capítulo final.
Nunca fue muy fan de los sentimientos encontrados, pero al reencontrarse con su hermano mayor no pudo evitar soltar lágrimas que Wooyoung también derramó.
Muchas personas lo habían abrazado, a él le gustaban los abrazos, pero la fuerza con la que Wooyoung lo apretaba contra su pecho lo hacía sentirse seguro, tan amado y tan frágil al mismo tiempo. Fue en ese momento que determinó que los brazos de su hermano serían su lugar seguro por el resto de su vida.
Sus sollozos hacían eco en la solitaria sala de la comisaría del FBI, en dónde sólo se encontraban los hermanos Lee y Chan.
— ¡Estás vivo! Dios santo estoy tan feliz, Felixie. Te extrañe tanto, hermano.
Minho intentó alejarse para así observar el rostro de Felix, pero éste se negaba a soltarlo y enterró su cara en el pecho de su hermano.
— Ya no está, Minho, mi mamá ya no está — Sollozó — Lo siento mucho.
Pero Wooyoung negó con la cabeza una y otra vez.
— Tranquilo, no fue tu culpa.
— Claro que no lo fue — Felix se separó al escuchar la ronca voz de Chan — ¿Dónde está tu padre, Minho?
El castaño señaló la puerta con su cabeza.
— Fue a estacionar el auto, quise adelantarme para ver primero a Felix. Él está muy nervioso, Lix. Está muy feliz de verte.
No creo que sea por eso.
Chan asintió lentamente, saliendo de la habitación para dejar a los hermanos solos, debían de necesitar un momento a solas después de estar separados por tanto tiempo. Él no entendía no le molestó salir.
Lo que le molestó realmente fue observar como un hombre se acercaba a la recepción a preguntar por Lee Felix. Si Chan estuviera a punto de reencontrarse con su hijo - al cual creían muerto - después de varios años, definitivamente estaría hecho un manojo de nervios y estaría llorando fuertemente. Pero éste hombre no parecía nada de eso.
Tenía su ceño fruncido, con una mueca en sus labios que podría parecer de molestia. ¿Por qué estaría molestó? Chan estuvo mirándolo tan fijamente que ni siquiera notó cuando el hombre yacía de pie frente a él, llamándolo.
— Me dijeron que usted es el encargado del caso de mi hijo, agradezco que lo haya encontrado. Me gustaría verlo.
Esas palabras no le gustaron a Chan, para nada.
— Es curioso que me diga que yo lo encontré cuando todo éste tiempo sabía en dónde estaba — El hombre inhaló profundamente, levantando el mentón.
— No sé de qué me habla, agente. Si me permite, quiero ver a mi hijo. Ahora.
En ese momento, la puerta de la habitación en la que se encontraba Minho junto a Felix fue abierta abruptamente, dejando a la vista al hermano mayor de los Lee, con los puños fuertemente apretados y caminado decidido a su padre.
Minho ganaba mucho en la diferencia de altura, por lo que no le fue difícil propinar ese golpe directo al rostro de su padre, tirándolo al suelo gracias a la ventaja de tomarlo desprevenido.
— ¿¡Que mierda hiciste, enfermó!? — Escupió con rabia y se lanzó a golpearlo sin cesar en el suelo — ¡Arruinaste a la maldita familia! ¡Por tu culpa mi mamá está muerta! ¡Fue tu culpa, maldito inútil!
Chan ni siquiera pensó en detenerlo, se lo merecía. Por eso él sólo corrió a la habitación en dónde encontró a Felix sentado con su rostro en sus manos mientras sollozaba sin importarle nada.
— Cariño... — Susurró débil para no asustar al pelirrojo.
— Y-yo le conté todo a Minho. Está muy enojado y yo también, p-pero mi m-mamá. Yo quiero ver a mi mamá.
Si Chan tuviera el poder para hacerlo, de inmediato le hubiera cumplido todos sus deseos a Felix. ¿Pero como podría traer de regreso a su mamá? Le encantaría poder hacerlo con tal de no verlo derramar lágrimas con tanto dolor.
— Ese hombre pagará, cariño. Lo haré pagar, te prometí salvarte y eso voy hacer. Juro que todos los que te hicieron daño estarán tras las rejas — Con su pulgar limpio las lágrimas sin éxito, pues seguían cayendo como cascada — No llores más, mi amor, me parte el corazón verte de esa manera.
