•07•
Quisieramos que las cosas sucedieran de una forma en especial. Pero nos encontramos sujetos a las falencias de los demás y todavía mucho más a las propias.
Por eso resulta imposible suponer que siempre nos irá bien.
Un día te encuentras arriba, sentado en una cómoda silla sin pensar en las adversidades, y al otro simplemente te encuentras derrotado, desde el suelo, rendido. Pensando en todo aquello que has perdido, recordando las apuestas que has derrochado, y cuestionando el porqué de las cosas.
Nadie debería culparse del todo.
No somos los únicos responsables de nuestras caídas, pero si nos corresponde a cada uno de nosotros, levantarnos por nuestra propia cuenta, esta vez a sabiendas de que nada es inamovible y perfecto como se supone.
—Yewon levanta más la barbilla por favor. —la voz de Nam se hizo notoria detrás de la cabina, la menor del sexteto obedeció al instante.
El grupo se encontraba grabando su próximo regreso luego de arrasar con un mini álbum que quedará para la historia. Dando la bienvenida así, a su primer álbum completo.
—O-oppa... —voltee al encontrarme con su frágil persona— ¿me das un minuto? —desde su último proyecto, a estado esforzandose mucho en cambiar su perspectiva de las cosas y eso es de admirar.
—¿Qué ocurre?
—¿Has terminado tu proyecto? —pregunto con timidez, después de todo, poco a poco a comenzado a husmear en medio de mis trabajos de tiempo libre.
—¿Por qué?, ¿quieres escucharlo? —una sonrisa dulce adorno su rostro— No creo que sea una buena idea, no quiero asustarte.
—Oye, deja de insinuar que soy un niño. —se quejo mediante mohínes.
—Deja de actuar como uno. —me cruce de brazos— Únicamente los niños se esconden detrás de sus tutores. —ocasionando que guardara sus excusas y bajará la mirada.
No era la primera vez hablando del tema, solíamos conversar con frecuencia cuando nos topabamos en el edificio, entre alguna que otra broma de mí parte, me gustaba sacarle una sonrisa, que portara mas confianza.
—La soledad no es tan mala, te enseña lo más importante. —sus ojos dieron con los míos en tristeza— A quererte y mucho. —pero sus labios no se inmutaron a guardar silencio— Dime, ¿quién te mintió tanto como para que no llegues a pensar que eres increíble? Porque lo eres Yewon, —eleve mí mano para dar con su cabello— puedes ser lo que tu desees, siempre y cuando no te traiciones a ti misma.
—No siempre es sencillo...
—Nadie dijo que lo seria, pero eso es parte de crecer.
—¡Min Yoon Gi! —la puerta fue abierta dejando ver el semblante estúpido de mí buen y mejor amigo, Hoseok.
—¿Por qué demonios te quedas callado?, ¿Nadie te enseño a tocar antes de ingresar? No, eres maleducado de por si, pobre de unnie, siempre esforzandose.
—¡Oye! Lo siento, Yewonie, no quise irrumpir así, es solo que alguien no responde mis llamadas.
—Recuerdo que te puse en la lista negra.
—¿¡Me bloqueaste!? —genere una mueca por su constancia en levantar el timbre, mientras la menor comenzaba a reír suavemente, en su intento de ser sutil al respecto— Mira, incluso Yewon se ríe de mí, maldito egocéntrico... —se forzaba en mostrarse indignado y lastimado.
—Si si, como sea. —le pase de largo— Tengo que trabajar.
—Oye, no me ignores. ¿Cuando dejaras al viejo? —sali del cuarto dejándoles solos— ¡Yoongi! —tomando mí teléfono para revisar los mensajes del mayor antes de partir.
—Woah, es tan "diligente". —se quejaba con ironía el castaño para suspirar.
Oppa es un chico agradable, en sus ojos puedo ver tremendo torbellino de historias nunca antes contadas, emociones guardadas, anécdotas de auto superación y enseñanzas de auto valor. Se que tengo mucho que aprender de él.
Quizás tenga razón, a veces será necesario navegar grandes distancias en soledad, por más acompañados que podamos estar, muchas veces no para saber lo que se tiene, más bien, para comenzar a darse cuenta de lo que uno mismo vale.
—Pequeña, ¿puedo preguntarte algo? —volvi a verlo para sonreír dulcemente en respuesta positiva hacia sus mejillas sonrosadas— Eunbie, ella...
¿Sería mucho pedir un compañero como Hobi oppa en mí vida? Es realmente tierno, no puedo creer la suerte que tiene unnie, a pesar de la desdichada situación actual y la presión que no le permite ser más liberal con sus acciones.
Aún así, no me cabe duda alguna, que si Eunbi quisiera, no dudará en jugársela por completo.
—Yewon, ¿por qué tardas tanto? Vamos a... —la voz de Yerin ceso una vez que ingresó y dio con la mirada de su hermano mayor, quien le sonrió encantador— ¿Qué haces aquí oppa?
—Hola hermana, también me alegra verte. —esta rodó sus ojos para cruzar sus brazos por encima de su pecho.
—Se honesto, viniste por tu querido amigo. —sonrei ante el dulce pero evidente estado de celos que destila de la mayor.
Mientras que nuestro apasionado couch corría hasta ella para rodearla entre sus brazos.
•
•
•
•
La tarde paso con velocidad, me encontraba ansiosa por la nueva etapa a la que nos enfrentamos, y es que un nuevo regreso está esperando a la vuelta de la esquina. Y yo... bueno, digamos que no genere mucho cambio, físicamente hablando.
Observé el reflejo de mí espejo. Se que mí apariencia nunca fue el problema, pero sentía que era culpa mía, por no cumplir con sus altas expectativas.
Recordé una de mis canciones favoritas del álbum.
Incluso si me duelen los pies,
caminando hacia ti.
Incluso si no me conoces, quiero permanecer junto a ti.
No porque parezca hablar de amor, más bien... porque refleja el deseo internalizado que cualquier persona normal e insegura debería tener.
Por favor mírame y sonrieme, por lo menos un vez, dime que me amas.
No podre verte más, no me olvides.
Porque no puedo estar más cerca, porque no puedo decir nada.
Mi mente quizás y desaparezca como las burbujas en el agua.
Aceptación.
Comprensión.
Desición.
Por favor abrázame.
No me dejes sola en esta oscuridad.
Ayer en mi sueño venias a mi y dijiste que me amabas, eso fue lo que dijiste.
Amor propio.
A sabiendas de que solo eres una pequeña fracción de todo lo que sueles mostrar en la superficie.
Me preguntó, ¿qué se encontrará haciendo Yoonie oppa justo ahora?
Una tonta sonrisa de compasión se poso en mis labios, era suficiente por hoy. Me aleje de aquel triste reflejo, dudosa de cual sería mí siguiente paso. Observé el lavatorio y abrí la canilla, dejando caer el agua, mientras me acercaba hacia el inodoro.
Tragué con dificultad, a sabiendas de que no era lo correcto, pero recordando los malos comentarios de último comeback. No estaba preparada para enfrentarlo de nuevo.
Cerré mis ojos, arrugando mí nariz para adentrar así, dos dedos a mí boca.
Sufriendo por esta debilidad.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top