23
La cena fue de lo más pesada, era el ambiente más tenso que podía existir así que me apresure a cenar para irme a dar una larga ducha más aquel buffet me lo impedía. Mi plato no duraba vacío ni un solo minuto, estoy segura de que le daba miedo a Polnareff de lo mucho que comía.
—Amai, deja de comer tanto, te dolerá el estomagó después. — Le saque la lengua para después meter a mi boca aquellos deliciosos espaguetis a la boloñesa. Es mi último plato lo juró. Al terminar bebí el vino tinto que tenía enfrente, una buena pasta debe ser acompañada por un gran vino.
—Cuando esto termine... —Comencé, llame la atención de todos en la mesa, los mire a cada uno con detalle. —Cuando este infierno terminé, quiero comer Taiyaki con ustedes, se dé un lugar en Niigata que prepara el mejor Taiyaki que pueda existir y ustedes me acompañaran a comerlo. —Les sonreí, definitivamente ese lo primero que quería hacer cuando llegara a Japón, ir de Tokyo a Niigata solo para comer aquellos panecillos de pescado rellenos de frijol dulce. El ambiente se volvió más ligero, no sabía si era por el vino que estaba bebiendo, pero reía, con todos ahí, solo faltaba que Noriaki llegará e Iggy para que todo fuera perfecto.
—Si, si, cuando regresé a Francia me conseguiré una novia super modelo. —Polnareff presumía.
—Hablando de cosas imposibles yo quiero un novio italiano para que todos los días me prepare pasta como esta. —Continué.
—Pues Kakyoin no es italiano pero seguro que sabe cocinar. —¡Cierto!, ¡Polnareff nos vio besuqueándonos!
—¡Maldito francés! —Exclamé molesta. —¡Eso era nuestro secreto! —Refunfuñe sirviéndome más vino de la botella después me la arrebato Pol. —¡Devuélvela!
—¡Eres menor de edad!, ¡Además no es mi culpa qué tú y Kakyoin se estén comiendo cada vez que los dejamos solos! —Comenzamos a pelearnos, podía notar que Jotaro, Joseph y Avdol reían, si Noriaki estuviera aquí seguramente se encogería en su asiento con la cara roja. Bien creo que estaba ebria. Le arrebaté la botella de vino y la bebí de una.
—¡Cállate solterón! Yo soy una reina y me respetas. —Le reclamé, para ese entonces la tambaleaba, me apoyé en la silla, los demás huéspedes que comían ahí nos miraban.
—¡De lo único que serás reina es del reino de los estúpidos! —Solté la botella, esta rodó por el piso, me lance contra Polnareff y lo tire de la silla de tacleándolo; comencé a darle guerra con palmadas, como si fuéramos niños pequeños. Ninguno de los demás nos paró, solo comenzaron a apostar, desgraciados.
Después de darle una paliza a Polnareff me levanté del suelo, ayudé a levantarse a aquel idiota francés unos segundos de silenció pasaron cuando lo abracé y rompí en llanto.
—¡Yo los quiero mucho! ¿Sabían eso?, Mi vida volverá a ser aburrida sin ustedes, Polnareff eres mi amigo, quiero que sigas siendo mi amigo de aquí hasta que me muera. —Me escondía en su pecho mientras seguramente él me trataba de loca. —Y sí, yo me voy a morir primero porque estoy bien tonta y de seguro me cómo el veneno para ratas que mi papa deja en los panes. —Lo solté y me limpié las lágrimas, sorbí los mocos, me fui encima a la primera persona que tenía a mi derecha para también abrazarlo.
—¡Amai!, ¡Por los Dioses! ¡Esta ebria! —Exclamó Avdol.
—Avdol, sé que no hablamos mucho, pero a usted lo quiero, además, aunque sus adivinaciones no funcionen conmigo sí que me divierto viéndolo confundirse. Quiero que me enseñe a adivinar con las cartas del tarot. — Después me lancé al viejo y sinceramente muy atractivo Joseph. —La verdad es que no me gusta ese sonido raro que hace con su mano metálica, pero usted es como mi papá y quisiera saber si me puede adoptar, sería fenomenal ser la tía de Jotaro cuando soy menor que él, me reiría un montón.
Finalmente, aunque por más que su cara dijera que no, abracé a Jotaro quien solo se quejaba y chasqueaba la lengua.
—Aunque me llames perra o puta tú me agradas mucho, pero si sigues así jamás conseguirás novia y te vas a morir solo. No quiero que uno de mis mejores amigos se muera solo, bueno tal vez Polnareff pero tú no Jotaro. Si esto fuera una novela de fantasía estaría segura que te irías detrás del primer delfín que te chillara bonito. —Mis lloriqueos se hicieron más fuertes. —Quiero que estés ahí cuando me case con Tom Cruise y seas nuestro padrino, y yo estaré ahí cuando te cases con la señora delfín.
Realmente de ahí no recuerdo nada, Polnareff me dijo al despertar que simplemente no quería despegarme de Jojo mientras le seguía reclamando no sé qué cosas de los delfines y guerras intergalácticas y que al final logró quitarme de encima del pobre quien solo se mantenía incomodo escuchando mis gritos, y que me quede dormida cuando me arrastraban al elevador.
—La verdad es que jamás te volveré a dejar sola con una botella de vino. —Polnareff tenía agua en su mano y una pastilla para la resaca que sufría, me había duchado esa misma mañana por que por obvias razones no lo hice anoche, me dolía la cabeza horrible y ahora tenía vergüenza de salir a darles las caras a todos. —También el señor Joestar te fotografió mientras le coqueteabas a Jotaro.
