Capítulo 17. Un indicio del destino

Atsushi bajaba las escaleras adormilado, el desvelo no iban con él, menos si se levantaba a las 4, miro a Chuuya y a Dazai dormir, volvió a bostezar mientras miraba en la alacena - ¿Qué desayuna Chuuya? – Pregunto mirando y bostezo una vez más – solo... cocinaré como si fuese yo

Atsushi estaba a la mitad de la preparación del desayuno cuando el azabache bajaba miro al albino con ojeras enormes por el desvelo - ¿Por qué no me despertaste? – pregunto molesto

― Lo intente, estabas profundamente dormido – menciono

― Lo siento, alimentaré a los animales – menciono mientras se colocaba unas botas altas de goma

― Gracias – sonrió el albino

Akutagawa no logro evitarlo, el lazo estaba completado. Regreso sus pasos y fue hasta la cocina, tomo al albino de la cintura y beso su frente – descansa un poco, tienes ojeras – Atsushi en acto seguido toco sus mejillas y ojos, con ello se sonrojo – iré al establo

― Gra-gracias – menciono apenado. – te llamaré en cuanto termine

― Por supuesto – menciono mientras salía

Atsushi terminaba de preparar el desayuno, eso, o sea, el olor despertaba a Chuuya – mmmh, huele delicioso – dijo levantándose

― Y te gustarán – menciono sonriente el albino

― Heey hace mucho que no veía una sonrisa tuya – menciono Chuuya levantándose

― Lo lamento, cuando estoy molesto no logro controlarme mucho – menciono apenado

― Me alegra que estés mejor – dijo Chuuya frente de él – aunque tus ojeras....

Atsushi tapo sus ojeras – l-lo si-siento, y-yo

― Está bien – sonrió al menor - ¿lo hicieron? ¿sellaron el contrato? – pregunto y el albino se puso más rojo. Asintió frenéticamente – me alegra, comenzarás a sentirte mejor

― Gra-gracias... - miro a Chuuya – cierto ¿Cómo se siente?

― Estoy muchísimo mejor, gracias a ti – sonrió - ¿y tus manos?

― Cambie las vendas antes de cocinar – menciono el albino – seguro que estaré mejor en unas horas, casi no tenía nada ya

― Me alegra, - sonrió – bien, déjame ayudarte

― Tiene mucha fuerza Chuuya ¿podría ayudar a Akutagawa? – pregunto cálidamente

― ¿en el establo?

― Si, por favor

― Claro – dijo mientras le giñaba el ojo.

Chuuya salió, así podría terminar todo pronto, Atsushi ahora en verdad había terminado el desayuno, colocaba la mesa para los cuatro, y la comida, se acercó a Dazai – Dazai... san... - le llamo pero lo que vio le sorprendió. Una de las vendas de Dazai estaban ligeramente corridas, y allí fue cuando el albino pudo ver una marca, curioso como todo niño, movió la venda y un tatuaje apareció. Atsushi se sorprendió, abrió sus ojos, cayó al suelo de la impresión y se alejó a rastras

Mientras en el establo, Akutagawa y Chuuya terminaban de alimentar a los cerdos – sí que es trabajo duro – decía Chuuya

― Te acostumbras con los días – bostezo – pero aun no me acostumbro a despertarme

― Bueno será

― Espera... - miro a la casa – Atsushi

El azabache corrió y Chuuya le siguió, entraron a la casa preocupados, Chuuya rápido fue hacia Dazai quien seguía durmiendo, mientras el azabache encontraba a Atsushi bajo la mesa del comedor, temblaba de miedo y ocultaba su rostro en sus piernas – Atsushi – le llamo y Atsushi lo miro. Se aferró al azabache mientras repetía su nombre, estaba realmente asustado

― ¿Qué le pasa? – pregunto Chuuya al verlo

― N-no dejes... no dejes que me lleve – decía Atsushi al azabache

― ¿Qué te lleve? ¿Quién te llevará? – pregunto

― E-el, es uno de ellos, no lo dejes

― Jinko eso...

