Capítulo 6: Despedida fuera de la tierra natal

Siguiendo lo ideado por Barbosa, Ionela y Oana lo más parecido a un sello que tenían a su disposición era la llamada Cerradura de la Eternidad, un símbolo que sellaba algo para siempre. Tan sólo era cuestión de dibujarlo y proyectarlo contra la puerta del infierno, sin embargo Oana tuvo, aparentemente, una mejor idea.

-Hermana, si vamos a usar tan poderoso símbolo lo mejor será usarlo en la fuente de todos los problemas, y si es el infierno, ahí deben estar todos los portales -habló la arriesgada hechicera mientras atravesaba el portal usando poderosas ráfagas de fuego y hielo que hacían a un lado a los demonios salientes.

Barbosa corrió hasta la mujer y encontrando un pequeño hueco, entró a tan feroz lugar mientras que sus aliados veían tales imprudencias por parte de los dos.

Una vez dentro, la vista en los ojos de Barbosa era aterradora y asombrosa al mismo tiempo, podía observar ciudades de todas la realidades, algunas de las Tierras alternas y otras simplemente parecían pertenecer a otros planetas, los portales eran ventanas a un universo infinito para un mortal.

Unas criaturas similares a perros vieron al humano, pero oportunamente la bruja intervino y calcinó a las bestias. Ambos se miraron y Paulo entendió, tendría que acompañar en aquella peligrosa actividad a la usuaria de la magia.

La fémina se posicionó y empezó a dibujar el sello, seres que parecían sanguijuelas de un tamaño similar al de un niño se arrastraban hasta ella, en vista de ello, Barbosa se cubrió en su poco Lumen y empezó a repartir patadas de una forma rítmica, acrobacias iban y venían, su capoeira resultaba efectiva.

Vaktagran resguardaba sus energías postrado en sus aposentos hasta que sintió la energía de la bruja, y aunque no se comparaba con su poder, sentía que algo andaba mal. El demonio llegó hasta la ubicación de ambos campeones rápidamente.

-¿Quién se atreve a venir ante mi? -cuestionó con cierto tono de superioridad el demonio.

-Que bien que te presentas, ¿Eres el jefe de estos revoltosos? -espetó con aparente confianza el brasileño.

Ante el también apareció Afisteo, sintiendo el mismo poder que Vaktagran, quien habló ante el agente de la Alianza.

-Vaya, con que uno de los amigos de Ray apareció, Paulo Barbosa según recuerdo, tal vez no se me ha olvidado tu nombre dado que fuiste de los primeros humanos en oponer resistencia a mi imperio -contestó con cierta sonrisa forzada el ángel caído.

-Espera ¡¿Afisteo?! -cuestionó sobresaltado el artista marcial.

-Quién más podría ser, aún recuerdo tu pequeña resistencia en Brasil, condenaste a tus compañeros a la muerte pero detuviste a mi secuaz, y ni siquiera sabías usar el Lumen en ese entonces -puntualizó el traidor de dios. -Sinceramente me quitaste las ganas de intentar tomar Brasil pero ahora tengo el ánimo renovado, creo que es tiempo de pasar a la siguiente fase de la invasión, ¿No es así, Vaktagran? -terminó de hablar el mafioso divino.

Con furia, Barbosa tomó varias piedras pequeñas del suelo, ardían y dejaban quemaduras en sus manos, pero aquello sería momentáneo, en unos instantes hizo circular Lumen por su cuerpo, aquellas rocas elevaron aún más su temperatura y entonces Paulo gritó:

-¡Repulsión!

Las piedrecillas volaron por los aires como si de proyectiles se tratasen, el peleador se aseguró de que estas se dirigieran a la vista de ambos rivales. Con Vaktagran y Afisteo cegados, el brasileño se acercó y empezó a lanzar patadas contra ambos.

El demonio se recuperó, los golpes de Barbosa solo lo habían hecho retroceder pero no le hacían daño, tomó impulso y lo embistió. Uno de los cuernos de Vaktagran atravesó el hombro izquierdo del peleador.

Con la herida sangrante, Barbosa levantó su brazo derecho y lanzó una Destello Cegador.

-Maldita sea, no conoces otra cosa que cegar a tus rivales maldito cobarde -espetó Afisteo con suma molestia.

Oana había terminado el símbolo, mismo que proyectó hacia todos los portales cerrándolos lentamente, Oana intentó tomar al peleador e irse antes de que se cerraran completamente los portales.

Vaktagran sintió la presencia de la mujer, y guiado sólo por su instinto, formó una daga con su poder e intentó clavársela. Un destello de luz había atravesado carne humana con suma facilidad.

La vista del demonio se sorprendió al ver que el peleador se había interpuesto en el ataque, la fémina cargó su poder y pudo alejar al demonio para tomar al herido y escapar justo a tiempo. De nuevo en Tierra II, Barbosa ya no daba más de si, siempre esperó que sus últimos minutos de vida fueran en Brasil, pero ahora tendría que pasarlos junto a una desconocida fuera de su tierra.

-Maldición, no estamos en Bucarest y no tengo la energía suficiente para curarte -dijo entre sollozos de desesperación la fémina.

-Descuide, tarde o temprano este sería mi destino, mire que un humano sin mucho poder enfrentando demonios obviamente iba resultar en un destino como este, no olvidaré al tipo que envió Afisteo, se llamaba Andrés Dascălu aquel sicario que dijo que moriría así, y con mayor razón no olvidaré aquel torneo, tal vez si no me hubiera cruzado con el muchacho no estaría aquí ahora, ja... -terminó con su larga despedida uno de los primeros combatientes de la Alianza Universal, mismo que había visto la derrota de Alain en el Challenge WxW, el final del poderío de Felixio III, la caída del gobierno de Angélica Krauff y el fin de Al-Majesh.

La mujer sólo se quedó inmóvil, bajó su cabeza y con la bufanda que portaba trató de extenderla lo más que se pudo para cubrir el rostro del fallecido. Uno de los Exploradores y Campeón de la Alianza Terrestre había caído...







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