Especial: Caballero de armadura plateada
Final alternativo desbloqueado.
Polnareffland sigue sin ser real.
Jotaro jamás se le declaró a Amai por que tenia pena en muchacho y ahora vive todo miserable.
Los Crusaders siguen muertos.
Pareja desbloqueada: Polnareff x Amai (PolMai)
Super canon en otro universo chiquititos.
.
.
.
Miro a los guardias frente a ella, tenía a sus dos pequeños hijos tomados de la mano, era un fresco lunes por la mañana y estaba más que enojada. Si solo se fue dos semanas a Florida para disfrutar unas pequeñas vacaciones junto a la familia Kujo y resulta que su marido se metió en problemas; como siempre, ¿Cuándo diablos entendería que ya no estaba en condición?
La detuvieron, pero pronto los ensordeció y cayeron al suelo con sangre saliendo de sus oídos, abrió la puerta de esa sobrecogedora mansión, más guardias intentaban detenerla, pero simplemente caían al suelo al usar su Stand contra ellos; hasta que llegó un pistolero, le apuntó directamente a la cabeza, vestía con un gorro a rayas y puntos, era un poco moreno y bastante atractivo.
—Fuera de mi camino, mocoso. —Sus hijos apretaron su mano, asustados, solo bajó el arma al notar a ambos pequeños de rojizos cabellos y ojos azules.
—Regrese por donde vino, doña. —Le salió una vena del coraje.
—Dile a Jean Pierre Polnareff que su esposa Amai esta aquí. —El joven muchacho de nombre Mista solo asintió, hizo una seña para que la mujer le siguiera, a su parecer muy atractiva y más con esa ropa tan pegada.
—Bella donna, —No perdería su oportunidad de coquetearle. — ¿Qué hace una pulcra dama como usted peleando con estos simples guarda espaldas?
—Solo cállate y dime dónde esta Jean. —Tragó saliva, siempre supo que no debía meterse con una mujer enojada, totalmente. Señalo la puerta del final del corredor, ahí es donde estaba su jefe y Polnareff, si esa mujer resultaba ser una enemiga podía dispararle por la espalda sin problemas, más no tenía intención de ello, solo curiosidad por saber que le ocurriría al señor Polnareff. No tuvieron tiempo de conocerse mucho y jamás menciono que estaba casado y con... Hijos. Soltó a ambos niños y abrió la puerta de una patada, su madre enojada era el peor terror que podría existir.
—Sherry, tengo miedo. —El hijo menor le comento a su hermana, ella solo suspiro.
—Tranquilo Lux, solo regañará a papá como siempre. —A su vista esos dos niños eran adorables, no quería perderse el espectáculo, pero si los dejaba solos tal vez le tocaría una golpiza a él.
—¡JEAN PIERRE POLNAREFF! —El gritó de la mujer lo hizo estremecerse, Giorno solo salió aquella habitación sonriendo y negando con la cabeza. —HIJO DE PERRA. —La cosas en el interior de la habitación se escuchaban peligrosas, Giorno miro a Mista confundido, el de cabellos rubios se acerco a los niños y les ofreció llevarlos a comer helados mientras sus padres arreglaban las cosas.
—¡Perdón por no avisarte cariño! Pero te estabas divirtiendo tanto con Jotaro que no quise molestarte. —Eso era tierno de su parte, pero no estaba del todo feliz, estaba hablando con una tortuga, con su jodido fantasma.
—Si me hubieras llevado no hubieras terminado como una tortuga. —Le recrimino.
—Si te hubiera traído tú también estarías así, o peor, totalmente muerta. —Las lágrimas se les escurrieron de los ojos por el coraje. —¡No voy a perderte! ¡No otra vez! Jamás me arriesgaría contigo, DIO casi te mata, te dejo en coma y entubada por mas de un año, no me iba a arriesgar que un imbécil cualquiera te ponga la mano encima. —Giorno escucho atentamente, el nombre de DIO resonó en su mente, al parecer las cosas se estaban poniendo románticas entre ellos de una manera totalmente extraña.
—¿Qué le voy a decir a los niños...? ¿Qué su papa se convirtió en una tortuga? ¿Qué van a decir sus amiguitos cuando les toque llevar a su padre a la escuela? —Los dos adolescentes no evitaron reír ante los cuestionamientos de la mujer madura.
—Amai, llevamos casados doce años, el suficiente tiempo para saber que nuestra vida no es común, y creo que de todos los problemas que tenemos ser una tortuga e ir a la escuela con mis hijos es lo que menos me preocupa. —Miro a los ojos a su esposo, bueno a su ojo. Cargó a la tortuga y la abrazó contra su pecho sonriendo. —De echo el que más me preocupa es que ya no podemos hacer el amor. —La pelirroja frunció el ceño, dejo la tortuga de cabeza y se sentó en el sillón individual mientras la veía tratar de girar, los cuatro que estaban afuera ingresaron a la habitación. El pequeño Lux se acerco a su madre y la abrazó, por su parte Sherry simplemente se burlaba de su padre, a ellos les importaba en lo más mínimo, si su familia estaba unida era lo mejor que podría pasar. —¡Amai! ¡No me dejes así!
