Acto I
El tumulto generado en aquel salón era insoportable. La profesora Bustier estaba con un dolor de cabeza y escuchar los chillidos de Chloé no era nada favorable.
-¡Yo digo que Blanca Nieves!- exclamaba fervientemente, mientras dirigía su mirada venenosa sobre Alya.
-¡Yo creo que es mejor la Cenicienta!- protestaba la morena.
Marinette tan sólo las veía con nervios, pareciera que en cualquier momento las dos chicas se lanzarían a pelear como gatas. Todos los muchachos estaban atentos sobre quien ganaría la disputa.
-Chicas, cálmense- decía con un tono tan armónico que su amiga se calmó, pero la rubia era todo lo contrario.
-Ja, de seguro la panadera tendrá una súper fabulosa idea- se jactó, a medida que se iba a sentar en su puesto.
-De hecho sí. Opino que votemos por la obra que quieran, así será más justo-
Todos los muchachos de ese curso aceptaron. Marinette le sonrió a su profesora y ésta agradeció mentalmente a la adolescente. Marinette tomó un plumón y escribió en la pizarra.
"Blanca Nieves" y "Cenicienta"
-Bueno chicos, levanten la mano aquellos que prefieren la primera opción-
Kim, Alix, Max, Sabrina y Chloé optaron por aquella.
-Bien... cinco votos. Ahora aquellos que quieren la Cenicienta-
Adrien, Nino, Alya, Rose, Nathanael, Mylenne e Iván votaron por aquella.
-Juleka ¿por qué no votaste?-
-Porque me da lo mismo cuál de las dos haremos-
-Bueno... por democracia, la mayoría gana-
-¡No!- volvió hacer rabietas la hija del alcalde.
Tardaron unos treinta minutos intentar convencerla de que esa obra era mejor, pero ella decía que en Blanca Nieves podría besar a su querido Adrien. Con más razón Marinette creía que la otra opción era mejor. Si no fuera por el modelo, la pelea nunca hubiera terminado.
La azabache tan sólo masajeaba sus sienes. Venía la peor parte: el reparto ¿Es que no tendría algún día tranquila? Ahora escuchaba como su amiga Alya dirigía a su curso ¿Cómo llegaron a esa situación? Simple.
Una hora antes.
La chica se encontraba en la biblioteca buscando información para un trabajo de la señorita Mendeliev. Fue cuando escuchó a la bibliotecaria que el Director Damocles la solicitaba en su oficina. El sudor frío bajo por su espalda. En su mente trabajaba las posibles teorías por las que pudo ser llamada.
1) La cantidad de atrasos excesivos.
2) No prestar atención en clases por soñar con Adrien.
3) Hablar en clases con Alya.
4) Chloé le echó la culpa de algo que era inocente.
5) Tenía que ver con su condición de presidente de curso.
Y más allá no había ninguna más razonable que esas cinco, las cuales el ochenta por ciento era malo, muy malo. "Tranquila Marinette, nada malo te pasara" le aseguró su Kwami, rezaba que fuera así. Tocó dos veces la puerta y la voz grave del director la hizo pasar.
-Buenos días Director ¿Qué necesita?-
-Buenos días señorita Dupain-Cheng. Verá, como todos los años tenemos la obra escolar-
-Así es y el club de drama se hace cargo-
-Correcto... sin embargo, el club de drama fue llevado a Lyon para un intensivo curso de drama Shakespeariano-
-Oh- articuló la pobre. Estaba un poco confundida con los planes del adulto.
-Entonces en la reunión de profesores decidimos por una manera muy justa que curso llevaría la obra- la "manera justa" no fue nada menos que el simple azar.
-Déjeme adivinar, el nuestro-
-Brillante deducción. Ahora vaya avisarle a su curso-
Razones porque ella debía dar el anuncio y no él.
1) Le quería cargar el muerto.
2) Si no lo hacía, quizás le sacaría en cara todas sus faltas.
3) ¿Qué tan malo puede ser?
Ahora ella se encontraba golpeando su cabeza contra la mesa. Esperando un milagro que la libre de esa tortura. El rubio la miraba de soslayo con cierta compasión.
-¡No pienso utilizar un ridículo vestido!- espetó furiosa Alix.
-Ni siquiera hemos designado los papeles- obvió Kim.
-Sólo avisaba, tarado- le mostró la lengua como si actuará tal cual una cría de cinco años.
-¡Ya basta! Tenemos un mes. Debemos preparar escenografía, vestuario y los diálogos ¡Así que pueden cerrar sus bocas quince minutos!- todos le contestaron con un silencio, nadie se atrevía hacerla salir de sus cabales y terminar muerto. Aún tenían esperanzas de una larga vida. Con satisfacción, la morena continuó - Bien, debemos decidir los personajes principales-
Agarró el plumón y escribió rápidamente, con la letra más legible posible.
