25

Mi corazón seguía latiendo, ¿Todo estaba pasando de manera muy lenta?

Al abrir mis ojos estaban ahí, Vainilla Ice, Polnareff e Iggy, yo estaba muy alto, la arena de The Fool me envolvía en el techo, lentamente resbalaba, se desvanecía esa sensación de vida que tenía la arena, ese calor. Lo último que hizo fue mirarme y parecía estar feliz, después de eso cerro sus ojos y The Fool desapareció, había caído suavemente al suelo, aunque lo haya protegido de muchas patadas simplemente hice que viviera unos minutos más, Vainilla Ice venia por mí, a gran velocidad, el estoque de Polnareff me salvó, no una sino decenas de veces; era inútil, no podía ser de ayuda con mi inútil stand, ya que jamás lo usaba me eran desconocidas sus habilidades. Finalmente, y sin darme cuenta Vainilla Ice no estaba ahí, Pol lo había derrotado, no yo, si no él.

Me acerque al cuerpo de Iggy en silencio, lo saque de la arena y lo abracé llorando, en silencio en esa habitación solo se escuchaban mis pequeños sollozos.

—Avdol... Iggy. —Salieron sus nombres de mis labios. —Lo prometimos... Dije que los iba a llevar a comer Taiyaki... No tenían que sacrificarse por nosotros... Iggy... ¿Por qué...?, Siendo que soy tan inútil aun así tú... —Mi cara estaba empapada en lágrimas, sentía caer cada gota, como Polnareff lo había hecho esa misma mañana, me abrazó; mis costillas dolían, y vaya que dolían demasiado, todo mi cuerpo estaba lleno de raspones, mi ropa manchada en sangre y rota, y lo único que me hacía sufrir de verdad era perder a mis amigos, a mis únicos amigos. Tener entre mis brazos su débil y pequeño cuerpo que aún me llenaba de sangre. —Por favor Iggy, despierta... Mira te comprare un lote entero de chicle de café, solamente... Abre tus ojos ¿Okey?

—Amai... — La voz de Polnareff me llamo. —Iggy esta...

—No es cierto, ¡Eres un mentiroso! —No era mentira, solo no quería aceptarlo. —Solo debemos llevarlo a la fundación y...

—¡Amai!, ¡Esto es enserio!, ¡Debemos ir a derrotar a DIO!, ¡Yo estoy igual que tú! Pero no hay tiempo de llorar. —Ante su regaño simplemente mi voz se cortó, mi corazón se oprimió más de lo que ya estaba y me dificultaba respirar bien.

—¡No lo voy a dejar!, ¡No podemos dejarlos aquí, Polnareff! —Sorbí los mocos mientras lo miraba, pero su mirada siempre se mantuvo abajo lo que hice fue soltar un estruendoso grito de desesperación, angustia, dolor y por su puesto ira. La lagrimas llenaban mi cara por completo, la voz me salía terriblemente quebrada.

—Debemos irnos.

—¡NO PODEMOS! ¡AVDOL E IGGY NOS NECESITAN! — Le reclamé, de nuevo me abrazó, simplemente necesité que comenzara a acariciar mi cabello para calmarme y dejar de llorar.

—¿Hora de irnos? —Miré por última vez a Iggy y asentí.

—Hora de irnos. —Y sin mirar atrás nos fuimos de ahí, por más que mi corazón me decía parar y regresar hasta él para darle un digno entierro en ese momento no debía hacerlo, estaba en territorio enemigo, me rompí de todas maneras, la tristeza se transformó en ira completamente, la desesperación por encontrar a DIO y asesinarlo me cegaban ahora por completo, ¿Esto es lo que sintió Polnareff para vengar a su hermana?, Aun quería llorar, quería estar ahí y no hacer nada más que verlos y llorar, pero con Pol a mi lado no debía dejar que me viera en ese estado, no ahora.

Comenzamos a subir escaleras, la pierna del francés seguía muy mal, así que nos detuvimos, rasgué aquellas gruesas cortinas para cubrir sus heridas, solté un pequeño gemido de dolor por mis sensibles costillas.

