Capítulo II

La joven pelirroja volteó lentamente a mirar al chico que le llamaba, no se llamaba Morrigan, pero ante la mirada pesada y ligeramente amenazante que tenía no tuvo de otra más que voltear. El chico levantó una ceja y se cruzo de brazos ante la nula respuesta de la pelirroja, Tamara estaba punto de hablar cuando el rey Atheon se plantó frente a ellas.

    —Ah, joven Príncipe Ilidan, no debería precipitarse tanto. Esta es la señorita Amelie, probablemente la esté confundiendo.

    La mirada del joven se suavizó, era cierto, ahora que la tenia de frente y se acercó un poco más notó su baja estatura y los ojos miel, además de que parecía ser muy dulce, no tenía el aire rudo y sanguinario de la persona a la que creyó haber visto.

    —Si, me he percatado de ello, una disculpa y un placer conocerla, señorita Amelie.

    —Señorita Tamara, ya sabe dónde queda la biblioteca, la princesa Nella ya las está esperando ahí, así que pueden retirarse, yo atenderé al señor ilidan.

    —Está bien su majestad, gracias y hasta más tarde.

    Amelie le dedicó una leve sonrisa al rey a forma de agradecimiento, abrazo su libro y siguió a Tamara mientras un grupo de sirvientes venía por las pertenencias de ambas mujeres. Conforme se acercaban a la biblioteca donde Nella y Amelie acostumbraban hablar, la pelirroja pudo por fin suspirar y recuperar la respiración. El creer que un noble del reino ángel había llegado junto a ella le erizó la piel totalmente.

    Una vez llegaron a la biblioteca, Tamara tocó dulcemente la puerta, recibiendo un pase nervioso de Nella, la dama de compañía entró y le sonrió, inmediatamente terminó de abrir la puerta, dejando pasar a la pelirroja. Nella corrió y la abrazó suavemente, hacia un tiempo que no se veían y en realidad extrañaba a su amiga.

    —Ame... no saben el susto que me he llevado al creer que venían con otro noble ángel.

    —Por suerte tu padre nos ayudo, me confundió con alguien más y creo que era uno de los hijos del rey dragón.

    —Extraño... bueno, siéntense y cuéntenme que ha pasado, he estado tan llena de actividades que dudo que quieran oír cuando fue la revolución interna de los elfos.

    Una risa suave salió de las 2 invitadas que se sentaron en los sillones frente a una mesita para poder hablar. Amelie empezaba a sentirse libre de nuevo, sentir que todo lo que implicaba ser un ángel se iba. Miraba a Nella en momentos, con cierta envidia.

    No por su posición, si no por lo que era, era una princesa heredera hija de dos reyes de diferentes linajes, linajes que cuando se unieron y ella nació parecían verla más como un diamante perfecto que un error en su familia. Bajo la mirada sutilmente y Nella se percató de su aire melancólico.

    —¿Amelie? Pareces triste ¿pasó algo?

    —Oh... lo siento, me quede pensando... tenia una duda Nella... ¿Como es la presión de tu familia?

    —¿Lo dices por sus expectativas? Bueno... papá cree que no necesito casarme para ascender al trono, cree que es innecesario, dado que he sido criada rodeada de hombres, ellos creen lo mismo, saben que fui criada para hacer un trabajo impecable. Pero... también quieren verme feliz, así que si me llego a casar, quieren que sea por mi felicidad, no por un trato estupido entre reinos.

    —A veces creo que tienes la libertad que todos buscamos en algún momento.

    —Bueno, todo fue por mamá, ella era una guerrera nata, ella domo a mi padre y al resto de mis tíos. Soy una copia física de ella según papá, así que no quieren que yo me someta por que ella no esté aquí.

    Amelie sonrió ante la emoción de su amiga, el hablar así de un probable futuro donde ascienda al trono al lado de quien ama es claramente un sueño para muchos, uno que probablemente Amelie no lograría tener. Había oído rumores de que ella sería el "sacrificio" para conseguir una alianza con el reino del desierto del continente vecino. Ninguna Ángel quería casarse con el rey, decían que era un tirano y un mujeriego, lo que dejó malas expectativas en las jóvenes candidatas. El ser reina ya no era tan tentador teniendo en cuenta al hombre que tendrían como esposo y al que tendrían que darle un heredero digno.
    Internamente la pelirroja se estaba mordiendo la mejilla ante el simple pensamiento de que tendría que complacer a dos naciones para por lo menos escapar del maltrato de su país natal. Nella la miro en silencio sin entender demasiado de lo que pasaba por la cabeza de la joven pelirroja.

    —Hem, ¿Amelie?

    — Lo siento, me quede pensando. Cambiando de tema ¿Porque parece que te padre tiene tanto interés en el príncipe Illidan?

