#281

Fluff, Comedia(?)

Tattooist!au

978 palabras


 - ¡Espera, espera, espera! -dijo la asustada voz de Chanyeol, parando a Baekhyun a mitad de camino-. ¿Vas a clavármela ya?

Baekhyun alzó una ceja, juzgándolo, y clavó sus ojos en los del alto.

- ¿Y cómo quieres que lo haga si no? -le preguntó con voz suave-. Un tatuaje necesita que te clave una aguja.

Chanyeol lo miró, espantado, y miró la puerta de soslayo. Baekhyun se puso tenso, dejando la aguja a un lado.

- Ah, no -lo cogió por las muñecas, pillando por sorpresa al alto, quien dio un pequeño bote en su silla-. Es la quinta vez, Chanyeol, hoy voy a tatuarte. Joder, me has pagado ya y como sigas huyendo voy a tener que devolverte el dinero y dejar que te tatúe otra persona, si es capaz de pegar tu culo a la silla.

- No -respondió el alto, aún con el miedo en su voz pero con sus ojos seguros mirando a Baekhyun-, quiero que me tatúes tú.

- Entonces siéntate y terminemos de una vez -suspiró, hastiado, el más bajo-. Ni siquiera es tan grande.

- Pero le tengo fobia a las agujas -explicó Chanyeol, haciendo que Baekhyun lo mirara asombrado por esa nueva información. El chico se sonrojó antes de proseguir-. Siempre he querido un tatuaje, tenía claro lo que quería hacer, pero me dan pánico las agujas y no puedo evitarlo.

Baekhyun lo evaluó con la mirada. Park Chanyeol era un cliente más, o eso había pensado cuando entró por la puerta hacía ya más de un mes. El chico era alto, guapo y caliente, pero Baekhyun ante todo era un tatuador profesional, así que se guardó las imágenes mentales con el chico para la soledad, y le preguntó qué deseaba.

LOEY, cuatro letras mayúsculas, sencillas y sin florituras que iban a adornar el dedo corazón del chico. Era su primer tatuaje, así que procedió a hacerle una prueba detrás de la oreja para comprobar que no era alérgico a la tinta, y le dio cita para la semana siguiente. La tinta no le produjo ninguna reacción, y la semana siguiente, Chanyeol estuvo puntual para su cita. Iba a ser rápido, pensó Baekhyun mientras hacía pasar al alto a la cabina de tatuado.

Sólo que no lo fue.

Chanyeol se había escapado tras varios intentos fallidos de que acercara la aguja a su piel, dejando a Baekhyun completamente anonadado. El chico había llamado unas horas más tarde, pidiendo perdón y concertando otra cita con él. Baekhyun aceptó, no era el primer cliente que tenía problemas con las agujas y debía volver otro día, aunque sí era el primero que huía despavorido. Así que anotó a Chanyeol para la semana siguiente.

La segunda vez que le pasó, Baekhyun lo pudo excusar diciendo que aún no se había mentalizado del todo, pero la tercera y la cuarta vez, el tatuador se planteó que no lo mandaba a la mierda simplemente porque había algo que lo atraía en Chanyeol. Algo en su pelo rosa, sus lentillas que hacían sus ojos artificialmente azules, todo ello lo fascinaba. Y puede que quisiera tener una excusa para seguir viéndolo y que, aunque parte de él sólo quería tatuarlo y terminar con el asunto, otra parte quería seguir teniéndolo cerca una vez por semana.

- Venga, Chanyeol -trató de animarlo-. Si te portas bien, te compro un helado.

Lo dijo medio en broma, pero los ojos azules del chico se clavaron en los suyos, serios, y llenos de algo que quemó a Baekhyun desde dentro hacia fuera.

- ¿En serio? -le preguntó, y el tatuador no pudo evitar asentir, hechizado bajo la mirada de aquel chico que le brindó una gran sonrisa-. Está bien, entonces.

Como prometió, Chanyeol se quedó quieto y sin quejarse mientras Baekhyun trazaba las diez líneas de su nombre artístico, ahora grabado en su piel. Cuando hubo terminado, observó el resultado, satisfecho, casi tan orgulloso como el mismo Chanyeol, que parecía brillar al ver finalmente la tinta en su piel.

- Gracias, Baekhyun -le dijo con sinceridad, mirándolo a los ojos-. Muchísimas gracias.

- Gracias a ti por confiar en mí -sonrió el más bajo, comenzando a recoger tras ponerle la crema protectora en el dedo-. Supongo que ya no te veré una vez a la semana -trató de bromear, pero Chanyeol lo miró serio.

- ¿Quieres volver a verme? -y parecía realmente sorprendido por eso-. Pensé que para ti sólo era un cliente estúpido que no se decidía a tatuarse.

- Claro que no -frunció el ceño Baekhyun, terminando de desinfectar la zona y quitándose los guantes de látex-. Eres guapo, sexy y tienes buena conversación a pesar de que tu pánico a las agujas te hiciera huir -le dijo sin tapujos-. Deberías haberme dicho que te daban miedo.

- No quería quedar mal delante de ti -contestó el alto, sonrojándose hasta la raíz de su pelo rosa y sorprendiendo al más bajo-. Aunque creo que lo hice de todos modos.

Baekhyun tiró a la basura el resto de los pañuelos con los que había retirado la tinta sobrante y se giró para mirar al alto, una sonrisa en su cara.

- Bueno, de momento te debo un helado, ¿no crees? -le sonrió ampliamente-. Y siempre podría invitarte a cenar al nuevo restaurante que han abierto dos calles más abajo.

- ¿Como... una cita? -preguntó el alto, abiertamente tímido pero emocionado a la vez. Baekhyun sonrió más amplio aún.

- Como una cita -asintió el tatuador-. Sólo espero que no huyas como cuando te doy cita en mi estudio -rió él.

Su risa fue cortada por unos labios rápido y suaves que dejaron un beso en su boca, cortando sus palabras y su aliento, y haciendo que se coloreara.

- No huiré -contestó Chanyeol con sus mejillas ardiendo de igual manera.

- Más te vale -susurró Baekhyun, antes de besarlo otra vez.

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