—No me rompió las costillas, pero las dejo muy sensibles... —Seguí con su mano, había perdido dos dedos, ahora me pregunto... ¿Por qué no perdí nada?, Simplemente costillas casi rotas, es como si tuviera una suerte demoniaca... O, al contrario. Polnareff y yo estábamos solos, aquella orden parecía cumplirse, aunque no lo quisiera, si hay un malentendido seguro que lo pagaré caro. —Listo, hora de seguir buscando.

—Felicidades Polnareff, lograste vengar a tu hermana y llegaste muy lejos aún vivo. —Me petrifiqué. —Deberías regalarme algo, como tú vida. —se burló, DIO se burlaba. —Te daré una oportunidad, si deseas volver a ser mi subordinado, baja dos escalones y si quieres morir solo tienes que subir. —Aunque le estuviera dando la espalda tenía miedo, mucho miedo, decir una cosa es muy diferente a hacerla.

—No tengo miedo, DIO.

—Tu no lo tienes, pero esa mujer sí que esta aterrorizada. —¡Claro que lo estaba! La maldita sensación de asco cuando tocabas mi cuerpo, cuando separaste mis piernas a la fuerza y cuando casi me tenias la ropa amenazando que me violarías... Ese maldito asco que sentía ahora.

—Te asesinaré. —Polnareff subió los escalones.... No mentira, los bajó, ¿Qué? Di media vuelta para al fin encontrarme con ese hombre que parecía ser celestial en todos los sentidos, no debía dejarme cautivar. El suceso se repitió varias veces.

—Qué bueno que me vas a servir, Polnareff. —Su socarrona sonrisa, su maldita sonrisa. Lo que estaba pasando iba más allá de mi entendimiento, si era una super velocidad tan potente debería hacer un efecto, pero no lo parece, es extraño y perturbador. La pared frente a nosotros se hizo añicos, reconocí esas figuras, DIO desapareció por supuesto.

—DIO, escapo el desgraciado. —Subí los escalones, ¿Ahora me venía haciendo la valiente?

—Antes de ir, vi su Stand unos momentos, pero su poder... es extraño. —Comenzó a relatar lo que vivimos hacia pocos segundos antes de que apareciera.

—¿Y Avdol e Iggy? —Pregunto Jotaro. Apreté los puños, el silencio dio a entender que sucedió.

—Ellos... Nos salvaron. —Contestó Polnareff por ambos, simplemente, Noriaki lanzó un sacó a las escaleras y de este un pequeño cuerpo de asomo.

—Oye, estúpido, ¿Qué hay más arriba? —El "Estúpido" ¿Tenía una cara de mujer detrás de su nuca?

—Es donde el amo DIO descansa en los días.

—Llévanos hasta ahí. —Ante aquella orden solo asintió y subió las escaleras, al verlos seguir a ese... ¿Hombre? Yo también hice lo mismo. Llegamos hasta arriba de esa torre, en el centro de esta descansaba un ataúd, debía estar ahí. —Abre el ataúd.

—Amo DIO, no es lo que parece, no lo he traicionado, de hecho, los traje aquí por que confió en sus habilidades y... —Al abrir el ataúd el mismo hombre que lo abrió estaba ahí, con su mandíbula rota y cortada, aquella sed de sangre que se sintió de pronto nos obligó a salir de la mansión rompiendo la única ventana de la torre para después quedarnos colgados sobre ciertas piedras sobresaliente de la mansión.

—Está anocheciendo. Debemos perseguirlo. —nos quedamos parados en el tejado.

—Concuerdo, hay que seguirlo. —Polnareff y yo estábamos más que de acuerdo en ello, después de todo nos hizo pasar por todo ese infierno y no podía quedarse así.

—No, hay que huir hasta que llegue el amanecer. —Dijo Noriaki.

—¡¿Huir?! ¡Ese es el peor plan que he escuchado! —Comenzamos a disputar.

—No debemos huir ahora o se pondrá peor después, hay que acabar con él ahora.

—Amai, hay que irnos, nosotros lo perseguiremos. —Asentí mientras rápidamente lo seguía, sin importar que me dijeran, nos escondimos en el jardín de la mansión para esperar el momento en que se fuera.

