II. Capítulo 1. Pecado del pecador
Era una mañana tranquila en la casa de los girasoles, Oda y Kyouka preparaban el desayuno, Lucy ponía la mesa, todo era paz, tranquilidad, Dazai y Chuuya llegaron, la puerta nunca se cerraba, es decir, ¿Quién entraría a una casa como esa? Ango llego con ellos, se habían sentado en paz para comer y fue en ese momento cuando cerraron los ojos para dar gracias a sus alimentos cuando escucharon una gran explosión, todos suspiraron – Otra vez – dijo Oda.
Con los minutos Abadón entro a la casa corriendo y subiendo por las escaleras mientras gritaba – ¡mierda, mierda, mierda! – decía al correr y segundos después Atsushi apareció para seguirlo
― Mierda, mierda, mierda – decía Atsushi también mientras seguía a Abadón. - ¡ayúdame aun no puedo correr bien! – grito Atsushi. Abadón llamo un vector negro que lo jalo a la segunda planta
Akutagawa apareció con su abrigo algo manchado y quemado, y una mirada asesina, miro a todos en el comedor - ¿A dónde fueron? – todos señalaron el segundo piso mientras comían. Akutagawa subió – ¡Jinko! – grito y solo escucharon los ruidos de destrozos y gritos de ambos albinos
― ¿me pasas la sal? – pidió Dazai y Ango se la paso
― ¿Tienen clases? – pregunto Ango
― Si, Kyouka debe llegar más temprano – decía Lucy acomodando los platos en el lavavajillas
― Las llevaré – decía Oda
Akutagawa bajo sacudiendo sus manos y fue al comedor - ¿se irán a la escuela? – preguntó el azabache mirando a la pelirroja y a la peliazul
― Sí, tenemos que llegar temprano, Kyouka limpia el salón hoy
― Felicidades Kyouka-chan – dijo Dazai sonriente
― Gracias – dijo Kyouka
― Vamos – menciono Lucy tomando su mano y miro al azabache – nos vemos
― Tengan buen día – dijo el azabache mientras se servía una taza con café
― Te has vuelto todo un señor de casa Akutagawa – decía Dazai
― Bueno Sakunosuke-san ahora puede dedicarse a su libro – menciono el azabache tomando el café
― ¿Cómo es controlar a ese par? – pregunto Dazai y Akutagawa suspiro
― Iré a saludar – dijo Chuuya levantándose para ir al segundo piso
― ¿Atsushi-kun entrara a la universidad? – preguntaba Dazai
― Paso el examen, pero... - miro hacia su café – no sé qué es lo que quiere en estos momentos, todo con Abadón es diferente y parece querer encerrarse a cualquier platica adulta y racional
― Bueno, han sido muchos cambios, apenas tienen 4 días despiertos, esperemos a saber que quiere Atsushi-kun
― En eso tiene razón – dijo Ango limpiando su boca – pero también será mejor que hables con él, tu decidiste volver a tus estudios
― No es como si los necesitará, puede exentar las materias y entrar al último año para tener su titulación – decía Dazai sonriente – digo, le enseñe perfectamente bien
― Adulador pretencioso – se quejó Ango
Atsushi llego a la cocina algo golpeado y cansado, miro al azabache – Ryu... Hablameee, perdonameee - decía Atsushi mirando al azabache pero este solo tomaba café ignorándolo
― ¡Akutagawa! Como puedes ser tan cruel, nosotros solo experimentábamos – decía Abadón quien había llegado pero el azabache seguía en lo mismo
― Ryuuuuuu
― ¿Cuánto tiempo duraron sin disculparse? – pregunto Dazai
― Fueron unos 3 minutos – respondió Ango mirando al reloj de la cocina
Chuuya bajo también y miro a ambos albinos, suspiro. – Akutagawa realmente deberías reconsiderarlo – dijo Chuuya
― Chuuya no te metas en líos – dijo Dazai estirándose
― Eso de educarlos está constándote ¿eh? – menciono Ango y Akutagawa suspiro
― Son como perros callejeros – se quejó Akutagawa
― Pero Ryuuuuuuuuu – le abrazo con fuerza el albino – no soy un perro, Ryuuuu
― Si, si, vamos yo era el que quería experimentar
― ¿Qué hicieron ahora? – pregunto Dazai a Chuuya
― Hicieron explotar a un venado para saber si podían sacar al demonio animal – menciono Chuuya – tiene sentido, era un experimento
