LA AMANTE PERFECTA 1 🏳️‍🌈

Un viernes después de terminar mi horario laboral salí del trabajo, pero no me apetecía llegar a mi casa, mis compañeros de trabajo previamente me habían invitado a tomar algo dónde siempre se reunían al salir de la oficina, pero la verdad no estaba para compartir con nadie, quería tomarme algo sola.

La tarde casi estaba terminando, estaba nublado y empezó a caer una llovizna, y obligatoriamente para resguardarme se me ocurrió pasar por atrás de un centro comercial que quedaba en mi zona, ahí había un área gastronomía, desde restaurantes hasta bares y cafeterías. Llamó mi atención una que habían restaurado, estaba elevada y tenía balcones y se me ocurrió subir, cuando estaba arriba vi que la mesa que estaba próxima al balcón tenía un letrero de "reservado", la verdad quería estar en esa mesa ya que con el efecto de las gotas de lluvia se me hacía algo melancólico para recordar ciertas cosas que extrañaba en mi vida, pero resignándome tuve que conformarme con la mesa adjunta.

Coloque mi bolso sobre la mesa, me senté y rápidamente llegó un mesero ofreciéndome la carta, la leí y le pedí que me trajera mientras un jugo de naranja y una ensalada, me sirvieron el pedido y de repente llego una señora a ocupar la mesa que estaba reservada. Su cabello corto, se apreciaba con algunas canas, no era un corte de cabello cualquiera , sino que se veía que estaba hecho por un estilista, la mujere portaba una elegancia abrumadora, llevaba un sobretodo negro, un bolso de diseñador negro grande, pantalón de mezclilla ajustado , un bolso negro grande, detrás de ella otra mujer que obviamente se tomaba menor que la mujer de cabello corto, le calcule unos veintitrés años, joven su vestir era totalmente diferente a su acompañante, pantalón de mezclilla de esos que vienen rotos en las piernas, unas sandalias de piel negra, camisa negra que le dejaba ver los hombros, cabello lacio, todo un contraste con la dama antes llegada

Llegó casi manoteando, interrumpió su berrinche porque yo estaba ahí, de repente me dijo de forma altanera -¿Qué no sabes leer? -, la miré de arriba abajo.

-Claro, a mi edad y por mi profesión es indispensable que sepa leer- no le gusto mi respuesta porque me respondió.

-Pues, no se nota, acá dice reservado- señalando la mesa.

-Ahí dice reservado, esta mesa no tiene ningún letrero.

Colocando sus manos en la cadera dijo: -Se ve que no sabes quién soy- tomé un sorbo de mi jugo, me limpie los labios y parándome le dije.

-La que no sabe con quién se mete eres tú, sigue con ese temperamento altanero y te tragaras los dientes y escupirás las muelas- la señora se paró y me dijo:

-Discúlpela usted, está muy alterada y no sabe lo que dice- la tomó de la mano y la mujercita se soltó y se fue a sentar bufando a la otra mesa.

Pensé que todo terminaría ahí, pero la estúpida altanera seguía manoteando diciendo: -Mira como me tienes, no tengo ropa ni calzado, da pena estar y salir así, ¿crees que alguien de mi edad debe de lucir de esta manera? Debes de darme más dinero.

Pensé que eran madre e hija, y dije para mí: "Si fuera hija mía, tendría modales" - me sacó de mis pensamientos cuando la egocéntrica mujer dijo: -Si no me das más dinero, todo llega hasta acá, ya estoy hasta la madre. La señora de repente reaccionó. - Dices que no tienes ropa ni calzado, siempre te he llevado a boutiques, también dices que te da pena salir así, es tu decisión ya que tu guardarropa está completo, si sales a la calle de esa manera es tu decisión, lo del dinero ya teníamos un acuerdo, no sé porque exiges más.

La joven lanzó una risa burlona -Da pena que me vean contigo, mírate, estás acabada, vieja, inservible- en ese punto me salí de mis casillas, y seguí escuchando -Por eso quiero más dinero, con tu edad y con estas jaladas- riéndose más fuerte, -Es un lujo que alguien como yo este con alguien como tú.

