11
Después de bañarme debidamente y vestirme salí hacia donde estaban los chicos, pasé de largo a Pol y Noriaki para ir directamente con el señor Joestar. Quien me dijo que la avioneta era especialmente para cinco personas pero que levaríamos un bebé para el hospital y que si no me molestaba cargarlo.
— Oh, no me molesta. — Y cuando dije eso inmediatamente subimos a la avioneta, cargué al bebé morocho sobre mis piernas con toda su canastilla. Estaba dormido lo que me pareció adorable, la avioneta quien estaba manejada por el Señor Joestar se elevó dando así inicio a un viaje rápido por el desierto.
Apreté las mejillas del bebé ocasionando que se quejara y después despertara, comenzó a llorar. Me espanté y comencé a arrullarlo hasta darme cuenta del regalito que tenía preparado.
— Ugh... Se hizo... — Polnareff puso cara de asco, y Kakyoin; el mugroso está bien dormido. Lo cambié como pude, o como me dijo mi papá que se cambiaban los pañales. Me deshice de el pañal sucio y levante al pequeño, este comenzó a reir. Ay, este niño es muy lindo.
— Veo que eres buena con los niños. — Espeto el más viejo ahí. — Serás una buena esposa. — En mi fantasía ya me hacía con mini Noriaki corriendo por toda la casa mientras que el rosadito leía el periódico y yo cocinaba. Si, la fantasía perfecta.
Pronto hicieron añicos mi fantasía al notar que Kakyoin comenzó a enloquecer entre sueños; por reacción materna protegí a nuestro pequeño acompañante apegándolo a mi pecho y dándole la espalda a ese salvaje que se zangoloteaba y hacia perder el control de la nave. Ay, no soy de rezar mucho, pero si estás ahí; ven y sálvame Superman
— ¡Kakyoin!, ¡Cálmate! — Pocos segundos después despertó, pero el Señor Joestar apenas podía mantener la nave en control.
— ¡Hermit purple Overdrive! — Y otra vez aquellos rayos salieron de su mano, logro retomar el control de la avioneta y suspire aliviada, poco después nos estrellamos. — Son of a bitch! — Le pego al volante.
— ¡¿Qué diablos te sucede?! — Exclame molesta, baje de la avioneta aun con el niño en brazos, realmente se veía mal... Por supuesto la avioneta; Noriaki ahora mismo se estaba volviendo loco. Podría ser una pesadilla, el solía moverse mucho en sueños, pero esta vez puso en riesgo la vida de todos.
— Tendremos que acampar aquí... — Dijo Joseph, obvio que teníamos que acampar. Mugre avioneta está hecha trizas. — Vamos a acomodar, entonces. — Todos cooperamos, a excepción del bebé, Kakyoin se miraba mejor porque lo deje de preocuparme. Debió de ser otro de sus sueños raros, o sus pesadillas demasiado perturbadoras.
Encendí la fogata con mi encendedor, la fui avivando con unos cuantos soplidos hasta que ya avivó tanto que me alejé del peligroso fuego. Las llamas me recordaron a Avdol, debía estar descansando pacíficamente. Puse más leña y fui armando el soporte para calentar la comida, Polnareff jugaba con el bebé así que no me preocupe, aunque el bebé se miraba fastidiado de Polnareff; bien no confiare en él.
Se lo arrebate y lo arrulle para después ponerlo en su canastilla y dejar que descansara, aunque sea un rato de todo lo que vivimos hoy. El señor Joestar se puso a hacer papilla y como bebé Polnareff la comía sin dejarle nada al niño.
— ¡El bebé mato a un escorpión! — Exclamo Kakyoin, todos lo miramos e inmediatamente nos levantamos, fui corriendo hasta él bebe asustada de que en verdad hubiera un escorpión cerca de él mas no encontramos rastro de nada. — En verdad... Yo lo vi...
— Eso es imposible Kakyoin... De seguro ya estas alucinando, se supone que la débil aquí soy yo. Ve a dormir, descansa. — Lo regañe, deje al bebé con el señor Joestar quien se encargaría de alimentarlo, me acerque a mi amigo y lo mire. — Es el calor del desierto, créeme.
— ¡No!, ¡Estoy seguro de lo que mire! — Levanto la manga de su uniforme. — ¡El bebé es un usuario Stand!, ¡Se que es difícil de creer, pero esta es la prueba! — Mire la herida en su brazo, decía "Baby Stand", ahora estaba más que preocupada.
— Kakyoin. ¿Seguro que no quieres regresar? — Escuche decir a Polnareff. No sonaba descabellado que perdiera la cabeza.
— ¡Se lo que vi!, Yo sé que es real. — Me tomo por los hombros de una manera muy brusca, su Stand salio a la luz. — Somos mejores amigos Amai, debes creerme, me conoces desde que tenemos siete y sabes que no miento. — Me sacudía por los hombros, este no es Noriaki, al menos no el que yo conozco, no sé si fue instinto o miedo, pero trataba de retroceder de él asustada. No dejaba de apretar cada vez más su agarre hacia a mí por lo que mi miedo incrementaba.
