Capítulo 20: Tiempo para el Enfrentamiento Final parte III

Ray usó el Poder Absoluto y fue directo contra Vaktagran, su pelea era casi a la par.

El Maestro Lumen lanzaba puño tras puño mientras hacia retroceder al demonio, cada golpe liberaba la energía que se podía ver en pequeños arcos eléctricos. Liu e Ingrid combinaron esfuerzos y lanzaron un Doble Cañón Mental que dio directo contra el rival.

Larias desenfundó su sable y fue dar varios cortes a Vaktagran, mientras Avelin tocaba algunas notas para contenerlo. El demonio logró salir ileso de todo ello.

—¿Con qué es todo lo que tienen? —dijo con tono juguetón el villano.

Rápidamente Ray aumentó más su poder lanzando un poderoso Cañón Mental contra su enemigo, mientras Lucy se sumaba lanzando una gran Ráfaga Mental para distraerle.

El polvo formó una densa nube que se despejó con un proyectil de energía de Vaktagran que iba directo a la máscara de Ente, una mano negra detuvo el disparo y fue directa a aprisionar al demonio.

Tras esto varios círculos se abrieron en la tierra de ellos emergían personas que a simple viste parecían normales si no fuera por el hecho de tener un gran aura roja. 

—¡Resonancia Psi! —gritó alguien a lo lejos.

Varios portales se abrieron revelando más agentes de la Alianza, se trataban de Sir Charleston, Firiant, Alateia, Arturo IV y Laaj. El conjuro del inglés devolvió a la gente a su normalidad, mientras Arturo abrió portales para devolverlos de donde habían venido.

—Firiant y Alateia ayuden en la pelea contra Vaktagran, Agente Ente si me escucha debe hacer que el rezo de Annasei se escuche en todas la Tierras, abra la mayor cantidad de portales a las Tierras —decía con apuro Charleston.

Con gran esfuerzo, Ente abrió varios portales para que el rezo se amplificara por cada Tierra y este tomaría bastante tiempo hasta hacer efecto en las personas.

—Frederick, Phantam, Jean y quien sea su acompañante, les ocupo en la Base Cóndor deben estar entre las filas de héroes de respuesta de emergencia, entren al portal —hablaba de nuevo el caballero dando órdenes a los franceses, estos obedecieron.

—Charleston, debe traer de vuelta a Lican, él debe conocer la manera de parar esto —dijo Ingrid con prisa, no podía desatenderse de la batalla.

Vaktagran escuchó esto y respondió.

—Bien, supongo yo también traeré a mis amigos.

Ante la Alianza aparecieron Felixio, ambas Iridias y Alan Miskatonic junto a naves y tropas del Imperio Ga'rack.

 —Hazlo rápido ¡Vete ahora! —se exaltó la chica volviendo a repetir su orden a Charleston.

El inglés abrió un portal a donde se suponía estaba Lican, sólo para caer al infinito. Mientras tanto Ray y Lucy luchaban en conjunto usando sus técnicas Lumen, los mismos trucos que utilizaron contra la Mano de Dios no funcionaron en su nuevo enemigo, su factor de curación era muy parecido al de Al-Majesh.

Desde que había llegado a esa Tierra, la Maestra Blanca busco donde ocultarse, siendo sigilosa para que nadie le viera, con sus técnicas en la Escuela de la Vida y la Muerte logró hacer bajas entre los soldados imperiales.

Alan detectó su presencia y fue a combatirla, consigo pidió el apoyo de varias naves de caza para atacarla, la maestra ni se inmutó pues ninguna técnica mental del hombre le afectaría, sus años de meditación le protegían de esos ataques.

Cada haz de luz disparado por las naves era devuelto por ella, sin más opción y acobardado, Miskatonic se transportó a una nave de comando y secuestro a la tripulación, amenazando con matarlos a todos si no se retiraban del conflicto, con miedo los soldados se fueron del lugar.

Alix se dio cuenta de la nueva traición pero le dejó escapar, por ahora ocupaba concentrarse en detener el rezo de Annasei. Ingrid vio como el Ga'rack se dirigía contra la Reina y le confrontó, varios destellos se vieron pero el poder del Segundo al Mando se hizo notar, de repente una lanza impactó contra la armadura del militar, siendo Elexia quien la había lanzado.

—Aléjate de Annasei, maldito monstruo —dijo la fémina con coraje mientras propiciaba algunos golpes, Hollidays no se quedaría atrás.

Un Disparo Mental salió de una de las manos de la chica e hirió a la mano derecha del Emperador Felixio.

—Retírate de esta pelea y ve a prestar ayuda con Alcebedo, yo me encargaré de ellas —ordenó Felixio mientras tomaba su posición para atacar mientras Alix cumplía la orden usando una Piedra de Teletransportación.

—No Padre, ahora seré yo quien te enfrente, no perdonaré lo que hiciste contra el pueblo planteita —espetó con furia Alateia.

—Hija, tu madre tampoco es tan inocente, intentó aniquilar la vida de civiles de mi Imperio para evitar que nuestros ideales siguieran, quería desaparecernos a todos —expresó el Emperador con un tono de convencimiento.

—Es algo que ya sé, nada expiará el pecado de mi madre ni los tuyos, pero si puedo cambiar el futuro de dos naciones entonces lo haré, así que padre ¡Saluda a la Reina que nos unificará!  —dijo con alegría y determinación la regente de dos pueblos.

—Eso está por verse, querida hija —dijo Felixio con sarcasmo.

Una misma sangre ahora peleaba más allá del conflicto principal, que importaba la Guerra de Daedelion o la Invasión del Infierno, esto decidiría el destino de la familia imperial. Elexia e Ingrid fueron a hacer guardia para proteger a Annasei del combate.

Las dos Iridias entonces se acercaron a su majestad.

—¡Impacto Aureo! —gritó Hollidays liberando una grna cantidad de Lumen contra el espíritu de la asesina del presente.

—¡¿Cómo has logrado acabar conmigo? Incluso en tu linea temporal soy más fuerte que tú! —ardió en cólera la criminal del futuro cuando una gran mano negra la tomó con fuerza.

 —Tuvo suficiente tiempo para preparar un juicio contra la asesina de su padre, pero en tu tiempo tú le diste muerte así que yo te enjuiciaré a la destrucción de tu alma —dijo Ente con una carcajada siniestra mientras Iridia del futuro se convertía en polvo, soltando un grito de dolor.

La batalla padre e hija seguía, con una gran descarga de Lumen, Alateia logró arrinconar a su padre.

—Ahora te rendirás padre —dijo Alateia de manera fría sin ver que varios soldados disparaban en su dirección.

Felixio aprovechó y grandes arcos eléctricos fueron contra su hija, paralizando su cuerpo e hiriéndola.

 —El Imperio no ocupará un heredero, yo soy inmortal ahora y cada universo será regido bajo mis ideales —decía el Emperador sacando a relucir su poder y enojo.

Las manos negras se desviaron de su misión de derribar los vehículos imperiales y se fueron contra el Emperador, con una de sus manos Felixio proyectó energía que logró destruir varias de esas formaciones.

—Ja, ni el castigador de almas podrá hacer algo contra mí —se enorgullecía el Emperador mientras Ente sentía frustración, un alma maligna no recibía el juicio de su autoridad...





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