Capítulo 4. El pecado del saber

Atsushi había terminado de preparar todo en la cocina, estaba realmente emocionado, haría un pastel al lado del hermano Shibusawa. Y justo el reloj de pared sonó marcando las 10:00 a.m. cuando la puerta fue tocada. Atsushi se aproximó rápidamente para abrirla, en efecto, estaba Shibusawa de frente – buen día hermano Shibusawa

― Buen día pequeño Atsushi – dijo acariciando el cabello del menor - ¿te parece si comenzamos?

― ¡sí! Estoy emocionado

...

Por su lado, Akutagawa no dejaba de ir de un lado a otro en la antesala parroquial, allí estaba a punto de armar un hueco, hasta que Chuuya lo miro – oye, ya cálmate, en serio me harás vomitar de tantas vueltas que has dado

― Estoy nervioso Nakahara-san, Atsushi se verá con Shibusawa-san

― Uumh... puedes estar tranquilo – dijo Chuuya

― ¿ah?

― Bueno, ustedes no pueden hacer nada si nosotros no nos enamoramos, así que, ¿Por qué no te relajas? Dudo que lo enamore en unas horas

― ¿usted cómo se enamoró de Dazai-san? – pregunto y el pelinaranja se sonrojo

― Fue una acción

― ¿una acción?

― Si, algo que jamás espere de él, cuando lo hizo – Chuuya sonrió – me di cuenta que siempre estuve enamorado de él

― Comprendo...

― Acepte su doctrina – dijo mirando al techo – y me convertí en su familiar... es doloroso ¿sabes? Pero... al final del día, sé que hago lo correcto estando a su servicio

― Usted me habla más de estos temas que ellos – menciono Akutagawa cansado

― Bueno, ellos tienen prohibido contarte y advertirte cosas – sonrió Chuuya – pero yo simplemente soy familiar, no tengo ordenes de la doctrina directas, solo las de Dazai y él no me ha dicho que guarde secretos

El azabache sonrió y Chuuya puso su mano al costado de su boca - ¿quieres que te cuente? – pregunto y el azabache asintió – ok, vamos a un café

― ¿estará bien separándose de Dazai?

― Llevamos cuatro años en está unión, ya me puedo separar de el por un par de horas

― Comprendo, entonces...

― Si, vamos – sonrió Chuuya – vamos por algo de licor

― Creo que estaré en problemas...

Chuuya abrazo a Akutagawa del cuello hombro, y juntos comenzaron a caminar hacia el pueblo.

Akutagawa y Chuuya caminaban por el pueblo mientras Chuuya miraba los puestos de la ropa – ahora que lo pienso, vistes muy recargado ¿no crees?

― ¡¿ah?! combinan – sonrió Chuuya – y mi sombrero y abrigo van a juego y mis guantes – miro sus manos – bueno... eso evita que salgan de mi...

― ¿su habilidad?

― Así es.

― Chuuya-san, ¿Cuál fue el presente que le dio Dazai-san?

Chuuya sonrió y apunto a su cuello – mi gargantilla – dijo sonriente – cubre su marca

― De pensar todo lo que tengo que hacer... me dan estragos en el estomago

― Te advirtieron que sería así

― Lo sé pero vivirlo es diferente - dijo el azabache y Chuuya suspiro

― Entremos a la cafetería, allí hablaremos con más tranquilidad.

Y así fue como ambos chicos entraron a la cafetería, Chuuya pidió un café con whisky y Akutagawa un simple té de nabos con limón. En la espera, hablaron de trivialidades, como el hecho de que la iglesia necesitaba una nueva capa de cemento y quizás nuevas remodelaciones – aquí tiene su orden – dijo la linda chica que les atendía, una rubia de cabello atado en una "cebolla".

― Gracias – sonrió Chuuya y miro el gafete de la muchacha – Higuchi, eres grandiosa mesera

― Gracias – dijo la dama sonriente – si desean algo más estaré presente a ustedes

― En realidad... podrías dejarnos solos unos minutos – dijo el azabache serio. La mesera no dudo en ver su vestidura y con ello saber que tratarían temas religiosos – el joven presente necesita hablar unas cosas, no quiero importunarlos. Por favor

― Por supuesto hermano – dijo la rubia – esperaré a lo lejos. Y con ello, se retiro

― Buen plan.

― Dazai-san siempre hace cosas así – dijo sorbiendo su té

― Entonces, ¿quieres saberlo todo o solo el ritual?

― Todo, quiero saber... como se lo dijeron y que sintió, todo. Por favor.

Chuuya suspiro y tomo el vaso entre sus manos – llevo seis años de conocer a Dazai, - sonrió burlón – la primera vez que lo vi, fue en un atraco.

