Sir Charleston estaba junto a Lucy, Avelin, Liu, Ingrid y Lican; habían llegado a Lycaion a través del portal.

—Bueno, creo que he hecho lo mejor que pude hacer —soltó el caballero con cansancio.

—Maldición, yo aún podía luchar y ¿Por qué no vienen más con nosotros? —cuestionó con molestia Ingrid.

—Bueno, ustedes junto a Ray son el sexteto maravilla, los que más saben afrontar una crisis de esta magnitud así que lo mejor será que se reúnan.

—Pero había diez personas más con nosotros cuando luchamos contra Al-Majesh y Angélica —respondió Lucy.

—Pero al final del día ustedes fueron de los primeros en hacerse cargo de las amenazas, fueron el detonante de la unión, así que la parte más ingenua de mí espera que ustedes logren un milagro similar —contestó el inglés.

—Bueno, ya que cuentas esto, es probable que nuestro amiguito de Ray esté con los elfos, extrañamente siento un poder muy similar en sus tierras —comentó Lican mientras fijaba su vista al oeste.

—Supongo tendrán que ir a buscarlo, yo tengo otros planes —dijo el mago.

—Espera ¿Qué otra cosa harás? —preguntó Hollidays con extrañeza.

—Reorganizarnos y escoger a los más fuertes para dar batalla a los jefes de los ejércitos —sentenció Charleston.