Capítulo 3. Los miembros de una doctrina
Habían transcurrido un par de días desde el festival del girasol y Akutagawa estaba llevando una... clase rigurosa, ahora que había cumplido sus 20 años, el azabache debía llevar una enseñanza diferente, Nathaniel era quien le entrenaba, a su lado, una bella dama, que lejos de lo religioso, vestía un enorme vestido y era tan burlona como siempre, Mitchel era su nombre. Horas después, Akutagawa llego tosiendo al recinto, donde Dazai sonrió – Hawy llega a ser algo pesado – decía Dazai mientras leía la biblia
― ¿dices tú que tú no lo serías? – dijo Chuuya mirando sarcástico a Dazai
― Prefiero a Nathaniel – dijo Akutagawa para volver a toser, con recordar su entrenamiento con Dazai... definitivamente prefería a Nathaniel.
― Soy algo... - hizo una pausa mientras pensaba - violento – sonrió
― Bueno, lo que te espera afuera no es fácil, las noches no son nada bonitas – dijo Chuuya y Akutagawa recordó al albino.
Recordó aquella escena, la luna iluminándolo, su cabello disparejo moviéndose en el viento y esa sonrisa – pueden... llegar a ser hermosas – dijo el azabache
― Akutagawa – le llamo la voz de Nathaniel
― Terminamos por hoy, usted lo dijo – se quejó el azabache
― Atsushi está en los asientos de la congregación
― Debo limpiarme – dijo el azabache
― Apresúrate, Shibusawa ya lo vio – dijo Nathaniel.
Los ojos del azabache se abrieron de plato, corrió hasta sus aposentos, debía quitarse la sangre de encima. Mientras Nathaniel miro a Dazai quien sonreía – deberías ayudarlo
― Nadie me ayudo a mí – miro a Chuuya – mi pelea fue dura contra Fyodor ¿no es así?
― Ni siquiera sabía – respondió cruzándose de brazos Chuuya
― Esperemos que Akutagawa sea nuestro ganador – dijo el castaño volteando la hoja de la biblia y comenzó a leer en voz alta – Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones bautizándolos en el nombre del Padre, y del hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. – narro Dazai
Nathaniel se quedó cabeza baja, no por nada sentimental, si no por respeto y solo abrió su boca para asegurar lo dicho - Mateo 28:19 al 20 – dijo Nathaniel y Dazai sonrió.
Akutagawa acomodaba su alba, cíngulo y estola una vez más, se topó con una escena desagradable, Atsushi sonreía con Shibusawa, por una charla aunque tranquila eso molesto al azabache. – Atsushi – le llamo y el albino volteo a verle
― Hermano Akutagawa – sonrió al azabache - buena tarde
― Bueno, ya que llego tu compañía, me retiraré – dijo Shibusawa y Atsushi le miro
― Ah, Shibusawa-san – le llamo sonriente – Entonces, ¿Cuándo ira a mi casa? – pregunto el albino
― Dijiste que el viernes no habrá nadie, ¿te parece bien ese día? – susurro – así la sorpresa se mantendrá
― ¡Sí! - sonrió Atsushi – lo esperaré
Shibusawa se retiró mientras Akutagawa se acercaba, en eso sus cuerpos quedaron al mismo nivel uno retirándose y el otro llegando un momento de silencio y sus miradas cruzadas confirmo el conflicto entre ambos hombres. – Vamos – dijo Akutagawa frío y Atsushi se levanto
Ambos chicos salían de la iglesia, caminaban por el pastizal hasta llegar a un pozo, lo suficientemente lejos de la iglesia y Akutagawa tomo el brazo de Atsushi - ¿Por qué Shibusawa ira a tu casa? ¿Por qué lo llamaste por su apellido? ¿De que hablaban? – pregunto desesperado y con su tono de voz tan frío que Atsushi trago saliva
― Na-nada – respondió el albino – solo mencione que se acerca mi cumpleaños y quería hacer un pastel yo mismo para sorprender a Papá, Shibusawa-san se ofreció a enseñarme, y simplemente le dije por su apellido porque él lo pidió
― Es una falta de respeto a la iglesia – dijo el azabache
― L-lo si-siento – dijo Atsushi apenado
― Oye... no debí alzar la voz – dijo sin mirarle – es que Shibusawa-san es de los más estrictos de aquí y no me gustaría que fuese grosero contigo – dijo y el albino se sonrojo
― Gracias pero... se cuidarme solo también
― Si, comprendo
― Hermano Akutagawa
― ¿sí?
― ¿Por qué elegiste el camino de la iglesia?
― Por qué... fue lo único que me salvo de aquellas muertes – menciono y el albino bajo la cabeza.
Atsushi suspiro profundo y así como si nada, se dejó caer al pasto, Akutagawa se sorprendió pero Atsushi solo termino acostándose en el pasto y sonrió al azabache – hermano Akutagawa estírese
― ¿estirarme?