― ¿atraco?

― Estaba en una pandilla, era conocido como el rey oveja

― ¿Por qué?

― No tengo idea – dijo con ojos abiertos y después sonrió – pero eso es del pasado. Dazai iba caminando con Fyodor y Shibusawa, en ese tiempo Shibusawa tenía a su familia

― Si, lo recuerdo

― Así que estábamos en aquel atraco...

[Seis años atrás, Singapur. Montes bajos]

― El rey oveja podrá hacerlo – dijo un chico con gorro

― ¡¿HA?! ¿acaso no pueden hacer nada? Realmente son un rebaño que debo estar acarreando

― Chuuya, eres el único con la agilidad para tomar las joyas, es un noveno piso.

― Es el alcalde electo Yotoshi, ¡NO, MA-MES! – grito cruzándose de brazos – pero lo haré

― ¡SI! – grito la pandilla entera

Así es, el atraco deducía en joyería que el presidente había conseguido, si Nakahara las tomaba y vendían en el mercado negro no volverían a pasar hambre, y Chuuya, amaba comprar vinos. Aquella noche, Chuuya iba silencioso por las calles, llevando un traje simple pero que le daba gran movimiento, se escabullo por las paredes y ventanas. En pocos segundos se encontró en el noveno piso, tomando las joyas. Sin testigos, ni agravios, simplemente lo tomo todo y bajo del edificio, su error fue pavonearse sin importarle nada, pues los dueños habían llegado, y la alerta fue tocada, rápidamente todo se vio rodeado de policías y militares. Fue entonces cuando Chuuya comenzó a correr, no había sido captado pero tampoco quería ser encontrado con toda la joyería – ¡FUCK! ¡FUCK! ¡FUCK THIS SHIT!– gritaba Chuuya mientras corría, y continuo así hasta dar vuelta en el callejón y precisamente golpear a los miembros de la iglesia, Shibusawa había sido protegido por su familiar mientras que Dazai y Fyodor cayeron al suelo seco ante Chuuya. – agh, lo lamento – dijo levantándose. Nakahara iba a seguir corriendo cuando Dazai le tomó del brazo - ¿Qué pasa? Me disculpe – dijo Chuuya. Fue oculto entre ambos chicos a sus espaldas mientras los militares pasaban. Los religiosos sonrieron a las milicias mientras están pasaban y Chuuya miraba aquello con asombro. Fue Shibusawa quien volteo a verle sonriente

― Pequeño cordero – dijo el albino – ahora estas a salvo, pero si vas a usar esas joyas por lo menos hazlo para un bien – dijo sonriente

Chuuya se sonrojo de inmediato, jamás había sido descubierto de esa forma - ¿estás bien? – pregunto Fyodor

― Si, gracias...

― Quédate está noche con nosotros – dijo Shibusawa – la iglesia puede ser muy cálida

― Gra-gracias – dijo y miro la mano de Dazai, el chico que no había hablado pero que tampoco le soltaba la muñeca – aam... n-no escaparé – dijo Chuuya. Fue allí cuando Dazai le soltó

― Mi error. – fue todo lo que Dazai dijo.

Shibusawa, Fyodor y Dazai pasarían unas semanas en Singapur, y bueno, Chuuya siempre iba de un lado a otro subiéndose a trenes y embarcaciones como polizonte, pero el ser recibido en una iglesia le sorprendió, era bien atendido por Shibusawa y Fyodor, aunque de Dazai nada. Usualmente peleaban, si, peleaban y muy seguido, Chuuya no lo captaba pero: sus peleas eran divertidas. Pasaba su tiempo con Fyodor, quien le acompañaba enseñándole ligeramente la doctrina y pues sí, había decidido salir de Singapur con ellos, después de su gran ayuda, lo menos que podía hacer era buscar otro lugar donde estar.

Entre jueves y sábado, Dazai no había salido de su habitación, y eso sorprendía a todos los demás a excepción de Chuuya, aunque lo dudarán, Nakahara sabía que Dazai era un flojo bueno para nada, así les diera a todos otra mascará. El chico curioso, se asomó por la puerta y sus ojos se sorprendieron al ver a Dazai poner un manto húmedo en la frente de un chico quien reposaba en su cama, sin pensarlo, entro - ¡¿Qué le paso?! – pregunto y Dazai se sorprendió

― Chuuya – puso su dedo entre sus labios – sssh

― L-lo siento – susurro y se acercó - ¿está bien?

― Salto de un tercer piso

― ¡¿eh?! ¿Cómo está vivo? – pregunto una vez más gritando y Dazai volvió a hacer la misma acción seguida por el "Sshh" – lo siento

― Tú subiste a un noveno ¿Por qué él no podría un tercero? – sonrió Dazai – es un ilusionista

― ¿ilusio? ¿ah?