    — No lo se, solo espero que no me imponga casarme con el si es que llegan a llevarse bien el rey Astaroth y mi padre, seria demasiado incómodo para todos aquí. Más para mis tíos.

    —Esperemos que hacía sea, no te imagino casada.... A la fuerza.

    —Bueno dejemos las conversaciones para mas tarde, deben descansar, ya es de noche y mañana empiezan a llegar el resto de invitados.

    —Siempre tan considerada

    —No seas burlona, Tamara.

    Las 3 chicas rieron suavemente después de que Nella hiciera un berrinche por el comentario de la castaña. Salieron de la biblioteca y se dirigieron al ala de invitados del palacio de Rheasilva, durante el trayecto, Amelie miraba pasar a unos cuantos guardianes, estos la miraban de reojo y le sonreían, la gran mayoría de gente que trabajaba en aquel palacio ya la conocían, pues era una invitada frecuente.

    Cuando llegaron a la habitación asignada, Nella se despidió de ambas y regreso sola a su habitación, Amelie la miro irse con una extraña sensación en el pecho. Desde hace mucho se conocían, pero ahora sentía algo cuando miraba lo radiante que se volvía Nella con el pasar de los días y los años. De verdad envidiaba a su amiga y la aparente vida sin preocupaciones que llevaba. Sus deberes no chocaban contra lo que deseaba y viceversa probablemente por el estatus que le brindaba su familia y las tradiciones que ellos tenían, pero era eso lo que la hacía sentir mas envidia. Era algo que deseaba tener pero que también deseaba que no se le arrebatara a Nella en algún momento.

    Sin mucho mas que hacer entro a la habitación que se le asigno, Tamara la ayudo a cambiarse y después su dama de compañía se dirigió a la que se le dio a ella. Era algo raro para Amelie esta vez, sentía que esta reunión seria muy diferente a las demás y tenia miedo de saber el porque si es que se relacionaba con algún noble de su nación.

    Por otro lado Atheon estaba en un salón hablando con Illidan, su invitado parecía algo ido cosa que al rey le preocupo de cierta manera, asi que poco a poco fue desviando su tema de conversación a algo mas casual y menos político.

    —Lo noto algo ido joven Illidan ¿Es por la señorita Amelie?

    — Ah, creo que fui un poco obvio con mis gestos, lamento eso.

    —Oh no se preocupe, pero puedo escucharlo si eso lo deja más tranquilo

    —La verdad es que, me agobia un poco el hecho de que no es la persona que pensaba que era, pero me da algo de curiosidad que se parecen bastante. ¿De que reino es la señorita Amelie?

    —Ah... es algo que prometí mantener en secreto, no me lo tome a mal joven Illidan, pero es una petición de mi hija y la señorita Amelie.

    —Entiendo, supongo que me enterare si ella desea decírmelo en algún momento.

    —Solo dire que es una muy buena muchacha, la conoce desde que son niñas. Bueno, lo dejaré descansar debe estar cansado del trayecto, mañana terminare de hablar con su padre sobre los planes de alianza.

    El joven dragón asintió y vio al rey retirarse en silencio. Dio un suave suspiro cuando un sirviente se acerco para llevarlo a la habitación que se le había asignado. De lejos pudo ver de nuevo a la pelirroja, era ciertamente muy similar a la persona que estaba buscando.

    Al amanecer, Nella estaba en el estudio que se le asigno para sus estudios, revisando un par de documentos para la preparacion de reina que debía tener. Estaba revisando documentos de presupuestos que había hecho su padre. Ya estaban revisados y aprobados pero debía entender bien que debía hacer.

    Un poco mas tarde, entro Amelie, Nella la había llamado para poder distraerse un poco antes de la reunión de hoy. La pelirroja le sonrió a su contraria tratando de no incomodar con sus estudios.

    —Tranquila Amelie, no interrumpes, solo quiero despejarme un poco, aveces no entiendo como mi padre puede hacer estas cosas tan fácilmente y son ayuda de los demás... da miedo.

    —Bueno, a veces tu padre decía que tu madre le enseño, asi que no me sorprendería que de verdad sea asi.

    —Habla mucho de mama, pero la verdad es de que no la conocí, asi que no hay mucho que pueda opinar. Por otro lado, me gustaría saber que te vas a poner para la fiesta, seria incomodo ir con un vestido similar.

    —Ah sobre eso, no debes preocuparte, elegí uno color crema, es lo mas sutil que puedo usar.
    —Se que no te gusta llamar la atención, pero creo que debes soltarte un poco mas con lo que utilizas, aquí no eres la hija de una familia noble de ángeles, eres solo amelie. Mi amiga e invitada.

    —Lo intentare.

    La sonrisa de Nella logro calmar las inquietudes internas de la Fenix, de verdad deseaba que todo fuera asi de fácil como Nella lo hacia ver. De verdad, deseaba que todo fuese asi.

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