9
Estábamos llegando a Karachi, Enyaba estaba a mi lado y no se movía, solo estaba segura de que no estaba muerta por que respiraba; o eso parecía. Ya tenía un montón de hambre y por cada puesto que pasábamos babeaba, el señor Joestar dijo que compraría Kebab o no se unos tacos griegos y que era un genio con el regateo.
Observaba y escuchaba como se peleaba con el dueño del puesto de kebab lo que me causo gracia. Baje del auto para acompañar al señor Joestar y por supuesto ser la primera en saciar mi hambre; después de que le pagara al mejor precio (Según el señor Joestar) nos dio esos tacos griegos y rápidamente tome el mío para comerlo.
Nos llamó la atención Enyaba, quien miraba fijamente al vendedor de kebab, este se quitó la gabardina revelando a... ¿Un chico guapo?, quien le gritaba cosas a la anciana sobre Dio, apenas dijo ese nombre deje de comer porque a la mejor y me enveneno y yo aquí tragando como marrano.
Después de evitar que ese tipo, usuario stand por supuesto le hiciera algo a Enyaba unos tentáculos salieron de su boca y por ende sangre. Esta se empezó a coagular rápidamente y el auto quedo destruido, el usuario se nos presentó, estábamos todos en guardia.
- Soy Steely Dan, mi Stand es Lovers y... -Jotaro lo golpeo, y junto al señor Joestar salimos disparados, ¿Nos atacaba el stand enemigo?, Fui alcanzada por Avdol, mi mejilla se tornó rápidamente roja y como dolía un montón. Jotaro tomo del cuello de la camisa a Dan, yo sentí una presión mucho más grande y sospechaba que el señor Joestar también lo sentía.
Me acerque como pude a Jotaro e intente calmarlo, ya tenía sospechas de lo que pasaba; hice que Jotaro soltara a Dan y me dio una sensación de alivio.
- Tal como dijo Dio, agresivo, ni siquiera me dejaste explicar cómo funciona mi poder. - acto seguido le pago a un niño para que lo pateara, cuando lo golpeo sentí como si mi pierna experimentara casi el dolor de romperse un hueso, chille de dolor y me agache por inercia para sostenerlo intentando retener el dolor. - ¿Vieron a la señorita y al viejo?, cualquier cosa que me pase lo sentirse ellos, pero diez veces mayor que yo. Así que deberías empezar por hacerme caso Jotaro, o esos dos de morirán si me pasa algo. - Se golpeo contra el poste y tal como dijo sentía un terrible dolor; las lágrimas escapaban de mis ojos. Yo era mala para disimular el dolor, pero que va, estoy sintiendo como si mis huesos se rompiesen. Jotaro otra vez agresivamente lo tomo por el cuello, no parecía creerle, solo hasta que nos miró al señor Joestar y a asfixiándonos.
Kakyoin me tomo por la mano y me comenzó a jalar, todos comenzamos a correr a excepción de Jotaro; escuchamos por parte de Dan que era imposible huir del Stand ya que no tenía límite de distancia.
- Hermit Purple funciona también con televisores, vayamos a ver dónde está el Stand dentro de mi cuerpo. - Paramos en una tienda de televisores, pudimos ver con ayuda del stand de el señor Joestar al stand que lo atacaba a él y por ende a mí. Comencé a sentir una ligera presión en mi espalda, fueron de unas pequeñas cosquillas hasta un insoportable rasguño, ahogue un grito y me torcí un poco, me aferre a Noriaki por el uniforme mientras apretaba mis labios intentando no soltar algún grito de dolor por esas cosquillas del infierno. Por su parte el mayor ahí hacia un escándalo que hasta me daba un poco de pena estar ahí; la gente comenzó a darnos dinero.
Polnareff compro la televisión y comenzamos a correr otra vez, o al menos yo no lo hice porque fui cargada por Noriaki, como la princesa que soy.
Llegamos a un lugar donde estaba solo, pusieron el televisor en el suelo y la imagen espiritual era del señor Joestar, yo podía esperar un poco más. Observaba como Chariot y Hierphant luchaban contra Lovers, a medida de ello el dolor en mi cabeza se incrementaba al punto de caerme al suelo y llorar por dolor. Sostenía mi cabeza y jalaba mi cabello, Noriaki mientras luchaba intentaba calmarme; cosa que era casi imposible. el dolor desapareció de la nada, ya no estaba el maldito bicho en mi cabeza y al parecer era un clon de Lovers. Gracias al cielo. La suerte de mi lado, suspire aliviada y sostuve mi mejilla, seguía demasiado roja por el golpe de repente y de seguro mi pierna se pondría morada, también me saldrían moretones en el cuello; mire a los chicos los cuales también estaban aliviados por acabar con el Stand, o al menos alejarlo, todos nos miramos mutuamente.
