Capítulo 04

Advertencia: se hace mención de abuso sexual (no explícito).

***

Los días pasaron, Jisung iba tomando, poco a poco, más confianza con la pareja. Hyunjin se encargaba de él, convirtiéndose en su enfermero personal, ayudándole a curar sus heridas, o poner cremas en los lugares que a él se le dificultaba.

En ocasiones Jisung se sintió abrumado por la atención y el cuidado que le brindaba, no estaba acostumbrado a que se preocuparan por él, pero estaba muy agradecido.

De inmediato conectó con Hyunjin, el omega lo trataba con mucho cariño, tenía una gran energía; era muy lindo, comprensivo y sumamente amable.

Al segundo día de llegar al hogar de Yongsun y Hyunjin, el omega se quedó acompañándolo para que no se sintiera abrumado con el gran cambio, el omega dijo que le encantaba su cabello, así que Hyunjin fue a buscar algunas cremas y las aplicó sobre su cabello formando pequeños bucles.

— Eres muy lindo, Jisung.

Sonrojado, Jisung desvió la mirada, Hyunjin era una persona muy cariñosa, sabia en que preciso momento hablar o ayudarle, apreciaba mucho los detalles que tenía con él.

Hyunjin le contó muchas cosas de su vida para que Jisung no se sintiera como un extraño, rápidamente el omega le tomó cariño, parecían amigos desde hace mucho tiempo. Una tarde le dijo a Jisung que tendrían un momento de amigos, preparó algunos implementos y puso una mascarilla para ayudar a su piel. Le obsequió otras cremas y algunos perfumes, pidió comida y vieron una película.

Justo estaban en la sala con el rostro con una crema verdosa, bandanas en su cabeza reteniendo su cabello y en bata. Al principio, Hyunjin supuso que Jisung se negaría, pero al verlo interesado en todos los productos sonrió.

Poco a poco, Jisung fue recuperándose, las heridas ya casi se encontraban curadas, al menos, las externas. En ocasiones olvidaba todo, Hyunjin se encargaba de distraerlo para que no volviera a los agrios recuerdos y más cuando los tenía en la piel.

Para Jisung era difícil verse en un espejo, desde hace mucho tiempo, no lo hacía.

Un día, después de tomar una ducha, limpió el espejo que estaba empañado por el vapor del agua caliente, en ocasiones perdía la noción del tiempo cuando estaba debajo de la lluvia artificial, solo la sentía correr por su piel esperando que todos los toques sucios y heridas se lavaran.

Se vio así mismo, pasando su mano por los costados de su cuerpo, de pronto algunos recuerdos llegaron a su mente, mientras tocaba cada cicatriz, cada herida. Cada una de ellas tenía una historia y no eran historias de bonitos recuerdos, como esas cuando te caes de la bicicleta porque tu padre te enseña a usarla, o algún golpe por saltar o un raspón por jugar con amigos.

No, las suyas eran marcas de un inexistente amor fallido, desprecios y humillaciones.

Odiaba sus cicatrices, eran un recuerdo constante de lo sufrido, del dolor y la culpa, es por eso que siempre usaba sudaderas holgados para que cubrieran sus brazos, no era lindo saber que las tenía y además verlas cada día.

Hyunjin le decía que todas esas marcas no lo hacían quien era, sino que quien sería a partir de ellas.

Suspiró, con cuidado tomó la pomada para ponerla sobre cada una de ellas, al terminar giró la cabeza para no verse, no era tan valiente. Aún tenía un ojo rojo a causa de los golpes, ha sido difícil que vuelva a su estado, pero los cambios se notan.

Pensativo se pregunta: ¿qué hubiese sido de él si los policías no llegaban? Tenía pesadillas recurrentes donde Dongwoo aparecía y se lo llevaba. A pesar de todos sus gritos, nadie era capaz de escucharlo. Sacudió la cabeza para ahuyentar los malos pensamientos, tomó los medicamentos que debía ingerir para seguir mejorando, al terminar de vestirse salió en búsqueda de Hyunjin.

Le era difícil el día a día, pero no imposible, se dispuso a mejorar, se lo debía a él mismo y a Felix. Jisung guardaba mucho, pero intentaba mantenerse fuerte, aunque su cuerpo se sintiera débil. En ocasiones sentía vivir como en un estado de piloto automático; sin embargo, Hyunjin o Yongsun aparecían para traerlo de vuelta.