En eso se levantó diciendo: -Piénsalo, si no hay más dinero me pierdes- Salió como una bestia empujando a un mesero, vi que la señora se tapaba la cara, tomé unas servilletas de mi mesa y llevando en mi mano mi bolso se las llevé ofreciéndoselas, ella vio mi acción y tomando una me dijo:

-Es una gran pena que haya presenciado todo esto- a las alturas de este drama ya mi radar había detectado que estaba frente a una mujer madura con gusto por las mujeres.... Cómo los míos.

Le limpie las lágrimas con otra servilleta, -Por Dios Sra. mándela a volar, ella no sabe lo que se pierde- ella suspiro.

-Ella tiene razón, a mi edad ¿quién me haría caso?

-Es una broma ¿Verdad?, usted es muy, muy hermosa. Deje de lamentarse, busque a alguien más, salga a lugares de distracción, en los supermercados, hay muchos lugares donde alguien se fijará en usted, o en una disco...Escuche que ella se estaba cotizando, ¿Cuánto le daba? - ella suspirando me dijo que tres mil dólares, más sus lujos, me rasque la cabeza y le pregunté ¿semanal, quincenal o mensual?

-Cada vez que salíamos.

Después de pensarlo le pregunte: -¿Y esas salidas incluyen terminar en la cama?

-No, solo cuando se me antoja- Contestó.

Me quede pasmada, le pregunte que si no sabía que existían paginas donde habían servicios de scorts, que salía hasta más económico y con mujeres que parecían modelos, ella dijo que no buscaba promiscuidad, que las que ofrecían esos servicios no se sabía con quienes se metían, ahí le di la razón. La vi nerviosa, me paré poniéndome detrás de ella y le di un masaje en los hombros, se empezó a relajar, me tapaban unos helechos, de repente, nuevamente apareció esa mujercita -No me diste dinero, necesito para el taxi.

No aguante más insultos y le contesté: -Mira cómo te llames, tú te saliste de acá, diciendo que todo había terminado, así que te me vas- Aquella miró a dónde estaba yo y preguntó con asombró-¿Qué haces acá?,

-Se dice que hace usted acá, y si no tienes para irte a tu casa tienes varias opciones, habla por teléfono para que vengan por ti, háblale a un taxi y dile que le pagarás en tu casa, o si no vete en el transporte público, porque a lo lejos se ve que eres sifrina del barrio, si no tienes para tu transporte te regalo para que te vayas- y le tiré un billete de 1 dólar.

Aquella nada más hizo un movimiento en sus labios de rabia y sin decir nada se quedó viendo a la señora, como no obtuvo respuesta se salió de nuevo con la cola entre las patas, viendo a la mujer mayor le dije: - Lo pasado pisado- ella pasándose los dedos entre los cabellos suspiró y me dijo:

-Tienes razón, borrón y cuenta nueva, vamos a otro local, yo te invito.

Tomando nuestros respectivos bolsos le hable al mesero para pagar lo que yo había consumido y ella dijo faltaba más, yo pago, saliendo me dijo vamos al estacionamiento, y nos dirigimos a donde había una Toyota Hilux color negra con vidrios polarizados, ella me llevó a un bar, entrando ya la conocían porque llego una mesera y le pregunto: -¿El mismo lugar doña Sofía? y la doña le dijo "ya sabes" la mesera nos llevó a una mesa para dos, pero estaba en un lugar en penumbras, había música suave en vivo, se escuchaban románticas y baladas.

Cuando nos sentamos le dijo: - Por favor, trae lo de costumbre- ella llevó una jarra de michelada sirviendo dos tarros, antes de retirarse le dijo: - Oiga doña ¿y la Fernanda?- y la doña simplemente dijo ya es historia, la mesera se me quedó viendo con una sonrisa pícara, de repente dijo: -Le preguntó, porqué la vez pasada vino acompañada y dejó una cuenta grande, me dijo que ya sabía, que la del hielo- y la doña le contestó.