― ¡ES UNO DE ELLOS, ES UNO DE ELLOS! - grito y con eso Dazai se despertó

― ¿Qué pasa? Chuuya – lo miro

― Atsushi tiene un ataque de pánico – respondió

Dazai miro a Atsushi, el albino temblaba en los brazos de Akutagawa, aun así, le volteo a ver, sus ojos se hicieron pequeños al ver al castaño despierto y su mirada se fue al tatuaje, Dazai lo notó y al ver que su tatuaje estaba a la vista se preocupó – Atsushi-kun déjame explicarte

― ¡no te acerques! – grito Atsushi y miro a Akutagawa – es uno de ellos, quiere llevarme, Ryu no lo dejes – pedía desesperado

― No te voy a llevar, no pertenezco a ellos

― ¡cállate! ¡cállate! – gritaba Atsushi

― Dazai, debemos irnos – dijo Chuuya

― No, Atsushi-kun debe escuchar

― Dazai-san dudo que quiera escucharle – dijo el azabache al ver al albino temblando – averiguaré que pasa – miro a Chuuya – toma el desayuno, se los debemos

Dazai se acercó, no le importo mucho lo que decían, se sentó al lado del albino, dejo su venda ligeramente suelta dejando mostrar un tatuaje de una manzana con una mordida

― A esto le temes, ¿no es así? La doctrina que te mantuvo preso, así es Atsushi-kun, desde que te vi te reconocí aunque nunca tuve el placer de conocerte – Chuuya y Akutagawa se sorprendieron de ello - en los pasillos siempre hablaban de ti, del chico familiar que resistia cualquier cosa, una vez me mostraron uno de los ojos que te habían sacado – menciono haciendo que el albino se aferrara más a Akutagawa – yo no haré nada de eso, esa doctrina está extinta... - suspiro y miro a Chuuya - ¿recuerdas lo primero que te dije él?

― Si, dijiste que lo habías pensado para ti desde que lo conociste hace unos años pero cuando Akutagawa llego supiste que era mejor para ellos – Ante esas palabras Atsushi dejo sus ojos ver, una mirada feroz y aquel amarillo en sus ojos

― No te tengo miedo Atsushi-kun, cierto que cuando te vi, supe que eras ese familiar, incluso en el orfanato querían unirme a ti – menciono el castaño – el director se oponía, gracias a eso nos salvamos – dijo sonriente – Atsushi-kun, gracias a ti estoy aquí, no te haré daño

― ¿po-por que ha-ha-habría de cre-cre-creerte? – pregunto temeroso el albino

― Por qué me conoces de años, porque sabes que soy inofensivo y pro que... si hubiera querido hacerte daño, lo hubiera hecho hace mucho

Atsushi trago saliva, miro al azabache – es cierto – dijo Akutagawa – si no fuera por Dazai-san jamás nos hubiéramos conocido Atsushi

― Atsushi, Dazai es un bastardo idiota, inútil, suicida, caprichoso, sucio, mundano, antihumildad, estúpido, amorfo, homostupid, bribón, cerdo asqueroso, maniático, ¿dije suicida? Si, una vez más, suicida, pero... - sonrió viendo al castaño – es el mejor para mi

― Oh ~ Chuuyaa ~ - canto Dazai para abrazar al pelinaranja pero Chuuya patio su rostro

― Da-Dazai-san... u-usted no me...

― No Atsushi-kun, - sonrió – somos amigos, tan amigos que podríamos ser familia – dijo sonriente

― ¿quieres desayunar? – pregunto el azabache mirando al albino – los cuatro juntos – Atsushi asintió, aun así no se despegaba del azabache

Los cuatro se sentaron en la mesa, Atsushi se había relajado, y fue cuando lograron desayunar. Dazai y Chuuya contaron todo lo que tuvieron que hacer mientras ellos tenían sexo, omitamos lo sonrojados que estaban los dos menores al escucharlos

Dazai y Chuuya se despidieron al terminar el desayunado, Atsushi había vuelto a abrazar al azabache y esté suspiro, sabía que... todo se pondría mejor.

Mientras caminaban Chuuya miro a Dazai – entonces... ¿sabías que Atsushi era un demonio?

― No, no lo sabía, solo sabía que era un familiar fuerte y regenerativo, compare sus posibilidades con Rashoumon, si esté se descontrolaba Atsushi podría amenizar el daño

― Comprendo...

― Pero no sabía que era un demonio también

― ¿lo querías? – pregunto – como familiar – agrego

― Si – miro a Chuuya – jamás te mentiré, soy fiel en mis tratos. – suspiro – Luche por 3 años para tener a Atsushi como mi familiar, era el más fuerte y apto, pensé que sería eterno e invencible. Luego todo el lugar exploto y los que quedamos a salvo no encontramos a Atsushi, ni sabíamos cómo era así que...

― Comprendo – suspiro Chuuya – y... ¿te arrepientes?

