#351
❀ Sexy, Fluff, No sé xD
❀ Teacher!au
❀ Advertencias: sexo implícito, es uno de esos días en los que yo no sé qué hago y que al parecer a vosotrxs os encanta xD
❀ 1136 palabras
- Baekhyun.
- ¿Hmm?
- Deja de comerte a Park con la mirada, lo pones nervioso.
- No me lo como con la mirada, sólo... lo disfruto.
Chanyeol carraspeó desde su posición frente a la pizarra. Podía escuchar claramente a Byun Baekhyun, uno de sus alumnos de Introducción a la Iconografía del siglo XIII, desde allí mientras trataba de mantener el hilo de su explicación. La cosa ya era bastante difícil con los ojos del chico sobre él sin necesidad de que su compañero Kim Junmyeon le recordara que no era adecuado que mirara así a su profesor.
La verdad era que Chanyeol tenía sentía una gran vocación por enseñar, realmente le apasionaba ser el causante de que jóvenes mentes comprendieran mejor el mundo que los rodeaba, llenando sus cabezas de conocimientos. Hacía poco que había conseguido su licencia y acababa de empezar a dar clase ese mismo curso en la universidad, tomando el relevo de un profesor que se iba a jubilar.
Pero a pesar de todo eso, Chanyeol era tímido, hablar en público se le daba regular siendo generosos y, en definitiva, no era la clase de persona que normalmente se encontraría a cargo de una clase. Pero allí estaba, tratando de superar su timidez poco a poco y Byun Baekhyun no lo ayudaba.
Porque su alumno no era mucho menor que él, porque era muy guapo, y porque lo miraba con unos ojos que decían que se lo quería comer como un lobo a un corderito. Y lo odiaba, pero sí, era un maldito corderito en cuanto Baekhyun entraba por la puerta de su clase.
- Kim, Byun, agradecería que no hablaran mientras estoy explicando -les dijo, alzando la voz y tratando de sonar irritado. Ambos alumnos se callaron, pero la sonrisa en la cara de Baekhyun le dijo que no iba a hacerle mucho caso.
Sin embargo, se lo hizo. No dijeron nada más en toda la clase y Chanyeol pudo intentar fingir que no notaba sus ojos recorriendo su anatomía. La clase terminó, los alumnos recogieron y salieron, y el profesor simplemente se sentó en su silla, suspirando aliviado y cerrando los ojos. Apretó el puente de la nariz con dos dedos, cansado, pensando en llegar a casa y darse una buena ducha, cuando el sonido de la llave de la puerta cerrándose lo hizo abrir los ojos.
Allí, parado con una sonrisa en la cara y las llaves en la mano, estaba Byun Baekhyun.
- ¿Qué estás haciendo, Byun? -preguntó, su voz más alarmada de lo que debería.
- ¿Sabe qué día es hoy, profesor? -Chanyeol lo miró confuso y él rió de una manera musical que no debería haberle gustado, mierda-. Hoy es mi cumpleaños.
- Oh -respondió, inseguro de qué decir-. ¿Felicidades?
- Gracias -respondió, aparentemente ajeno a su confusión y sin ofenderse por su falta de entusiasmo, acercándose paso a paso hasta que estuvo a su lado-. Cumplo veinticinco, ¿sabes?
- Me alegro por ti -respondió, sin saber realmente qué decir y tratando de recomponerse en la silla-. ¿Y te han hecho regalos?
La sonrisa de Baekhyun fue cegadora.
- Me alegra que me lo preguntes porque no, no me han hecho regalos -el chico se sentó a horcajadas sobre él, asustándolo y reteniéndolo en el sitio pasando sus brazos para rodear el cuello del docente-. Así que yo mismo me voy a regalar algo.
- ¿Baekhyun, qué haces? -preguntó, alarmado, pero la sonrisa del chico tan sólo incrementó.
- Me gusta cuando me llamas por mi nombre, Chanyeol -pasó un fino dedos por los labios del mayor, mordiéndose su propio labio inferior como anticipando lo que su mente llevaba imaginando meses-. Es tan frío cuando me llamas por mi apellido.
- Soy tu profesor, esto no...
Pero Baekhyun rodó los ojos y lo besó, haciéndolo gemir por el gusto porque hacía demasiado que no besaba a nadie ni lo besaban y, bueno, los labios de su alumno eran suaves, dulces y le pedían cosas que Chanyeol sabía, muy al fondo, que estaba deseando darle.
Los labios de Baekhyun se abrieron, permitiéndole el paso a su boca y el docente lo mandó todo a la mierda e introdujo su lengua, haciendo gemir esta vez al menor y sonriendo por ello, tomando parte activa en el beso y dominando por completo a su alumno.
Se separaron por falta de aire, sus entrepiernas que comenzaban a despertar rozándose la una contra la otra, y Chanyeol tuvo que mover sus caderas porque aquel maldito chico de veinticinco años lo estaba calentando como la mierda.
- La puerta está echada -susurró Baekhyun en su oreja-, las ventanas están altas y estamos en una cuarta planta -mordió lentamente el lóbulo de Chanyeol, quien contuvo el aliento-. Me he portado mal hoy en clase, profe, enséñame modales.
- Te llevas portando mal todo el año -respondió él, inclinándose para dejar una marca roja en el cuello del menor que lo hizo ahogar un gemido y estremecerse.
- Entonces necesitaré un castigo mucho más grande.
Chanyeol lo castigó encima de la mesa varias veces antes de llevárselo a su casa y castigarlo por su mal comportamiento en clase y por haberle hecho una felación en el coche. Lo castigó en la ducha que pensaba haberse dado solo, en su sofá y en su cama, hasta que ambos acabaron exhaustos encima de ésta.
- ¿Tu regalo de cumpleaños era ser castigado, Baekhyun? -le preguntó Chanyeol ya esa noche, ambos tumbados en su cama con los brazos alrededor del otro. No estaba seguro de qué era lo que quería el menor, y trató de sonar casual.
- No -lo miró por debajo de sus pestañas, una sonrisa suave en su cara-. Mi regalo has sido tú.
- ¿No es eso lo que he dicho? -rió el mayor, tratando de ocultar su nerviosismo, pero Baekhyun se alzó y lo miró a los ojos, cortando su risa.
- No, yo me refería a ti -le puso un dedo en el pecho, sobre su corazón-. No pensarás que sólo quería acostarme contigo.
El docente parpadeó, sonrojándose.
- La verdad es que sí -Baekhyun sonrió de medio lado y lo besó.
Pero no era un beso como los que habían compartido, fogosos y llenos de lujuria, besos que pretendían encenderlos y, a la vez, poder ser el canal de liberación de sus deseos carnales mientras sus cuerpos se hacían uno. Era uno dulce, lento, que le puso la piel de gallina por todo lo que le transmitía.
- Quería acostarme contigo, pero tenía un objetivo mucho mayor -murmuró contra sus labios-. Y me gustaría que mi profe me siguiera castigando mucho más.
Chanyeol sonrió, haciendo que el chico riera por lo bajo y lo besó de nuevo, esta vez con la seguridad de que no sería flor de un día.
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