― Si, déjese caer al pasto y estiiiiiiire el cuerpo – dijo Atsushi – verá que todos sus problemas se van
Akutagawa sonrió, se acostó en el pasto y se estiro – tienes razón, es relajante – dijo
― Lo es ¿verdad? – sonrió una vez más Atsushi
Se quedaron acostados en el pasto, hablando, hablaban de sus pasados, de sus presentes, de todo y nada, de las travesuras de sus hermanas y "las enseñanzas" de la iglesia, Akutagawa estaba narrándole a Atsushi una historia bíblica cuando volteo a verlo y sonrió al verlo completamente dormido. El azabache se quedó mirándolo, era algo precioso de ver, su atención se vio envuelta en el pequeño albino Atsushi, se acercó ligeramente, sentándose justo enfrente, pero esto solo causo que el albino al sentir su calor se acomodará en su pierna, y aunque de momento se sorprendió, dejo al albino hacerse de comodidad. La curiosidad mato al gato, y el azabache estaba curioso por el rostro del albino, comenzó por tocar su barbilla, su piel era suave, subió desde su barbilla por sus mejillas tocándola suavemente con sus nudillos, eran suaves. Acerco su rostro para ver mejor sus pestañas, eran blancas, largas, le encantaba. El azabache suspiro, puso su dedo índice en su frente, y bajo suavemente por el dorso de su nariz, hasta la punta y dio un ligero salto hasta el labio superior del albino, ese era suave, más suave que todo lo demás, era húmedo y era... deseable.
Akutagawa puso recta la espalda y suspiro. ¿Realmente quería llevar acabo el ritual? No importaba que hiciera, su destino fue marcado ese día en la estación de trenes, peor aún por la competencia contra Shibusawa, suspiro cansado de todo - ¿y si solo salgo huyendo? – Se preguntó – no, no puedo hacerlo... - se dijo así mismo. Se acomodó, busco la mejor posición para estar cómodo, recargado en el pozo y descanso con el albino encima, no tardo mucho para lograr dormisé.
...
Mientras tanto, Dazai atendía a algunos miembros de la iglesia teniendo al lado a Chuuya, el pelinaranja era un chico que sobre salía en aquella iglesia y de admitirlo, era un chico bastante grosero también. Usualmente el solo se acostaba en los asientos de enfrente evitando a las personas y así Dazai hacia su trabajo. Tapaba su rostro con su sombrero y así simplemente hacia lo suyo, es decir, estar al lado de Dazai. – Han pasado dos años Chuuya – escucho aquella voz y el pelinaranja se quitó el sombrero del rostro
― ¿Fyodor? – dijo mirando al hombre parado frente a él
― Hola Chuuya – sonrió el chico detrás de él
― Gogol – sonrió – que sorpresa
― No es tanto, ¿no sabías que pertenecemos a esta iglesia?- pregunto Fyodor
― No, Dazai lo omitió supongo – dijo Chuuya
― Fyodor – le llamo Dazai con su sonrisa más fingida posible. Fyodor sonrió fingidamente también
― Dazai, que alegría verte
Ambos chicos se dieron la mano y tanto Chuuya como Gogol lo notaron - ¿siguen discutiendo por eso? – pregunto Chuuya
― Dos-kun, ahora estoy de tu lado
― Y yo del tuyo bastardo
― No importa ahora como estemos – dijo Fyodor
― Nuestra guerra fue dura y constante – menciono Dazai
Ante ello, ambos chicos ignoraron a los sacerdotes, Gogol saco unas cartas y ambos comenzaron a jugar. - Escuche que el chico que trajiste a la congregación llego a los 20 años, ¿hará el ritual o será un sacerdote normal?
― Lo hará, está preparando a su familiar
― ¿Cómo es posible que un chico portador del Rasho logré hacer una unión? – pregunto Fyodor
― De eso lo tenemos cubierto
― Dazai, morirá la gente si tu chico se une a un puro – dijo Fyodor molesto
― ¿Cómo tú lo hiciste una vez? – pregunto molesto
― Estoy harto de eso – se quejó Fyodor – las reglas son un puro sacerdote con un demonio, no un demonio con un puro. Eso solo pasa en casos como ¡el de Shibusawa!
― ¿es que tú nunca te cansas de ladrar tonterías?
― Pueden dejar de pelear, estamos en una iglesia – pidió aquella voz seca. Ambos chicos voltearon a verle
― Mori-san, que milagro verlo – dijo Fyodor
― No es lindo verlo – le reto Dazai
Ougai Mori sonrió, era el padre mayor de aquella iglesia – chicos, les ruego que se calmen, entiendo que sus hormonas estén como locas, apenas llevan cuatro años con sus familiares, pueden estar tranquilos, todo pasará pronto – sonrió tan malvadamente que Chuuya y Gogol sintieron miedo, más los otros dos fruncieron el ceño.- entonces... ¿Quién será nuestro nuevo agregado? – dijo burlón
...