― Jamás, las cosas pasan por algo... - tomo la mano de Chuuya y entre lazo sus dedos – no pude tener otro contrato con nadie más... porque tú eras mi destino

― Da-Dazai... - le llamo avergonzado – si-sigues siendo un bastardo hijo de puta

― Lo sé – sonrió divertido – y suicida también

Regresando a la casa de los girasoles, Atsushi lavaba los platos hasta que el azabache le miro – hey, tus manos siguen dañadas

― Estoy bien, no es para tanto

― Déjame verlas – pidió y el albino le mostro. Si, estaban casi curadas – bien, te salvaste

― E-es lindo que te preocupes

― Debes estar bien para que yo esté bien

― Ryuonosuke

― ¿si?

― ¿te molesta mi pasado?

― No, ni pasado, ni presente, ni futuro – menciono y miro al albino – importa que estamos juntos – menciono alegre

― Ryunosuke... -

Atsushi apenas hablaría pero fue cortado por el azabache, quien lo tomo de la cadera y lo sentó en el lavabo - ¿Cuándo vuelven tus padres? ¿Está noche o mañana temprano?

― Más o menos como las 11, casi a la hora de las brujas – menciono el albino

― ¿Por qué le llaman hora de las brujas a las 12?

― Es porque es la hora cuando las brujas tiene más fuerza

― ¿crees en ellas?

― Si, Lilith-sama es la reina de las brujas

― No me hables de eso ahora

― ¿no?

― No, solo quiero aprovechar el tiempo

― Tiempo ¿de qu-? – Atsushi no pudo terminar, el azabache lo besaba

Ahora entendía lo de aprovechar el tiempo.

...

Mientras tanto, un albino no se quedaba quieto, sabía que el presente era lo mejor que tenía. Shibusaba Tatsuhiko era su nombre, quien cazador sin familiar, se adentró al bosque, aun en plena luz, ¿Cómo temer? Pues mis queridos lectores, eso estamos por ver.

Se adentró a lo más profundo del bosque, uno tenue donde ni las ramos de los arboles dejaban la luz pasar, donde los cuervos abundaban así como arañas, serpientes y... brujas. – Lilith-sama – hablo el albino – me di cuenta de que su amado está en nuestro mundo – le advirtió.

El fuego en un tronco se hizo presente y de él, la escultural mujer de cabellos rojos apareció – Tatsuhiko, que dicha mirarte de nuevo ¿sigues sin poder conseguir un familiar?

― Se me arrebato al joven Atsushi-kun – menciono

― No lograrías soportarlo querido – sonrió con un puro en boca, soltó aquel grueso cigarrillo para posarlo en sus manos – se te dio una nueva vida después de la muerte con tal de que le cuidarás

― No veía de malo el hacerlo mi familiar, podría cuidarlo excelentemente

― No eres apto y eso se presenció cuando robo toda tu energía, para Atsushi es fácil ver a los no vivos que rondan estos lugares

― Dígame Lilith-sama ¿Qué están tramando? – pregunto

― Curioso mi querido hijo maldito – menciono y poso su mano en su rostro – dime... ¿Qué estarías dispuesto a hacer por nosotros?

― Ustedes me regresaron a la vida, pídanme y yo daré, ordenen y obedeceré

― Me alegran tus palabras cariño – sonrió – te daré un familiar pero esté morirá si no haces lo que te pido

― ¿su nombre?

― Yumeno...

― Gracias, su grandiosa y hermosa Lilith

― No es todo cariño

― Así como tu sacrificaste la vida de tu familiar para que te trajéramos a la vida, Yumeno necesita lo mismo

― Pero, usted dijo que mi alma

― Si, está con nosotros – le miro sonriente – por eso... necesito que me traigas 100 almas nuevas y podré traer a Yumeno

― Las tendré para la próxima luna llena

― Me parece perfecto – sonrió – nos vemos, Tatsuhiko.

La mujer desapareció y el albino sonrió – necesitaré... una buena cuartada

...

Atsushi estaba aferrado a la cabeza del azabache, este embestía con fuerza, el albino no podía evitarlo, simplemente, le encantaba tenerlo dentro. Al término, se miraron cansados, Atsushi se acurruco en el azabache – va-van 5 veces hoy

― Podemos otras 5 antes de la noche

― Te-tengo hambre – se quejó el albino

― bien, comemos y vamos por más – menciono el azabache levantándose

Atsushi sonrió de ello, el azabache llegaba a ser muy... controlador. Pero eso le gustaba. – Ryuuu, no me dejes aquí, préstame tu abrigo por lo menos – se quejó el albino. Akutagawa lanzo el abrigo a su cabeza con lo que le golpeo Atsushi tallo su nariz y sonrió – Gracias

Después de comer, el azabache volvió a irse encima del albino, claro que Atsushi no le disgustaba, estaba tomando con fuerza la cabecera del mueble mientras el azabache lo mantenía levantado y mientras le envestía, Atsushi así podía vigilar a los girasoles – Ry-Ryu y-ya os-oscureció

― solo una más – dijo el azabache quien volteaba al albino – será la mejor – menciono y Atsushi trago saliva

Acorralo al albino en la pared, besaba su cuello mientras sostenía sus glúteos en el aire, para Atsushi, estaba en el paraíso.

