XIV. Destruido.

Harry. 

Pude haberme marchado y dejar a esa chica sola y sin respuestas, pérdida en su delirio y tal vez no me importaría. Pude volver a casa y estar con Célia como lo había estado todos estos días, pude haber hecho muchas cosas. 

Pero no lo hice. El miedo de perderla es cada vez más fuerte mientras la chica me mira y las lágrimas continúan mojando su rostro, ella es algo joven, demasiado realmente. Al menos tendrán como 20 años, o incluso, menos. 

Realmente pensé que sería una mujer de edad, pero aún así, creo que ella puede apartarla de mí. Ella la conoce más, tal vez Célia la aprecie mucho más a ella. Yo no soy su papá, ella puede creerlo, pero no lo soy. Es la realidad y no puedo hacer nada. Tenía la emoción de poder pasar navidad junto a ella, verla corretear por el departamento y jugando con su peluche nuevo, vería su sonrisa de satisfacción en su precioso, inocente y dulce rostro. 

Tal vez Louis tenía razón. Tal vez debo resignarme, y dejarla ir. Quizás es con ella con quien debe estar. 

"¿La has visto?" la chica pregunta, su voz suena apagada y casi delirante, sus labios tiemblan mientras habla y parece destrozada. 

Reuno mis pensamientos y trato de buscar la mejor respuesta. No, sé que Célia la ha extrañado y ha preguntado mucho por ella, no podría ocultarla de su lado, simplemente no.

"S-sí" apenas digo porque mi voz se vuelve un hilo. Su rostro se suaviza y su expresión de dolor cambia radicalmente. Noto un rayo de esperanza en su mirada y me obligo a apartar la mirada. 

"¿Dónde está? Por favor, llévame con ella" ella casi suplica y yo asiento.

"La encontré sola hace casi una semana, estaba lloviendo y estaba muy fría" le digo y ella me mira mientras hablo.

"Oh, Dios. Debí sacarla de ese lugar cuanto antes, no me debió importar. Célia es muy importante para mí, por favor, quiero verla. ¿Ella está bien?" ella habla y realmente veo dolor en sus palabras. Ella la quiere, mucho.

"Ella está bien, ahora está conmigo" le digo y quiero de alguna manera, impedir que ella la haga irse. Quiero que ella se quede conmigo. 

Quiero decirle que ella está mejor, que es feliz conmigo. Por que siento que ella se la llevará. Me doy cuenta de que eso quizá me dejaría destrozado, no soportaría otra cosa como esa. 

"Mira, por favor, llévame con ella, por favor" ella vuelve a suplicar y yo asiento porque sé que no es mi derecho impedirle verla, no tengo derecho sobre Célia realmente.

Ella se levanta y limpia su rostro, entonces me sigue hacia el estacionamiento y sube al auto, parece algo desconfiada y la entiendo. Tal vez ella puede creer que soy una mala persona y quiero hacerle daño a Célia, o no lo sé, estoy pensando demasiado. 

Hago todo sumamente lento, tal vez quiero demorar más el dolor que se, se extenderá y me dejará sin fuerzas. Soy una exagerado pero no podría encontrar las palabras posibles para describir lo que siento por esa niña, tiene algo especial que la hace diferente a los demás niños, ¿eso sentirán todas las personas que tienen niños? ¿Sienten la misma necesidad de protegerla, cuidarla y quererla? Que nada malo le pase en la vida, que crezca y se supere cada día, al igual de ver lo hermoso que es verlos crecer. Eso quiero con Célia, mi vida ha sido solitaria y vacía desde hace algún tiempo, desde que aquella noticia atacó a mi vida nada es lo mismo .Y Célia opacó todo ese sufrimiento con su inocencia y su alegría. 

No puedo ni quiero pensar en como sería mi vida sin verla, sin desayunar con ella todos los días y comer fresas igual, como lo hemos estado haciendo. De responder sus preguntas más banales. 

"¿E-estás bien?" escucho la voz de la chica a mi lado, no he arrancado el auto y siento como una lágrima me recorre la cara. 

"Sí, no es nada" respondo y enciendo el auto. Salgo hacia la carretera y trato de hacer más largo el viaje, pero sé que es imposible. No puedo evitar lo que va a ocurrir. 

El viaje hacia casa es silencioso y casi doloroso, cuando llegamos, siento pánico.

Cuando subo cada escalón y estoy en el ascensor, es casi insoportable la idea. 

Entonces cuando inserto la llave en la puerta, me preparo para todo. Escucho la risa de Célia y su cuerpo pequeño abalanzarse contra mí, correspondo a su abrazo fuertemente y demostrándole mis sentimientos, reprimo las lágrimas porque sé que no le gusta ver a las personas llorar. 

"Célia, hay algo que debo mostrarte" le digo y mi voz tiembla.

"¿Qué pasa, papá?" ella pregunta y es catártico para mí, papá, siento miedo de no volver a escuchar esa palabra de sus labios.