En el hogar de la pareja, las cosas iban muy bien, quiso ayudar en la gran casa por agradecimiento, pero no se lo permitieron, porque aparte de que Jisung aún no estaba bien del todo, tenían personas que se ocupaban de mantener en orden y limpia la casa. Esto hacía que Jisung, se sintiera un poco inútil.

En un par de ocasiones les había contado cosas por las que había pasado y ellos le hacían saber en todo momento, lo fuerte y valiente que era, Jisung pensaba que jugaba un buen papel al fingir que todo iba bien en ese aspecto de su vida.

iJa, hipócrita! Aún no había hablado de Jeongin y sobre todo, seguía manteniendo en secreto de que, en realidad, era un omega y no un beta, como ellos creían... Al final ya ni él mismo sabía quién era.

Por su parte, Yongsun y Hyunjin lograban escuchar su silencioso dolor, el deseo de gritar por alivio, su semblante era triste, no estaba del todo bien y ellos lo sabían, pero algo en Jisung vibraba por reverdecer y emerger de las tierras áridas de su vida.

Hyunjin por alguna razón entendía que el dolor que Jisung cargaba era más de lo que ellos imaginaban, era similar una de esas rosas de su jardín que al cumplir sus días y al intentar tocarlas se desarmaban en sus manos.

Y es que parecía un revuelo de emociones, algunas veces se veía fuerte, otras veces la timidez le ganaba y otras simplemente parecía perderse en sus pensamientos. La verdad era que Jisung ya no vivía, él solamente sobrevivía.

Hyunjin le había sugerido, en muchas ocasiones, tomar terapias, pero este le decía que no se sentía preparado aún para remover todo su pasado; sin embargo, prometió pensarlo y hacerlo lo antes posible.

***

Una mañana, Jisung se encontraba ayudando a una beta encargada de limpiar, Hyunjin trabajaba en su consultorio y Yongsun se encontraba en la estación de policías, había estado caminando por el pasillo limpiando y no se había dado cuenta de los cuadros que estaban colgados, eran preciosos.

Jisung se quedó ido viendo uno en especial, una pintura de mariposas y como un relámpago partiendo el cielo tormentoso, el recuerdo llegó.

"Se encontraba en el patio de aquella casa, se había escapado con Jeongin, ya que al pequeño le encantaba jugar en las hojas que caían de los árboles, estaba aprendiendo a caminar, sus pasos eran cortos, pero seguros, el cachorro se emocionaba al ver a su mami mostraba una gran sonrisa en el rostro.

— Ami amm mam mam — gritó el pequeño, extrañado. Jisung lo tomó en sus brazos y le dio un beso en su regordeta mejilla, el cachorro señalaba algo y su mami vio que era una pequeña mariposa.

— Oh mi amor, no tienes que temerle, eso es una mariposa, son muy lindas, mira — la tomó con sumo cuidado y dejó que el pequeño la viera de cerca.

— ¿Poza? — el cachorro preguntó y es que el pequeño, al intentar hablar, emitía el sonido de la S como Z y eso era muy tierno.

— Si cielo, es una mariposa — sonrió besando su pequeña nariz.

— Mmpoza — canturreó alegre, intentando perseguirlas, Jisung suspiró lleno de amor por la ternura que le causaba su bebé.

Siguió a Jeongin quien recogía algunas hojas y se las daba como obsequio a su mami — Gracias, amor, eres muy lindo — lo besó en repetidas ocasiones, provocando muchas risas en el cachorro."

— ¿Es muy lindo, no crees? — una voz se escuchó a sus espaldas, Jisung parpadeó y volvió a la realidad, dando un pequeño brinco, se encontraba apenado, pues no sabía que Hyunjin estaba a su lado.

— Lo es, es muy lindo — Hyunjin se acercó notando a Jisung intentando esbozar una casi imperceptible sonrisa al ver la pintura.

— El hermano de Yongsun la pintó, es una de sus cosas favoritas, es muy bueno, algún día lo conocerás — Jisung se tensó por un instante y Hyunjin lo notó —. No te preocupes Jisung, es una buena persona y de confianza, Yongsun lo ama mucho y yo pues... no, pero es especial — susurró encogiéndose de hombros intentando bromear.

