1.- Atrévete
"¿Cuánto llevas aquí encerrada?" Era lo que te preguntabas cada día que pasaba. Los cigarrillos caían y se acumulaban en el cenicero, única pertenencia que te habían otorgado en toda tu estadía.
Tu habitación blanca era lo único que te mantenía de cierto modo cuerda. No por alguna razón extraña, sin no porqué te servía como lienzo para plasmar tus silenciosos pensamientos.
- Quizás no tarden en traerme de comer.- Susurraste al restregar la polilla contra el suelo. Te recostaste sobre tu espalda y pusiste tu mirada hacía arriba. La falta de color te estaba enloqueciendo.
- Lo que haría por un catalogo..- Deseaste sin quitar la mirada de su sitio.
Quizás como un milagro, en tu pecho cayo de forma repentina una revista. La exaltación fue natural. La tomaste entre tus manos y ¡Eureka! Un catalogo de ropa veraniega.
- Lamento que tus aspiraciones hayan caído tan bajo por el encierro.- Una voz te llamó desde las sombras de tu prisión. Una voz que reconocerías por dónde fuera que vayas.
- Señorita Makima ¿Y ese placer que se haya acordado de mí.- Te sentaste en el suelo y cruzaste tus piernas. Te alineaste tu pelo de forma desesperada para verte un poco más presentable. No sabías bien el por qué, pero simplemente no podías dejar de sentirte atraída por la pelirroja.
- Nada especial, solo una pequeña platica para sacarte de este chiquero en el que te encuentras.- Dijo al apoyar su mentón sobre sus palmas, estaba sentada.
- No es para tanto, solo un poco de color por aquí, una televisión por allá y no tendría del por qué quejarme del lugar en que usted tan amablemente me asigno.- Le sonríes.
- De hecho, vengo para reasignarte a una nueva sección experimental.- Dijo levantando su dedo índice y señalándote a ti.
La exaltación fue natural. Tu, quien habías estado aislada del mundo por poco más de 10 meses, te han ofrecido poder servir a la mujer que te rescató de la miseria.
- Tendrás un sueldo competitivo, te vestiremos y podrás tener una vivienda puesta por el estado. Aunque claro, será compartida con los demás miembros de la sección.- Enlistaba con los dedos sin quitarte la vista de encima.
- Aunque claro. Por tu posición, ante cualquier mínimo desliz o muestra de desobediencia, el estado te considerada como un demonio y serás cazada por los otros Devil Hunters.- Continuaba. Quizás era una parte importante, pero era difícil prestar atención al estar hipnotizado por aquellos anillados ojos.
- Claro, claro.- Respondiste sin pensar mucho.
- ¿Alguna otra pregunta?.- Makima se puso de pie.
- ¿Qué hay si... Me descontrolo?.- Sus miradas se cruzaron. La preocupación era nula en los ojos de la pelirroja.
La mano de la mujer se dirigió a su espalda, de dónde saco un bozal para perros. Tu mirada se volvió colorida de nueva cuenta. Volviste a la realidad. Makima se agachó a tu altura con el objeto entre sus manos y procedió a intentar ponértelo.
- La semana pasada uno de mis perros se enfermó de rabia y tuvo que llevarlo por un tiempo. El murió por la enfermedad.- Dijo mientras ajustaba el bozal en ti. La suavidad de sus manos te tranquilizaba; era como si estuvieras obligada a amarla.
- ¿Te gustó?.- Asentiste con la cabeza.
- Recuerda que eres uno de mis perros, y ahora con este regalo espero que te comportes como aquél que acabo de perder.- Makima te sonrió al tomar la punta del bozal y agitarte un poco la cabeza.
- Comienzas mañana. Me abstendré de darte a conocer a tus compañeros por el momento. Quiero que te lleves una sorpresa al tratar con ellos.- Dijo después de levantarse y dirigirse a la salida.
- Solo diré que... Hay otro como tú.- Finalizó y abandonó la habitación.
La señorita Makima te había abandonado. Sin embargo, su esencia impregnada en tu nuevo regalo llenaba toda tu nariz en un baile de aromas. Podías olor cada molécula de su aroma: su perfume, su crema humectante y hasta el sudor que salió de la punta de sus dedos.
- Solo no te arranques la lengua.- Repetiste antes de caer dormido por el tranquilizante olor de la señorita Makima.
Debes de ser un buen can.
Continuará...
¡Y así queda el "prologo" de esta cosa.
A decir verdad tenia varias ideas del como iniciar. Pero al final me decanté por la opción de mostrar como Makima tenía controlado a cada uno de los peones que iba a utilizar, y en este caso ¡Tu también eres uno de ellos!.
Lamento la escaza duración del episodio. Aún estoy intentado volver a tomar el habito de escribir, ya que mi mente está complemente quemada por todo lo sucedido durante estos meses.
Recuerden votar y poner sus proyecciones en los párrafos de esto.
Sin nada más que contar...
¡Luixis23diez Fuera!.
Fecha de publicación: 8/12/24.
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