°06°
Me cansé de escuchar las llamadas de atención por parte de Namjoonie y Jinnie oppa, las palabras de consuelo de Rinnie, Sojung y Adora. Pero lo que más duele es el semblante de preocupación en los rostros de mamá, papá y mí hermano mayor; porque aunque lo oculten detrás de cada video llamada, soy muy consciente de que ahí está, el verdadero sentimiento.
Duele en el alma porque se cuanto sufren y oran por mí, día con día, anhelando por mí bienestar, sobre guardando mí fe y las creencias que ellos mismos inculcaron y fui yo quien regó con paciencia, deseando ver los frutos algún día.
Pero eso día parece tan lejano. Nunca he culpado a Dios de nada, reconozco su cuidado y el amor que me brinda en cada instante, a pesar de los malos comentarios, no reniego de mí apariencia, se que algo mejor trasciende de está.
Pero me desiluciona un poco ver lo frágil que puedo llegar a ser ante la presión ejercida sobre el camino que decidí tomar.
“Si no te sientes a gusto, siempre puedes volver.”
“Aquí estamos para ti, pequeña hermosa.”
“No dejamos de darle tantas gracias a Dios por la preciosa semilla que nos brindo, la misma que algún día de estos, florecerá y será la más hermosa de todas las rosas en el rosal.”
Sus palabras son aliento, consuelo y vendas. Me obligan a doblegar rodillas y seguir creyendo en ti.
—Por favor, no me dejes caer... —susurre, rendida a cada lágrima— prometiste acompañarme en todo tiempo, y en mí debilidad, tu te haces fuerte.
Soy más que débil, soy un alma quebrada cada día en pedazos por sus inseguridades, por sus persecuciones. Por sus perseguidores de rostros y voces desconocidas, pero de duras, claras y sinceras posturas.
—Eres mí esperanza, dame las fuerzas que no poseo. Gracias, amén. —abro mis ojos para poder limpiar mis mejillas y enderezar mí postura, terminando por sentarme sobre la cama.
Quisiera alguna señal mágica, pero se que las cosas no funcionan así, todo es en base de esfuerzo y dedicación.
La puerta se abrió de golpe y voltee encontrándome con el semblante serio y desganado de Eunbi.
—Baja a desayunar, el día será largo y necesitas energía para cada promoción. —dicho esto, se alejó, cerrando la puerta detrás. Una tonta sonrisa se poso en mis labios.
Su mecanismo de defensa es ser fría, quizás porque no suele fiarse de palabras bonitas o promesas sueltas con facilidad.
—¡Espera! —me apresure a seguirle, captando su atención antes de bajar por las escaleras.
—¿Qué? —nuevamente, su timbre demandante me reprime. Baje la mirada para llenarme de valor.
—Quiero que seas honesta conmigo. —asintió con un gesto sobre sus labios— Se que no le odias, pero es un hecho que me tratas diferente a las demás. ¿Por qué te caigo mal?
—No es que me caigas mal, pero me desagrada tu comportamiento. —bufo reprendiendose así misma— Mira, me has pedido que sea honesta contigo. Pues bien, lo seré. —se cruzo de brazos para verme con seriedad— Actúas como una niña pequeña, ambas tenemos la misma edad, así que no es excusa alguna. No puedes verme a los ojos y eso me molesta, sueles actuar como si nada, porque eres condescendiente con todos los que te rodean y en serio me irrita. Porque no pareces tu misma, no se quien eres y entonces tampoco como debería tratarte.
—¿¡Niñas qué esperan!?
—¡La comida se enfría! Y si se tardan más, Bi se comerá todo.
—Oye, deja eso.
—Ahg~, ¡Yuna no!
La clara discusión por las porciones paso a segundo plano, me force en alzar la mirada, mí compañera negó por lo bajo para voltear a verme.
—Espero haber respondido a tu pregunta. —giro su cuerpo para bajar el primer escalón pero algo la retuvo por unos segundos, no lo comprendi hasta que hablo— No tardes mucho o se enfriara.
Recordé las primeras veces en que compartimos una plática, tal vez fui demasiado dócil y condescendiente consigo. Entonces comprendi un pequeño detalle interesante.