― ¿entonces? – pregunto Ango
― Pues todo le cayó encima a Akutagawa
― Iug
― Bueno Akutagawa, deben saber que las reglas se cumplen – dijo Ango mirando a ambos albinos
― Oh vamos, tu llevas ese pecado tan grande, estas casado pero solo es porque la gente te vea bien, señor funcionario del gobierno. – sonrió Abadón - pero te acuestas con un hombre y amas a un hombre, según los mandatos de mi hermano eres un pecador – dijo Abadón molesto
― Exacto – dijo Atsushi – papá merece algo mejor que tú, maldito pecador
Akutagawa tomo las orejas de ambos demonios – es el colmo – dijo molesto mientras ambos se quejaban
― Yernito, yernito sueltameee
― Ryu, Ryu duele, suelta, suelta
― Ustedes dos dejen de quejarse de Ango – dijo Akutagawa molesto
Las quejas entre ambos demonios y Akutagawa seguían, Ango suspiro cansado y Chuuya miro a Dazai
― Es difícil ¿no? – pregunto Chuuya
― Bueno, solo sabemos que están de acuerdo en que les molesta que Ango no sea pareja oficial de Odasaku – mencionaba Dazai – incluso para mi es molesto, Odasaku lo ama en verdad
― Sería mejor que ellos convivieran más como padre e hijo y no me metieran entre ellos
― Bueno, eres como parte de ellos Chuuya
― Si pero – se sonrojo – no significa que entienda todo como ellos lo hacen, - susurro – a veces solo con verse saben cómo inventar una excusa, son idénticos en ese sentido pero... Ellos siguen sin aceptar ser padre e hijo
...
Dazai, Chuuya y Ango se habían marchado, había trabajo por hacer, era cierto que desde que Atsushi despertó e hizo de nuevo su contrato, Akutagawa había tomado el papel de jefe familiar, dejando a Oda descansar de los asuntos de la casa y ocuparse de sus escritos, esto le hacía viajar seguido a la ciudad, Lucy se dedicaba a Kyouka, había comenzado a enseñarle magia de manipulación, por lo que pasaban sus tardes en la habitación de Anne. Eso dejaba a Akutagawa a cargo de Abadón y Atsushi, y a veces de Ango que aun sin Oda iba a la casa.
Akutagawa limpiaba la sala mientras Atsushi limpiaba los platos y Abadón acomodaba la limpieza, era cierto que ambos albinos eran idénticos ¿diferencias? Bueno Abadón tenía el cabello largo y era más alto, sin mencionar esa manera burlona de ser tan particular suya. – Deben de respetar a Ango – dicto el azabache mirando las espaldas de ambos demonios, las cuales se voltearon a verlo
― Pero Ryu, Ango es malo – se quejaron ambos al mismo tiempo
― Me regaña
― Me pego
― Me
― Estoy harto de sus excusas – les callo Akutagawa – Ango sigue viniendo a esta casa porque es su hogar, el hogar que creo con Sakunosuke-san, Atsushi, Kyouka y la grosera de Lucy. En vez, si Lucy y yo podemos saludarnos y ser amables ¿Por qué ustedes no soportan a Ango?
Ambos demonios bajaron la cabeza y Akutagawa continuo – Atsushi, Ango cuido de ti por tantos años, ¿Cómo puedes tratarlo así hoy en día? No has pensado en sus sentimientos, odio admitir esto pero estas siendo cruel, un demonio. – Atsushi trago saliva y miro a otro lado
― Ryu... ¡eres un tonto! – grito corriendo del lugar.
Akutagawa se sorprendió pero Abadón corrió tras Atsushi. Habían dejado a Akutagawa en casa, y Abadón había llevado a Atsushi a otro lugar usando a Rashoumon como transporte. Era un mar rojo en arabia. Atsushi miro sorprendido a Abadón y esté sonrió – bienvenido a otra creación
― No debo dejar a Ryu tanto tiempo sin mí, nuestro lazo es nuevo
― Estará bien – sonrió Abadón – hay cosas que... debemos hablar
― No quiero hablar contigo a solas
― ¿entonces cómo? Si no hablas conmigo te dejaré aquí y Akutagawa morirá
― Bien, bien, hablemos. Rápido
― Sé que no soy buena influencia pero es cierto que Ango te cuido todo este tiempo
― Ango traiciono a mi papá
― Entiendo esa furia, el pecado en Ango es grande y a mí también me descontrola, pero debemos ser certeros ¿no crees que eso es lo honesto?
