RECUERDOS | Parte 1

"Put your head on my shoulder"

Martes, 15 de abril del 2014

―¿Qué haces aquí?

JiMin rascó su nuca y sonrió amigable.―Oh, hola, solo quería tomar un poco de aire.

Jungkook alzó una ceja hacia el chico, decidió no prestarle atención, siguió en su misma postura y le dió otra calada a su cigarrillo.

No le permitían fumar dentro del edificio por obvias razones, por lo que siempre que podía salía a las escaleras detrás del edificio pues estas daban al aire libre. Además tenía una buena vista de los alrededores comerciales desde aquel octavo piso.

―Tú eres el amigo de NamJoon, ¿Verdad?

Jungkook asintió.―Sí, su mejor amigo...―Vio los ojos del chico y se le quedó viendo un momento. El hombre parecía esperar algo de él.―¿Qué pasa?

―Aún no me has dicho tu nombre, amigo de NamJoon.

Él se alzó de hombros.―Jeon Jungkook. Pensé que lo sabrías, JiMin.

El chico se cruzó de brazos para calentarse un poco. Las escaleras eran abiertas por lo que todo el aire daba de lleno en ellos.

―Al parecer sabes mi nombre.―Sonrió con su característica coquetería.

JiMin no se describía como alguien tímido. Falso algunas veces, cariñoso y coqueto, pero nunca tímido.

Jeon colocó su codo en su rodilla y en su mano apoyó su barbilla. Parecía aburrido.―Claro, NamJoon nos presentó la semana pasada.

―¿Enserio? Soy un tonto, lo olvidé...―Rió levemente contagiando al de lentes.―Entonces, ¿Te importa si me siento a tu lado? Las oficinas son sofocantes.

―Para nada, siéntate.―Se hizo a un lado, el escalón era lo suficientemente ancho para que ambos entren sin tener que rozarse.

Se quedaron en silencio un momento. Sus cuerpos estaban cerca pero no se tocaban. El viento movía los cabellos oscuros de ambos. El olor a cigarrillo permanecía a su alrededor.

Parecía que cada uno estaba en sus propio mundo, metidos en sus cabezas pensando en sus problemas y esperando que el viento que soplaba ennsus rostros se llevara sus pensamientos.

Realmente lo esperaban.

¿Estaban en compañía? Realmente no lo notaban, se sentían solos.

Muy solos.

Sábado, 29 abril del 2014

―Hola, Jungkook.

El mayor giró su rostro hasta el chico que estaba parado en la puerta de salida de incendios.

Otra vez ellos dos.

Otra vez esas mismas escaleras.

Llevaban dos semanas donde se encontraban de casualidad en ese lugar. Llevaban ya tres encuentros donde solo se sentaban al lado del otro sin ninguna conversación de por medio.

Ni una sola palabra, solo sufrimiento mutuo y desconocido para el otro.

Tan cerca pero tan lejos de entablar una simple conversación.

―Hola, JiMin.

―¿Puedo sentarme?

Jungkook asintió y se hizo a un lado. JiMin tomó asiento a su lado para disfrutar de la frescura en el ambiente.

La oficinas eran sofocantes, y su nuevo trabajo como secretario para su hermano mayor, podía llegar a ser tedioso.

Sus ojos marrones admiraron la vista un momento para luego toparse con el perfil de Jungkook.

Jeon le dió una última calada a su cigarrillo para luego estirsr su brazo y apagarlo en el cenicero entre sus pies.

Prendió otro.

JiMin apretó los labios viendo a Jungkook mirar los alrededores desde la altura, y por primera vez tuvo curiosidad sobre el hombre.

¿Porqué fuma tanto?

NamJoon dijo que él era divertido y hasta infantil, entonces, ¿Porqué su rostro se ve tan apagado?

¿Porque lleva esas ojeras en sus ojos tras sus lentes negros? Cualquiera podía verlas.

Así era desde hace unos días que lo conoció por primera vez.

Jeon Jungkook le daba curiosidad.

Pero prefirió centrarse en si mismo.

Otra vez ellos dos.

Otra vez intentando que el viento se lleve sus memorias.


Lunes, 3 de julio 2014

―Jungkook... ¿Te sientes bien?

JiMin preocupado miró hacia el hombre. Tenía las ojeras más marcadas que antes, los lentes ya no podían camuflarlas. Tenía rastros de lágrimas en los ojos y demás.

Evitó su mirada.―Preferiría tener privacidad, JiMin.―Pidió mientras seguía fumando.

El chico empezaba a pensar que Jungkook tenía un serio problema con el cigarrillo.

Se sentó a su lado en silencio.

Jungkook irritado tiró el cigarrillo al suelo y lo pisó.―Solo fue un mal día.

―NamJoon me lo contó, cuando le pregunté a donde había ido toda la madrugada...―Dijo Jimin, suavizando su voz.―¿Eso te molesta?

El mayor lo miró finalmente.―Para nada. No eres un desconocido, eres un colega y el hermano de Nam, además... no fue tan grave.

―Para ti sí lo fue.―Dijo JiMin. Jungkook asintió.―Eso está bien, eres un padre preocupado después de todo.

―Verlo así... Mi hijo, si llegaba tarde hubiera sido todo.―Bajó la cabeza derrotado.

JiMin colocó una mano en su hombro y sonrió cuando el hombre alzó el rostro para verlo.―Pero él ahora está bien. No pienses en lo que hubiera pasado, piensa en que ahora está recuperándose.

Jungkook lo miró un poco más y asintió, cerrando sus ojos para tocar su cabello estresado.