Justo en ese instante Yongsun entró a la casa encontrándose con muchas plantas en la entrada, buscó a su esposo y al no divisarlo lo llamó, pero Hyunjin no salió, la alfa caminó siguiendo su aroma.

— Omega, ¿por qué hay una selva en la entrada? — la alfa se asombró notando todas diferentes plantitas que había regadas por todos lados.

Hyunjin caminó hasta la entrada, preparado para defender a sus plantas — ¡Alfa, no seas tan exagerada!, ¿no recuerdas? Tú misma las pediste — acusó en tono pícaro.

— Eso no es cierto Hyunjin — Yongsun entornó los ojos.

— Claro que sí, tú nunca te acuerdas de nada — se defendió caminando para ir hasta sus brazos.

— Algún día me vas a volver loca omega — habló abrazándolo por la cintura.

— ¡No! ¡Eso sí que no! Tú ya venías loca cuando te conocí, así que no me culpes.

— Omega insolente... — Yongsun tomó a Hyunjin acariciando sus mejillas y le dio un lindo y tierno beso.

Jisung veía todas esas muestras de cariño con mucha admiración y ternura, ellos realmente eran una muy linda pareja, ¿entonces era así como el cariño, confianza y respeto lucían? Vaya...

Hyunjin se removió en los brazos de la alfa — Sun, le estaba contando a Jisung que tu hermano es el que hace esas pinturas.

— Sí, mi hermano es muy bueno — Yongsun sonrió con cariño —. Por cierto, debemos preparar su habitación, falta poco para su llegada.

— ¿Qué? ¿Cómo que Minho viene?, no me habías dicho nada — Hyunjin habló, levantando las manos en un ademán exagerado.

— De eso les quería hablar — ella dirigió su atención a Jisung —. ¿No te molesta que Hyunjin escuche lo que tengo que decir o prefieres hablar a solas?

— No, claro que no, prefiero que me acompañe. Eso sí, a él no le molesta — Hyunjin se emocionó por la respuesta de Jisung, eso significaba que le estaba tomando más confianza.

Había estado preocupado por él, no hablaba mucho y su recuperación era algo lenta, pues este se negaba a comer en muchas ocasiones, en otras se quedaba ido, perdido en algún punto fijo de la casa y lo que más le dolía a Hyunjin era cuando Jisung se asustaba por cualquier situación a su alrededor.

La nutrióloga que le atendía, le había pedido mucha paciencia, pues no podían atiborrar de comida a Jisung, ya que por mucho tiempo, le habían prohibido comer y su cuerpo se fue acostumbrando a las pocas raciones que le proporcionaban o a las pocas cosas que Felix le daba a escondidas.

Hyunjin estaba triste por todo, no entendía que clase de alfa podía hacerle eso a alguien tan bello como Jisung, no quería ni imaginar la clase de tortura que había vivido estando encerrado, maltratado y herido.

Al final podía imaginárselo sufrido viéndole las marcas por todo el cuerpo, pero, aún así, sabía que todo era peor de lo que él, se podía imaginar. Un par de noches él mismo necesitó confort de Yongsun, era demasiado.

Yongsun los guió a la sala principal y se sentó en uno de los sillones, seguida por Hyunjin, ambos esperaban a que Jisung tomara asiento, pero este se había quedado parado con la cabeza gacha al lado de ellos.

Yongsun se quedó viendo a Hyunjin algo extrañada, el omega carraspeó dirigiéndose al ojiverde, quien se veía nervioso.

— ¿Jisung?

— ¿Sí?

— Querido, ¿por qué no tomas asiento?

— Lo siento, estaba esperando que... bueno, que tú... — Hyunjin entendió la situación. Jisung esperaba una orden para hacerlo.

— Cielo, yo no tengo ningún mandato sobre ti, no esperes que te ordenemos para hacer algo. Aquí eres libre de salir al jardín o de ir a donde tú desees y no tienes que pedir permiso para nada, ¿está bien?

— Hyunjin tiene razón, Jisung — completó Yongsun —, siente la libertad de hacer lo que desees, ahora esta también es tu casa y lo que más queremos es que te sientas seguro en ella.