Aquel que desee formar parte de su vida debe tener paciencia, y no porque ella se crea la más bella o la más perfecta, más bien sabe lo que vale, de que está hecha, y que no se encuentra para cualquiera.
Desearía ser un poco más como ella. Y siento algo de pena por Hoseok oppa, quien se esfuerza por ingresar a su círculo social.
Fruncí el ceño al reaccionar en ello. No debería desear ser como alguien más.
—Es suficiente. Idiota, deja de regañarme.
—Pero quien le dice idiota a quien. —rio con sorna y maldije internamente por aceptar la llamada a pesar del tránsito— No duermes más de tres horas, comes poco y andas como un maldito zombi. Tú si que eres un pedazo de idiota. ¡Idiota!
Cerré los ojos dispuesto a insultarlo por el estúpido timbre alto de voz que utilizó sin alguna pizca de consideración a mí humilde condición. Pero el sólido sonido de la bocina de un auto justo detrás de mí fue el impedimento suficiente para que continuará con mí gracia.
—¡Imbécil! —exclamo aireado sacando su cabeza por la ventana para avanzar a toda velocidad. Suficiente para maldecirlo en mil idiomas, apreciando mí teléfono en el suelo sin vida alguna.
Me baje de la moto para inclinarme a levantarlo, deseando una sola cosa, pero como lo supuse, no era mí día de suerte.
—Mierda... estúpido Hoseok, estúpido conductor. —presione la tecla de encendido— Agh, estúpido celular. —deje caer el brazo para rascar mí nuca frustrado.
Sin más que hacer, deje detrás las listas de pendientes, el viejo Jeon debe estar odiandome justo ahora pero que más da. Estacione frente a la empresa e ingresé a esta deseoso de ingresar al estudio de grabaciones.
El único momento que vale la pena de todo el día. Se supone que debía entregar un trabajo para esta tarde, otra razón para abandonar mí estrés en tremendo cuarto de arte.
Al abrir la puerta mis hombros se dejan caer y mis músculos comienzan a relajarse, y es que tan solo el aroma que se desprende en el aire me resulta diferente a los demás. Apacible, tenue, vigoroso y endeble, lleno de contradicciones y opuestos que se atraen mutuamente, demasiado dual.
Solia tomar mis pequeños tiempos libres para crear y recrear sintonías musicales, mis propios proyectos.
Para sorpresa mía, di con la melodiosa voz de una femenina detrás del vidrio.
Una entonada canción que nos habla sobre la luz que se desvanece luego de un mar sin fondo en el que te pierdes, comprendiendo que solo fuiste una fantasía, una simple porción, solo un sueño.
These shallow waters never met what I needed
I'm letting go
A deeper dive
Eternal silence of the sea
I'm breathing, alive
Where are you now?
Where are you now?
Under the bright but faded lights
You set my heart on fire
Where are you now?
Where are you now?
No pude pasar desapercibido por mucho más tiempo, puesto que sus ojos dieron con los míos y su timbre vocal fue silenciado por el momento.
—L-lo siento mucho... —reverencio apenada luego de apretar el agarre de sus manos hacia el micrófono y voltear con velocidad en busca de sus cosas. No respondí al respecto, solo le observé a detalle.
La puerta que nos separaba de la cabina de grabación con el estudio fue abierta, y su distintivo aroma impregno sobre mí buen sentido del olfato.
—No creo que seas demasiado sensible, tampoco que te encuentres exagerando. —hable con naturalidad mientras me acercaba hasta las sillas— Si algo te duele, solo duele. No minimices tus sentimientos porque otros no logren entenderlos.
Puedo asegurar que me escucho con atención, puesto que su respiración comenzó a regularse, poco a poco, en su tiempo y la puerta no se hizo oír.
—La vida se trata de superación personal, no de impresionar a los demás. —una vez sentado, tomé los auriculares para cubrir mis orejas— Eres tú contra ti misma, no tú contra ellos.
•
•
•
•
»No se cuándo leerás esto, pero si algún día lo haces; espero que dejes de ser esa persona insegura y que veas todo lo bueno que hay en ti. Porque no tienes idea de todo lo bonito que cargas por dentro y todo lo que tienes por ofrecer. Vales mucho, ¡recuérdalo!«
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top