Unas zapatillas que no son de cristal

-No, no se de que estas hablando, déjate de bromas, ¿Dónde está la ropa?-Izuku lo ignora a propósito y sale rapidamente de ahí, se dirige al cuarto de Katsuki, si Kacchan no quería prestarle ropa, entonces la tomaría por la fuerza, había visitado esa casa muchas veces cuando era niño, no desconocía el camino.

-¿Sabes? Ese vestido te hacía un culo excelente, aunque sin vestido no estás nada mal, nerd-Katsuki suelta algo parecido a un elogio pero Izuku no responde, está demasiado avergonzado como para dar la cara.

Katsuki no lo negaría, Izuku nunca le había resultado indiferente, las cosas empeoraron el día que lo vio vestido de chica, bailando alegremente con otro tipo, una de las cosas que más se odian de la vida y de si mismo es no saber cuánto te importa algo o alguien hasta que estás a punto de perderlo para siempre.

¿Cuantas veces has sido consciente de los sentimientos de alguien mas?

¿Cuantas veces no les diste la debida importancia?

¿Cuantas veces provocaste que te dejaran solo?

Katsuki lo sabe, sabe que Izuku siente algo por él, por eso jamás se tomó la molestia de ejercer un cortejo apropiado, porque sabe que nadie tendría oportunidad con Izuku mientras él existiera.

Izuku jamás podría engañarlo, Katsuki lo conoce muy bien, su modo de caminar, sus gestos al hablar, Izuku podría engañar incluso a su madre, pero nunca a él.

-Hey Deku-Katsuki lo sigue llamando pero Deku no se detiene y eso le enoja.

Izuku entra a la habitación de Katsuki y camina hasta su armario, pero no alcanza a llegar, Katsuki lo sujeta por el hombro y a la fuerza lo hace girarse, ambos están cara a cara e Izuku ya no puede más, la vergüenza es demasiada.

-¿No usarás el vestido que te compré?-Pregunta algo molesto-Al menos podrías usar la ropa interior, aunque también podrías quedarte así-.

-¡Kacchan, ya deja de bromear conmigo!-Izuku ya está molesto, la ira sobrepasa a la vergüenza y por fin se arma de valor para confrontar a Katsuki.

-No estoy bromeando, Deku-Katsuki no pierde el tiempo y rodea la cintura de Izuku acercandolo a su cuerpo, técnicas de seducción clasicas que daban buenos resultados, las defensas de Izuku caen y deja al joven sin habla.

Izuku siente la mano caliente de Katsuki sujetando firmemente su cadera, siente de apoco como se eleva su temperatura, está prácticamente desnudo e indefenso y una parte de él se arrepiente de haber ido a esa casa.

-Dime Deku ¿Me odias?-Pregunta Katsuki pero ya conoce la respuesta, sabe muy bien que Deku gusta de él.

-No...-Izuku quiere decir algo más pero se detiene, después de todo, ya ni él sabe lo que quiere en ese momento, pero es cuando Katsuki comienza a acariciar su espalda desnuda que sabe cuán a gusto está entre esos brazos.

Katsuki era sólo un poco más alto que él, la diferencia entre sus cuerpos era muy notoria, Katsuki era musculoso e Izuku delgado.

Katsuki ve con agrado como Izuku no se resiste a sus leves caricias y decide subir el nivel, lentamente comienza a deshacer el nudo de la toalla que cubre a Izuku, lento muy lento, no pretende asustarlo.

-Kacchan...-Izuku quiere decir algo mas, pero con Katsuki besando su mejilla y cuello le es imposible, siente el cuerpo ligero y sin fuerzas, los besos de Katsuki le provocan cosquillas en su estómago, suspiros incontrolables salen de su boca ante cada beso suave que recibe.

No se da cuenta de en qué momento pierde la toalla que lo cubría y mucho menos cuando fue que Katsuki lo derriba en su propia cama y se sube sobre él, su pene comienza a responder inevitablemente, desea más, mucho más.

-De verdad, Deku ¿Tanto así me deseas?-Katsuki está feliz, se regocija al ver que Izuku lo desea tanto como él lo hace.

Izuku no lo niega, de forma inconsciente abre sus piernas y se deja hacer, Katsuki no lo rechaza y se frota contra Izuku, su miembro está erecto desde que entró a dejarle la ropa a Izuku y es un problema que debe resolver pronto.