Jisung saboreó esas palabras, nunca nadie le había dicho esas cosas, pero no podía hacer nada, él no sabía cómo actuar sin algún mandato, Hyunjin hasta en ese entonces se percató que Jisung nunca se ha sentado con ellos en la sala principal.

Cada día Jisung se metía a la ducha con la esperanza de que el jabón y el agua se llevara todo aquello que lo dañó, en ocasiones se sentía fuera de lugar, alguien tan manchado como él no merecía tener un espacio en ese hogar, temía corromperlos con su impureza.

Jisung no sabía que era eso de volar sobre las alas de la libertad, siempre fue cautivo y prisionero de la crueldad disfrazada con sonrisas y promesas falsas.

Fijó su mirada por un rato en ellos y en el sillón frente a él, ¿realmente merecía tomar ese lugar? ¿No estaría manchando algo tan limpio con sus inmundicias?

Y es que en ocasiones tenía esos arranques de inseguridad y temor, lo que lograba avanzar en ocasiones, era tapado tal cual como nubes grises ocultando el sol.

Hyunjin ahuyentó sus pensamientos cuando, con una extrema delicadeza, tomó la mano, su mano y lo guió para que se sentara frente a ellos, Yongsun le regaló una sonrisa diciéndole todo en un solo gesto.

— Tranquilo Jisung, ya te acostumbrarás, solo recuerda que ya no estás en aquel horrible lugar — el omega le confortó.

— Está bien, muchas gracias — tomó asiento suspirando.

— Muy bien Jisung, tengo información sobre el caso de Dongwoo. ¿Recuerdas que te había mencionado al teniente Kim?

— Sí.

— Bien, hoy se organizó una junta en la oficina para hablar de los avances que hemos obtenido, para recolectar las declaraciones de los trabajadores y así poder adjuntarlas al caso que ya teníamos — la alfa, explicó.

— Espera Yongsun, ¿qué tiene que ver Minho aquí? — Hyunjin se entrometió.

— Hyunjin, no seas impaciente espera un poco amor — le vio con cariño.

— Está bien...

Yongsun tomó aire — Como decía, se está armando un caso fuerte, Jisung, hay cosas que tú no sabes. Dongwoo, una de las piezas más importante en una amplia red de trata de omegas y distribución de drogas, la casa donde te encontrabas era el panal céntrico que movilizaba todas sus atrocidades.

— Yo... Yo no sabía que fuera algo tan grande — balbuceó, sorprendido, tenía entendido que Dongwoo hacía cosas ilícitas, pero nunca se imaginó que eran de esa magnitud.

Hyunjin estaba asustado con toda la información y notó a Jisung algo alterado con todo lo que la alfa relataba.

Se acercó pasando su mano y acariciar un poco su espalda — Tranquilo, ese animal tendrá su merecido, tenlo por seguro, ¿tú sabías algo de todo esto?

— No, es decir, sí... Bueno, solo escuché algo de drogas, pero no estoy seguro, siempre me mantenía lejos, además en una sola ocasión, nunca me imaginé... — hizo silencio al fijarse lo que iba a contar.

—En una ocasión... ¿Qué Jisung?, ¿qué pasó? — la alfa preguntó.

Se mordió los labios, bajó la mirada y empezó a jugar con sus manos, se sintió un tanto nervioso.

— Jisung... — Hyunjin llamó —. Tranquilo, confía en nosotros, no te vamos a juzgar, sabes que puedes contarnos lo que sea. Es tu decisión, puedes decirnos ahora o más tarde como te sientas mejor.

Dio un fuerte suspiro y por primera vez iba a abrir un poquito su corazón. Su voz se quebró al querer hablar, así que guardó silencio y respiró profundamente, sus mejillas estaban rojas y con algunas lágrimas.

Se quedaron callados y le dieron el tiempo que Jisung necesitaba, era la primera vez que decía algo con respecto a su estancia en ese lugar.

— Yo era su pareja, pero parecía su saco de boxeo — relató con un toque de vergüenza al decir esas palabras, negó con la cabeza sintiendo de pronto algunas náuseas —. Cuando lo conocí pensé que mi vida sería diferente. Mi madre murió cuando era niño, no tenía a nadie, crecí solo. El día que él llegó a mi vida y pensé que todo estaría bien. Dongwoo mintió y yo caí como un tonto en su red.