-¿Vamos por comida? - se encogieron de hombros sonriendo, sabíamos que todo estaría bien en manos de Jotaro así que nos despreocupamos y caminamos tranquilamente. Poco tiempo después y con varias bolsas de Kebab en manos nos encontramos a Jotaro, me acerque a él y entregue una soda y varios Kebab; los tomo y me miró fijamente. Desenvolví mi comida y le di una mordida a ese delicioso "taco griego", sentía aun la mirada fija del Kujo sobre mí. Discretamente lo miré también por el rabillo cruzando así miradas, tenía las mejillas llenas de comida como si fuera una ardilla; le sonreí para después tragar el alimento, solo así aparto su vista de mí.
Al terminar de comer el señor Joestar insistía en que fuéramos a comprar un coche para transportarnos, pensé que compraría uno especial para poder pasar en la arena del desierto, pero termino comprando otro totalmente diferente.
El auto estaba cómodo, el aire acondicionado era lo mejor, miraba todo expectante de lo lujoso que era, jamás en mi vida habría imaginado que me subiría a uno de estos. Era amplio y todos cabíamos perfectamente en él, paramos en donde había unas carpas y había camellos, me preguntaba que planeaba el señor Joestar. Bajamos del auto y seguimos al mayor del grupo, quien estúpidamente cambio aquel lujoso auto por 5 camellos y bidones de agua; si no quería el auto me lo podría regalar... Digo... No me falta nada, pero un auto estaría bien.
Acto seguido comenzó a explicarnos como subir a un camello, lo observamos como subía después de darle una manzana, el camello comenzó a correr provocando gritos del mayor, lo seguíamos con la mirada de un lado a otro hasta que por fin logro controlarlo.
Me acerque al cabello y le jale un poco la rienda y este automáticamente se agacho, deje en ridículo al señor Joestar, sonreí de manera muy superior sintiéndome la domadora de camellos. Me subí a este y aunque fue un poco difícil caminar a la par que él logre controlarlo, poco después todos estábamos sobre los camellos y con varios bidones de agua, yo llevaba mi cantimplora en mi mochila por si pasaba algo.
El calor del desierto era abrasador, limpiaba una y otra vez el sudor de mi frente mientras bebía agua desesperada cada dos segundos y eso que aún era medio día, sentía que llevábamos horas ahí dentro.
- ¿Qué hora es? - Pregunte, todos parecieron darse cuenta de algo.
- Son las ocho... De la noche. - Los mire, debían estar bromeando, a esta hora está haciendo frío en medio del desierto debían de ser como las cuatro de la tarde hasta que todos concordaron con ello, y así fue como nos dimos cuenta de que habíamos estado bajo ataque de un Stand enemigo. La lluvia de rocas a alta temperatura comenzó a atacarnos, en un acto rápido y listo Jotaro uso a Star Platinum para cavar un agujero en la tierra donde todos entramos, no era bueno, pero no podía pedir más. Nos habíamos dado cuenta de que todas las cantimploras de agua estaban destruidas y por ende no había agua.
Revise mi mochila y me di cuenta que la mía era la única a salvo, les compartir agua a todos, Jotaro me entrego la cantimplora y solo quedaba un pequeño trago, la puso contra mi pecho y presiono diciéndome que me tomara el restante y eso fue lo que hice, bebí el ultimo trago de agua y esta vez estábamos en el desierto con la temperatura aumentando cada segundo.
Miraba al exterior en busca de algo que pudiera ayudarme, envíe a Bravery Voice a observar aunque sea lo que yo no veo por distintos ángulos, la muñequita me obedeció con salido militar y caminaba quisquillosamente en modo sigilo, pero un trozo de roca hirviente fue dirigido hacia ella, al no tener tiempo de correr me estire fuera de la caverna para jalarla dentro; los chicos jalaron mi camisa porque estaba cometiendo prácticamente un suicidio, apenas toma a mi pequeña muñequita el trozo de roca roso mi brazo ocasionando una terrible quemadura en este. Pero alcance a ver lo que realmente pasaba a mi alrededor.
Choque contra la pared de la cueva con una enorme quemadura sobre mi brazo.
— ¡Maldita sea Amai!, ¡Deja de actuar como si en verdad no hubiera peligro alguno! — Me regaño Kakyoin, estaba enojado, muy enojado. Casi no perdía los estribos, pero cuando lo hacía mamá Noriaki salía al ataque. — ¡Terminaste herida por tu negligencia!
— Esta negligencia y la quemadura valieron la pena, miren atentamente a fuera. — Todos me hicieron caso, después de un par de segundos comenzaron a reír, lo habían notado. El señor Joestar no parecía entender nada hasta que Kakyoin le explico lo que mi pequeña muñeca había descubierto. Star Platinum tomo una roca y la lanzo contra el espejo dándole certeramente al usuario y así devolviéndonos la noche; la temperatura fue bajando poco a poco hasta hacerla un poco fría lo cual me parecía mejor que un infernal calor; la quemadura me dolía y el brazo me sangraba. Miraba las espaldas de los chicos, de verdad que era enormes... Especialmente la de Jotaro, tan grande e imponente. Camine un par de metros para desplomarme sobre la arena.
Era tan cálida... Fría... Perfecta que no pude evitar cerrar los ojos.
— Oye, Amai... — Escuche la voz de Jotaro a la lejanía, pero la comodidad de la arena gano y termine por quedarme en la obscuridad de mi mente.
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