2.- Primera vez juntos.

- ¿Donde se metió el bicho y cubo de hielo?

Era un día como cualquiera, tocaba entrena a los nuevos reclutas, pero ni Escorpión o Acuario estaban cerca.

- ¿Que no sabes?- Kanon miro a su gemelo, era obvio que no sabia si estaba preguntando- piensa, las únicas dos veces en el año que esos dos se pierden por tres días.

- ¡Ah! Ya me acorde... Que suerte tiene Camus, alguien lo cuida en esos días.

Desde el incidente con esos soldados que fueron dados de baja, Milo no lo dejaba solo los días de su celo. Se excusa diciendo la "misión" que Shion le dio esa vez y Camus no se quejaba. Pocos Omegas corrían con la suerte de tener un Alfa o Beta que los cuidara esos días.

- ¿Te estas quejando que no te cuido?... por si no te acuerdas hermanito, me desvelo por ti.

Kanon le sonrió coqueto. ¡Mala señal! Había despertado la parte más oscura del menor.

-Y vaya que lo haces...

- ¡Ya no quiero escuchar detalles! Suficiente tengo con ser su maldito vecino, ¡Prefiero irme al Yomotsu cuando se desvelan!

~•~

Tal y como dijo Saga, los próximo tres días Milo no dejaría la casa de Acuario por nada del mundo, a menos que sea por un llamado del Patriarca. Llevaba cumpliendo esa misión desde hace casi cuatro años lo cuidaba como nunca lo hizo con nadie en esas fechas. Cuando era más pequeño no entendia porque nunca supo de los Celos de Kanon y era por un detalle, el gemelo menor ya había sido marcado y solo a su Alfa llegaria esa dulce fragancia que emitían los Omegas. La que ahora mismo lo estaba casi torturando.

Esa dulce esencia llego a sus fosas nasales; cada año le era más difícil ignorarla se resistía lo mejor que podía para no parecer un loco que quería tirarsele encima a su mejor amigo, aunque muy en el fondo fuera verdad.

Estaba sentado en la entrada del onceavo templo, mirando las escaleras y concentrándose lo más posible por ignorar la fragancia que parecía invitarlo a buscar a su dueño.

- Milo.- sintió una fría mano en su hombro, se estremeció sin querer- ¿Que haces afuera?

- Nada, solo pensando.

- ¿En qué?- se sento a su lado. Sin darse cuenta que su cercanía ponía nervioso al menor.

- En... bueno.

Camus sonrió un poquito, sabía porque estaba ahí y porque le costaba mirarlo a cara en esa fechas.

- Milo creo que encontré a mi Alfa.

- ¿¡Qué!?- se levanto de golpe mirando al otro sin poder creer lo que había escuchado.- ¿Cuando?

- Hace mucho en realidad, solo que tanto él como yo nos hemos estado haciendo los tontos por años.

Milo sintió que se le apretaba el corazón con cada una de sus palabras. Camus ya sabia quien era su Alfa, ese precioso Omega se iria con su destinado y ya no necesitaría de su protección, odio lo simple idea.

- ¿Lo conozco?- Acuario asintio- ¿Como es?

No queria escuchar su nombre aún. Pero cuando supiera quién era lo buscaría apenas pudiera y le daría la advertencia de su vida, si llegaba a lastimarlo de alguna forma tendría sus 15 Agujas clavadas en el trasero sin importarle nada.

- Es menor que yo, un poco más alto, moreno, cabellos azules que parecen un nido de pájaros pero que me encantan, unos ojitos celestes que derretirían a cualquiera. - se levanto para tomar las mejilla del menor entre sus manos- me ha cuidado desde hace cuatro años para que nada malo me pase, y ahora mismo me mira sin poder creerlo.

No se lo creía, por más que el mismo Camus se lo estuviera diciendo a la cara, no le caía en la cabeza. Su Alfa era él, por eso su aroma lo llamaba, por eso ese sentido de protección, esa necesidad de no dejarlo solo por más que estuviera capacitado para defenderse. Atino a rodear sus manos con cariño sin saber que decirle todavia.

- Sé lo que piensas. Es verdad lo que te digo Milo, tu eres mi Alfa y yo soy tu Omega, ningún otro hubiera esperado tanto tiempo como tu lo haces.