Jisung se cubrió el rostro con ambas manos, con la voz entrecortada continuó: — Juro que no podía hacer nada, intenté huir en muchas ocasiones, pero era imposible.

Hablaba muy bajo y la tristeza inundó aquel lugar — Solo supuse que por primera vez en la vida tendría algo bueno y lindo, pero qué equivocado estaba.

Hyunjin carraspeó en un fallido intento de ahuyentar el mal sabor de boca, su olor se tornó triste — Tranquilo, todo está bien. No tenías culpa de nada, corazón — Yongsun le tendió un pañuelo.

— Me golpeaba cuando se le antojaba, me dejaba sin comer y me denigraba de formas que nunca imaginé que existieran. Todo estaba muy protegido, a donde yo viera había vigías.

Yongsun asintió, el día del rescate había muchos guardias custodiando la casa y alfas vigías en las afueras.

Jisung sorbió su nariz y limpió un poco sus lágrimas, dejando escapar la nueva tormenta que había inundado su pobre corazón, según él ya no había más lágrimas por derramar.

Se quedó viendo a la nada por unos momentos, la pareja pensó que ya no hablaría más, Hyunjin vio a Yongsun, estaba a punto de ir a su lado, pero le interrumpió la voz del ojiverde, así que el omega se quedó junto a su alfa.

— Él me vendió... — Hyunjin apretó fuerte la mano de su esposa transmitiéndole por el lazo, tristeza y una gran impotencia, la pareja no dijo nada respetando el tiempo para que Jisung continuara —. Ya me había amenazado, prometió hacerlo y lo cumplió, me hicieron mucho daño pensando que ya no me iba a levantar después de eso — guardó silencio unos segundos e inhaló una torrente de aire que se sintió como si congelara los pulmones.

Yongsun y Hyunjin continuaban en silencio con el pecho apretado, escuchando cada palabra.

— El alfa estaba en celo y fue algo salvaje, dolió mucho — luego de unos momentos pensó en Jeongin. Hyunjin lloraba en silencio —. Fui llevado al infierno, rogué tanto por morir, intenté morir y también vivir, pero Dongwoo repetía que él era dueño de mi vida, que él decidiría y a pesar de todo sigo aquí — levantó los hombros sin gracia.

— Dioses, Jisung... — Hyunjin se encontraba deshecho.

Jisung dio un fuerte suspiro — A pesar de todo, nada se compara con el dolor que te arranquen el corazón y lo vuelvan cenizas — habló refiriéndose a su pequeño cachorro.

Yongsun y Hyunjin caminaron hasta quedar uno de cada lado, lo abrazaron sin decir palabra alguna, dieron el tiempo a que Jisung se tranquilizara y hablaron.

— Eres tan hermosamente fuerte, una persona maravillosa y te prometo que haremos hasta lo imposible para ayudarte a olvidar todo lo que viviste y puedas ser feliz de nuevo — el omega se abrazó a él intentando transmitirle seguridad.

— Estoy de acuerdo con Hyunjin, Jisung, ahora nos tienes a nosotros, todo estará bien — sonrió cálida.

Nuevamente, Jisung sucumbió ante sus pensamientos. ¿Era eso posible? Por la forma en que hablaban, veía verdad en sus palabras, tres personas se interesaron por él, era más de lo que un día esperó.

Pero... ¿En realidad había la posibilidad que alguien se arriesgara a rescatar la barquilla donde se encontraba navegando hace tiempo? Ese impetuoso mar le quitó hasta el último rastro de esperanza y alegría, las olas lo arrastraban de un lado a otro sin rumbo fijo, la tormenta iba incrementándose desde aquel día que su pequeño rayito de luz había desaparecido tras esas nubes grises.

— Todo estará bien querido, todo estará bien — Hyunjin continuó.

— Eso espero, sueño con volver a ver a Felix, dondequiera que esté solo deseo que se encuentre bien. Quisiera hacer algo así como él lo dio todo para ayudarme.

— No te preocupes Jisung, Seungmin hace lo imposible para traerlo de vuelta — Hyunjin sonrió intentando dar esperanza.