-Cómo hielo se va a poner, ya te dije ella es historia, cuando venga le cobras y si se pone altanera le hablas a la policía, paga porque paga.

La mesera se fue moviendo su cadera como coqueteando a la doña,

-Con razón tiene ese carácter, Fernanda es un demonio - La doña se rió de buena gana, después le dije te comenté que en cualquier lugar encontrarías a alguien, la mesera al escuchar que aquella ya es historia te coqueteo, ella dijo que de momento estaría así sin buscar algo.

Para que no se nos subiera el alcohol de la cerveza le propuse que bailáramos, y ahí estábamos en la pista, disfrutando de música suave, de repente me dijo: -Ahí está una de sus amigas, creo que le está telefoneando- y como a los veinte minutos le fueron a decir los balet parquin que ahí estaba ella, recargada en su vehículo, Sofía, les dijo que la retiraran de ahí, que no dejaran que este cerca, ya que tenía rato que ya no tenían nada que ver, seguimos bebiendo y bailando, aunque era michelada tarde o temprano nos tenía que subir los tragos del alcohol, ella pagó y salimos del bar, en una esquina estaba la Fernanda, Sofía con una sonrisa me dijo:

-¿Qué te parece? Y decía que no tenía para el taxi.

Vi a donde ella estaba, me acerqué a Sofía tomándola de los hombros diciéndole al oído -¿Qué tal si vemos si realmente no tiene dinero, vamos a las afueras de un hotel para ver qué pasa? - Ella se echó a reír, me dijo:

-Ok, pero primero entremos en los asientos traseros de mi camioneta.

No le comprendí pero le seguí la corriente, entramos y nos quedamos sentadas, de repente ella se empezó a mover de arriba hacia abajo, ahí comprendí lo que quería, también empecé a hacer el movimiento, para que pasará pensará que se estaba cometiendo algo sexual dentro del carro, vimos por los cristales polarizados y aquella mujer se paró envarada apretando los puños y salió del estacionamiento, Sofía y yo salimos de atrás del carro y entramos en los lugares de piloto y copiloto, cuando el carro salió del estacionamiento por el retrovisor vimos que ella iba con unos policías, cuando se cercioraron de que no estábamos los policías la regañaron y se fueron, después Sofía paso por donde estaba ella y yo le grite -Mejor suerte para la próxima, ni nos sigas, vamos a un hotel para terminar lo que en el carro empezamos.

Sofía me preguntó si de verdad vamos a un hotel, para ver si nos sigue, yo tomándolo como un vacilón le dije que adelante, en el hotel igual ya conocían a Sofía, y le preguntaron que si con servicio y ella dijo igual que en el bar -Ya saben, gánense su propina-, ella se dirigió al estacionamiento del cuarto rentado y bajando entramos llevando nuestros bolsos, casi de inmediato tocaron y llevaban unas botellas de vodka, aguas minerales y refrescos de toronja, ella dijo que le gustaba ese cuarto porque tenía vista a la calle, destapó las botellas y me sirvió una bebida, después de brindar por la Fernanda y tomar unas copas, Sofía se paró y se asomó por la ventana, riéndose dijo que estaba aquella allá afuera y apagó las luces, como en la cabecera estaba el control remoto de la televisión la prendí acostándome de un lado de la cama, con tal suerte que había una película XXX de lesbianas dominantes, Sofía se sentó al otro lado de la cama, le pregunte que si le cambiaba la programación y ella dijo que si me parecía que estaba bien ese canal lo dejara.

De repente sonó el teléfono de Sofía, ella tomó la llamada y lo puso en altavoz, era Fernanda, preguntando de forma altanera que estábamos haciendo, empecé a gemir de forma erótica y le dije: -Me están cogiendo mami, sube y hacemos un trio- y ella colgó, ahí viendo la película de repente sentí que Sofía me roso la mano, la miré y pidió disculpas, y yo me acosté más cera de ella, -No pasa nada.