Sin preguntar ni pedir permiso Katsuki se levanta y toma a Izuku por las caderas, lo voltea boca abajo y azota su trasero fuertemente, el impacto es algo placentero y tras el golpe sólo queda un ligero ardor, las pecas en las nalgas de Izuku se ven acentuadas por el color rojo que Katsuki dejó con su nalgada e Izuku se siente morir, está sintiendo placer, goza y se exita al ser sometido de esa forma, levanta voluntariamente su trasero mientras mira directamente a los ojos de Katsuki, espera que capte el vergonzoso mensaje que le es imposible transmitir con palabras.

Para su suerte Katsuki lo entiende y sonríe, lame sus labios y levanta su mano derecha, reanuda el castigo a su trasero y lo azota una y otra vez, ante cada golpe Izuku gime y solloza de gusto, pero tras un rato de castigo Katsuki deja salir su lado malicioso y se detiene, lo hace porque sabe que Deku podría llegar al orgasmo sólo con eso, los gemidos cada vez más audibles y el pene goteante de Izuku así lo confirman.

Katsuki desabrocha y baja sus pantalones junto con su ropa interior, separa los glúteos de Izuku y comienza a frotar la punta de su pene contra ese apretado agujero, pero eso no es suficiente, suelta el trasero ajeno y se inclina sobre Deku, muerde su espalda y su cuello e invade su boca con los dedos de una de sus manos, con la otra acaricia el abdomen de Izuku y estira sus pezones de cuando en cuando.

-Chupalos-Susurra Katsuki e Izuku obedece sin replicar, sabe que Katsuki está tan desesperado como él.

Izuku lame los dedos mientras su trasero se mueve presionandose contra el pene de Katsuki, no es un ignorante y sabe que le dolerá lo que está por venir pero no se acobarda, lejos de eso se exita y se impacienta, no le pasa por la cabeza que tal vez ese encuentro sea algo de una sola vez, cree conocer bien a su amigo para saber qué él no es así.

Katsuki también está ansioso y retira los dedos de la boca de Izuku, le encantaría prolongar más esto pero sabe que ya no puede, su cuerpo le exije que tome al muchacho y eso es algo que Katsuki ya no piensa posponer.

Katsuki vuelve a girar a Izuku y se inclina nuevamente sobre él pero ésta vez es Deku quien comienza el beso mientras abre sus piernas tanto como puede, los besos de Katsuki son como sedantes para él y su cuerpo entero se prepara para recibirlo.

-¡Kacchan!-Izuku grita mientras su cabeza se mueve para atrás.

Katsuki es demasiado rudo desde el comienzo, acaba de meter hasta el fondo su dedo medio, aún así Katsuki no retrocede y hace círculos en el interior de Izuku, el pobre chico gime y usa sus propios brazos para esconder su rostro, el sonido húmedo de ese dedo hurgando su interior lo avergüenza y le hace enrojecer.

Eso provoca el disgusto de Katsuki quien mete un segundo dedo de improviso, él desea ver todas y cada una de las expresiones de Izuku, pero si él no le permite verlas entonces se desquitara de otra forma.

Ambos dedos avanzan y se abren camino en su interior, para esas alturas Izuku ya no reprime sus gemidos, sus manos ya no están sobre su rostro, en su lugar se aferran con fuerza a las sábanas mientras Izuku aprieta los ojos y se retuerce sobre la cama.

Katsuki curva los dedos buscando la próstata de Izuku, no demora mucho en encontrarla, la voz de Izuku es una pista valiosa y sabe que ha encontrado lo que buscaba cuando Izuku lanza un grito agudo y un poco de líquido escapa de su miembro.

Ante esa sensación sobrecogedora, Izuku queda indefenso, su boca y sus ojos se abren tanto como pueden mientras su espalda se arquea y siente su cuerpo temblar, eso ni siquiera fue un orgasmo e Izuku ya ha perdido las fuerzas.

Katsuki ya no se molesta en meter un tercer dedo, una vez encontró lo que buscaba sabe que ahora es su turno de sentirse bien.

Katsuki retira los dedos del interior de Izuku y se toma un tiempo para observar, Katsuki le recorre con la vista de la cabeza a los pies, a su vez los ojos verdes y cristalinos le miran expectantes ocultos tras unos cuantos mechones de pelo, el sonrojo en las mejillas pecosas termina de cautivarlo, los labios entreabiertos se le antojan terriblemente pero se resiste y es cuando una punzada en su pene frustra su recorrido.

Ya no puede más, tiene que entrar, pone las piernas de Izuku sobre sus hombros y con cuidado pone la punta de su miembro en la entrada de Izuku, está resbaladizo y aún así le cuesta trabajo poder entrar, aún así no se detiene y sigue su avance pese a los quejidos que Izuku se esfuerza por reprimir.