—Pol, creo que si es un mal plan. —Le dije, después de razonarlo un poco. —No importa que tan cegados estemos... esta vez nuestras vidas si son las que valen.

—Amai, escuche que morirás por nosotros mil veces y cuando te vi lanzarte a proteger a Iggy de Vainilla Ice comprobé que tengo mala suerte para mis amistades, siempre hacen cosas que tal vez yo jamás puedo lograr. Hay que vengarlos, se lo merecen, lo mataremos y volveremos a esta mansión a enterrarlos. — Cayó la noche y DIO salió de su escondite, dispuestos a seguirlo nos levantamos, una mano toco mi hombro y por instinto me gire para golpearlo.

—El viejo me obligo a venir con ustedes. Son tan sentimentales. —Sonreímos, nos contó de su plan para atrapar a DIO con facilidad, fuimos a tomar unas motocicletas, era obvio que los tres no cabríamos en una sola así que cada quien encendía la suya, yo logré hacerlo cuando de casualidad encontré las llaves ocultas bajo el asiento y Polnareff... No tuvo más remedio que ir con Jotaro, se miraban graciosos. Partimos a gran velocidad con dirección a donde se había ido la camioneta, me puse el casco y lo amarré bien a mi cabeza. Debía comprarme una motocicleta, eran geniales, pero no quería morir muy joven aparte de ser un completo peligro.

El trafico me obligo a alejarme lo suficiente de Jotaro y Polnareff, gire entre varias calles sin resultado alguno, reduje mi velocidad hasta que escuche ese tremendo ruido y por supuesto que reconocía. Emerald Splash chocando contra todo tipo de objetos, mire hacia arriba, estaban escapando de DIO usando su stand, aceleré en la motocicleta, mientras que en cada giro usaba a Bravery Voice para no caerme y mantener el equilibrio, simplemente seguía el desastre que ocasionaban, el sonido del motor ronronear y la velocidad era extremadamente peligrosa así que la reduje, mire hacia arriba, la torre del reloj estaba cerca, se dirigían ahí pero; DIO no los seguía ¿Lo habrían perdido?, ¿Uso su extraña habilidad?

—¿Buscas a alguien? —Detrás de mí. —Continúa conduciendo o te asesinaré ahora. —Puso sus asquerosas manos sobre mi cuello, sus uñas estaban afiladas y me rasguñaban, aceleré. —Te ofrecí un trato y me juraste lealtad, ¿Sabes por qué no te he asesinado aún?

Negué lentamente, no miraba nada por tener el casco puesto, en un parpadear este ya no estaba, ¿Qué diablos es su habilidad? Pude sentir su respiración tan cerca de mi cuello, como apartaba mi cabello y juraría que tenía una sonrisa con los colmillos de fuera.

—Por qué siempre que le hago algo a una mujer pura y santa termino empalado o quemado. Las mujeres siempre me traen mala suerte. —Curiosamente no tenía miedo, no tanto como el que pensaba tener, solo conducía mientras él hablaba y evitaba los coches que se me atravesaban. —No te salvaras, mataré a todo el linaje Joestar y volveré contigo para hacerlo mismo. Incluso si tuvieran la más mínima posibilidad de asesinarme, cosa que creo imposible, seguirán luchando contra mí.

—¿Por qué no cierras ese culo que tienes por boca ahora? —Le reclamé, frené la moto de golpe y me giré para a verlo. Detuve el tráfico por completo los autos pitaban, DIO estaba simplemente de pie sobre el pavimento, a un lado mío, llego ahí muy rápido.

—Te arrepentirás de esto, pequeña puta. —Y desapareció. Suspiré aliviada.

—¡Por los Dioses! ¿De dónde saque tanto valor? —Mire el casco que él me había quitado, estaba totalmente destrozado, tenía arañazos por todas partes y agujeros tan perfectamente circulares que me recordaban a cierto stand que ahora me causaban temor. Fruncí el ceño mientras lo pateaba lejos y arranqué la moto nuevamente para seguirlo.

Seguir el desastre para asesinar al vampiro. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top