15 de Enero de 1989

Dejando de lado el tema de mi madre, me quiero centrar en el tema de las mujeres. Primero, Erina Pendleton. Una mujer pura como ella causo mi desgracia; siempre que una mujer se involucra término en una desgracia. Recuerdo perfectamente la estatua de la diosa del amor que tenía en la mansión Joestar antes de que esta se incendiara, quizá esa fue la segunda mujer que me causo una desgracia y termine empalado.

No he cambiado de opinión acerca de las mujeres desde siempre, aunque sea ese sucio mismo pensamiento que mi padre tenía, me dan las razones suficientes para detestarlas por ser siempre grandes estorbosas en mis planes. Y ni hablar de la nueva mujer. Amai Megami, Pucci me dijo que Megami significa diosa, quizá es una señal de los cielos, o de esa diosa en la que termine empalado hace un siglo, una maldición viviente.

¿Quien se creía para hablar de esa manera?, me daban unas tremendas ganas de golpearla, es vulgar e insoportable, esta claro que me traicionara. Son muy sentimentales por mas rudas que se quieran hacer.

Simplemente deberían quedarse en casa mientras los hombres se encargaban del trabajo, ¿Por que querían meterse en cosas que no son para ellas?

¿Y por que usa esa ropa tan corta?, ¿La recogerían de algún prostíbulo? ¿Y ese color de cabello? Sumamente ridículo, es como si gritara que la atacaran.

Ahora basta de pensar en ello, por que tengo el presentimiento de que si algo malo le pasa a ella de mi mano, terminare nuevamente empalado por esta "Diosa".

Sin duda ese nombre debe ser una alerta de un mal presagio para mi. Es una lastima que deba retirarme, ellos están cerca de la mansión, puedo sentirlo. Apenas me encargue de ello regresare a terminar de escribir esta patética bitácora.