― ¿Cómo hablas así?
― Pase 3 días seguidos al cuidado de Oda y te juro que quería morirme en cada instante y él no me dejo - suspiro – me enseño cosas que como humano cualquiera comprendería racionales pero para mí eran estúpidas, él dijo que eso significaba ser un buen padre así que yo...
― No eres mi padre – se excusó Atsushi – y menos lo serás si Ryu muere. Volvamos con Ryu
Abadón suspiro, Rashoumon los enredo e hizo aparecer en la sala. Atsushi corrió hacia Akutagawa quien se quejaba de dolor de cabeza. Lo abrazo con fuerza y miro mal a Abadón. No cabía duda que cada vez era peor en eso de ser padre.
Decidió salir de la casa, dejando solo a ambos jóvenes, no había mucho que Abadón pudiera ayudar, más la soledad que experimentaba era cruel para él mismo. Llego al pueblo donde camino a cabeza baja, estaba desolado pues la persona que más amaba en el mundo, la única que jamás había llegado a amar como a nadie le odiaba, entonces... ¿Qué sentido había tenido todo? Una luz lo ilumino con fuerza, y cuando volteo a ver, miro a aquel rubio que tanto le hablo por tanto tiempo, por aquel que tanto le rezo – señor rey demonio – sonrió - ¿quisiera un aventón? – pregunto burlón y Abadón suspiro
― ¿Qué quieres France?
― Bueno, ya que mi barco no se ira hasta el fin de semana ¿no le gustaría que pasemos tiempo juntos? Pues... mataste a mi esposa: comprenderás lo solo que puede estar un hombre – Abadón comenzó a reír
― No importa como lo veas, siempre has sido devoto a mí – dijo Abadón burlón
― ¡Abadón! – escucho a sus espaldas, era Ango - ¿Qué haces? Atsushi te espera
― ¿eh? ¿Atsushi? – pregunto Abadón mirando a Ango – será en otra ocasión France – dijo mientras se iba con Ango
Llego hasta Ango y sonrió - ¿Qué quiere Atsushi? ¿Qué me quede? Dime Ango ¿Qué sucedió?
― Bueno, nada en particular, quería alejarte se France
― ¿Qué? – tomo a Ango del cuello para levantarlo – iba a tener sexo con ese idiota
― ¿Por qué querrías tener sexo con él? ¿no es eso un pecado?
― Tengo necesidades, y ese idiota reza muy bien
― Abadón, si vas con él pudiste ponerte en peligro, te pudo alejar de Atsushi, lo sabes ¿no?
― No lo hubiera logrado por mucho tiempo – menciono sin mirar a Ango quien dejaba también su cuello suelto – la familia Fitzgerald es cierto que es buena para mi reino.
― Y Atsushi se hubiese preocupado
― Dudo...
― ¿dudas? El rey demonio duda. Eso suena divertido – menciono Ango alegre – déjame acompañarte
― ¿A dónde?
― A casa – dijo tomando su muñeca – hagamos una parada en el bosque. Cenemos
― Bien...
Abadón y Ango atravesaban el bosque, el rey demonio aprovechaba aquello para cenar mientras Ango caminaba tranquilo, estaba acostumbrado a aquello. Abadón lo miro y comenzó a ir a su paso mientras cenaba demonios como si estos fuesen botanas - ¿de qué quieres hablar?
― Abadón, sé que dentro de ti te sientes abrumado, llegaste a este mundo y tú hijo no te reconoció, casi mueres por salvarlo a él y a su pareja, y sigue sin reconocerte... Sigues en este mundo y sigue sin reconocerte. Duele ¿no?
Abadón trago el tentáculo del demonio y suspiro – sí, mi pecho duele cuando Atsushi me ignora – suspiro profundo – quisiera ser amado como Oda... Ser llamado papá
― Aun así hacen esos experimentos raros todos los días ¿no?
― Si – dijo sonriente
― Siempre te pide consejos
― Si – dijo sonriente
― Le ayuda a curar sus piernas
― Si, si – dijo sonriente
― Creo que ustedes solo necesitan hablar
― Si... eeeeh no
― ¿Por qué no?