Por su lado, en la casa Sakunosuke, Ango estaba recostado en la cama, apenas despertaba mientras Oda fumaba en el balcón de su habitación. Ango busco sus lentes, se los coloco y fue cuando volvió a mirar mejor - ¿Qué haces fumando? – pregunto Ango
― Me relajo
― ¿te estresó?
― Lo haces – dijo Oda entre suspiros – hace años que dijiste que te divorciarías
― Sabes que eso no es sencillo, la gente la vera mal, nos vera mal a nosotros, no estamos en una iglesia donde podamos ocultarnos, para ellos vernos juntos sería raro – dijo levantándose – tu hijo me acepta, ¿Por qué no puedes aceptarlo también?
― Atsushi cree que lo tuyo con Mitzuki termino pero que la ayudas, es un niño bueno, pero no es como si lo esté aceptando, simplemente piensa que ella necesita de tu ayuda – lo miro fijo a los ojos – cuando eres tu quien la necesita
― Oda, hemos hablado de esto... - menciono Ango mientras abrazaba al pelirrojo – a quien amo es a ti... y a Atsushi
― Lo comprendo, lo sé – suspiro Oda - tallo su cabeza - Esto se está volviendo más difícil, han estado apareciendo muchos y Atsushi... el...
― Hablemos de algo más - menciono el azabache mientras le daba un masaje en los hombros al pelirrojo
― ¿Cómo qué?
― Escuche que Atsushi estuvo con chicos de la iglesia, sé que no quieres que odie a la iglesia pero sabes que en este pueblo pasan cosas raras, no debería acercarse a la iglesia
― Estará bien – dijo mirando al cielo – es un buen chico, si no se acerca solo podría hacer que ellos se acerquen
― Eso es lo que me preocupada... - murmuro Ango mientras se sentaba en la pierna de Oda
― ¿dijiste algo?
― Nada. Es decir... Atsushi es un gran chico
― Lo es – sonrió Oda – hagamos algo grande para sus 18 años
― ¿hagamos?
― Eres amigo de la familia, nadie sospechará ¿no?
― Tienes razón – sonrió Ango mientras besaba a Oda – vamos a darle una fiesta que jamás olvidara...
...
Ya por el anochecer, Akutagawa y Atsushi despertaban como si se hubiesen puesto de acuerdo, Atsushi miro primero el pecho del azabache, en cuanto vio la cruz, subió su mirada para sonrojarse – pe-perdón – dijo levantándose y el azabache bostezo una vez más
― Había olvidado la última vez que dormí tan tranquilo – aseguro el azabache y el albino sonrió
― Sí, es fabuloso dormir en el pasto – dijo alegre mientras sostenía su cabello que era movido por el viento
― Atsushi, dime ¿Por qué duermes aun con tus hermanas?
― Bueno, hace un año cuando tenía 15 casi 16 había peleado con mi hermana Lucy, ella se enojaba conmigo por todo, y bueno supongo que es por que entro a la adolescencia, estaba por mudarme a la otra habitación hasta que encontramos a Kyouka-chan, ella quería dormir conmigo y Lucy dijo que no iba a dormir sola. Así que termine quedándome con ambas
― Pero tienes tu habitación ¿no?
― Si, justo al lado – sonrió – hermano Akutagawa - ¿le gustaría quedarse en mi casa una noche? – pregunto alegre
― ¿eh? ¿seguro?
― Si, será divertido, usted solo es dos años mayor ¿no?
― Pues sí, es cierto pero sigues hablándome de usted
― Es porque es uno de los hermanos de la iglesia
― Entonces... ¿Qué tal Ryunosuke?
― ¿Ryunosuke?
― Es mi nombre – dijo sonriente – mientras no esté en la iglesia o con gente de la iglesia, llámame por mi nombre – pidió
Atsushi se sonrojo en grande, sus lágrimas se acumularon - ¿qu-que ocurre? - pregunto el azabache
Atsushi no supo que contestar así que... opto por la salida fácil – jamás había tenido un amigo de la iglesia... al cual llamar por su nombre... -sonrió ampliamente - ¡serás Ryunosuke! – grito en alegría. Akutagawa lo supo en ese momento, su corazón casi tenía un paro cardíaco.
Era el destino. Era amor.
...
Hola
La buena noticia, es que estoy trabajando en el capítulo 4, ¿la mala? no, no hay ninguna mala, solo quería decirles que estoy trabajando duro en este fanfic, tengo un tiempo de reposo, y una tablet que me prestaron así que... Espero les guste
¡Gracias por leer!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top