Las escenas de la película subían de tono, y la notaba incómoda, le volví a preguntar si de verdad quería ver eso y ella me respondió muy tajante.

-Sabes, me encantan esas películas, siempre quise hacer lo mismo con Fernanda, pero ella me regañaba.

La miré a los ojos, me acerqué más a ella, y le susurré al oído - A mí me encanta el sexo duro- Ella se puso nerviosa, paso su lengua sobre sus labios y con sus dedos temblorosos me empezó a desabotonar mis prendas, yo hice lo mismo con ella, posando sus manos en mis pechos.

- Hazme tuya, muérdeme y aráñame dónde quieras, menos en el cuello- le dije de una forma sexy.

Ella todavía dudaba, me acerque más y la bese en la boca apasionadamente, ella se puso sobre mí, abriendo mis piernas empecé a moverme en círculos sobre su sexo, gimiendo, rogándole que me hiciera suya, dijo que en su bolso tenía algo que me encantaría, le dije te estas tardando. Cuando vi que era un arnés me emocioné, vi como se lo colocaba y fue entonces como vi al lado de la mesita de noche su teléfono, busqué las llamadas recientes, busqué el número de Fernanda y le marqué, cuándo ella contestó Sofía se me fue encima.

-Dale mami, dame duro, soy tu perra- le dije para que a otro lado de la línea se escuchará.

Sofía se excitó, y de igual manera respondió -Eres mía, te voy a duro, de ahora en adelante eres mía.

Hasta que sentí todo su potencial en esa penetración, gemí duro, ella me mordió muy sutil mis pechos, mis dedos se clavaron en sus hombros, me exigió que me moviera para que sintiera todo el arnés. Ella se prendió más y yo estaba irreconocible, el vaivén de sus caderas era sutil, pero con fuerza -Quiero verte como la perra que eres- dijo en un susurro cerca de mi oído, sentí que me venía y fue cuando detuvo su movimento, jamás me habían hecho esa maldad, la miré con rabia, pero ella me dijo que era muy rápido para que me corriera, acto seguido, me obligó a ponerme en cuatro, le ofrecí mis nalgas, me clavo sus uñas y sentí como me volvía a penetrar.

-¿Te gusta?, ¿Así te gusta? - me preguntó.

-¡Ah! Sí, sí. - respondí envuelta en un éxtasis total.

Me tomó con determinación mi cabello y empujó fuerte, una corriente eléctrica sentía por todo mi cuerpo, era impresionante como podía llegar a reaccionar mi cuerpo con una mujer que prácticamente estaba conociendo. Nuestro encuentro estaba siendo intenso, mientras más sucio le hablaba más la Sra. Sofía se prendía, mis gemidos eran sonoros, ella me jalaba del cabello y me metía más su enorme arnés.

-Soy tu ama, muévete más, sabía que eras una perra rica, muévete- me repetía Sofía.

Me sentía morir, el placer era inmenso, yo seguía moviendo y gritando hasta que ya no aguanté más y comencé a implorarle que me dejará correr.

-Por favor, déjame correrme. Ya no aguanto más.

-No, aguantas más, ¡Umm!- decía. Sus embestidas me tenían al borde de la locura. Una vez que me dio luz verde me corrí como nadie, solté toda la acumulación que venía desde cuándo me interrumpió la primera corrida y tenía razón, esa acumulación hace que te corras más ricos. Por su parte, Sofía también comenzó a correrse, el orgasmo fue fenomenal, la habitación se llenó de los gemidos más excitantes entre dos mujeres.

Sin que Sofía se diera cuenta, todo el tiempo tuve el teléfono cerca, cuando la pasión terminó Fernanda colgó, seguimos dándonos placer toda la noche, vimos el amanecer juntas y la Sra. más sexy con quién me había acostado, me pidió mi número telefónico, y cada vez que tenemos tiempo nos citamos y revivimos eso que tanto nos gusta.

FIN DEL RELATO.

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