― Un hombre que conoce de la "magia" y se gana la vida creando ilusiones a las personas

― Entiendo... - Chuuya lo miro fijo - ¿Por qué cuidas de él? – pregunto y Dazai sonrió

― Quien sabe... es lindo – dijo con una leve risa – me recuerda a un chico de mi pueblo, quizá, Gogol y Atsushi-kun se conozcan

―  ¿Atsushi? - pregunto Chuuya curioso aunque aquello sonó más a un reproche.

A partir de ese día, Chuuya pasaba más tiempo con Dazai, aunque el castaño le ignorase y terminarán en riña, Chuuya siempre regresaba, incluso si el chico que rescato estaba, su nombre era Gogol, si estaba o no con Dazai, no le preocupaba pues encontraba mejor pasar tiempo con Fyodor. aun mientras el azabache y el castaño tenían sus riñas, las cuales Chuuya y Gogol paraban a diario. 

De Singapur, los chicos fueron a China perfeccionando sus técnicas y aprendiendo de la misma dinastía. Dos años después, Fyodor fue enviado a Rusia y Dazai a Yokohama. Gogol y Chuuya también se separaron, uno se fue a Corea y el otro a Osaka. En aquel tiempo Dazai encontró a Akutagawa, y un mes después, recibió una llamada de Chuuya pidiendo ayuda, de allí, su gran desaparición.

En esos cuatro años, Chuuya y Dazai crearon el lazo del familiar.

[Actualidad, Cafetería de Yokohama]

― Entonces llame a Dazai... el llego rápido y logró sacarme de la cárcel – sonrió ligero – ni se cómo lo hizo

― Es muy astuto

― Si, lo es. – termino su bebida y suspiro – después de eso, me ofreció quedarme en otra ciudad, estaba débil y yo sabía que necesitaba ayuda pero... el prefirió ver mi bien. Aquella noche Dazai había firmado el pacto, así que comenzaba a cazar y sin darnos cuenta un demonio apareció frente a ambos

― ¿ambos?

― Si, - suspiro Chuuya con un escalofrió – recuerdo que fue lo más tenebroso que vi, y él... aun débil, herido – sonrió – simplemente me di cuenta que siempre estuve enamorado de él cuando se puso en medio de esa cosa y yo... Desde entonces, estoy con él

― Hicieron un contrato

― Si, y – sonrío amplio – jamás fui tan feliz

― Entonces... ¿Por qué Shibusawa está buscando al reemplazo de su familiar? ¿Qué no mueres meses después de la muerte de tu familiar?

― Sí, es por eso que busca uno tan desesperado. No quiere morir. - rasco su cabeza - no se de esos detalles, creo que vive de manera artificial, como sea, dudo que consiga estar con el chico de los caballos, es un niño muy lindo

― ¿Dazai-san y tú sintieron una conexión al conocerse? – pregunto curioso

Chuuya sonrío – el jamás lo admitirá, pero no pudo hablarme hasta varios días después, - susurro – un día logré que lo admitiera y desde entonces no ha querido decirlo de nuevo – dijo entre risas

― Ya veo...

― ¿Qué paso contigo? – pregunto Chuuya - ¿te gusta el chico de los caballos?

― Bueno... - trago saliva – el me ayudo, estaba a punto de llamar a Rashoumon para defenderme y apareció de la nada, tacleo a mi asaltante y corrió conmigo – sonrío – ni siquiera pregunto, solo me vio siendo amenazado y actuó incluso sabiendo lo duro que es asaltar...

Chuuya puso su mano en su mejilla mientras le daba una sonrisa al azabache – y desde entonces quedaste enamorado

― Lo vi como algo... divino – confeso y Chuuya comenzó a reír ligeramente

― Entonces, tú y él terminarán juntos

― No sé si quiero eso ahora... Después de saber lo que debo hacer y lo que él debe abandonar

― Si, tu caso es inusual, en mi caso, era un chico de la calle, robaba para vivir y me encantaba vivir bien, Dazai me provee de todo lo que deseo y ocupo pero yo no tenía a nadie en quien pensar antes de unirme a él – miro serio a Akutagawa – mientras esté chico tiene una familia ¿no es así?

― Si, el seria arrastrado a todo y devorado sin compasión...