— Kakyoin, suéltala, la estas asustando. — Jotaro espeto, al no ver resultado lo golpeo para que quedara inconsciente y lo cargo antes de caer al suelo.
— Kakyoin... No... No puedo creer que haya hecho eso por una simple especulación... — Era la primera vez que me sentía realmente insegura a su lado y le tenía miedo. Estaba actuando de manera muy psicópata solo por un inocente bebé, las manos me temblaban de lo nerviosa que me ponía. — ... Iré a dormir temprano... — Les dije, no me contestaron nada así que suponía que les daba igual, me metí en el saco y cerré los ojos.
Al abrir los ojos me encontraba en un parque de diversiones, solo yo sola. La música sonaba así que me dio igual y me subí al carrusel de los caballitos, si ya estaba aquí pues tenía que aprovechar el sueño. El carrusel comenzó a ir más rápido, cosa que me divertía bastante por la velocidad.
Si algún día la velocidad me mata no lloren iba sonriendo arriba del caballito. Llego el punto de que me dolió el estómago de tanto giro y tuve que bajar de un salto del caballito porque no se detenía, ¿Funcionara el vómito como la orina en un sueño?, Porque quiero vomitar y no quiero despertar toda maloliente.
Después de un rato intentando no vomitar en el sueño continúe merodeando por el parque de diversiones, se veía muy tétrico al estar vacío, por más colores que tuviera sin ni una pizca de gente me aterraba el solo pensar de lo extraño de mi sueño. Camine por el parque viendo a los juegos aun activos, esperaba el momento en que todo se apagara para que saliera mi pesadilla o algo así.
A la lejanía mire a esas tres personas que conocería incluso si solo viera su mano, me acerque a Polnareff que su cabello estaba más alto como Long cat. Me lance sobre él y me puse de "caballito" en su espalda sonriendo; mire a los demás, el señor Joestar tenía su mano metálica como diez veces más grandes y la cadena que Jotaro traía parecía una serpiente, sobre nosotros había un señor en una gabardina con una hoz.
— Oh, esa cosa da miedo. — Seguía aferrada a Polnaref la figura con oz comenzó a decir que nos mataría, y si moríamos en sueños moriríamos en la vida real. No comprendía porque todos estaban a tan asustados. Me baje de la espalda de Polnareff y jale la gabardina de esa cosa para bajarla.
— ¡Espera Amai!, ¡Es peligroso! — Grito Joseph, ignoré completamente a ese sexy hombre y seguí jalando, pero esa cosa no bajaba. — ¡No es un sueño!, ¡En verdad es un Stand! — Bruscamente fui jalada hacia atrás por Jotaro antes de que la oz me alcanzara, caí en el duro suelo; ese dolor fue real. Por supuesto no les creía para nada, entonces Polnareff dijo que lo que había dicho Noriaki era real entonces ahora en verdad tenía miedo.
Intente sacar a Bravery Voice, pero simplemente no aparecía.
— ¡Bravery Voice!, ¡Bravery Voice! — La llame varias veces, pero mi muñeca no salía.
— ¡Inútil!, ¡Inútil!, ¡No puedes entrar con tu Stand aquí si no lo trajiste antes de que te durmieras!, ¡Van a morir aquí! — Comenzó a reír maniáticamente entonces vi a Hierophant Green a sus espaldas. — ¿Otro de los míos?, Vete. — Y el Stand corto la gabardina, Kakyoin apareció sonriente.
— Se los dije. — Después de eso comenzaron a pelear, me sentí inútil y un poco mal por no confiar en lo que Kakyoin nos gritó fuera de sueños. Al final derroto al Stand asustándolo tanto que el sueño simplemente se esfumo.
Abril los ojos y tome mi cabeza en manos, mire a mi alrededor y Kakyoin preparaba el desayuno, se miraba mejor. Me acerqué a él y comencé a revisarlo, atendí aquella estúpida herida que se había hecho.
— ¿De verdad ya te sientes mejor? — Termine de colocarle la venda en el brazo, asintió con una sonrisa. Levante mi chaqueta y vi la costra de mi quemadura con la anterior pelea con El Sol, Kakyoin tomo el botiquín y puso un ungüento y la vendo. — Kakyoin, tenemos la herida en el mismo brazo. — La compare, los dos extendimos nuestros brazos y reímos. — Ahora podría decirse que somos hermanos de herida. Nos miramos fijamente y decidí inclinarme para plantar un beso en sus labios. — O de pareja. — Me levanté dejándolo completamente rojo, fui con el bebé para darle de desayunar. Una extraña sensación me invadió cuando lo vi, la ignore por completo y salude a nuestro pequeño amigo. — Parece que ya estas mejor. — Se negaba a desayunar, pero esta vez lo obligue a hacerlo. — Tienes que comer bien pequeño. — Rechazaba la cuchara siempre, pero al meterla a la fuerza acabo con toda la papilla. Los chicos despertaron poco después para desayunar juntos. Saqué mis últimos cigarrillos y encendí un para darle una fuerte calada, Jotaro y Nori también comenzaron a fumar después se nos unió Polnareff y el único que no fumaba era el señor Joestar.
— ¡Se van a morir por cáncer! — Exclamó.
— Pues moriré muy feliz. — Espete.
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