—Chico pistolero. —Mista se sobresaltó. —Lleva a mis hijos a jugar al jardín.
—¿Quién te crees para darme...? —La pelirroja solo lo miro por el rabillo del ojo con furia, si sus ojos fueran cuchillos ya estaría degollado, se estremeció y tomo a ambos niños de las manos para llevarlos afuera, Giorno; dispuesto a salir dio media vuelta, sus ropas fueron jaladas y lo hicieron sentarse en aquel sofá donde segundos antes estaba la mujer.
—Tu te quedas aquí, mocoso. —Ese chico de dorados cabellos era tan delgado, pero al ver sus pectorales supo de inmediato que de flacucho no tenía nada. —Ambos me contarán que diablos paso.
—Cariño, no le hables así, es el jefe de la mafia italiana. —Ante el temor de Polnareff se quedó unos segundos en silencio.
—¿Van a hablar o tengo que obligarlos? —Giorno soltó una sutil risa, a su querido amigo Polnareff lo tenía dominado una mujer más bajita qué él, no parecía tener ningún miedo, más bien estaba cegada de ira, ¿Pues como no? Si se acaba de encontrar a su marido prácticamente muerto. Sin dudar ni un segundo más comenzó a contarle.
—Yo, Giorno Giovanna tuve un sueño y ahora mismo lo estoy cumpliendo... —Relató desde el incidente de Polpo, no menciono nada de Koichi. —Y así es como ascendí al poder. —La platica había durado más de lo planeado, todos bebían café en conjunto mientras que los pequeños se habían hartado de tanto jugar y se durmieron.
—Yo a los quince estaba en mi casa comiendo cheetos y jugando videojuegos con Noriaki. —Las generaciones de ahora vienen más salvajes. —Bien niño que tiene sueño, me llevaré a mi familia devuelta a Francia.
—Recomiendo que se queden a vivir aquí, en Italia, Polnareff es un amigo importante para mi y me gustaría tenerlo lo más cerca posible. —Vio como le brillaron los ojos.
—Acepto tu oferta risitos de oro. —Al menos Mista estaba sacando buenos apodos.
—Solo dime Giorno. —Estrecharon sus manos.
—Lo que digas, niño Brando.
—No lo comprendo, ¿Por qué niño Brando? —Preguntó, Polnareff tampoco entendía de ello.
—¿Qué no eres Haruno Shiobana? Pensé que Koichi había venido a Italia. —Oh... Esa familia era más interesante de lo que pensaba.
—Sí, lo hizo, —Su obscuro pasado como ladrón, le avergonzaba de cierta manera. —¿Pero por que Brando?
—Tu padre se llamaba Dio Brando. —Se acercó al menor, era unos cuantos centímetros más alto que ella, lo tomo de la barbilla y comenzó a inspeccionarlo, Polnareff irradiaba celos.
—¡Amai! ¡¿Qué haces?! —Gritó su esposo.
—Te pareces mucho a él... También a Jotaro... Ese loco vampiro si que se jodio el árbol genealógico de los Joestar. Pobre Jolyne, eres su tatara tío y tiene menos años que tú.
—¡Deja de tocarlo Amai! —Regresó a su asiento a tomar café tranquilamente.
—Ahora yo tengo preguntas...
—Después de darle una tortura a mi marido te las contesto, ¿Tienes algún baño sucio por aquí?
—¡Sácame de aquí, Giorno!
.
.
.
—No lo comprendo aun del todo. —Miro le techo y después bostezó, giro en la cama para ver a la tortuga a su lado, bueno, a su marido. —Todos siguen siendo niños, ¿De donde sacaron tanto valor para enfrentarse algo así? Solo por dos niños de quince años, uno con un sueño y la otra en total y completo peligro...
—Ni yo lo comprendo, son chicos obligados a madurar, rechazados por la sociedad y aún así todos eran personas muy nobles. —Polnareff se mantenía postrado sobre la llave escarlata. —Oye Amai... —Llamo a su mujer, esta le miro fijamente. —Te amo.
—Yo también, Jean. —Le sonrió con dulzura.
—¿Más que Tom Cruise?
—Tampoco te pases de listo. —Ambos rieron. Estaban tan enamorados como la primera vez, conocían su mirada a la perfección al igual que sus labios, es una lastima que ya no pudieran tocarse sino, en ese momento, estarían besándose como locos. —Como ya estas muerto se anula el matrimonio, me voy a casar con Tom Cruise.
—Ni se te ocurra volver a mencionarlo. Odio a ese tipo como no te imaginas, si lo tuviera enfrente lo golpearía por robarte de mí.
—Hora de dormir cabeza de maceta. —Abrazó al reptil contra su pecho sonriendo. —De verdad no se que sería de mi vida sin ti, Pol Pol.
—Extrañaba ese apodo.
—Y yo extrañaré que me toques con tus dedos de metal, cuando lo hacíamos se sentía bien gracioso.
—Puerca. Ya duérmete, loca.
—Buenas noches.
—Al menos dame un besito, mi amor. —Después de unos segundos en silencio besó el caparazón de la tortuga y se cubrió con las cobijas.
—Voy a extrañar tus besos... Mi caballero de armadura plateada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top