La noche avanzo, Atsushi y Akutagawa habían limpiado, acomodado y preparado la cena, como el albino dedujo, su familia había llegado a las once, Oda fue el primero en entrar, en cuanto los vio lo supo, pero había prometido no decir nada, entro Lucy y Kyouka quienes abrazaron a Atsushi. Ango fue el último en entrar, y justo adentro, recibió una llamada – Oh Mitzuki – dijo al contestar el teléfono – sí, acabo de llegar a dejar al señor Sakunosuke a su casa – decía al teléfono - ¿Qué? – Pregunto confundido – bien, ten cuidado – respondió para después colgar

― ¿Qué le pasa a la señorita Mitzuki? – pregunto Kyouka

― Nada, mucho trabajo – sonrió Ango – no llegará a casa

― Oh eso debe ser una pena – dijo el albino ignorando la situación, Ango le miro mal

― Iré a ver a Daisy – dijo Kyouka alegre – le traje un moño para sus orejas – dijo saliendo

― Lucy ve con tu hermana por favor – pidió Oda

― Si, esa Kyouka compro demasiados moños – se quejó yendo tras su hermanita

Esperaron a que las niñas se marcharan y Ango miro a los tres presentes – hay muchos cadáveres en el pueblo, mínimo 10. Es toda una masacre – menciono Ango

― ¿un demonio? – pregunto Oda

― Si uno apareciera a matar a 10 personas lo hubiera sentido – menciono Atsushi confundido – no es de los nuestros

― Investigaré, Mitzuki siempre lleva trabajo a casa

― Bien, estaremos informados – dijo Oda. Ango se marchó y Oda miro a los jóvenes

Akutagawa lo notó, lo sabía, así que suspiro – Atsushi

― ¿si papa?

― ¿Cómo estuvo tu día?

― De miedo, Dazai-san era de mi orfanato

― ¿en verdad?

― Si

― ¿Qué hacía aquí?

― Oh, bueno Chuuya tuvo un problema y tuvimos que ayudarlo

― Vaya ¿fuiste de gran ayuda?

― Sip – sonrió amplio – un buen chico ayuda a sus amigos

― Si, - sonrió Oda – un grandioso chico – menciono mientras se sentaba – platica más con tu padre

― Si – dijo el albino sentándose a su lado. Oda miro al azabache y aunque su expresión fue seria, era amable

― Ven aquí tú también, cuéntenme como ayudaron a Chuuya

Akutagawa se acercó, se sentó al lado del albino, Atsushi había subido los pies al mueble y contaba emocionado su día con su padre, el azabache y el pelirrojo intercambiaron miradas en algún momento pero todo fue interrumpido por Lucy y Kyouka, ambas chicas querían a su hermano, así que no tardaron en llevárselo dejando padre y cazador solos – ajam... - Akutagawa arreglaba su garganta

― Sé que sabes que lo sé – dijo el pelirrojo mirando al azabache – gracias por cuidarlo, no tiene ningún rasguño

― No iba a lastimarlo – menciono sin mirarlo

― Sé que tú y yo no nos llevaremos bien pero, estoy seguro que tienes gran potencial – palmeo la rodilla del azabache y sonrió – gracias por estar a su lado

Akutagawa se sonrojo, miro al pelirrojo, se levantó y dio media reverencia – Gra-gracias a us-usted por permitirme estar aquí – dijo apenado. El pelirrojo comenzó a reír, el azabache le miro mal pero termino riendo también

Quizá y solo quizá, habían llegado a un acuerdo.

...

Por las calles, se tarareaba una canción, unasmanos envueltas en sangre y una gran sonrisa era lo que adornaba el cielo antesde la luna llena



...

¡Estamos comenzando el final!

¡Hola a todos!

Ok, es que no es que el final esté cerca, faltan bastantes capítulos pero si tengo que decirles que ya todo ser ira juntando, todo está revelado, las fuerzas se estan uniendo y el villano ha llegado

¡espero lo esten disfrutando!

pd. estoy llorando por escribir el penultimo capitulo. Me conmovio. (solo para que lo sepan faltan unos 5 capitulos más para el final)

¡Gracias por leer!

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