Prólogo

Nuestra majestad, su excelencia el sultán Selim, la noche 22 de septiembre después de su rezo por la tarde en su tienda en el campo militar, inició su ascenso hacía Allah todo poderoso ingresando a su paraíso, su excelencia la princesa Ceren debe llegar a la capital para asumir el trono...

Miré soprendida hacía Ibrahim, el solo me miró con pena y agachó la mirada, miré al hombre que me trajo la noticia y no dije nada.

Su majestad, su excelencia la sultana Ceren Kan, la gran dinastía otomana y todo el dominio otomano la aguardan - habló Ibrahim mientras se arrodillaba a mis pies, rápidamente tomé la espalda y sin decir ni una palabra me fui de ahí.

Ahora era la Sultana del imperio otomano, ya no era una simple princesa.

¡Atención, la Sultana Ceren ha llegado!

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