Se detiene sólo hasta que ya está completamente dentro y es ahí cuando Izuku por fin obtiene un respiro, o eso es lo que él cree, su rostro lloroso no le inspira a Katsuki ningún tipo de compasión, todo lo contrario, Katsuki llega al límite de su exitación y comienza a embestir, una y otra vez, lenta y profundamente, sacando quejidos y eventualmente gritos de la garganta de Izuku.

Katsuki se esfuerza en ir a un ritmo lento, no quiere dañar a Deku, pero el interior de Izuku no le ayuda a contenerse, está caliente y muy apretado, inconscientemente aumenta la velocidad y apunta directamente a la próstata, es ahí cuando Deku reacciona y comienza a gritar.

La cama cruje y rechina mientras Katsuki entra y sale de Izuku una y otra vez.

-Deseabas esto ¿No es verdad? Dime ¿Cuantas veces te has tocado pensando en mí?-Pregunta Katsuki, pero Izuku no da una respuesta.

-¡Más..! ¡Ah, Kacchan, más!-Deku ya no puede más, su interior arde y se comprime, Katsuki está golpeando directamente su próstata, no resistira y lo sabe, aun así se esfuerza, cierra los ojos y se concentra en Katsuki, en el pene que frota sus entrañas una y otra vez, en las manos que sujetan firmes sus caderas, en los gemidos roncos que Katsuki deja salir sin querer.

-Miserable...-Escuchar a Izuku gritar de esa manera lo lleva al límite, va a terminar en cualquier momento y lo sabe.

-K-kacchan... ¡Ah..! Por favor a-abrazame...-Izuku estira los brazos y Katsuki sonríe.

Suelta sus muslos y se quita las piernas de Izuku de los hombros, jala a Izuku hasta levantarlo y dejarlo sentado justo sobre su miembro, Katsuki lo sigue empujando mientras Deku se aferra a su espalda y le gime al oído.

Por si fuera poco Izuku a comenzado a responder a los movimientos de Katsuki, sube y baja su trasero para profundizar la invasión a su propio cuerpo, desea que Kacchan lo llené y para Izuku mientras más profundo mejor.

-Kacchan, hazlo dentro, quiero que acabes dentro-.

Katsuki no puede responder en esta ocasión, Izuku lo toma por sorpresa y le roba un beso, uno profundo, largo y húmedo, ambas lenguas se frotan entre si y aun cuando el aire ya les falta se niegan a separarse.

La sucia petición de Izuku mas el beso profundo que están compartiendo, termina por provocar el orgasmo de Katsuki, el interior de Izuku se comprime al mismo tiempo que Deku grita y eyacula sobre su abdomen.

Con los ojos entrecerrados Izuku cae débil y de espaldas en la cama arrastrando a Katsuki con él, el aire les hace falta y ambos luchan por recuperarlo.

Ambos se separan sin decir una sola palabra y se concentran sólo en reponer fuerzas, Izuku quiere correr lejos de ahí, pero sus piernas no le responden, se detiene a pensar que tal vez Kacchan lo quiera fuera de su cama y de su vida, pero por el momento tendrá que soportarlo.

Pasan las horas y ambos aún siguen en la cama, contrario a todo lo que Izuku pensó, Katsuki le abraza por la espalda, ambos están de cucharita y al menos para Deku, la situación no puede ser más extraña.

-"¿Que somos ahora?"-Deku quiere preguntar, pero no puede.

Aún así, no es necesario que lo haga, Katsuki, desnudo como está, se levanta de repente y va rumbo a su armario, ante la mirada de Izuku comienza a sacar muchas bolsas, reconoce los logotipos impresos en ellas, odas son de tiendas de ropa.

Curioso se levanta hasta quedar sentado y Katsuki le pasa algunas de ellas, en todas hay ropa femenina, vestidos, faldas y blusas son puestas sobre la cama.

-Vistete, nerd-Dice Katsuki, pero Izuku no entiende nada.

-¿Kacchan, que es todo ésto?-.

-La ropa que usarás para nuestras citas-Responde como lo más normal del mundo.

Izuku está confundido y al mismo tiempo está feliz, inconscientemente elije un vestido corto de un verde claro y ante la mirada de Katsuki se lo pone.

Katsuki lo ve de arriba a abajo e Izuku puede ver en su rostro que algo no le convence, sin decir nada Kacchan sale de la habitación unos momentos y regresa con las zapatillas que Izuku perdió en aquella ocasión.

Katsuki pone una rodilla en el suelo y le ofrece una de las zapatillas, Izuku no lo hace esperar levanta uno de sus pies y Katsuki ve con agrado como el calzado le queda a la perfección.

Ahora Katsuki está completamente seguro, él no es un príncipe y Deku no es Cenicienta, así que no dejará que se escape, ni aunque el reloj marque las doce.

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