— Tu no me vas a dejar, ¿Verdad, Channie? — Los ojos del nombrado se cristalizaron cuando hicieron contacto con los de Felix, como si pudiera sentir todo ese sufrimiento.
— Tendrán que matarme antes de que intenten apartarme de ti. Prometo que yo no iré a ningún lado si ni es contigo.
— ¡Bang! — Changbin gritó desde la puerta — ¿Qué hacemos?
Chan giró nuevamente a ver a Felix.
— Arrestamos a tu padre. ¿Quieres verlo? S-solo si tú quieres, no te obligó a nada. Tu dime qué hacer.
Felix esbozó una débil sonrisa.
— No quiero verlo. Déjalo morir sólo, sólo no te vayas.
Chan iba a responder, pero los labios del menor fueron más rápidos y se sellaron con los suyos antes de que eso sucediera. Bang claramente no se negó, y siguió el suave beso que Felix se atrevió a regalarle. Los labios del azabache eran tan adictivos que podría vivir con solo besarlos y todo estaría perfecto.
Odio el momento en que tuvieron que separarse, pero debían de hacer un infinito papeleo, y Felix prometió darle millones de besos una vez llegarán a casa.
— ¿No quieres ir con Minho? — Preguntó Chan sorprendido, viendo a Felix negar.
— Amo a Minho, y definitivamente pasaré mucho tiempo con él. Pero q-quiero quedarme contigo — Admitió con mejillas sonrojadas que Chan besó de inmediato — Tu eres mi lugar seguro, Chan. Eres mi hogar.
Chan condujo a su departamento cuando la noche ya había caído sobre la ciudad, eran cerca de las diez de la noche y Felix dormía en el asiento del copiloto con su respiración pausada.
El padre de Felix fue arrestado, culpado por trata de personas. El azabache había estado de acuerdo, Chan nunca firmó ningún documento hasta asegurarse que Felix, siendo la víctima, estuviera de acuerdo en todo. Fue llevado a las celdas de prevención en dónde permanecería hasta que su sentencia sea anunciada en un par de días.
Chan insistía en incluir a más culpable y cómplices, pero Felix se negaba a meter a Mary y Wooyoung a la prisión, ellos eran parte de su vida, era cierto que no los conoció de la mejor manera pero estaba seguro que eran buenas personas. Tenía fe en ellos.
Chan casi llora de nuevo al escuchar aquello. Nadie merecía a Felix.
Wooyoung no quiso quedarse en el departamento de Chan, en cambió prefirió ir a un hotel cerca de la zona, diciendo que necesitaba pensar. Ni Chan ni Felix insistieron más.
Chan se encargó de cargar al menor hasta la cama de su habitación, no quería molestar y despertarlo, así que él se encargó de cambiar sus ropas y meterlo a la cama. Lo cobijó y Felix tomó su mano, jalando de ella hasta que Chan se acercó un poco más.
— ¿Necesitas algo?
Felix se removió.
— Duerme conmigo, Channie... Por favor.
Bang sonrió sin mostrar sus dientes y fue a cambiar sus ropas para dormir más cómodo. Fue así que se recostó junto a Felix y el cuerpo del azabache se pegó al de él como si fuera un imán.
— Me gustas Chan — Balbuceó — Me salvaste de un infierno, eres tan amable conmigo y además eres muy bueno en la cama — Chan rió — En serio me gustas.
— Tu también me gustas mucho, Felix.
— Quiero intentarlo, es decir, algo formal. ¿Crees que puedas aceptar a un chico como yo?
— ¿Un chico como tú? ¿Tan lindo, empático, amable, adorable y tan bueno en la cama? ¿Un chico tan perfecto? No creo que pueda merecer algo tan perfecto con tu, Felix.
Esta vez fue el turno de Lee para reír.
— Definitivamente eres el correcto — Dijo y abrió sus ojos con una perezosa sonrisa apareciendo, conectándolos con los brillantes ojos de Chan — Quédate conmigo... Siempre.
— Lo prometo, porque tú también eres mi hogar, Felix.
FIN.
¡gracias por leer!
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