Cenicienta
La madrastra
Hermanastra 1
Hermanastra 2
Hada madrina
El príncipe azul
El rey
El duque
-Los otros serán papeles secundarios que serán repartidos por los que queden sin papeles. Todos vamos ayudar en escenografía, todos ¿escuchaste Chloé?-
-Sí, sí, continúa- bufó la rubia de manera desinteresada.
-Bien, ahora... ¡Nino tu dirigirás la obra!-
-¡¿Qué yo qué?!-
-Tiene razón, tú dirigirías el Horrorificador, tienes madera de director- apoyo la chica de dreadlox.
-Bien Spielberg ven aquí. Tú me ayudarás en la asignación de personajes-
-Que graciosa Alya, he de suponer que escribirás el libreto-
-Supones bien-
-Max estadísticamente hablando ¿Cuánto éxito tendríamos?- preguntó temeroso Nino. El aludido tomó su celular y comenzó a sacar cálculos.
-Viendo la variable del tiempo, calidad de actores, la belleza, la economía del país y que la historia es un cliché... sería de un trece por ciento a lo más-
Todos se preguntaban cómo demonios podía hacer eso, pero nadie se atrevía decirlo en altavoz, quizás el chico le explicaría con algo más enredado y sus pobres mentes nada matemáticas se fundirían.
-Ah... bueno... no es buen presagio-
-Pero daremos lo mejor de nosotros- Marinette se mostraba optimista, necesitaba crear esperanzas en sus compañeros.
-Marinette tiene razón, además tenemos un as bajo la manga- decía con una sonrisa que no pronosticaba nada bueno o eso sintió Adrien cuando se percató que Alya lo miraba.
-¿Ah sí? ¿Y cuál es, tonta?- preguntaba de manera altanera la rubia. Alya le haría tragar sus palabras e incluso daría por sentado que le rogaría por el papel protagónico.
-Nuestra salvación tiene nombre y apellido: Adrien Agreste- todos los demás asintieron, ella tenía razón.
-¿Y-yo?- tartamudeo un poco, pero es que todos dependieran de ti para una obra con fracaso rotundo era una gran presión.
-¡Claro, la población femenina te adora!-
-Es cierto, eres un chico educado- aportó Rose.
-Amable- mencionó Juleka.
-Deportista- dijo Alix.
-¡Perfecto!- agregó Chloé.
-Carismático- acotó Mylenne.
-Caballeroso- decía Sabrina.
-Tan guapo y hermoso- salieron de los labios de Marinette, aunque ésta ni se había dado cuenta. Por cada halago el modelo se sonrojaba.
-Si, además de sexy. Estoy segura de que si las chicas pudieran, te raptarían y no sé qué cosas te harían- finalizó Alya. "Tan violable" escuchó la morena una vez en otros cursos.
-Bueno...- comenzó el chico, claramente iba rechazar la propuesta. Pero vio como todos tenían esa mirada de cachorrito. Soltó un suspiro y sonrió -Está bien-
-¡Sí!- saltó alegre Bourgeois. Todas se prepararon para la situación que se avecinaba -Ya que Adrien será el Príncipe azul, opino que yo debo ser Cenicienta-
-Jajaja, la chica que ni siquiera sabe lavar un plato quiere ser Cenicienta- ante lo dicho por Alya todos se mofaron de Chloé.
-Soy la más adecuada. Soy rubia, tengo ojos azules y estoy segura que con el vestidito ese me veré genial-
-El maquillaje le mató las neuronas. El pobre Walt Disney se debe estar revolcando en su tumba al igual que los hermanos Grimm. No es necesario que seas parecida físicamente si no eres lo suficientemente apta para el papel-
-Entonces según tú ¿Quién es más "apta" para el papel?-
Esa sonrisa socarrona caló los huesos de la aspirante a diseñadora. "Ay no, ay no, ni te atrevas Alya"
-Marinette-
"Gracias, Tikki estoy muerta" la única respuesta que dio fue un fuerte golpe de su cabeza contra la mesa.
-¿Qué hice para merecer esto?-
Adrien la miraba con una sonrisa, a veces la chica resultaba ser muy graciosa.
Además de que la habían cargado con una obra que no tendría buenos resultados, ahora más encima sería la protagonista. La pobre Marinette estaba repasando su vida, buscando algo, ¿Qué hizo mal para recibir eso? Ni por mil Adrien le vería lo bueno a eso. Quizás sí, pero no debía dejarse convencer tan fácil.
-Eh... bueno- se rindió sin dar pelea, como esperaba la morena.
-Bueno chicos tenemos a nuestra Cenicienta y Príncipe azul-
Y vuelta otra vez los gritos de la rubia. Los protagonistas tan sólo se miraron y soltaron un suspiro al mismo tiempo. Ambos estaban en el mismo problema.
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