"Célia..." una voz interrumpe y ella la reconoce de inmediato, noto como su rostro cambia radicalmente y busca a la persona dueña de esa voz. La chica se asoma y Célia se abalanza contra ella y la abraza fuertemente, ella no para de chillar con emoción mientras lo hace y la chica sonríe mientras acaricia la espalda de mi niña. 

"¡Dulce! ¡¿Santa te trajo?!" ella le pregunta y Dulce sonríe y frunce el ceño. 

"¿Quien es la chica?" escucho un susurro a mi lado y reconozco la voz de Louis, él está a mi lado y observa algo confundido la escena. Niego con la cabeza.

"Pasa, por favor" le digo a Dulce y ella se levanta y toma la mano de Célia, ella no me mira mientras está con ella y cierro la puerta, me permito apoyar mi cabeza en ella y respiro profundamente. 

"Papá, Harry... ¿estás bien?" escucho la voz de Célia demasiado cerca, me giro y la miro, ella está de pie detrás de mí, mirándome con sus ojos azules que destacan para mí, una sonrisa surca su rostro.

"Sí, no es nada. ¿Estás alegre porque ya has visto a Dulce?" le pregunto y ella asiente con la cabeza. 

"¡Si, mucho! ¡Pero también estoy feliz por que volviste! ¡Louis me ha ayudado con mi carta para Santa! ¿Quieres verla?" ella me pregunta y yo me agacho y estoy a su altura, ella junta sus labios.

"Sí, pero... ¿que te parece si primero voy por un vaso de agua para Dulce?" le pregunto y ella asiente.

"¿Quieres que te ayude?" ella pregunta.

"No, quédate con Dulce, ¿vale? Regreso ahora" le respondo y beso su frente, Dulce nos observa desde el sillón y noto la confusión de su rostro. 

Voy a la cocina y busco un vaso y luego voy al refrigerador, saco una jarra de agua y lleno el vaso. Louis aparece segundos después y me habla cautelosamente.

"Tienes miedo" él me dice y lo miro. 

"Sí" suspiro y me permito sentarme.

"Comprendo porque lo tienes, Harry. Célia es una niña dulce, amoros y cariñosa. Debes ver lo que escribió en la carta... " él dice "La juzgué realmente mal, la verdad es que es una gran niña. Hermosa" Louis dice y se sienta en la mesa.

"Ella no se irá, Harry" él trata de consolarme y sacudo la cabeza.

"¿Y si quizás, ella tiene la patria potestad de Célia?" le pregunto y él parece meditar la opción, no había pensado en ello. Pero si es verdad, entonces no hay nada que pueda hacer. 

"Harry, Célia vivía en la calle. ¿Crees que, si ella tuviera la patria potestad, estaría aquí contigo siquiera?" 

"No quiero pensar ahora en eso" digo y regreso hacia dónde Célia está. 

Ella esta sonriendo mientras habla con Dulce y me quedo en anonimato mientras la observo. Louis tal vez tiene razón, ella quizás no estaría aquí, junto a mí, si tuviera alguien responsable por ella. Estoy exagerando y esa chica es muy joven como para ser la mamá de Célia. Debo calmarme.

"Toma" le tiendo el vaso a Dulce y ella fuerza una sonrisa. Asiento con la cabeza y ahora Célia me habla.

"Papá, ¿verdad que Dulce tiene unos ojos bonitos?" ella pregunta y yo la miro, la chica se sonroja y no sé como reaccionar, creía que le tenía algo de desprecio pero es realmente inofensiva. Es sólo una chica. 

"Sí, igual que los tuyos" le digo a tono divertido y pellizco sus mejillas, ella ríe.

"Célia, ¿puedes venir un momento? ¡Necesito tu ayuda!" escuchamos la voz de Louis y Célia se encoge de hombros y corre hacia la cocina.

La sala de mantiene en silencio por unos momentos y creo que es insoportable.

"Célia te llama papá" ella dice y yo la miro.

"Sí, para mí, ella lo es" respiro "Mira, entiendo que quizás quieras llevártela pero, Célia se ha convertido en alguien muy importante para mí, es una gran niña y me estoy preguntando porque permaneció en las calles; realmente me pregunto, ¿porque no estuvo contigo siempre?" hablo y ella agacha la cabeza, escucha atentamente mis palabras y frunce el ceño.

"Encontré a Célia hace un año, iba saliendo de un lugar en el cual estaba buscando trabajo. Ella estaba ahí... sola, desamparada y llornado, se había caído y se lamentaba mucho. Recuerdo que cuando me vio sonrío y dijo que era muy linda, le pregunté donde vivía y cuando me lo mostró, el alma se me rompió. ¿Cómo es posible que unas personas tan pequeñas e inocentes estén pasando por tanta necesidad? Quise llevarla conmigo porque es niña robo mi corazón desde que la vi, pero no podía, el lugar dónde vivo es todo lo menos adecuado para ella, y el dinero no me alcanza. Y respecto a tu pregunta, no me la llevaré. No tengo el derecho y además, ella te quiere. Diría que demasiado y tú pareces una buena persona" ella dice y mi corazón salta, Dulce y yo tenemos muchas cosas en común y la primera es que:

Los dos amamos a Célia de la misma manera. 


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