Yongsun carraspeó llamando su atención — Muy bien Jisung, necesito decirte algo, pero, ¿crees poder seguir con esto ahora o esperamos hasta mañana? — Hyunjin veía con orgullo a su alfa, era tan compresiva, había desarrollado un lindo afecto por Jisung al igual que él.

— Gracias podemos seguir hablando ahora, si es necesario, odio hablar de esto.

— Bien, el teniente Kim me ha pedido que te pregunte si estarías dispuesto a hablar con él, han pasado unos días y si tú te sientes seguro, podríamos pedirle que venga a casa, así no tienes que salir de aquí, ninguna de las declaraciones ha servido de mucho, al parecer ninguno tenía contacto como tú con Dongwoo, era un prestamista y muchos de ellos se encontraban en la casa pagando una fuerte deuda.

— Está bien — nervioso empezó a morderse el labio inferior —. Puedes decirle que venga, necesito saber qué ha pasado con Felix.

— Lamento informarte que no sabemos nada de el aún, pero Kim se encarga personalmente de buscarlo, es clave importante igual que tú — Jisung no respondió nada más, así que Yongsun continuó hablando —. Hace rato, te decía que esto es una gran red y Dongwoo la cabeza detrás de todo, así está la situación... — Hyunjin interrumpió al notar que Jisung estaba a punto de destrozarse el labio de tanto morderlo.

— Iré por unas galletas y algo de café, así nos relajamos un poco mientras hablamos — sonrió comprensivo.

— Gracias, omega — la alfa agradeció.

Jisung suspiró algo nervioso, él no bebía café. Huía a su aroma, tragó nervioso. Yongsun intentó distraerlo hablando de lo que han logrado en el caso, eso pareció funcionar hasta que Hyunjin regresó minutos después con una bandeja de galletas y unas tazas con té.

Jisung se quedó viendo con alivio y el omega le guiñó el ojo — Me di cuenta de que el café no es de tu agrado, así que traje algo de té.

— Gracias.

— Y bien, cuéntanos alfa — dijo luego de dejar la bandeja sobre la mesita del centro.

— Dongwoo era el más grande aliado de uno de los más poderosos traficantes de omegas de toda Corea, mi hermano era el encargado de esa investigación fuera de Seúl logrando desmantelar y atrapar a los alfas, lo que sabemos es que Dongwoo acabó con la vida de Nicolás otro de los más grandes aliados, quedando el cómo la abeja reina de todo.

— ¡Espera! Por eso Minho está implicado, ¿verdad? — el castaño canturreó emocionado.

— Exacto, Minho será transferido a una de nuestras oficinas para apoyarnos y poder destruir toda la red, si él cae todos se vendrán abajo, así como un juego de dominó.

— Es por eso que había mucha tensión en ese lugar, lo estaban buscando y Dongwoo estaba preocupado — Jisung comentó recordando los últimos días.

— Imagino que sí, esto es más grande de lo que creíamos y es por ese caso que mi hermano vendrá a apoyarnos, él es un Oficial Detective de alto rango en toda Corea, ha liderado muchas misiones con total éxito, siendo también el Comandante General de las Fuerzas Especiales contra la trata y distribución de sustancias ilícitas, sin mencionar que es el mejor alfa rastreador que cualquier agencia ha podido ver. Tiene muchos méritos y titulaciones en varias áreas.

— Oh, sí, mi cuñado es muy poderoso Jisung, ellos le van a patear las bolas a ese alfa — Hyunjin aplaude emocionado.

— Omega por Saturno, ¿qué cosas dices? — Yongsun sonrió.

— ¿Qué? Eso es cierto, Yongsun, Minho es una bestia y arranca cabezas cuando se trata de su trabajo — sentenció el omega.

— Vas a asustar a Jisung, Hyunjin — la alfa reprendió.

El omega se dio cuenta de su error y rápidamente trató de enmendarlo — Oh, no amigo, no tienes que temer, Minho es imponente, rudo y arrastra lo que esté frente a él cuando de criminales se trata, pero con su familia en un terroncito de azúcar.

Por alguna extraña razón, Jisung se sintió tranquilo con todo lo que Hyunjin relató sobre el hermano de Yongsun. A medida que escuchaba su corazón empezó a palpitar frenéticamente, ¿será la emoción? O esperanza de volver a ver a Felix.

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