi familia y para darle una buena vida a mi hija…
—Lo siento tanto…
—Tu padre me hizo mierda en más de un sentido pero él no pudo destruirme por completo porque cada vez que no podía más solo tenía que mirar a Ellery…comencé desde abajo y no te voy a mentir: en algún momento intenté darme por vencido pero Christopher estuvo ahí…
—Tal vez haberme conocido fue lo peor que te pasó en la vida…—murmura en medio de un sollozo. Joel niega un poco llevando su mano derecha a su mejilla para retirar las lágrimas que corren por sus mejillas.
—No.—niega.—Haberte conocido fue lo mejor que me pasó en la vida. Estuviste ahí y me diste el mejor regalo que una persona puede darle a otra ¿sabes? El regalo más grande…
—Joel…
—Me diste a Ellery…—agrega sintiendo sus propios humedecerse.—Me diste una hija, Danna…y sin duda alguna fue lo mejor que me pasó en la vida; ambas lo fueron…
—Papá abrió una empresa en Alemania; después del nacimiento de nuestra hija me insistió mucho para que me fuese a vivir allá: al principio no quería hacerlo pero, Dios…estaba tan dolida y pensando lo peor de ti que terminé accediendo. Al poco tiempo nombró a Richard el director general y él fue a vivir a Múnich…después retomamos nuestra relación y…
—Y vas a casarte con él.—adivina Joel.
Danna se queda en silencio un largo momento.—No voy a casarme con él…
—Danna…
—No puedo casarme con alguien que ayudó a mi padre a destruirme, Joel. No puedo casarme con alguien que hace mucho tiempo dejé de amar…amé a Richard, no te voy a mentir pero fue hace tanto tiempo que ni siquiera puedo terminar de recordarlo en qué momento pasó…y ahora es como si alguien hubiese puesto un montón de cosas encima de la mesa delante de mí y pudiese ver todo con más claridad; no sé muchas cosas todavía y tengo que averiguarlas; pero sí sé dos cosas…la primera es que no voy a casarme con Richard…
—Y la segunda…—Danna acaricia la mano de Joel mientras pequeñas lágrimas escurren por sus mejillas.
—La segunda es que Ellery y tú siguen siendo lo que más amo en el mundo…
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top