#228

Fluff

Songwriter!au

Advertencias: continuación del drabble #192

631 palabras

Baekhyun estaba esperando, tranquilo, sentado a la sombra de un árbol del parque, sin molestarse siquiera en mirar su reloj.

Baekhyun trabajaba como compositor hacía ya tres años. A sus veintisiete años, era uno de los nuevos compositores mejor considerados y con más trabajo del gremio. Normalmente trabajaba solo, pero a veces trabaja con Park Chansung, uno de los que había sido su compañero en la facultad. Trabajar con Chansung no era tan malo, pero lo mejor no era él, si no su hermano menor. Park Chanyeol.

Para Baekhyun no era nuevo que alguien lo mirara con deseo en su mirada. Durante toda su vida, sus facciones privilegiadas y su personalidad reservada, que muchos calificaban de misteriosa, lo había hecho ganarse el amor no correspondido de muchos.

Pero Chanyeol lo miraba de una manera especial. Era como si no viera su fachada, o sus largos silencios acompañados de miradas cargadas de emociones. Era como si lo viera a él, tal y como era. A su vez, Chanyeol parecía alguien abierto y sin secretos, pero había algo intrigante en su mirada y eso no era algo que Baekhyun encontrara a menudo. Le producía curiosidad el sonrojo en las mejillas del menor cuando lo miraba.

Por eso, se encontró queriendo ir a trabajar más a menudo con Chansung, para poder captar aunque fuera un vistazo de la alta figura de Chanyeol. No esperaba aquel día que entrara en el estudio y poder tener una oportunidad como aquella. Los labios del menor eran tan suaves al tacto como os había imaginado, y era excitante saber que, a pesar de que la diferencia de altura favorecía claramente al menor, era él quien lo dominaba con sus labios, con su presencia.

No fue complicado obtener el número de teléfono de Chanyeol del teléfono de Chansung. Se envió un mensaje con el contacto desde su teléfono y lo borró cuando le hubo llegado para no dejar huellas. Aquella noche, ya en casa, comenzó a mandarle mensajes, sonriendo suavemente para sí al ver que el menor le contestaba de buena gana.

Aquel día, finalmente había conseguido tener un rato libre y había citado al menor, quien no tuvo problema en aceptar. Habían pasado casi diez minutos de la hora prevista cuando lo vio acercarse corriendo hacia él, sin aliento. Baekhyun se levantó, sonriendo, y tomó la mano que el alto había alzado a modo de disculpa cuando se agachó para apoyarse en sus rodillas y recuperar el aliento.

- Siento... -jadeó, asfixiado-, llegar... tarde...

- No pasa nada, Chanyeol -lo tranquilizó-. Tengo toda la tarde y ninguna prisa.

El alto se incorporó y lo miró, confuso. Sus ojos grandes y su boca entreabierta eran demasiado tentadores para el compositor, quien se puso de puntillas y, agarrándolo de la nuca, tiró de él para besarlo, probando de nuevo los secretos de aquella boca, esta vez sin reparos ni prisas. Lo besó de manera casi indecente para un lugar público, negándose a separarse hasta que ambos clamaron por oxígeno, más del que podían recuperar entre beso y beso. Se miraron a los ojos y Baekhyun sonrió, tomando la mano de nuevo y entrelazando sus dedos.

- Vamos a algún sitio para que podamos sentarnos -sugirió el más bajo-. Aún siento curiosidad.

- ¿Y...? -Chanyeol lo miró, sus ojos oscuros reflejando el miedo que su voz tan sólo parecía dar a entender-. ¿Y si luego no sientes curiosidad?

Baekhyun fue el sorprendido esta vez. Sorprendiéndole su miedo, su deseo de no alejarse de él. Aquello lo hizo sonreír.

- No siempre podré sentir curiosidad -respondió con voz suave-, pero la curiosidad puede transformarse en algo mejor, Chanyeol.

Sus ojos brillaron y Chanyeol se sonrojó, entendiendo, y haciendo reír al mayor.

- ¿Vamos, entonces?

Chanyeol asintió y lo siguió, juntos de la mano.

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