― Te confesaré un secreto. – se acercó más al azabache y susurro - He escuchado de Dazai que hubo un hombre que dejo las sillas

― ¿las dejo? – pregunto asombrado

― Si, él y su familiar, escuche que su nombre es Ango. Sakuguchi Ango. Escuche que a veces hace algunos trabajos pero él y su familiar no laboran en el campo todo el tiempo y andan haciendo lo que quieren, eso sí, creo que no pueden tocar la iglesia, creo que también necesitan ciertos permisos y ese tal Mori siempre se los niega

― Yo debo estar en ella... el agua bendita es lo que mantiene a raya a Rashoumon

― Tienes razón... - suspiro Chuuya – hey todo estará bien, si no consigues familiar se te dará uno, así pasa con Shibusawa

― No quiero estar por siempre con alguien que no soporto – suspiro Akutagawa – quiero cumplir esto de la manera correcta, alinearme a alguien, sentir todo lo que él... sentir que moriría sin él... - miro serio a Chuuya – si Atsushi no me acepta... siempre hay otras formas de convencerlo

― Uuuff... sí que te enseño Dazai

― Chuuya – le hablo por su nombre y el pelinaranja presto toda su atención – enséñame a hacer un contrato

― Dazai debe enseñártelo

― Tú lo hiciste con él, sabes hacerlo – dijo el azabache – si se hacerlo... Atsushi será mío.

La tarde se hacía presente, Chuuya y Akutagawa regresaban a la iglesia, cuando sus miradas captaron al castaño hablando con Atsushi. El azabache se sorprendió, no aceleraron el paso, actuaron normal hasta llegar a la proximidad de ambos – regresaron – dijo sonriente Dazai

― Buena tarde – dijo Atsushi a ambos – ah... era... Chuuya ¿verdad? ¿o era...?

― Puedes decirme Chuuya – sonrío Chuuya – Atsushi ¿está bien?

― Si – sonrío Atsushi

― Atsushi-kun ha traído galletas

― Si – menciono el albino dándole una bolsa al azabache – Shibusawa me enseñó a hornear

― ¿Shibusawa? – pregunto el azabache mirando al albino

― Si, ¿recuerda que le comente?

― Oh cierto – respondió el azabache guardando las galletas en su manto

― Atsushi-kun ¿gustas quedarte a cenar? – pregunto el castaño

― Gracias Dazai-san pero debo declinar, mi papá hoy tiene visitas del gobierno por los ingresos del festival

― Ya veo, Ango estará en tu casa – dijo Dazai llamando la atención de Akutagawa y Chuuya

― Si, Ango-san dijo que llevaría lasaña – confeso el albino – cuando preparan la cena juntos es muchísimo más deliciosa – decía el albino sonriente

― Con eso que no te gusta la lasaña – dijo Dazai bromista y Atsushi sonrío - disfrútala Atsushi-kun

― Me retiro entonces – sonrío a los tres presentes – espero les guste las galletas – menciono mientras caminaba hasta Byakko

― Atsushi – le llamo Akutagawa y el albino volteo - ¿y Shibusawa?

― Lo traje a la iglesia, se veía muy cansado pero después de ver a Dazai-san se despidió. Seguro que... dormirá un buen rato – dijo el albino - ¿Por qué?

― Curiosidad – mintió.

Atsushi sonrío, monto en Byakko y en tal hermoso corcel se perdió en el horizonte. Ambos chicos sintieron la mirada siniestra de Dazai y voltearon con pesar – y bien ¿se divirtieron juntos?

― He-hey, no empieces – dijo el pelinaranja mientras entraba a la iglesia

― ¿y bien Akutagawa? ¿te sirvió tu plática?

― Sí, estoy decidido – confeso el azabache – no dejaré a Atsushi para Shibusawa. – hizo una pausa y miro fijo al castaño – Atsushi, será solamente mío.

Atsushi había llegado a casa, dejo a Byakko en el granero, se aseguró de dejarlo bien cerrado y mientras lo hacía, pudo escuchar la voz de su padre y de Ango en la parte trasera, se acercó alegre pero las palabras que escucho lo detuvieron de seco, lo que vio hizo que su piel se helará y lo que sintió simplemente le provoco tapar su boca o devolvería su comida, sus ojos se llenaron de lágrimas. – ¡Atsushi! Esto no es lo que parece – grito. Pero el albino no podía soportarlo.

Atsushi no hizo caso, estaba aterrado, trago lo que estaba a punto de vomitar, y corrió, corrió hacia el bosque y entre la noche, el albino se perdió por completo. 



...

¡Hola!

Esté capítulo me gusto mucho escribirlo, tanto... que el capítulo cinco ya lo estoy por terminar, y admiré que es el capítulo que más me ha gustado por como se desenvuelve todo y es tan iiiih, grito de la emoción al escribirlo.  

Solo para que sepan, esté fanfic principalmente lo tengo pensando como ligeramente largo, después del capítulo cinco llegarán los nuevos personajes y muchos misterios más así como una nueva vida para todos, ay es que no, es mucho spoiler ¡bye-bye!

¡Gracias por leer!


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