Recuerda sus manos temblando mientras cargaba a su pequeño bebé, este se movía de manera extraña.

Sufrío de una convulsión por fiebre alta, y Jungkook sintió tanto miedo y enojo.

Solo pudo reaccionar para marcar a NamJoon para que vaya a su casa y cuide a sus hijos mientras él llevaba de emergencias a Jisung a un hospital. Se lamenta porque no pudo atenderlo como se debía. Tenía fiebre y no supo que hacer. La que sabía de esas cosas era JiEun, pero ya no estaba y él debía ocuparse por su cuenta.


Un padre tiene el deber de cuidar y proteger a sus hijos, así que cuando fallan eso, sienten impotencia e incertidumbre.

Un padre que ama a sus hijos tanto como Jungkook lo hace, no dejó de temblar hasta que tuvo de vuelta a su hijo en brazos. Apenas hace unas horas.

Desgraciadamente tuvo que volver al trabajo, su tía que es casi su madre, se quedó a cuidar de los gemelos. Miyeon y YeonJun también decidieron quedarse a ayudar a su abuela, a pesar de que tampoco durmieron en toda la noche a la espera de saber que pasaría con su hermano menor.

El más tierno, dulce y frágil de la familia Jeon. Jisung era el más pequeño y enfermizo de sus hijos.

―Está bien.―Jimin palmeó su espalda.

Jungkook entonces se dio cuenta que había vuelto a llorar. La sensación caliente en sus mejillas se lo confirmaba.

Ser padre y sentir que pierdes a tu hijo. Eso es de las peores cosas.

―Es curioso, nunca pensé verte llorar. Eres muy tranquilo y serio.―Arrugó su nariz de botón y sonrió.

Jungkook limpió sus lágrimas y sonrió un poco.―Lloro por mis hijos... ¿Tú tienes hijos?

Vio al menor encogerse en su sitio y apretar los labios, para luego al percatarse de su mirada, cambiar a su antigua posición, más relajada, o eso quería hacer creer.

―¿Te incomodé?

JiMin negó con una sonrisa falsa.―Para nada. Y no, no tengo hijos, solo tengo una cachorra, se llama Lili.

―Ah, ahora entiendo...

―¿Hm? ¿Qué cosa?

―NamJoon no deja de quejarse de una tal Lili... Ahora entiendo porque vino con un zapato mordido.―Bromeó con una sonrisa.

JiMin soltó una risa.―Lili es muy traviesa, siempre molesta a NamJoon.

Jungkook probó una vez más el cigarrillo entre sus dedos.―¿Y has hecho amigos?

―Sí, conocí a una chica, se llama Hyejin. Y a ti... tú me agradas, Jungkook.

De hecho, más que eso, me atraes. Tu olor a cigarrillo me atrae, me genera intriga, pensó JiMin.

El mayor alzó una ceja en su dirección y asintió con una leve sonrisa.―Tú también me agradas.

Su teléfono vibró y al sacarlo se dió cuenta que era un mensaje de su hermano.

―Bien, me tengo que ir, adiós Jungkook.

JiMin salió de ahí, y a diferencia de otras veces, la puerta tardó en cerrarse, por lo que pudo escuchar claramente la tos del chico. Miró el cigarrillo en su mano y en un suspiro lo apagó contra el suelo y la suela de su zapato. Se acomodó el saco e ingresó al edificio.

Viernes, 7 de agosto 2014

―Hola...

JiMin saludó cuando se encontró a Jungkook en el mismo lugar de siempre.

No se veían todos los días en aquellas escaleras, pero sí se encontraban seguido.

Más allá de ser incómodo, solo era sentarse al lado del otro buscando el confort del viento para sus problemas.

El cigarrillo se impregnaba en sus ropas, y las conversaciones eran vagas, pero parecían estar cómodos con ello.

La tranquilidad reinaba.

―¿Porqué fumas tanto?

Jungkook no lo miró, sólo exhaló el humo de sus pulmones.―Me distrae.

―¿Del trabajo?

―Quizás de todo...―Dijo con la voz apagada.

―Te entiendo.―Respondió JiMin.

Ninguno dijo nada más.

Prestaron atención al cielo oscureciendo.

Aquella vez se encontraban de casualidad bajo la noche, ya casi sería hora de volver a casa.

De volver a sus propios mundos.

―Minie, aquí estás, vamos a casa.―Lo llamó NamJoon. Miró con desconfianza a Jungkook sentado a su lado y tomó la mano de su hermano.―¿Qué hacen ustedes dos solos?―Entrecerró los ojos.

―¡Nam, por favor!―Dijo JiMin riendo, se colocó a su lado.

―Solo te protejo.

Jungkook soltó una risa.―Nam, eres un tóxico.

―No sabes las ganas que tengo de despedir tu feo trasero, pero no puedo.

JiMin no aguantó la risa. Sus ojos se cerraron y sus mejillas se pintaron de rosado. Jungkook sonrió contagiado por aquella linda sonrisa.

―Me amas, lo sabes.

―Cállate, y apaga ese cigarrillo que JiMin es sensible a los olores.―Le regañó.

El chico negó.―No es cierto, Nam...

―Si, si, ya vamos a casa. Lili nos espera.―Empezó a caminar para cruzar la salida de emergencia y entrar al edificio. Todo esto con la muñeca de su hermano sujetada.

―Adiós Jungkook.―Se despidió agitando su mano conforme se alejaban.

Él también agitó su mano en señal de despedida, con el cigarrillo ahí.

Sin duda JiMin le agradaba.



























PARTE 1 de "RECUERDOS"

Ya se acercan los 10K de leídas, así que se viene maratón!


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