― Atsushi... él no quiere tocar esos temas, incluso he visto como evade a Akutagawa cuando es su todo.... Debe ser porque yo estoy aquí presente, quizá si me voy todo mejore
― Por primera vez en estos 7 días juntos hazme caso. Habla con Atsushi – menciono haciendo a Abadón tragar saliva, habían llegado a casa.
Abadón bajo y Ango decidió continuar su camino, lo mejor era dejarlos a solas por un rato. En cuanto Abadón iba a entrar escucho unos ruidos y prefirió mirar por la ventana, su hijo reía junto con el azabache, aquello le encantaba mirar, notó a Oda quien escribía en la mesa del comedor mientras Kyouka hacia la tarea, compartían aquello. Por su lado al parecer Lucy les acompañaba con café – realmente dudo pertenecer a algo así... - menciono Abadón
― ¿Por qué no lo intentas? – pregunto la voz a su espalda. Abadón volteo sonriente – podría ser tu oportunidad. Lo has buscado por años
― Arahabaki ¿Qué haces fuera de Chuuya? – pregunto Abadón
― La calamidad se ha calmado pero
― Pero debes estar con él, o yo podría destruirlo todo al ver a mi hijo reír sin mi
― Comprendo – suspiro el chico pelinaranja – es lindo volver a verte
― Trae a Chuuya por favor, no hagas que Dazai muera, odiará no cometer un suicidio ¿no crees?
― Dudo eso, parece que todo lo que quiere es morir sin dolor
― Eso... es posible – sonrió Abadón.
Unas oscuridad invadió el cuerpo de Chuuya, el pelinaranja cayó al suelo y tosió, miro a su alrededor confundido y vio a Abadón - ¿Abadón?
― ¿Qué? ¿te cansaste? Te dije que no podías ganarme en una carrera – disimulo el mayor
― ¿carrera? – pregunto Chuuya
― Vamos, vamos, entremos. Digámosle a Atsushi que soy más rápido
― Abadón – le llamo deteniéndolo
― ¿si?
― Tú y Atsushi... ¿Por qué no hablan más? – pregunto – es decir, hay tantas dudas de ti y tanto por aprender...
― ¿Cómo qué? – pregunto sentándose frente al pelinaranja, pues esté aún no se levantaba
― Pues... ¿Por qué tengo una parte de ti? – pregunto Chuuya
― Bueno, tu cuerpo es fuerte, tu actitud ruda, debes ser un buen candidato para sostener mi fuerza ¿no crees? – menciono sonriente Abadón – yo no te elegí, fue mi parte quien te eligió
― Si no fuera por Dazai... yo probablemente habría muerto ¿verdad?
― Correcto
― ¿y qué pasa con mi habilidad?
― Déjame explicarte
La conversación entre Chuuya y Abadón se extendió, ambos chicos hablaban de todo un poco, Abadón respondía a todo lo que Chuuya le preguntaba, con algunos minutos y muchas risas, el albino se asomó al patio, ver a Abadón reír con Chuuya le sorprendió, iba a hablarles hasta que escucho - ¿en serio eres capaz de hacer eso? – Preguntaba Chuuya emocionado – eso suena genial, ser rey demonio es genial
― No es tanto, tengo mis puntos débiles estando aquí en el mundo humano, debo adaptarme a las circunstancias
― Pero es genial, sin mencionar que con tu presencia los demonios han dejado de atacar
― Sí, pero como te dije, mi hermano no se quedará quieto, seguro vendrán más cosas, y con gusto te entrenaré para que puedas contra ello...
― ¡sí! ¡gracias! – dijo alegre.
Abadón acaricio el cabello de Chuuya, se veían felices, mientras... Atsushi estrujo su propio puño y trago saliva, regreso a casa sin decir palabra y subió al segundo piso. Aquella noche no quería hablar.
...
¡Hola!
Comenzamos la segunda temporada como debía ser: llena de gritos, traiciones, sexo en duda y celos.
Atsushi se niega a hablar con Abadon, los secretos de los demonios se sabran en está temporada
También quiero advertirles para aquellos creyentes, amantes de lo religioso. Que se tomaran muchos temas de la biblia y palabras de Dios. No es con motivo de ofender a nadie, ni sus creencias.
Esté es el primer capítulo de la segunda temporada, la cual no se hubiera logrado sin ustedes, muchas gracias a todos los que desearon una segunda temporada con las aventuras de Abadon y Atsushi.
¡Gracias por leer!
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