#356

Smut, Fluff

Tanabata!au

Advertencias: sexo explícito. El Tanabata es un festival japonés que se celebra en Julio~

896 palabras


 Baekhyun llevaba meses esperando el Tanabata.

Era un fanático de los matsuris, le encantaba ver los puestecitos de comida, de productos japoneses, de juegos. Le gustaban en cualquier época pero el Tanabata era su favorito porque era en verano y él podía ponerse su yukata, como fanático de Japón que era. Y como un buen fanático, lo llevaba de la manera tradicional, sin ropa interior debajo, pues ésta se marcaba y afeaba la estética del traje tradicional.

Quería disfrutar de la experiencia completa como todos los años. Pero no contaba con aquello.

El primer cohete explotó en el aire, ahogando el gemido de Baekhyun cuando Chanyeol lo penetró, la suave luz roja iluminando el parque y arrojando lago de iluminación a sus cuerpos unidos detrás de aquel árbol. Sus caderas se movían suavemente contra las del alto mientras trataba de silenciar los gemidos que pugnaban por salir de su garganta agarrado al tronco con una mano y que habrían alertado al resto de personas que miraban los fuegos unos cien metros más abajo, en la hondonada del parque.

No esperaba encontrarse con Park Chanyeol en aquel festival, pensaba mientras el alto alzaba una de sus piernas para conseguir mejor ángulo y llegar más profundo.

Era una casualidad que se hubiera encontrado con su antiguo novio del instituto en aquel festival, más llevando yukatas parecidos que, a ojos ajenos, podrían pasar por yukatas de pareja. Chanyeol era aún más guapo y más encantador que cuando estaban en el instituto, y su cuerpo reaccionó de la misma manera que cuando tenían dieciséis años y se lo montaban en los baños del instituto.

Pero ahora tenían veinticinco, ambos volvían a estar solteros y paseando junto a Chanyeol por el festival, Baekhyun trataba de recordar por qué habían roto.

- Quisimos centrarnos en nuestros estudios -le respondió el alto, pasándole el algodón de azúcar, cuando se lo preguntó-. Nuestras facultades estaban en ciudades diferentes y hubiéramos gastado mucho tiempo en viajar para vernos unas horas solamente.

Él había asentido, su cabeza comenzando a recordar y Chanyeol sonrió, mordiendo su algodón de azúcar de forma traviesa. Comenzaron entonces a juguetear, Baekhyun protegiendo su dulce mientras lo comía y Chanyeol tratando de picarlo y robarle una nubecita de aquel algodón para metérsela en la boca.

El juego siguió mientras buscaban un sitio alto para ver mejor los fuegos artificiales, encontrando un lugar solitario junto a un árbol sobre la colina próxima al parque. El alto le robó el último resto de algodón de azúcar, atrapándolo entre sus labios y alzando las cejas de forma victoriosa, pero Baekhyun no se dio por vencido y atacó con su propia boca. Con lo que no contaba era con que sus labios chocarían con los del alto, el dulce derritiéndose con el calor de sus labios.

Se miraron algo asombrados y el más bajo se lamió los labios, nervioso, tratando de eliminar los restos con sabor a fresa, pensando que podría haberlo fastidiado todo pero que, aún así, le había gustado volver a besarlo. No tuvo tiempo de abrir la boca, no obstante, porque Chanyeol lo atrapó por las caderas y comenzó a besarlo con pasión, sus labios pidiéndole más y Baekhyun dándole todo lo que pedía y más.

No sabe cómo acabó masturbando al alto colando la mano por la abertura delantera del yukata, descubriendo con sorpresa y gusto que el otro tampoco llevaba ropa interior. Chanyeol lo preparó mientras lo masturbaba, ahogando sus gemidos y gruñidos con los besos que estaban compartiendo, y agradeciendo la espesa mata de arbustos que los rodeaba, porque si bien podrían ser descubiertos si alguien se asomaba, a primera vista no podían ser cazados.

Las manos de Chanyeol sobre sus caderas eran firmes, atrayendo sus caderas para que sus estocadas fueran más profundas y mejor dirigidas, siempre buscando el punto dulce de Baekhyun para poder llevarlo a la locura. Cuando lo encontró, no dejó de golpearlo una y otra vez, Baekhyun sintiendo cómo su yukata se resbalaba por un hombro y dejaba expuesta gran parte de su espalda y su torso, mientras se tapaba la boca para no gritar.

La mano de Chanyeol se deslizó hasta llegar a su miembro, masturbándolo al ritmo de sus caderas que cada vez era más rápido y frenético, sus jadeos cada vez más audibles y el agarre del más bajo sobre el tronco cada vez más débil.

- Chanyeol... Chanyeol... -trató de llamarlo con voz ahogada entre jadeos.

Pero Chanyeol no pudo contestarle. Se clavó en su interior y gimió su nombre mientras derramaba su esencia en su interior, el silbido del último cohete de la noche surcando el aire. Baekhyun explotó con él, la sensación del caliente semen del alto en su interior y la estimulación fueron demasiado para él y se corrió, manchando la tela de su yukata y gritando el nombre del alto, que nadie más oyó salvo el propio Chanyeol por el estruendo de la explosión.

El otro salió despacio de su interior, tomándolo suavemente entre sus brazos y colocándole bien el yukata antes de besarlo de forma dulce, haciéndolos gemir de gusto.

- ¿Quieres cenar en mi casa, Baekhyun? -le susurró cuando se separaron, mirándolo a los ojos.

Y Baekhyun lo vio, el deseo y el anhelo que él mismo sentía de recuperar el tiempo perdido. Así que sonrió y asintió suavemente, volviendo a besarlo.

- Me encantaría.

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