Llevo una de las manos griegas a su cintura, desconcertando más a Milo.

- ¿Camus que estas...?

- Quiere compartir este Celo y todos los siguientes solo contigo...

No pudo seguir, unos labios inexpertos se apoderaron de los suyos, fue la mejor sensación de su vida y no queria que se terminara. Las manos del Escorpión se abrazaron a su cintura con fuerza, mientras él subía las suyas a su cuello, no quería soltarlo por nada del mundo.

Sus pies se movieron solos, ambos conocía el camino a la habitacion de memoria, ninguno de los dos tenia muy claro lo que tenían que hacer, por lo que se dejarían llevar y que los instintos aflorarán. Las manos de Milo recorrían sus piernas con algo de fuerza pero con cuidado a la vez, su boca bajo a su cuello dejo escapar un dulce suspiro que volvió loco a su Alfa.

- ¿Puedo besarlo?

- Ah Haz-lo- no necesito ni responder solo sintió su cuello ser recorrido por sus labios.

Su cuerpo se sentia más caliente y deseoso de lo normal, comenzo a tirar de los cabellos azules sin darse cuenta, cosa que le encanto al otro. Sus cuerpos se rozaban con cada uno de sus movimientos, ni cuenta se dio cuando quedaron sin nada que les cubriera el torso.

- Acuestate.

Así lo hizo, quedo boca arriba esperando que le haria ese griego hiperactivo. Milo se subió sobre él solo para deborarle los pezones, esas pequeñas masitas de carne lo invitaban a mordelas. Sus manos recorrían las piernas de Camus, cada rincón de ellas con un descaro que ni sabia que tenía. Comenzó a bajar el pantalón y la ropa interior mientras él mismo bajaba dejando un camino de besos por esa pancita tan tentadora. Llego a la fuente de todo, ese pequeño paraíso entre sus piernas el que quería conquistar pero no estaba seguro como. Ademas quería probarlo. No lo pensó mucho y simplemente lo hizo.

Camus se arqueo al sentir su boca en ese lugar, nunca se le paso por la mente que Milo haria algo así, la sensación de su lengua degustando era mucho para él. Los gemidos aparecieron y no pensaba callar ninguno.

- Hazlo de una vez...

- ¿Que quieres que haga?- su mano derecha jugueteba con su entrada, le encanto ver como se retorcía sobre la cama por ello.

- ¡Maldición Milo tienes 18 años deberías saberlo!...¡Ahh, Dioses!

Un punto exacto en su interior estaba siendo estimulado.

- Vuelve a hace eso.- beso su cuello.

- ¿Que...?

-Perder el control.

Le sonrió juguetón. Pero para el otro fue un reto.

- Haz que lo haga.

Ni si quiera le aviso, levanto su cadera para acomodarse entre sus piernas, y de una sola vez entro, aunque lento tampoco quería que pensará que era como esos dos soldados de años atrás que solo querían aprovecharse de él.

No espero nada y comenzó a moverse. Le encanto las sensaciones que ese apretado interior le estaba haciendo sentir. Camus se sentia lleno por completo de su boca solo podían salir incoherencias.

- Sigue...

- ¿Que?- se hizo el sordo, y al mismo tiempo que se preparaba para algo más.

- ¡Maldita sea, no pares!- dio una embestida mucho más fuerte que las anteriores.

- Ves que lo logre...

Camus tocaba las estrellas con las manos en cada una de esas esticadas directas a su prostata, sentía que en cualquier momento estallaría de tantas sensaciones a la vez. Se perdió por completo en el placer de su cuerpo cuando Milo tomo su miembro para masajearlo al ritmo de sus embestidas.

La mejor noche de sus vidas.

~•~

A la mañana siguiente, Milo despertó primero sin poder creer que tenia a ese bello ser de cabellos aguamarina durmiendo completamente desnudo sobre su pecho. Vio la mordida en su cuello. El vinculo estaba hecho y estaba seguro que nadie seria capaz de romperlo.

🍎❄

¡Aiudaaaa me fui a lo cursi bien feo!

Creo que es obvio quien marco a Kanon xd.

Pd: ¡Volveremos a traumar a Escorpión! 😃

ScorpioNoMilo.💕

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