—Yo jamás le coquetee a Jotaro... ¿Verdad? —No estaba segura, me conocía y sabía que podía hacerlo, incluso si nombraba a Noriaki o al guapo Tom Cruise.
—Cuando te arrastraba al elevador gritaste 'Si ya saben cómo me pongo, ¿para qué me invitan?' Después te liberaste y volviste corriendo a pedirle matrimonio a Jotaro diciéndole que si quería se podían casar con algo sencillo y que dejarías que dijera perra todo lo que él quisiera. —Bien, no los miraría a los ojos jamás. —Aunque... lo que dijiste después de eso me conmovió. Creo que lloré.
—¡Puedes decirme perra si quieres Jojo! —Polnareff me volvió a jalar, no me iba a dejar llevar tan fácil. —¡Yo realmente quiero ir a comer Taiyaki con ustedes! ¡Son mis amigos! ¡Y mis amigos merecen saber que yo moriría por ellos una y otra vez! ¡Así que cuando estemos en paz podremos comer Taiyakis! ¡O lo que quieran lo comeré!, ¡Por que los amo! —Polnareff finalmente me arrastró al elevador después de gritar eso. Continué llorando en este. —Polnareff... Yo realmente no soy fuerte, pero estaré ahí para ustedes cuando lo necesiten, incluso si estás en Francia, o en otro mundo cuando me llames y me digas 'Necesito tu ayuda' tomaré mis maletas para ir a patearle el trasero a quien tu dedo señale... De verdad... Son mis primeros amigos aparte de Noriaki... Es la amistad lo que mueve mi mundo... Mira, me puedo cortar el dedo meñique ahora para que veas que seré fiel a mi palabra. —Pol me abrazó.
—Siempre supe que eras una buena amiga, que me había sacado la lotería al conocerte. —Tomo mi mano para después abrazarme, con fuerza correspondí. —Incluso cuando me segué por venganza me seguiste para cuidar de mí y no hiciera ninguna estupidez. Me regañaste... Jamás podía remplazar tu amistad... Ni por una super modelo francesa... Quizá si la cambie por una rusa... —Lo golpee.
—No arruines el momento. —Después hicimos como si nada pasó, me tomé el medicamento y bajamos listos para partir de nuevo, los vi de lejos y agaché la mirada para evitar verlos. —Buenos días... —Murmuré, estaban ahí, fingiendo que lo que había pasado jamás pasó, como si no me hubiera emborrachado y les hubiera confesando que realmente estaba enamorada de Tom Cruise y de Noriaki, haciendo como si no recordará nada. Partimos de ahí para recorrer la ciudad, iba al lado de Jotaro, hasta atrás en silencio.
—Iggy... ¿Dónde diablos se metió? —Se quejó Polnareff. —Idiota, no le causes problemas a la gente...
—La verdad es que me preocupa un poco Iggy, es la primera vez que desaparece por tanto tiempo. —Continuábamos avanzando. Mire a Jotaro.
—Sobre lo que paso anoche... —Se detuvo, todos lo hicimos. —¿Qué sucedió?
—¿Alguien nos está siguiendo? —Pregunto Avdol, dio media vuelta para ver detrás de nosotros, pero no había nadie.
—Creo haber escuchado una voz... Una voz que nos llamaba.
—¿Una... Voz? —Mire hacia donde miraba, una pequeña figura salía de entre las calles, blanco y negro... —¡¿Iggy?! — Estaba herido, se acercó a nosotros, rápidamente lo tomé en mis brazos, su pierna delantera no estaba, ¿Lo habrán atacado?
—¿Lo atropellarían?
—Iggy no es de ese tipo de perros, jamás dejaría que le sucediera algo así
—Iggy... ¿Te encontraste con el enemigo? —Iggy no respondía, su patita me tenía demasiado preocupa, aun parecía que la habían tratado muy bien, él era un perro muy fuerte.
—Parece que Iggy se topó con el enemigo. —Ante la afirmación del señor Joestar enfurecí, acaricié su cabeza.
—No fue la voz de Iggy, sin duda quien nos llamo fue un humano. —Debía estar muy enojado peor aun así mató al enemigo, lo admiraba totalmente. Esperen... Esa voz...
—Vi a un niño sosteniéndolo al borde de la muerte, quien lo trató fue un doctor de la fundación Speedwagon así como me trato a mí. —Aun con Iggy en los brazos me levanté y corrí hasta él para abrazarlo con fuerza evitando herir a Iggy.
—¡Kakyoin! —Exclamaron los demás al mismo tiempo, mientras se acercaban a saludarlo.
—¡Maldita seas Noriaki! —Exclamé yo, no iba a llorar ahí, no quería hacerlo. —Te golpearé después. —Iggy salto de mis brazos, me separé para mirarlo.
—Aunque nunca le intereso los humanos o los stands está muy molesto por lo que paso. —Mi pelirrojo amigo dijo. —Ahora creo que intenta guiarnos a algún lugar. —Después de sus palabras comenzamos a seguirlo.
He de admitir, mientras más caminábamos siguiendo a Iggy podía sentir mi ritmo cardiaco aumentar y mi instinto diciéndome que saliera corriendo al lado contrario de inmediato. Era pesado, el ambiente más pesado que mil elefantes uno sobre el otro. Entonces reconocí esa edificación, mi respiración se paró.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top